✒VII. Feromonas𝄢
Durante las siguientes dos semanas, Isagi mantuvo una comunicación constante con su amigo Hiori, quien ha sido una fuente invaluable de apoyo, información y consejos desde que compartió su revelación de ser Omega. Hiori le brindó una gran cantidad de consejos prácticos sobre cómo manejar futuros episodios de celo y la importancia de seguir visitando al médico para recibir el cuidado adecuado. También le aconsejó que programara sus citas médicas de manera anticipada para tener un mejor control de su ciclo y saber cuándo es probable que se acerque su próximo celo.
Además, Hiori le advirtió sobre la importancia de estar alerta a su entorno, especialmente en presencia de Alphas. Le recordó que debe cuidar su cuello para evitar ser atacado y mantener una distancia prudente, pero que si todavía no expulsa feromonas de Omega entonces no tiene mucho de que preocuparse, sin embargo debe estar alerta por cualquier detalle. Estas precauciones son fundamentales para su seguridad y bienestar propio.
Por el momento, Isagi decidió mantener en secreto su condición de Omega ante su entrenador y el resto de la sociedad, siendo el único conocedor de su secreto el mismo Hiori. Tiene en cuenta las palabras de su médico, quien le ha mencionado que su aroma aún no se hace perceptible y que probablemente no se manifestará hasta su primer celo, o tal vez es demasiado leve para ser detectado. Además, le han recomendado la posibilidad de utilizar parches para ocultar su aroma cuando fuera necesario. Isagi entendió que estos parches serán una herramienta muy útil para seguir ocultando su verdadero género y continuar viviendo como si fuera un Beta o al menos aparentar que sigue siendo uno.
Aunque sienta la necesidad de ser sincero con su maestro Noel Noa y confiar en él, también esta consciente de las posibles repercusiones y complicaciones que podrían surgir al revelar su condición de Omega en un entorno predominantemente Alpha. Por el momento, prefiere mantener su secreto guardado, confiando en la discreción de Hiori Yo como en su capacidad para afrontar su nueva realidad de manera más segura y controlada.
A pesar de que hay algunos cuántos Omegas en el mundo del fútbol como lo es Alexis Ness y el hermano de Rin, Itoshi Sae, estos resultan ser centrocampistas y no delanteros, por lo qué Isagi aún tiene miedo de lo que podría llegar a suceder en el futuro.¿Perderá patrocinios?¿Sus compañeros lo tratarán de manera diferente?¿Qué hay de los medios cuando se enteren? Obviamente la gente quedaría más mal por discriminarlo, pero no cree soportar ser odiado y menos preciado por algunos intolerantes que por supuesto que siempre hay en la sociedad.
Ser Beta era lo mejor, nunca llamó la atención por su segundo género. Sin preocupaciones, sin cambios raros en su cuerpo ni emociones encontradas. Sin tener que gastar en parches ni supresores.
Solo espera que al menos no disminuya su rendimiento físico o fuerza, necesita mantenerse al margen con los entrenamientos, seguir entrenando incluso si es en solitario.
Así transcurrieron otro par de días más.
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Durante los días previos a las clasificatorias para el Mundial de 2022 en Qatar, Isagi Yoichi se encontró con una situación un tanto incómoda como un poco preocupante. El Alpha Michael Kaiser, su ex pareja, aquel que no ha visto en casi medio año, regresó al equipo para participar en el torneo, y está vez no por breve tiempo.
La UEFA preparó un torneo para determinar a los países que clasifiquen para participar en la Copa mundial del 2022. Un total de cincuenta y cinco equipos donde la UEFA solo cuenta con trece cupos para otorgar, y por supuesto, Alemania se encargará de estar ahí.
El primer partido contra el que jugará Alemania será contra Islandia. Un país que no destaca en el fútbol pero de todas formas no lo subestiman. Aún así, no lo consideran una verdadera amenaza. Por lo que tuvieron que hacer un viaje para el partido que se llevará a cabo entre estos dos.
Es aquí donde viene lo incómodo, ya que debido a la limitación de habitaciones en el hotel de la capital y como fueron organizados, les asignaron compartir una misma habitación, aunque en camas separadas. Algunos compañeros de equipo, que conocen su pasado romántico, hicieron comentarios sobre lo complicado que será compartir habitación con un ex.
El entrenador, consciente de la situación, ofreció encontrar una solución alternativa, ya que sabe que podría resultar incómodo para ambos. Sin embargo, Isagi decidió afrontar la situación con madurez y afirmó que el pasado ya no tiene relevancia, y que esta bien compartir habitación con su ex pareja. Aunque exterioriza esa confianza, en el fondo todavía alberga preocupaciones y sentimientos amargos, recordando los malos momentos vividos con Michael, quien ahora parece como luce bastante distante y poco interesado en él.
A medida que avanza el viaje y se acerca el día del partido, Isagi intentó mantener una actitud serena y concentrada en su desempeño deportivo. Sin embargo, la presencia de su ex despertó recuerdos y emociones encontradas. A pesar de que Kaiser ya no muestra el mismo interés en él, la incertidumbre y la amargura se aferran a su mente. Sobre todo porque aún tiene esa preocupación latente de su nuevo género y el rubio siempre mostró en el pasado una obsesión inquietante y tóxica sobre querer hacerlo Omega.
En ese ambiente de silencio y tensiones no expresadas, Isagi busca enfocarse en el fútbol y en su papel en el equipo nacional. Sabe que el éxito en las clasificatorias es crucial para asegurar un lugar en el Mundial. Aunque los sentimientos pasados y las heridas aún persisten, trata de separar su vida personal de su carrera deportiva, manteniendo la determinación y el enfoque en el juego.
En tanto Kaiser guarde las distancias y continúe con interés nulo, toda saldrá bien.
Mientras se prepara para el desafío que se avecina, Isagi está decidido a superar las adversidades y demostrar su valía como jugador, independientemente de las complicaciones personales que surjan en su camino.
Mientras Isagi e Kaiser regresan a sus respectivas habitaciones después de la cena de equipo y la pequeña fiesta sorpresa por el cumpleaños número veintiún de Kaiser, un silencio incómodo se instaló entre ellos. A pesar de que Isagi intentó entablar conversación, Kaiser se limita a responder de manera distante y con monosílabos, sumido en un extraño mutismo. Algo parece no estar bien entre ellos, creando una tensión palpable en el aire.
Parecen dos completos extraños que han sido encerrados en ese lugar a pasar la noche.
Isagi, tratando de distraerse, decidió ver un partido en su celular, conectando sus auriculares para sumergirse en el mundo del fútbol. Sobre todo sobre su primer rival para las clasificatorias, Islandia. Sin embargo, su atención se desvía una y otra vez hacia la cama vacía del alemán. Desde su lugar, puede oler sin mucho esfuerzo el aroma del rubio.
"Dios", suspira Isagi aprovechando que el rubio se está dando un baño y no está en la habitación como tal.
Su vientre se siente un poco caliente y tiene la necesidad de tocarse, pero se aguanta sin problema. Esto debido a las feromonas tan exquisitas y provocativas del alemán que rondan cerca, las sábanas no cambiadas de su cama desprende su aroma natural.
Huele a un tipo de licor, ¿Qué será?¿Champagne? Con una mezcla de canela que le resulta encantadora, pero odia sentirse un tanto atraído por las feromonas de su ex. Necesita fingir que no las siente para que Kaiser no sospeché nada, sería terrible que justo él se enterará de ello.
Es entonces cuando, al salir de la habitación de baño envuelto en una toalla que se ajusta a su cuerpo, Isagi no pudo evitar desviar su mirada de la pantalla de su celular hacia él de manera casi inmediata.
La silueta de Kaiser se recorta de manera tentadora ante los ojos del japonés. A pesar de sus diferencias y de los malos términos en los que habían terminado su relación hace años, la atracción física parece seguir presente, a pesar de que odia la actitud tóxica de Kaiser en una relación, esto no quita el atractivo del hombre. Isagi se encuentra en un torbellino de pensamientos prohibidos y se avergüenza de sí mismo por sucumbir a esas tentaciones. No debe estar pensando en cosas así con su ex, mucho menos en una situación donde apenas intercambian palabras y el silencio a veces resulta bastante incómodo y raro.
Aún recuerda el Kaiser de antes, sonriente, presumido y relajado, y hasta puede agregar enamorado, pero desde que terminó con él y les tocó jugar los últimos partidos en Blue Lock, sus expresiones cambiaron por completo. Más serio, tenso y expresiones frías.
La mente del azabache se llena de pensamientos oscuros y sensuales mientras observa la figura de Kaiser con poco disimulo. Reconoce cada detalle de su cuerpo: sus piernas como brazos bien ejercitados, su abdomen tonificado, cuello grueso, espalda ancha y mentón perfecto. Su aspecto de hombre joven de veintiún años que claramente se esfuerza mucho en su entrenamiento, ha crecido algunos centímetros más que la última vez. La toalla blanca que los hoteles brindan apenas le llega por encima de la rodilla, dejando a la vista su físico escultural pero haciendo volar la imaginación de cualquiera que se topara con semejante semental.
"Que rico debe sentirse ser golpeado en la cara con su polla"
Aquellos pensamientos lo desconciertan completamente y se siente algo asqueado. ¿En serio él pensó eso?¿Por qué carajo parece excitado? No, no y no. Lo rechaza totalmente.
No le importaría ni se molestaría tanto tener esa clase de pensamientos sino fuera porque estamos hablando de Michael Kaiser, su jodido insoportable y tóxico ex. Aquel hermoso alemán que es una basura como persona. Un controlador y manipulador.
Pero ahora siendo Omega, ve la esencia del Alpha en su cuerpo. En el fondo por más que quiera ocultarlo, le enciende un poco.
Además de su atractivo físico, Isagi no puede evitar admirar el cabello rubio claro de Kaiser, que cae en cascada hasta su cintura. Siempre ha sido envidiable para Isagi, aunque se esfuerza por ignorar cualquier sentimiento de envidia y centrarse en sus propias fortalezas, como su resistencia en el deporte, aún así, si tuviese que destacar algo del alemán no sería su escultural cuerpo o rostro perfecto, sino su largo y lacio cabello rubio.
En medio de esos pensamientos turbios, Yoichi se culpa a sí mismo y atribuye sus reacciones a sus instintos Omega, acusándolos de tentarlo frente a la presencia seductora del atractivo Alpha alemán. Reconoce la falta de control sobre sus pensamientos y sentimientos, teme que Kaiser pueda notar su observación intensa y expresión boba. Lo poco que lo calma es que al menos no lo delaten feromonas porque aún no las desprende.
El Alpha se distrae con su celular en la puerta del baño, lo cuál le permite a Isagi seguir apreciando lo que sus ojos ven.
Se muerde ligeramente el labio al pensar que la hombría dormida de Kaiser está bajo esa toalla, realmente no busca calentarse y trata de convencerse así mismo de todo lo malo del rubio, las cosas negativas y tóxicas de él que fueron la misma razón por la cuál se dio su rompimiento hace años. Todo esto para alejar cualquier excitación creciente entre sus pantalones.
Entre suspiraciones internas y un sonrojo evidente, Isagi lucha por mantener su compostura y alejar los pensamientos lascivos que parecen surgir sin control. Se recuerda a sí mismo la importancia de mantener la distancia emocional y no dejarse llevar por los impulsos pasados.
En ese momento, Isagi anhela con todas sus fuerzas que el tiempo pasé rápido y que pueda alejarse de esa situación incómoda. Sabe que su enfoque debe estar en el deporte y en su participación en las clasificatorias del Mundial. Sin embargo, sus pensamientos se resisten a abandonar los deseos y las tentaciones que surgen alrededor de su ex, el irresistible Alpha que había tomado su primera vez en todo. Fue su primer beso, su primera pareja y quién tomó su virginidad recién cumplió los dieciocho.
Es el mismo demonio disfrazado de ángel.
Y quién al final lo atrapó observándolo como un bobo, apenandose al instante. ¿En qué momento dejó de mirar su celular y miró hacia él?
—Lo siento, Kaiser. No fue mi intención mirarte de esa manera.— se disculpa Isagi desviando la mirada y sintiendo sus mejillas arder, sintiéndose tonto y ridículo.
—¿Oh, en serio?— cuestiona con una sonrisa burlona, aquello deja perplejo al azabache que ya se había acostumbrado a su ensamble serio.—Parece que no puedes resistirte a este cuerpo, ¿verdad? Aunque pensé que ya habías superado todo esto.— comenta fanfarrón y engreído, presumiendo su propio cuerpo ante los ojos del nipón.
—No es así. Solo fue un momento de distracción, eso es todo.— se excusa indignado como avergonzado por la acusación del rubio, trata de mantener la compostura para no iniciar una pelea.
Kaiser se acerca lentamente a Isagi, hasta su cama frente a él, regresando a su expresión neutral y de poco interés, lo cuál lo hace lucir misterioso y atractivo, frío.
El Omega traga duro, por dentro se siente nervioso por la cercanía, sobre todo porque ahora se le es difícil controlar suspiros y jadeos al tener frente a él a un Alpha con nada de ropa y solo una toalla cubriendo su hombría.
"Quieres olerlo." Le susurran sus pensamientos internos, persuadiendo lo a que caiga ante la perdición, pero Isagi resiste. Tiene que controlar sus instintos de olfatear, de enterrar su nariz en la piel del alemán y embriagarse con lo seductor de sus feromonas naturales de Alpha, de bajar hasta su entrepierna y besarla como lamer toda la extensión dura y carnosa. Apuesta a que su sabor ha de ser estremecedor, salado y caliente.
Abrir su boca y con sus labios delgados rodear la polla y meterla tan adentro de él que lo haga llorar, jadear y mojarse. Se pregunta si la polla del rubio se habrá vuelto más grande con el tiempo y si es capaz de arruinarlo ahí abajo.
Se maldice por tener esos pensamientos tan inapropiados, sobre todo con alguien a quien se supone, odia y ha superado.
—¿Distracción? Vaya, vaya. Parece que hay algo más en juego aquí.— comenta con cierta ironía.— ¿Todavía tienes sentimientos por mí, Yoichi?—cuestiona llevando sus manos hacia su cintura, una postura provocativa.
El nombrado siente escalofríos y ligeros espasmos recorrer su espalda, hace demasiado tiempo que no escucha a Kaiser llamarlo por su nombre, con ese tono de voz tan seductor y propio de él.
Hasta su nombre se escucha erótico en los labios de aquel hombre que lo ven como si fuese inferior.
"Es asqueroso." Trata de convencerse así mismo con esas palabras.
—No juegues conmigo, Kaiser. — frunce el ceño, intentando guardar las apariencias y no lanzarse contra el mayor para que lo haga suyo. Necesita mantenerse cuerdo y respirar profundo, lejos de él.— Sabes muy bien que nuestra historia terminó mal.— le recuerda con aquella amargura que necesita para que se le bajé lo caliente.
A veces se pregunta:¿Y si jamás hubiera terminado con él?¿Cómo serían las cosas ahora?¿Sería aún más controlador y posesivo por haberse convertido en Omega? Probablemente seguirían viviendo juntos. Pero duda que seguir o no con él hubiese cambiando algo al respecto a su segundo género.
—Tal vez, pero no puedo evitar notar cómo me miras.— comenta encogido de hombros para alejarse de él, dirigirse hacia su armario y ponerse su pijama. Sin vergüenza alguna de cambiarse frente al japonés quién trata de mirar hacia otro lado.—
Hay una chispa entre nosotros, aunque no quieras admitirlo. Lo nuestro nunca debió terminar.
—No me importa lo que creas. Estoy aquí para jugar fútbol y nada más. Nuestro pasado ya no tiene relevancia.— le responde tratando de controlar sus emociones, aquellas que se supone no son más que una atracción meramente física y artificial hacia Kaiser.
El rubio una vez se pone la pijama se vuelve a acercar a Isagi, su voz es suave y provocativa.
—¿Estás seguro de eso?— pregunta sin darle tiempo al contrario de hablar.— Puedo ver en tus ojos que todavía hay algo entre nosotros. Algo que ninguno de los dos ha podido olvidar y que en el fondo te sigo gustando.
—No me confundas, Kaiser. No quiero volver a caer en ese juego de emociones contradictorias.— dice seriamente con una expresión serena y de supuesto desinterés, a pesar que su pecho se sienta caliente y algo en su interior le ruega por abrirle las piernas al Alpha para que lo folle.
—No estoy buscando jugar, Yoichi. Solo quiero saber si aún puedo provocarte como antes.
Kaiser acaricia suavemente el rostro del japonés sin cambiar su expresión de misterio y seducción, observando fijamente los labios del menor. Aquellos que en el pasado fueron suyos.
—Esto no está bien, Kaiser.— advierte al tragar saliva y se aparta lentamente.— Tenemos que dejar el pasado atrás y enfocarnos en el presente.
Isagi puede sentir como las feromonas del mayor se vuelven más intensas y pesadas, ¿Siempre fue así cuando estaba cerca de él? Impregnando su aroma descaradamente sin que se diera cuenta, pero ahora es notorio debido a que ya no es un Beta.
—Está bien.— suspira aburrido.—Pero recuerda, las emociones son complicadas y a veces se vuelven irresistibles. — contesta el alemán con una mirada intensa.
—Gracias, Kaiser.— suspira profundamente Isagi cuando el rubio se dirige hacia su lado del cuarto.— Por ahora, sólo necesito concentrarme en el partido. No puedo permitir que las distracciones me afecten. Si me disculpas, buenas noches.
Tiene que dormirse para dispersar sus pensamientos y dejar de prestarle atención a las provocaciones de Kaiser o terminará completamente pérdido.
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Isagi se levanta a orinar alrededor de las cinco y cuarenta de la madrugada. Todavía queda más de una hora antes de que la alarma suene para arreglarse y desayunar antes de los entrenamientos.
Luego de hacer su necesidad que su cuerpo le pedía y lavarse las manos, al querer regresar a su cama teniendo que pasar si o sí por la de Kaiser donde el Alpha duerme profundamente, casi tropieza cuando su pie choca con la toalla de Kaiser, aquello que uso la noche anterior.
Sorprendido de que él siendo alguien realmente ordenado haya dejado la toalla tirado así nada más en el suelo o tal vez simplemente se le olvidó por la charla intensa que tuvieron ayer, decide recogerla como acto de buena fé para tirarle en su sesto de ropa sucia.
Sin embargo, algo lo detiene en esa acción simple con cierta incertidumbre.
Y es el aroma en ese pedazo de tela que huele tan bien, sucia y a feromonas del Alpha Michael.
Aquello lo hace caer tan bajo.
Π Ω μ
Palabras: 3,138
Escritor: JaquiiAleWorld
Fecha de publicación: Viernes 09 de junio del 2023.
Au: Omegaverse
Nota del escritor:
El siguiente capítulo ya lo tengo bastante avanzado, pero aún le faltan algunos detalles para terminarlo y aparte las correcciones ortográficas que siempre hago.
Neta como amo a Kaiser, no puedo odiarlo. Y extraño cuando le andaba toqueteando a Isagi.
En fin, Kiis.
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