✒VIII. Amanecer𝄢
Capítulo censurado
Son las primeras horas de la madrugada cuando Isagi se levanta para ir al baño. La tenue luz de la luna ilumina el cuarto a través de las cortinas que dan hacia el tejado de la habitación, envolviendo lo todo en una atmósfera tranquila, adormecedora como silenciosa. Recién apaga el aire acondicionado que Kaiser prendió en la noche y seguramente olvidó a pagar, ya que realmente hace demasiado frío a esas horas.
Al terminar de lavarse las manos, sale del cuarto de baño en dirección a su cama, nota la toalla de Kaiser tirada en el suelo y decide recogerla como acto de buena fé luego de haber casi tropezado con está. Sin embargo, en ese preciso instante, su cuerpo experimenta una sacudida intensa y confusa.
Un escalofrío recorre la espalda de Isagi mientras el aroma natural de Kaiser impregnado en la toalla llega a sus fosas nasales. Es una embriagadora mezcla de champagne y canela, con un matiz fresco que recuerda al césped recién cortado y que al japonés le resulta inquietante e irresistible. Las feromonas del alemán se desatan en el aire, desencadenando una reacción visceral en el Omega.
Yoichi se siente abrumado por la fuerza del aroma, casi jadeante, que despierta en él una nueva sensación de deseo y atracción. Su cuerpo reacciona sin control, sus mejillas se tornaron rojas y su respiración se vuelve agitada. Es una clase de epifanía inquietante, una revelación de sus instintos más primitivos y oscuros que no puede negar ni seguir ocultando por más que lo intente y quiera hacerse razonar.
Enfrentado esta situación inesperada, Isagi se apresura a encerrarse en el baño, buscando un respiro y tratando de controlar sus emociones desbordadas y aquellos instintos de los cuales antes no tenía porque preocuparse. Entre susurros agitados, habla consigo mismo en un intento desesperado de resistirse a la tentación, de controlarse y no volverse un loco sexual.
De no caer bajo.
"Maldita sea, ¿por qué ahora?", Maldice entre dientes y en voz baja."No puedo permitirme perder el control. Debo pensar con claridad, resistir esta atracción... pero su aroma, su presencia... es tan abrumador... ¿Por qué carajo me excita tanto?"
Isagi se debate entre el deseo de entregarse a sus instintos y la lucha por mantener la compostura. Cada vez que inhala el aroma de Kaiser, aquella clase de alcohol de alta calidad con la esencia de canela que está pegada en aquella toalla donde seguramente rozo hasta las zonas más íntimas del Alpha, su mente se llena de imágenes y pensamientos que tiene por seguro, que no debe permitirse. Sin embargo, la atracción es innegable, y siente cómo su cuerpo responde a cada olor y cada matiz de las feromonas de su ex.
"Es tu ex carajo, recuerda lo insano y posesivo que fue. Un controlador de mierda." Se repite para convencerse de no cometer la peor de las locuras que seguramente podría arrepentirse el resto de su vida.
No obstante, consciente de la presencia de Kaiser durmiendo en la habitación, Isagi se promete a sí mismo mantener todo bajo control y no dejar que sus actos o pensamientos afectaran su relación actual de meros compañeros en el campo. A pesar de la lucha interna, sabe que es importante mantener el respeto y la integridad en su relación actual. Las feromonas y los deseos lo impulsan hacia un territorio peligroso, entiende que debe manejar la situación de manera responsable y evitar cualquier acción o pensamiento que pueda poner en riesgo su vínculo con Kaiser y el resto del equipo.
Finalmente, el japonés se da cuenta de que la batalla interna está perdiéndose. A pesar de sus esfuerzos por contenerse y su voluntad a no rendirse, sus deseos y anhelos se desatan con fuerza. Consciente de que no puede resistirse por más tiempo, sabiendo que las consecuencias pueden ser complicadas, cae al dejarse llevar por la marea de emociones y deseos que lo inundan.
Con el paso de los minutos, su cuerpo se calienta, comenzando suspirar como jadear, su entrada caliente amenazando con empaparse dentro de poco, ya no puede resistir más.
Él trajo y escondió muy bien supresores por si acaso, pero ahora ya ni siquiera tiene fuerza de voluntad para ir a buscarlos y tomarlos debido a que todo está perdido.
Su cuerpo no responde porque él ya no tiene el control, es su Omega quién lo hace con una fuerte desición y que su único objetivo no es ser tomado por el Alpha más cercano en su radar, sino que tiene que ser por el mismo Michael Kaiser.
Él es el Alpha con el que quiere hacerlo.
Isagi considera seriamente clavarse algunas tijeras o algo punzante para calmar su celo y distraerse en el dolor de una reciente herida, al menos así, está seguro que puede dejar lo calenturiento y no hundirse en los efectos del celo de un Omega.
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Siendo alrededor de las seis y media de la mañana, Michael Kaiser despierta con su polla más despierta que él pero que al momento reacciona apenas se da cuenta de la inesperada situación, no solo se trata de una erección matutina que naturalmente casi siempre le da, sino porque tiene a un Isagi haciéndole un oral.
Lo que más le llama la atención es el aroma que esté desprende. Propio de un Omega que busca procrear, que lo marquen, que lo preñen y dejen su culo chorreando de semilla fértil. Esa es la forma para describir el aroma de Isagi en esos momentos, Kaiser queda expectante al principio, pero al final es seducido por la imagen tan erótica y lujuriosa del azabache, además de su aroma natural.
Se remueve de su posición para tomar asiento, pero sin detener al contrario quién apenas tiene interés de que el rubio haya despertado, pero no sé alarma por haber sido descubierto.
La situación es peculiar, excitante y para nada incómoda.
—Yoichi, ¿Pensabas aprovecharte de mí mientras dormía?— cuestiona malicioso, pensando hasta donde es capaz un Omega cuando está en celo. Aún es muy temprano, pero vaya increíble forma de despertar. Inolvidable.—Responde.— Isagi hace caso a omiso y sigue haciendo lo mejor que un inexperto como él puede.
—¿Hm?— jadea confundido Isagi por la atención del rubio, apenas prestando atención a las palabras del Alpha.
Ya ni siquiera sabe que hora es, esta desorientado en cuanto al tiempo y a estas alturas poco le importa tener que prepararse para los entrenamientos.
Porque su única propiedad en esos momentos es gozar, disfrutar y embriagarse del placer que está sintiendo, quiere perderse en el éxtasis y la pasión carnal como emborracharse de las feromonas de Kaiser hasta que no recuerde ni su propio nombre.
La embestidas lo descontrolan por completo.
[...]
—Perdón, cariño. Pero somos muy jóvenes para ser padres.— comenta mientras besa y lame el cuello de su japonés, haciéndolo suspirar de placer pero confusión.
A pesar de que quiere que Isagi sea completamente suyo de todas las maneras posibles y existentes por haber, tampoco quiere apresurar o adelantar tanto las cosas embarazando a su amante.
Todavía no.
Sin embargo, está consiente como comprende de que Isagi está cegado por su celo y por ende dice ese tipo de cosas sugerentes.
Aprieta al Omega contra su cuerpo en modo de abrazo, allá abajo es todo un desastre.
—Pero si quieres...—hace una breve pausa poniendo una expresión más seria y determinada, observando que ha captado la completa atención de Isagi.—En el futuro cuando seamos más grandes y ganemos muchos millones al año, puedo hacerte bebés.—señala Kaiser, sonriendo con complicidad al sonrojado Omega.— ¿Qué opinas, lindo?
Se escucha realmente tentador, incluso para un desesperado y caliente Yoichi.
Su piel está caliente, pero sigue siendo suave y desprende su perfume natural.
—¿Me lo prometes, Alpha?— dice frunciendo los labios y las cejas, como molesto por si no le cumple.
—Lo haré, Yoichi.— ríe enternecido por la "seriedad" en el contrario.— Y ten por seguro que te lo recordaré todos los días.
Todos los días, se repite en su mente.
Se siente como si en aquel momento se hubiese pactado algo que no tiene tiempo límite.
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Fueron horas exhaustas, Kaiser terminó por avisar un tanto tarde que él e Isagi faltarían al entrenamiento del día ya que realmente se encuentran indispuestos, excusando que algo les cayó mal en la noche pero que posiblemente mañana por la tarde estarían más que recuperados y aún habría tiempo de entrenar. Todo esto se lo comento en privado a Noel Noa, esperando su discreción y comprensión.
Michael estuvo al cuidado y atento al japonés en todo el día hasta la noche. Lo alimentó, lo arropó, ambos compartieron el baño juntos y fueron escasos los momentos en que se separaron. Porque parecían vivir o hasta depender pegados del otro.
Amantes dependientes.
En la tranquilidad de la habitación, bajo las cálidas colchas, Kaiser yace junto a Isagi, su ex pero ahora amante. El ambiente está impregnado de una mezcla de aromas que despiertan sus sentidos. A medida que inhala profundamente, el exquisito perfume de Isagi se eleva en el aire, una combinación de vainilla y sándalo que ahora se ha convertido en su perfume favorito.
Cada bocanada de aire está llena de la fragancia dulce y reconfortante de la vainilla, que se entrelaza con la profundidad y la calidez del otro. La suavidad de la vainilla se mezcla con la sensualidad terrosa del sándalo, creando una sinfonía de notas aromáticas que envuelve a Kaiser en un abrazo íntimo y sublime.
Mientras sus dedos recorren con suavidad la espalda desnuda de Isagi, una sensación de calma y serenidad lo invade. Los pensamientos turbulentos y los recuerdos dolorosos del pasado se desvanecen en la suave caricia de su piel. En ese momento, no importa el pasado ni las heridas que hayan sufrido, solo existe la conexión presente entre ambos, alimentada por la fragancia cautivadora que los envuelve y la ilusión de una futuro prometedor en compañía del otro.
Michael se encuentra en un estado emocional pero también se cuestiona algunas cosas, consciente de que su relación con Yoichi no es del todo saludable, no obstante, también es consciente de la intensidad y la intimidad que comparten en ese momento. A pesar de las advertencias internas, se encuentra perdido en la delicadeza del aroma del bonito japonés quién descansa a su lado, que le provoca sensaciones que trascienden lo físico y se adentran en lo emocional.
Es un momento de ternura y conexión, una pausa en el tiempo donde ambos se encuentran vulnerables y enredados en los lazos tan del pasado como del presente. Mientras se sumerge en el aroma de su amante, Kaiser se permite disfrutar de esa pequeña tregua de paz y placer, sabiendo que una vez que el sol vuelva a salir, deberán enfrentar la realidad de sus circunstancias y tomar decisiones difíciles que los orillen a discutir por tener la razón.
"Yoichi se entregó a ti, te tomó como su Alpha. No hay nada más que discutir."
Es cierto, Isagi le pertenece. Siempre fui así. Ambos se complementan perfectamente a lado del otro. Al menos, eso cree Kaiser con tanta seguridad y calma.
En ese instante, sin embargo, ambos se encuentran envueltos en el perfume sublime de la vainilla y el sándalo llevados a un punto que se considera afrodisíaco, creando un santuario efímero donde solo existen ellos dos, compartiendo un vínculo íntimo y etéreo que se desvanecerá con la llegada del nuevo amanecer.
Π Ω μ
Palabras: 3,033
Escritor: JaquiiAleWorld
Fecha de publicación: Martes 13 de junio del 2023.
Au: Omegaverse
Nota del escritor:
No es por asustarlos pero, la próxima actualización ya es el epílogo ;)
Nambre, voy a un buen ritmo con las actualizaciones, y si tiene mucho que ver qué ando en vacaciones y no trabajo XD.
Nos vemos la próxima~
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