✒6. Girasoles𝄢
Difícilmente pudo alejar de su mente aquellas imágenes en movimiento de Johan haciéndole una felación, mordiendo su cuello y además incitando le con palabras tan seductoras como locas a anudarlo. Realmente se le complicó concentrarse en otra cosa durante el desayuno y camino a su coche. Pero de alguna u otra forma, medio lo consiguió temporalmente.
Además que tampoco se siente orgulloso ni cómodo haberse masturbado pensando en él, incluso se siente asqueado y se cuestiona si es un pervertido.
Al salir de su departamento para después dirigirse a su coche y conducir al hospital donde es el director general, un recorrido de al menos de diez minutos cuando no hay tráfico y hasta se disfruta del ambiente tranquilo y mañanero de la ciudad, debiéndose a tal vez a que es fin de semana y un poco por la hora, al estacionarse en el estacionamiento privado que le dieron a él en el hospital por su cargo, apenas sale del coche escucha detrás suyo unas pisadas.
El lugar está casi vacío, hay algunos coches a su alrededor pero ninguna persona ahí, todas deben estar ya trabajando y el guardia o vigilante está hasta allá afuera, lo saludo amablemente y duda mucho que haya ido hasta ahí para hablar con él, ¿No?
Despreocupado busca con la mirada curioso al dueño de dichas pisadas, tal vez se trate de algún compañero de trabajo que se le olvidó algo en su coche y regreso al estacionamiento, no debe llevar prisa ya que son pisadas que suena a qué va a un ritmo lento y tranquilo.
Pero su calma no dura mucho y no evita ponerse notoriamente nervioso.
"Otra vez tú" fue lo que pasó por su cabeza, pero sería ridículo ya que no lo ha visto en un mes y solo en sus sueños lo persiguen, por lo que terminó por decir con intriga y sorpresa:
—¿Qué haces aquí?
—¿No soy bienvenido aquí?
Kenzo hizo una mueca en su rostro y lo miró de pies a cabeza brevemente, haciéndose la interrogante de porque el joven rubio está ahí si no parece tener algún malestar, o quizás esté equivocado.
—¿Viniste a ver a alguien que está hospitalizado o te sientas mal?
—Vine a verlo usted.— le contestó sonriente, con una mirada lasciva. Sus manos están hacia atrás, un detalle, aunque el nipón se percató no le dio ninguna mayor importancia. —Me dí cuenta que no comencé de la mejor manera, así que le pido empezar de cero. — contó en un tono serio.
Kenzo lo miró confundido, sin confiar en él. Lo peor es que no evita recordar en esos instantes su sueño húmedo donde el Alpha Liebheart fue protagonista. Es un martirio en su cabeza.
—¿De cero?
El rubio asintió para después agregar:
—Le traje algo.
Sus manos que estuvieron detrás de su espalda todo este tiempo, las llevo al frente revelando así que en realidad llegaba algo consigo y que lo había ocultado para sorprenderlo.
—¿Girasoles?— pronunció asombrado y algo incrédulo. Observando con detalles las flores.
Ese amarillo intenso que las hace tan especiales y únicas, con el centro oscuro de una textura interesante, tallos verdes largos y una fragancia distintiva cómo tenue. Tienes que acercarte mucho para olerlas bien.
A Tenma no sabe que se le hace más raro, que le den flores con motivo romántico, o que sean girasoles en vez de algo más común y romantizado cómo rosas o tulipanes.
— Significa la admiración y amor que le tengo.— definió para después entregárselas y Kenzo para no ser grosero las aceptó sin queja alguna, todavía procesando la idea de dicho obsequio.
—Gracias...
Hubo un breve silencio incómodo, Kenzo no sabía a dónde ver y Johan solo lo miró bastante pensativo con una expresión natural y de completa calma, pero el mismo rubio fue quien rompió el silencio.
—Quiero una cita con usted. Me he dado cuenta que, yo sé mucho de ti, pero usted muy poco de mí. Diría que, solo sabe más que mi nombre.
—¿Conmigo?— repitió, más confundido porque se le hace sospechoso como muy raro que Johan asegure que sabe todo de él, cuando hace muchos años que no se ven.
¿Cierto?
—No hay nadie más aquí, ¿Verdad?¿Acaso le parece increíble lo que está escuchando?— preguntó más no le dio tiempo de que Tenma siquiera respondiera.—Doctor, está soltero, ¿No es así?
—Yo... — balbuceó. No hay que indagar mucho para saber su situación sentimental, incluso con preguntarle a uno de sus compañeros de trabajo o a la misma recepcionista empieza a ser obvio. Pero, le pone ansioso que Johan le haya hecho la pregunta tan directamente.—¿Por qué quieres salir conmigo?
—¿Y por qué no?
—Aparte de que los dos somos Alphas hombres...— intento excusarse.
No quiere sonar como si fuese malo, tan solo que para él es inusual. Es de esas cosas que jamás espero que le pasarán.
—Creo que se debió haber dado cuenta que a mí eso no me importa.— respondió encogido de hombros.—
O, ¿Acaso le desagrada estar con alguien de su mismo sexo como casta?
—No lo sé. — suspiro pensativo, mirando los ramo de cinco girasoles en sus manos.—Las parejas que he tenido han sido Omegas, hasta ahora... Pero no solo es el género, también te llevo muchísimos años de diferencia.— explicó brevemente preocupado.— ¿Cuántos años me dijiste que tienes?— en su mente le calcula su edad, pero para estar seguro le pregunta directamente sospechando ya un aproximado.
—Tengo veintidós.
—Yo casi cuarenta. Muchos me verán tal vez como un pedófilo.— aclaró incómodo.
Tal vez físicamente no se vea realmente viejo, pero lo es. El que dirán es algo que lo tiene pensando, ya que estando en una relación romántica es obvio que es algo público, algo de lo que la sociedad te verá y criticara.
—Soy mayor de edad, doctor. Además, ¿Importa lo que los demás piensen de usted? Ayuda a mucha gente, ¿Con qué cara ellos irán a reclamarle por su vida privada?— cuestionó a lo que Tenma en su interior, sabe que tiene razón.
—Si, pero—, intento buscar alguna imposibilidad, alguna excusa, más no tuvo ninguna lo suficientemente clara en su mente.
—¿A qué hora es su almuerzo?— pregunto de repente cambiando un poco de tema.
—Al medio día.— dudó en decirle.
—Bien, lo veré en el almuerzo entonces. — le avisó confiado para darse media vuelta e irse caminando por dónde vino.
—Johan...
A Tenma Kenzo se le olvidó incluso la incógnita de como Johan entró a ese estacionamiento si se supone solo tiene acceso personal autorizado y el guardia de seguridad de afuera.
Ese chico es todo un poco enigma.
Π Ω μ
La cabeza le daba vuelta en algunas ocasiones al día, y ni hablar de otras tantas que devolvía la comida y le daba mareos. Por eso comenzó a tomar pastillas que solo le hacen efecto.
Temporalmente.
Cada vez le entraba ansiedad y las palabras de Johan hicieron un taladro sobre su cabeza, lo que lo empeora es recordar vividamente el sueño húmedo que tuvo de él, con él.
Los girasoles no puede ocultarlos, no porque no pudiese, sino porque en esos momentos no había considerado hacerlo ya que no pensó que generará algún problema.
Que el doctor Kenzo Tenma, alguien muy reservado con respecto a su situación sentimental y que por varios años se ha visto cero interesado en salir con alguien llegué un día de repente con un ramo de flores obviamente genera mucha curiosidad e interés en quienes lo ven, todavía lo hace más llamativo por el color de las flores para nada comunes en la ciudad.
Por lo tanto es que varios por no decir casi todo el personal del hospital, tanto compañeros como pacientes y demás, notaron el gran ramo de girasoles que cargaba y no dudaron en murmurar.
Muchos decían que se lo va a dar a alguien, probablemente algún interés romántico, si es que de pura casualidad no ha conseguido pareja en estos días y por algo se justifica que sería reciente y nadie sabía. Otros pocos, realmente pocos se fueron con la idea de que tal vez alguien se lo dió ya a él, o sea, que los girasoles son para él.
En esta época muchos se van por la idea que es el Alpha quien regala flores a la otra parte, y no precisamente al revés. La duda carcome mucho a varios, más nadie se atreve a acercarse y preguntarle directamente si él les recibió o pensaba dárselas a alguien, y quién es esa otra persona.
Otro pequeño porcentaje, sacaron la teoría de que también puede tratarse que quizás las flores sean para algún familiar, a pesar de que saben tan poco de los parientes del japonés. Tienen certeza que es hijo único, pero no si sus padres siguen vivos. Tenma habla prácticamente nada de su pasado, solo se sabe que vino a Alemania para buscar oportunidades de trabajo y mejorar sus estudios en medicina ya que de dónde viene, no van tan avanzados en ese aspecto de la materia, específicamente en esa rama.
Tenma ignorando los murmuros de los demás, se puso a leer algunos nuevos libros de medicina que le llegaron el mes pasado, como médico debe seguir actualizando se en su rama. Tan concentrado estaba leyendo que apenas se percató de su hora, y solo porque la misma enfermera de siempre le avisó que ya son las doce del día, que debe aprovechar su hora de comida y descanso porque es probable que las siguientes horas este tan ocupado que ni tiempo tenga de beber café.
Él asintió para salir del consultorio y dirigirse a la cafetería, mirando de reojo los girasoles que solamente los puso sobre su escritorio encima de varias carpetas juntas que hacen una pila considerablemente larga.
Recordó entonces que se suponía que quedó con Liebheart a su hora del almuerzo,¿Pero donde se supone que se verán? No tiene siquiera su número de teléfono.¿Debería ir al estacionamiento o él ingresará al hospital e irá hasta la cafetería?
Se supone que no deben permitir el paso a cualquiera que no sea parte del personal sin una buena razón.
Mientras se miraba el menú pensando en que elegir, una voz femenina detrás suyo le llamó la atención sonando amable pero penosa. Cómo si no quisiera interrumpirlo en su hora tan privilegiada y limitada que tiene.
—Disculpe, doctor Tenma.
—¿Qué sucede?— volteó a verla sonriendo de medio lado, calmado y paciente.
Aún le queda mucho tiempo para comer.
—Sé que es su hora de almuerzo, pero...— se disculpó de antemano.
—No te preocupes, todavía no he ni pedido algo para comer. ¿Qué pasa?
Tenma ya se imagina que puede tratarse de alguna emergencia. Algún paciente llegó de urgencias como suele suceder y obviamente lo necesitan. Después de todo, no es la primera vez que lo interrumpen en su desayuno por ese tipo de casos.
—Alguien me pidió que lo buscará para encontrarase con usted. Dijo que es muy importante. Obviamente no lo dejamos pasar ya que aquí solo pueden ingresar personal autorizado. — explicó la secretaria que más o menos ubicaba, no lleva mucho tiempo trabajando con ellos.
—¿Te dijo su nombre?— preguntó extrañamente ansioso, intrigado.
Porque por dentro esperó oír su nombre.
—Mmm... — se mostró pensativa recordando.— Johan Liebheart.
No sabe cómo le hizo para convencer a la secretaria para que se tomará la molesta de buscarlo y atreverse a interrumpirlo en su hora del almuerzo, especialmente si no había un paciente de por medio o una orden de un juez.
Π Ω μ
Su reencuentro con el Alpha de cabellos rubios y orbes azules fue visto por varios pacientes y algunos compañeros. Supo guardar las apariencias para no demostrar nervios o desconfianza enfrente del otro, y actuar con mucha naturalidad y amable como si fuese cualquier otro de sus pacientes
—¿A dónde me llevarás?— se atrevió a preguntar curioso, con el pequeño miedo de que ésto termine en qué el contrario lo lleve a un lugar sospechoso y tenga malas intenciones con él.
Aún le cuesta confiar en Johan. Sabe muy poco de él y la primera impresión no fue agradable, pero desafortunadamente si memorable.
—¿No está aburrido de la comida de la cafetería?
—No realmente.— contesta encogido de hombros. Él no tiene problemas con la comida de la cafetería, aunque a veces este baja en grasa, su sabor sea un poco insípida y sobre todo haya más vegetales que carne. Pero es entendible porque debe ser saludable.
Apenas se entera que Johan tiene coche y lo estacionó a algunas cuadras del hospital. No es demasiado llamativo pero se luce de una forma asombrosa que cualquiera sospecharía que es nuevo.
—Iremos a uno de los mejores restaurantes de la ciudad. — comentó un poco presuntuoso.
De todos los años que lleva viviendo ahí en Alemania, especialmente en la ciudad de Düsseldorf, como conoce el lugar y lo que le han contado también, el supuesto "mejor" restaurante que es valorado así por su servicio, variedad en el menú, comodidad en el interior y lo muy caro que está, además que la zona donde se hospeda no es cualquiera, es en algún lugar privado que no debe quedar nada cerca de donde él trabaja.
—¿Queda lejos? Te recuerdo que solo me dan una hora y media de descanso, y ya he gastado casi veinte minutos.
—No se arrepentirá doctor. — soltó con confianza. El contrario hizo una mueca algo incómoda.
Desde el momento en que supo que era Johan quién lo esperaba en la hora de su almuerzo, supo que tiene que salir sin ser obvio que es médico. Por lo que se quitó su bata del trabajo.
—Cuando estemos fuera del hospital, prefiero que me diga por mi nombre.— pidió, dándose cuenta hasta esos momentos, Liebheart se ha referido a él con el "usted", muy educado considerando que ya hasta se acostaron.
—Kenzo Tenma. — repitió lenta y suavemente, como disfrutando de cada sílaba que posee el nombre del japonés.
—Tampoco con demasiada familiaridad. Pero bien...
Pasaron otros varios minutos hasta llegar al dichoso restaurante que donde Johan tanto lo quiere llevar. En el estacionamiento no fue difícil conseguir un lugar vacío.
Desde afuera se presume tan grande y bonito, como bastante lleno. Pero para sorpresa del más grande, el más joven ya tiene una reserva.
Los llevaron al segundo piso, cerca del balcón donde la vista es aún más impresionante.
Después de pocos minutos Tenma ya tiene su orden al igual que Johan, ahora solo deben esperar pacientemente. El más tranquilo es el rubio, puesto el azabache mira varias veces la hora en su reloj de muñeca con cierta ansiedad. Puesto de su hora y media de descanso, ya han gastado cuarenta minutos. El recorrido hasta ahí es exageradamente largo, y todavía el regreso, definitivamente llegará un poco o muy tarde.
—Bueno, Liebheart. ¿Estudias o trabajas?— pregunto para iniciar un tema de conversación ante el pequeño silencio que se comenzaba a formar entre ellos. Además prefiere él escoger el tema de conversación que él otro lo haga.
Además justamente recordó las palabras del Alpha más joven por la mañana, de que no sabe casi nada de Johan más que su nombre.
Por otro lado también le genera bastante curiosidad saber que fue de su paciente que hace tantos años no ve. Aún recuerda aquel niño que tuvo que operar, que sobrevivió a aquel horrible accidente. Debió pasar un trauma por la muerte de sus padres y que todavía él haya recibido una bala del asesino.
El asesino de los padres de Johan jamás se encontró pero la policía dijo que se trató de terroristas políticos, apenas recuerda que sus padres eran una clase de embajadores de otro país en Alemania. Nunca investigo demás puesto tampoco tiene interés alguno en la política.
—De momento solamente dedico mi tiempo a estudiar. Estoy en la facultad de Abogacía, Derecho. — responde sereno.— Muy pronto empezaré mis prácticas. — añade encogido de hombros.
—Asi que quieres ser abogado, interesante. — admitió imaginándose al rubio litigando en los juzgados.—¿Ya tienes en mente una especialidad?
—Me interesa mucho la rama penal, pero también la familiar. Estoy un poco indeciso entre esas dos.
—Si no trabajas, ¿Cómo haces con los gastos?
—Herencia. — hace una breve pausa, Kenzo lo mira todavía un poco confundido.—De mis padres fallecidos.
—Oh, si, recuerdo ese trágico suceso de haces años. Y ahora que lo mencionas, ¿Cómo está tu hermana?¿Cuál es su nombre?— pregunto sumamente curioso.
A él le dejaron a cargo de Johan, fue su médico responsable y casi pudo haber sido su tutor legal debido a la muerte de los padres, pero no adquirió responsabilidades de la melliza, de la hermana de él, ya que ella fue directamente con un psicólogo en el mismo hospital pero otra área por lo que se siente muy intrigado por saber que fue de ella.
No recuerda su nombre, pero sí lo traumada que salió.
—Anna.— mencionó sonriente.—En realidad vivimos en la misma residencia.
—¿Viven juntos?— dijo un poco asombrado.—Entonces, ese día que me quedé en tu cuarto...— mencionó aquel bochornoso día de su celo.
Si estuvo un día entero en el cuarto de Johan, definitivamente la hermana debió darse cuenta.
—Oh, no se preocupe. Le dije que no se acercará puesto tenía visita. No le dí más detalles y además Anna es muy discreta.
Tenma se pregunto si la hermana de Johan sabe que pasó la noche con él, o solo se quedó a dormir en su cuarto como si fuese un invitado.
—Me alegra que los dos sigan unidos como hermanos. — fue lo que comento para no pensar demasiado en ello.
No paso más tiempo para que la comida empezará a llegar a sus mesas y disfrutarán del almuerzo.
Kenzo miro discretamente a Johan quién está vez, parecía más concentrado en comer, por lo que el nipón tuvo la oportunidad de apreciar lo mejor. Se quedó observando sus cabellos rubios, y entonces, pensó en el color de los rayos del sol, y después lo comparó con los girasoles.
Π Ω μ
Palabras: 3,004
Escritor: JaquiiAleWorld
Fecha de publicación: Jueves 03 de noviembre del 2022
Au: Omegaverse
Nota del escritor:
Hoy me cancelaron las clases por el huracán que está pasando, así que dije "hoy toca actualizar" XD.
No sé cuando volveré actualizar, no creo tardar demasiado pero tampoco creo que sea pronto, así que nos vemos!
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