Mensajero.
Un perro pequeño de detuvo ante el imponente mensajero que miraba alrededor, la masacre ocurrida un par de horas se habia detenido que se agacho.
-Permiteme servir al gran Dios Sol Invictus, mis hermanos son estupidos pero yo quiero servir, mi cuerpo es debil y patetico, pero permitirme servir en lo que pueda al dios-
-El gran dios te recompensara por ser el unico de tu raza en querer servirnos- el mensajero se agacho-solo tienes que dirigir tu camino hasta el fondo de ese volcan-
-Pero-
-No hay peros, si tienes fe plena en el gran invictus cumpliras lo que se te propone, porque quien tiene en el grande nada ha de temer-
-Asi lo hare- dijo el perrito que tenia una malformaciòn en su pierna
-Ahora debere continuar mi camino, los 7 blasfemos deben perecer, debo llamar a nuestros hermanos a defenderse de esos terribles seres-
-Que sea la Voluntad del gran Sol Invictus gobernante de todo-grito el perrito que en realidad ya tenia muchos años pero nunca crecio a las inmensos tamaños de su raza, ademas de su malforamaciòn las bendiciones del sol Invictus que se decia era muy poderosos y que habia atacado a los terrenales encerrandolos en el mundo de Morfeo como lo llamaban algunos mortales o la zona austral, habia tantos nombres pero se dirigio al volcan, que sacaba a toda potencia nubes negras de carbon y ceniza, cualquier cosa por erigirse encima de los que menospreciaron su debil cuerpo.
-Asi que ese es el mensajero de Invictus???- volteo su cuello mirando al hombre que estaba totalmente ileso despues de pelear contra los màs poderosos perros que hubiera, tan imponente y fuerte, ese hombre sin duda era uno de los 12 guardianes del dios, pero se sorprendio, en su perfecto cuerpo tenia una pequeña herida en su pecho, tal ves fue herido por uno de los 7???
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