"Mercurio y Azufre"

"En la alquimia, el Mercurio representa el espíritu y el poder de trascender la muerte, se asocia con la transformación, la fluidez de la mente, la adaptabilidad y capacidad de transformación. Guarda estrecha relación con la luna.
Es uno de los tres principios de la Tria Prima, en la que se le asigna el rol femenino.

"En la alquimia, el Azufre representa la fuerza expansiva y la esencia volátil de las cosas. Se asocia con las emociones, la voluntad y los deseos, fuertemente relacionado con el sol.
Es uno de los tres principios de la Tria Prima, en la que se le asigna el rol masculino.

"Una elegía, es un tipo de poema en el que se expresa tristeza o nostalgia por una persona o un lugar. A veces utilizada para lamentar la muerte de un ser querido o un acontecimiernto desafortunado."

~ • • • ~


El polvo cubría las decoraciones decembrinas, así que era trabajo de los hatbots cumplir con la laboriosa tarea de quitar las bambalinas, guirnaldas y cuanta más tontería navideña hubiera en la mansión. Las fiestas de año nuevo también habían acabado y era hora de prepararse para aquel repulsivo día en el que el amor y la amistad intoxican el aire.

Las cosas parecían marchar con normalidad para los miembros de la mansión; Demencia pasaba el rato en su jaula esperando las órdenes de su adorado jefe, y 505 se ocupaba de las tareas del hogar como todos los días.

Black Hat y Flug eran la excepción a la regla, pues cada uno pretendía seguir con sus obligaciones con total normalidad, a pesar de los silencios largos e incómodos cada vez que se encontraban en la misma habitación. El único que parecía sentir la tensión en el aire, era el pequeño oso azul, quien estaba acostumbrado a ver a su creador trabajando sin parar a pesar de su cansancio. Sin embargo, desde que acabaron las festividades, podría jurar que su papá estaba durmiendo más horas de lo acostumbrado, y decía sentirse siempre cansado a pesar de no salir de la cama.

Otra cosa que notó, fue a su 'padre', Black Hat, merodeando más de lo usual. Parecía tomar largas caminatas por los pasillos sin razón aparente, a veces dándose la vuelta justo antes de acercarse demasiado a la habitación del humano.

Este día, 505 esperaba pasar un poco más de tiempo con su creador. Con alegría, se acercó a su habitación, cargando una bandeja con sus panqueques favoritos y café recién hecho.

-"¡Baw!"-

-"Hmm. Mn."-

La intromisión logró al fin despertarlo, y siendo casi las 11 de la mañana, Flug estaba más que atrasado para su jornada de trabajo. De no ser por la temporada baja, tal descuido traería consecuencias graves a su sueldo.

-"Bueh... huaaaah. Buenos días, pachoncito."-

-"¿Baw?"-

-"¿Hm? Oh, descuida, ya me siento mejor."-

Su atención pasó a la bandeja posada sobre él, olía delicioso y sintió que de vez en cuando estaba bien desayunar en la cama.

-"Uy, ¿Qué es esto, mijo? Se ve delicioso."-

No pasó desapercibida la taza de café junto a su plato. Aquel gesto causó en él un sentimiento de nostalgia. De familiaridad. Sólo pudo suspirar antes de tomar el primer sorbo.

<<...Un poco muy dulce>>

Flug normalmente disfrutaba de su café amargo, no era quisquilloso con la comida, pero la costumbre es algo difícil de cambiar.

Luego de beberlo, se dispuso a probar el plato principal, aquellos panqueques que derrochaban miel y canela, además de estar adornados con frutas. Si el café ya estaba dulce, esto seguro le haría doler los dientes.

-"Ñom. Ah- ¿Uhm?"-

Un sólo bocado le hizo dudar si debía tragar. Un súbito retorcijón de estómago lo detuvo por unos segundos antes de seguir masticando. Técnicamente no había nada de malo; la masa estaba bien cocida, las frutas estaban frescas, la miel y la canela estaban bien distribuidas.

Aún así, al tragar, Flug sintió que otra probada lo mandaría directo al baño.

-"¿Bawr?"-

-"Oh- uhm, ¿Sabes qué? Jeje, mejor guardo estas para después, ¿Te parece?"-

El sudor frío que bajaba por su cuello era disimulado por la sonrisa torcida que el científico intentaba mostrar en señal de calma. No le gustaba preocupar a su osito, quien había estado cuidándolo desde hace semanas; y ahora que creía sentirse mejor, parecía estar recayendo debido a un molesto virus.

El oso no entendía muy bien a qué se debía el cambio de comportamiento de su papá, su corta edad e inmadurez mental sólo le permitían asentir con cariño y procurar darle muchos, muchos abrazos.

___________________

Una vez entrada la tarde, las labores diarias fluyeron con normalidad. El joven científico se ocupaba de sus experimentos como cualquier día; su más reciente creación siendo el pináculo de su trabajo investigativo, esperaba que de todo salir bien, tendría un nuevo espécimen perfeccionado.

-"¿Esta es otra de tus extrañas criaturas?"-

Una voz profunda y ronca rompió por completo su ritmo. El ser tomado tan desprevenido, hizo que el pobre humano saltara del susto, casi tirando un frágil vial con una muestra importante.

-"¿¡SEÑOR!? Ah- ¿A qué le debo la visita?"- el joven no pudo disfrazar su sorpresa en absoluto.

-"Parece haber olvidado quién es el dueño de la mansión y también de su cochino laboratorio, doctor."-

-"Ugh. No señor, para nada."-

Su tranquila tarde se vio interrumpida por aquella persona indeseada. Flug disponía de unas pocas horas al día en las que no sentía que su cuerpo pesaba diez toneladas, y necesitaba aprovecharlas para cumplir con los plazos de las entregas.

El científico se concentró nuevamente, ignorando la incómoda presencia. Hacía a un lado esos molestos latidos que aparecieron de repente, pero mientras más intentaba ignorar aquella aura de maldad, más parecía ir en aumento.

-"...¿Y bien?"-

-"¿Hmm? Ah, sí, es otro de mis experimentos."-

El silencio incómodo lo invitaba a continuar con su explicación. Flug suspiró profundamente antes de hablar.

-"Verá. Estos son los requerimientos para cultivar la flor 'Datula Repulsa'. Se trata de una planta que puede modificar el comportamiento de las personas y manipularlas para sacar su lado más vil y cruel. Pienso tener listo un espécimen pronto."-

Una mano sombría y larga, pasó a su lado y se posó en los dibujos colocados sobre la mesa. Flug tragó grueso, pues no esperaba tal cercanía. Un nudo en su garganta contuvo cualquier clase de respuesta, alargando el sepulcral silencio.

-"Hmm. Me imagino que planeas que sea el producto estrella durante esa horrenda festividad alusiva al amor dentro de un mes, ¿Me equivoco?"-

-"S-sí. Digo, sí, ese es su uso. Cuando tenga el espécimen listo, yo-"-

De forma repentina, cierto aroma familiar pareció llenar el ambiente. Aquella fragancia floral tan conocida, tan añorada; la cercanía de su jefe era tal que su ronca voz se vio opacada por los pétalos de jazmín y vainilla.

<<Maldición. Han pasado algunas semanas, y aún así...>>

-"B-bueno, si no le importa, me gustaría seguir trabajando, señor."-

El ensombrerado hizo una mueca de disgusto, antes de apartar su mano y guardar distancia. Se retiró en silencio del laboratorio, dejando a solas al científico. Black Hat tomó la forma de una sombra negra que recorrió los pasillos hasta llegar a su familiar estudio. Al encontrarse solo, pudo reflexionar sobre la escena de hace unos instantes.

El caballero de negro no es tonto, cada paso que da es meticulosamente calculado, por lo que, el haberse acercado tanto al humano no fue mera casualidad.

<<Definitivamente, hay algo...>>

En sus días reflexionando a solas, Black Hat pronto observó cierta alteración en el comportamiento del humano. Ya conocía su rutina mañanera, así que el cansancio excesivo y las ausencias a la hora de comer lo intrigaban, aunque se negara a aceptarlo. Hoy, aprovechó de acercarse con tal de percibir algún cambio que escapara a sus otros sentidos. Al principio no supo exactamente qué, pero hoy sintió que daba con una posible respuesta.

<< Camomila, como es de esperarse... Pero, ya no sólo es eso >>

Al aroma peculiar del humano lo adornaban unas notas de origen desconocido. No opacaban la fragancia floral, pero definitivamente se sentía como... algo que no debía estar allí.

-"Como sea. No me importa."-

El insomnio probablemente le estaba haciendo ver y oler cosas donde no las había. Hace semanas que pusieron fin a su acuerdo y puede que aún no se acostumbre a la ausencia del humano en su rutina; tampoco ayuda que incinerar sus sábanas y cambiar de inciensos fuera poco eficaz para que su habitación volviera a sentirse como sólo suya.

El joven científico, mientras tanto, soltó la respiración que contenía una vez volvió a estar solo en su laboratorio. Además del acelerado ritmo de su corazón, la cercanía del sombrero negro trajo una reacción diferente. Una más... incómoda.

-"Dios. Qué bochornoso, no tengo tiempo para esto."-

No sólo debía prepararse para el debut de la Datula Repulsa, sino que aún debían grabar el contenido para el siguiente video en la serie 'Orientación para Villanos', también a entregarse dentro de un mes. No podía desperdiciar valiosos segundos pensando en esa voz profunda, ese susurro sabor café acompañado de la vainilla en su colonia; no podía seguir pensando en que juraba haber sentido cómo su pelvis era ligeramente empujada, el momento en que su jefe se presionó contra él.

-"..."-

<< Patético >>

Flug parecía entender cómo se estuvo sintiendo Black Hat los últimos meses. Esa sensación de ser traicionado por tu propio cuerpo, aún cuando tu cerebro y la lógica hacen lo posible por negarlo; el saber que ese deseo ahora no tiene recipiente era una frustración que no deseaba experimentar.

-"Él... me desechó. Ya no le soy de utilidad, no tengo por qué seguirme sintiendo así. Ya tengo suficiente con-"-

Cual reloj, aquel malestar se hizo presente en el momento en que maldecía su desdicha. El mareo se disipó tan rápido como había llegado, pero su condición parecía empeorar; ya no podía culpar al ponche crema o a un pastel de navidad caducado, debía averiguar pronto la causa de sus síntomas.

-"Argh. Tal vez, también yo he sido maldito..."-

__________________

Flug organizaba algunos archivos en su laboratorio, contento de haber terminado las últimas pruebas, y sabiendo que sus perfectas nuevas criaturas serían la estrella del próximo comercial, no podía hacer otra cosa que tararear y sonreír.

-"Hm~ Hum~ Mhnn~. ¡Listo! Qué barbaro soy."-

El joven estaba recuperando un poco de fuerzas, ya podía comer los alimentos que su retoño le preparaba, y aunque el cansancio no cedía, le servía para recuperar las horas perdidas de sueño.

-"Ahora lo que falta es informar al jefe y ya puedo irme a dormir. Huaaaah, ya se hizo tan tarde. Estoy molido."-

Tomó lo que cabía en sus brazos y se dispuso a caminar hasta la oficina de Black Hat. Ambos se veían cada vez menos, y Flug se sentía un poco más cómodo con la idea de estar en la misma habitación los dos solos, mientras fuera únicamente con fines laborales.

Con paso firme se adentró en la oficina de su jefe, encontrándola inesperadamente vacía. Se acercó hasta el escritorio para percatarse de una botella de vino a medio acabar, y dos copas de cristal bañadas por la luz de la luna.

-"¡...!"-

Su primer instinto es pensar que Black Hat se encontraba reunido con un cliente, de por sí era la única conclusión lógica. Pero el ver aquellas copas reposando sobre ese escritorio, aquel que tiene su piel grabada a fuego, causó que se detuviera en sus pasos.

No puede ignorarlo. No sabe muy bien si se trata de furia o tristeza, pero la presencia de aquello se sintió como una enredadera de espinas que rodeaba su garganta. Pues, ¿Qué invitado era tan distinguido como para merecer una gota de la reserva especial de la maldad encarnada? ¿A solas?.

<< No puedo estar aquí otro segundo >>

Flug se dispuso a cancelar la reunión con su jefe, los papeles sobre la mesa serían suficiente contexto. Si su amo necesitaba explicaciones, las recibirá en otra ocasión.

Al acercarse más, notó que una de las pertenencias de Black Hat había sido dejada a un lado. Su abrigo negro reposaba sobre el espaldar de la gran silla, olvidado como un pañuelo en una mesa de noche; las implicaciones de un descuido tan grande, llenaban de ideas la cabeza del pobre humano.

La escena parecía clara, una noche de copas, de conversación casual, una donde Black Hat se sentía tan cómodo que podía darse el lujo de despojarse de su prenda insignia.

<< No me importa >>

Ya se había decidido, hace semanas que dejó de esperar algo de su jefe. ¿Y qué, si ya había encontrado un reemplazo? ¿Y qué, si su aroma fuese ahora sustituido por el de alguna otra pareja? Black Hat puede hacer lo que guste; su cama, e incluso sus muebles podrían ahora impregnarse del fluido corporal de cualquier pobre diablo, para lo que le importaba.

Flug pensaba todo eso, mientras su cuerpo se movía por cuenta propia. Cuando volvió en sí, sus manos sostenían la tan codiciada chaqueta negra.

-"¿¡Ah!? Qué- "- la respiración agitada del joven y sus manos temblorosas eran lo único que lo ataban a la realidad.

No se lo estaba imaginando, de aquella prenda desprendía el mismo perfume que había sentido días atrás. Y su cuerpo estaba teniendo la misma reacción que entonces.

-"Ah-. Ugh, demonios."-

Sus entrañas ardían como el sol, su pecho apretaba, su cabeza daba vueltas y sus piernas perdieron toda fuerza. Cada segundo que pasa, Flug siente que pierde la cordura, y todo por un maldito engendro oscuro, una criatura del más profundo abismo que ni siquiera se dignaba a mirarlo de vuelta.

-"..."-

Sabe que su cabeza rodará por ello, pero si a su jefe no le importaba, a él tampoco.

Buscó entre los bolsillos del abrigo hasta que dio con su premio; un pequeño pañuelo, uno que rara vez había visto usar al demonio. Era de tela suave, color rojo con bordados de hilo negro; pero lo más importante, estaba impregnado de aquel perfume de heliotropo, con trazos de algún incienso de sándalo.

Incluso con la bolsa sobre su cabeza, la fragancia se sentía tan cercana como los labios de su dueño. Flug intenta resistirse, pero sus entrañas se lo impiden, siente cómo una fuerza ajena tira de ellas, y el calor de su vientre le pide aliviar sus deseos.

Con una mano, acercó el pañuelo a su rostro, y con la otra, tocaba ligeramente el bulto que presionaba contra sus jeans.

-"¡Ah-! Hnn"-

Este sería el último pensamiento que le dedicaría, la última vez que esa aura de maldad provocaría alguna reacción en su carne. Pero una parte de él sólo desearía haber dado otro mordisco a la manzana, desearía que su despedida no hubiese sido tan repentina, y poder escuchar juntos la última nota de la elegía dedicada a lo que pudo ser.

Se apoyó sobre el escritorio, sintiendo la fragancia tomar fuerza, como si el objeto de su deseo estuviese ahí junto a él. Su mente se confesaba de forma hipócrita, porque la culpa y la vergüenza lo habían abandonado. A falta de un dios que lo juzgara, su pequeña recaída quedaría en secreto.

<< Sólo un poco más >>

-"Ah, Black Ha- "-

-"Vaya, vaya~"-

Aquella voz ronca lo detuvo en el acto. Sus ojos se abrieron con el fin de buscar de donde provenía, sólo para sentir cómo una mano, huesuda y de dedos largos, rodeaba lentamente su garganta.

Flug cortó por completo el aliento, su previa fogosidad se vio reemplazada por el sudor frío producto del pánico. El indefenso humano se dio cuenta demasiado tarde, de que a falta de un dios, otra entidad sería la encargada de dictar sentencia.

-"Parece que se ha colado un pequeño ratón en mi oficina~"- el susurro de ultratumba empañaba los oídos de su presa. -"Tendré que recordarle lo que se hace con las plagas..."-

-"...Ah, ghh."-

-"...Parásito miserable."-

~ • • • ~

Fin del Capítulo 4. Gracias por leer! Me disculpo si fue algo corto, el próximo será más largo 🫦

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top