✒2. Gracias𝄢
Son sus feromonas, incluso lo llegaron a marear un poco por un instante. Esa mezcla de aromas como canela, vainilla y cacao es tan fuerte como si fuese una clase de alcohol de calidad que le dan en un bar
Es bien sabido que entre Alphas se llegan a molestar e intimidar cuando se desprenden feromonas lo suficientemente fuertes para demostrar quien es las más fuerte o quien domina mejor. Aunque la mayoría de las veces lo hacen cuando hay un Omega de por medio o también para defender su territorio, cosa que ahí no hay ningún Omega y técnicamente el otro fue quién lo llevo ahí. A Tenma le parece estúpido que el rubio lo haga, y más en esa situación donde aún le duele la cabeza, siente ligeramente algo similar a náuseas y tiene la garganta seca como su la voz ronca, es tan irritante y a duras penas puede soportarlo.
"¿Qué quiere demostrar entonces?¿Intimidarme? Es insoportable." Pensó Tenma, nunca había tenido problemas con otros Alphas, al menos no hasta el punto que estos se hagan notar desprendiendo sus feromonas con tanta fuerza para molestarlo. Incluso cuando algún compañero de trabajo quiere siente fastidio o envidia de él, solo lo mira mal o lanza comentarios fuera de lugar.
El rubio al notar el reacción del hombre de más edad, se paró y en silencio salió de la habitación. Kenzo espero unos segundos más para que el aroma disminuyera y así poder respirar más tranquilamente sin estar tapándose la nariz todo el tiempo. Vuelve a sospechar de que quizás ese lugar no es la casa del desconocido, sino que tal vez es un hotel. Pero no lo sabrá hasta que salga del lugar, sea lo que sea donde esté, el lugar es demasiado moderno y lujoso.
No pasaron ni cinco minutos cuando el desconocido volvió a entrar con un vaso de agua y unas pastillas con todo y cajita, pero que vea cuáles son. Aunque igual es doctor, no es problema para él reconocer si son otro tipo de pastillas sospechosas.
Se las entregó rápidamente y Tenma vaciló antes de tomar la pastilla con el agua, a pesar de tener demasiada sed no puede andar tan confiado. En los minutos que lleva hablando con él, no le ha dicho mucho.
—¿Le pusiste algo al agua?
—Estuviste dormido por más de ocho horas, todo lo que quise hacerte, ya lo hice. ¿Qué sentido tiene que le ponga algo a la bebida?— cuestionó poniendo en intriga al mayor.
Respeta los gustos o preferencias sexuales de las personas, siempre y cuando haya consentimiento en las partes. Si al rubio le atraen los de su misma casta, es su problema. Pero si lo estuvo manoseando y haciendo demás cosas mientras él dormía, ahí viene el gran problema. Es inmoral, ilegal y demás cosas que se le ocurra para insultarlo y menospreciar.
—Eres un enfermo.— le insultó, pero intento creerle con respecto a que el agua no tiene nada. Tragó la pastilla y de inmediato bebió todo el agua, fue como un gran alivio para su garganta y calmó su sed un poco. Suspiró y miró aún molesto al joven enfrente de él que parecía no querer despejar su vista.—Dime de una buena vez, ¿Qué quieres de mi?— mantuvo una pastura ruda y recta, no quería verse intimidado.
Cuando llegó a Alemania hace varios años, siempre se veía nervioso y tímido, alguien a quién fácilmente puedes manipular y regañar o darle algún sermón. Parecía más un simple Beta que un Alpha, casi siempre con la cabeza agachada y muy obediente. Incluso para dar su opinión se le hacía difícil, especialmente si era a sus jefes.
Desde que su novia terminó con él dándose cuenta que ella solo andaba con él por completo interés, la muerte de su jefe y sus compañeros de trabajo hace años, y que le hayan subido de puesto a director es que cambio mucho para si mismo. Siguió siendo amable y muy bueno en su trabajo, pero ya no se dejó pisotear por nadie más ni menos intimidar, especialmente en su área laboral.
—¿No me recuerda, doctor Kenzo?
Tenma se cuestionó seriamente, el otro sabe su nombre completo e incluso su ocupación. ¿Ha ido al hospital varias veces hasta reconocerlo o se lo habrá dicho el mismo estando borracho? Sea como sea, le da un escalofrío al darse cuenta que, mientras el otro sabe su nombre y a que se dedica —por suerte no sabe dónde vive—, Tenma desconoce completamente quien es el otro.
—¿Recordar?— repitió, haciendo un gesto de visible confusión e incrédulo. Obviamente no sabe quién es la persona que está enfrente suyo, lo único que sabe del rubio es que lo encontró saliendo del bar todo borracho y lo trajo hasta aquí para hacer quien sabe cuántas cosas sucias.
El joven alemán hizo una mueca en su rostro, como una sonrisa torcida pero con cierto toque de decepción.
—Es una verdadera pena que ya se haya olvidado de mi, cuando en cambio yo, tengo muy presente lo que usted hizo por mí, incluso a pesar de todos estos años, jamás podré olvidarlo.
Tenma siguió mirándolo lleno de confusión y desconfianza. El rubio parece hablar con tanto respeto y agradecimiento hacia él, además de decir que lo conoció hace tantos años cuando él ni siquiera lo recuerda.
—¿Quién eres?
Seguido de desconfianza y confusión, sintió intriga por la identidad del más joven.
—Soy aquel niño que le salvó la vida, extrayendo le una bala en la cabeza, hace tan sólo hace once años.— respondió serio, el japonés lo miró expectante y una serie de imágenes llegaron a él haciendo que se quedará impactado por dicha revelación, y que el rubio no está mintiendo.— Me prefirió salvar a mí, que a ese otro alcalde con dinero.— añadió haciendo énfasis en las primeras palabras.—Eso nunca lo olvidaré.
—Eres uno de los mellizos de aquel incidente de supuesto terrorismo político donde sus padres murieron.— jadeó bastante sorprendido, ¿Cómo no se dio cuenta?
Han pasado muchísimos años, pero cuando hace memoria y piensa en aquel niño de diez años que operó aquella vez, ve ciertas similitudes. Su piel tan clara, el cabello rubio y sus ojos tan azules como el océano.
Varios sentimientos encontrados se acumulan en su interior, como una calidez inexplicable y un hormigueo que lo deja pensando y sin palabras por un breve momento.
Siempre había pensando que, fue gracias a ese niño que su vida cambió, y no solo profesionalmente sino que también su forma de pensar y comportarse. Aquel niño hizo darse cuenta como algunos doctores tienen preferencia y distinción entre unos pacientes y otros, y que él definitivamente los aborrece y se prometió así a mismo y al niño que en aquel entonces se encontraba inconciente, jamás ser así.
—Soy Johan Liebarth. — pronunció su nombre claro y fuerte.
—Johan...— repitió el nombre, mirarlo fijamente por tanto tiempo hizo que temblará por alguna extraña razón y miró hacia otro lado. No cabe duda que es él, todo coincide, el físico, el nombre y la historia. Pero recuerda de inmediato su situación actual, él que está desnudo con moretones en su cuerpo y un tapón incómodo y vergonzoso en su esfínter.—¿Por qué me haces todo esto?— traga saliva preocupado, mirándolo frustrado.
La revelación de que, ese hombre joven que está frente a él es aquel paciente de hace muchos años, sigue siendo impactante pero también siente melancolía por el encuentro, un encuentro muy raro e inusual. Sin embargo, esto no quita ni justifica el que esté ahí sin ropa y que solo Johan sabe que cosas le hizo mientras dormía.
—Solo quiero darle gracias por haberme salvado.
Johan se acerca mucho más a él, hasta el punto prácticamente acorralarlo a él con el marco de la cama. Tenma se siente extrañamente intimidado, no entiende porque. A pesar de que el rubio controló mejor sus feromonas y ya no las siente tan pesadas y fuertes hasta el punto de asfixiarlo como hace rato, se siente como si el otro le estuviera dejando poco espacio y que agarró confianza con él solo por el hecho de que ya sabe y recuerda quién es.
—Tu manera de darme las gracias me aterra.— confesó tragando duro, intentando no sonar tan nervioso. Las sábanas solo cubren de su estómago hasta abajo, su pecho está completamente expuesto, y realmente siente que el Alpha rubio lo mirá demasiado.— Eso no justifica ni explica porque estoy desnudo y con moretones.
El más joven sonríe como si nada, ignorando en parte la gran preocupación actual del nipón, le pregunta:
—¿Quiere quitarse ese tapón de ahí abajo?— dice sin vergüenza ni pudor alguno, señalando con picardía a la vez que lo destapa, aprovechando que el doctor había bajado la guardia por unos segundos.
Tenma lo alejó mientras intentaba cubrirse sus partes más nobles, no exactamente por vergüenza a qué otro hombre Alpha lo viera, más bien porque todavía no se fía de lo que le hizo mientras seguía dormido. Y aunque no lo quiere pensar mucho, si tiene esa ligera sospecha que espera no sea verdad, de que abuso de él mientras dormía.
Una parte de él quiere saber la verdad pero otra no quiere averiguarlo, es tan contradictorio.
—Puedo hacerlo yo solo. — se excusó sin mirarlo a los ojos. — Solo dame unos pantalones para ir hasta el baño. — pidió, pues no quiere que durante el trayecto lo siga viendo.
Ya de por sí caminar le será incómodo y medio raro por la sensación notoria de tener un tapón ahí abajo, no quiere humillarse todavía más y que el otro lo mire sin nada.
—Si fuera así pudo hacerlo antes, pero tenía miedo de que fuese peligroso.— comentó, y aunque tiene razón, Tenma no le dijo nada.— Abra las piernas y déjeme hacerlo por usted, seré cuidadoso.
El nipón sintió más incomodidad y rechazo, es obvio que tiene otras intenciones y no precisamente ayudarlo. Quiere quitarse lo porque sabe que tendrá una reacción, y dicha reacción puede provocar y excitar al rubio, cosa que obviamente Kenzo le repudia.
Respeta gustos ajenos, pero a él no le atrae en lo más mínimo otros Alphas.
Ante el recio rechazo de Tenma y que no quiere ser ayudado, Johan decide ir por unos pantalones holgados, se los entrega y se voltea para mirar a otro, el japonés piensa en preguntarle sobre su ropa, pero prefiere hacerlo después. Johan le indica la puerta del baño que está dentro de la habitación.
Una vez el azabache se los pone va al baño con mucho esfuerzo, extrañamente sus caderas le duelen un poco, sus piernas flaquean y todavía no se queja de el problema más grande e incómodo que es tener esa cosa en su intimidad.
Al llegar al baño cierra la puerta con seguro por si acaso y comienza a sacarse lo con cuidado y paciencia, sintiéndose como si estuviera en una de las tantas operaciones delicadas. Tal como sospecho, fue un poco difícil al principio pero ese no fue tanto el problema, sino que su cuerpo reaccionó de una forma vergonzosa que hasta el provocó un sonoro gemido, y rezó porque no se escuchará hasta fuera del baño.
Su entrada se contrajo y recibió espasmos ante la salida de aquel extraño objeto, parecía como un pequeño tubo con una bola considerablemente de un tamaño mediano y punzante, que al sacarla está tan húmeda y dejo su entrada bien abierta que hasta miedo le dio siquiera tocarla para inspeccionar si no había nada más de lo que preocuparse.
Casi no sintió dolor, asqueado pero reuniendo valor y tardando mucho más de lo que se planteó, busca cosas en el baño, algo que lo ayude a inspeccionar, pero no hay nada útil.
—¿Todo bien allá dentro, Doctor Tenma?— la voz de Johan lo espantó por un instante, casi lo desconcertó por completo. Supone que se impacienta porque ya lleva más de diez minutos ahí.
—¿Qué mierda es esto y porque me lo pusiste?— pregunto intrigado y asqueado, aquel peculiar objeto lo tiro en el bote de basura.
Nunca se había metido nada ahí, por lo que sí, no está para nada acostumbrado a tener cosas ahí dentro con justa razón.
Sin guantes o algún lubricante, se inspeccionó la entrada, tanteando alrededor de la zona y después introduciendo poco a poco y cuidado dos dedos, provocando un temblor en esa zona, no precisamente de dolor, sino porque sigue sensible.
— Lo hice para dilatarlo. Es un juguete sexual.— confesó del otro lado, Tenma se quejó.
—¿¡Qué!?
—Sere sincero con usted doctor. La madrugada donde lo encontré saliendo del bar completamente borracho y luego cayó dormido, cuando lo traje a mi casa, justo entró en celo.
En el momento en que lo dijo y Tenma entro en más confusión y un poco en pánico, no solo porque el contrario afirmó que entró en su período de celo, sino que también sintió como algo se deslizaba en su entrada. Caliente, espeso y abundante que casi hace que pierda la respiración. Por un breve instante pensó en que era sangre, pero cuando saco sus dedos y los miró para ver confirmar, es que supo que no se trataba de algún líquido rojo.
Es semen.
Sintió su estómago revolver y su entrada no dejaba de expulsar más de aquel abundante semen. Jadeo desesperado y sumido en la angustia, pero tragándose su orgullo, se limpió.
No puede creer que de verdad fue abusado por otro Alpha, y que ese tapón en su interior retuvo por mucho tiempo el esperma del rubio.
¿Realmente lo violaron?
Jamás se lo perdonará a Johan, incluso aunque hace años le haya guardado un cariño especial y prometió cuidarlo hasta que se diera de alta, que se haya acostado con él y tal vez fue abusado mientras dormía, convierte la situación en algo muy turbio y espantoso.
No puede confiar en Johan Liebheart.
Π Ω μ
Palabras: 2,320
Escritor: JaquiiAleWorld
Fecha de publicación: Jueves 06 de octubre del 2022
Fandom: Monster
Au: Omegaverse
Nota del escritor:
Después de muchísimo tiempo, por fin he vuelto actualizar!
Dios, es que la temporada de exámenes en mi Facultad aún no termina, apenas está empezando. Tan solo la semana que viene tengo 4 exámenes distintos, 3 el mismo día.
En fin, los veo luego!
(No me pregunté el nombre de este cómic de ellos dos, Proque no me acuerdo y lo leí hace tiempo)
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