ꕤ : capítulo 03.
—Oh por Dios, me vas a matar —rió—. Eres una bebé intentando ser ruda.
—¡Mira lo que aprendí a hacer! —lloriqueo, bajando de la cama—. Pero no puedo ahora. —chilló.
—¿Por qué no? —batió las cejas.
—Porque tengo que dar piruetas, mejor cuando se quita la cosita roja. —rió.
—Pues en una semana. —asintió viendo a la televisión.
—Oye Miy, me duelen las bubis. —lloriqueo, acariciando su pecho.
—¿Te las beso? —batió las cejas—. Es molestando, ven aquí.
—No porque mami dice que soy una cachorra —corrió hasta el rincón—. No, no y no, alfa boba.
—Estoy bromeando, cachorra, ven aquí. —palmeó sus muslos.
Shuhua corrió hasta su alfa, sentándose en sus piernas.
—Me gustas mucho Unnie.
—Tú a mí, cachorra, pero ya es hora de estar quietesitas o te dolerá el cuerpo.
—¿Me das besitos en las mejillas? Y los muerdes con tus colmillitos. —sonrió.
—Todos los besitos del mundo. —beso sus mejillas y labios.
—Gracias alfa —ronroneo—. Oye alfita.
—¿Mhm? —alzó las cejas.
—Cuando seamos mayores... ¿Voy a esperarte con la comidita lista? —sonrió.
MiYeon rió levemente.
—Y yo te voy a llevar helado.
—Y me vas a dar besitos de bienvenida —ronroneo—. Y nos vamos a amar mucho, siempre, siempre.
—Y llevaremos a nuestros cachorros a pasear todos los domingos. —acaricio sus caderas.
—Yo quiero tener muchos cachorritos junto con mi alfa —suspiró—. Quiero eso contigo Miy.
—Y lo vamos a hacer, porque nunca dejare que mi omega se vaya —beso sus labios—. Porque amo mucho a mi pequeña cachorrita.
—Y yo amo mucho a mi gran alfa —sonrió, besando de nuevo—. Te amo mucho MiYeonnie.
MiYeon sonrió, pegándola en un largo y tranquilo beso, frotando sus narices.
—Me encanta que te pongas así —rió—. Toda rojita.
—Shh —rió bajo—. Me dices cosas bonitas y me sonrojo.
—Te puedo poner muchos apodos —rió—. Blancanieves, muñequita, cachorrita, fresita, bebita. —batió las cejas.
—Alfa basta —mordió su labio—. Tú eres Mimi, princesa, alfita, y... ¡Púa!
—Ah, no, Púa eres tú, los dos unos llorones. —rió.
—Pero Púa porque casi se... ¡Me contemplo por la orilla del agua, desde que yo recuerdo, no sabiendo el porque! —chilló, cantando la parte de la canción de la princesa.
MiYeon rió levemente, acostándola a su lado.
—Ya nena, mira tu película, yo soy Púa. —rodó los ojos, dándole la razón a su omega.
—Nunca... La perfecta niña he sido, devuelta he venido, es duro y lo intentaré —siguió al ritmo de la película—. Una y otra vez...
MiYeon se inclino a besar su mejilla, cubriéndola con las mantas de tela apeluchada.
—¡Me interrumpes! —lloriqueo, regresando la película para cantar completa la canción.
MiYeon rió bajo, acostándose a su lado, abrazando uno de sus brazos.
La omega se quedó dormida minutos después, a mitad de la película.
MiYeon apagó la luz y el televisor, pegando a la omega a su pecho y besando sus mejillas, teniendo un chupón justo en la mesita de noche, pues sabía que era probable que a la omega le dieran dolores en la madrugada.
Shuhua durmió unas horas, soltando lloriqueos en la noche.
MiYeon abrió sus ojos para ver a la omega, acariciando su espalda baja.
—¿Que pasa, mi amor? —pregunto en un susurró.
—Miy me duele la pancita. —lloriqueo.
—Ven —la cargo y puso sobre sus muslos—. Es hora de cambiar tu toallita y tomar otra pastilla, ¿Si?
—¿Y qué hago con mi toallita sucia? —hizo un puchero—. ¿La tengo que lavar?
—No, omega, se deshecha, es una toallita desechable —la cargo por la cintura, caminando al baño—. Mira nada más que buena niña, no te has manchado. —sonrió, poniéndola sobre el lavamanos.
—¿No? ¿Soy una buena cachorra? —sonrió en grande.
—Siempre lo eres, aunque alguna vez te manches —rió—. ¿Lo haces solita o te ayudo? —alzó las cejas.
—Alfita, ¿Me puedes ayudar? —mordió su labio—. Me siento segura contigo.
—Claro que puedo ayudarte, cachorra. —bajo la ropa interior de la omega, desechando la toalla y sacando de el cajón del baño una nueva, la había puesto antes de dormir.
—Ewww alfa, tocaste esa cosa fea, ¿No te da asco? Es horrible, perdón, no lo vuelvo a hacer. —lloriqueo.
—¿Que cosa fea? —alzó las cejas, enjuagando sus manos en el agua de el lavamanos—. Omega, ya te dije que esto es algo normal y de hecho es una de las cosas más limpias de tu cuerpecito —pincho su estómago—. No es como popo. —rió, provocando risa en la omega también.
—Alfa boba, siempre quieres hacerme reír —rió bajo—. ¿Y por qué es limpio en mi cuerpecito?
—Porque se encarga de limpiar tooooodo esto —señalo su vientre—. Y no tiene bacterias o algo así, es uno de los fluidos más limpios —sonrió—. Nuestras manitas o celulares tienen más bacterias que la sangre menstrual, cachorra.
—¿Entonces me lo puedo comer? —hizo una mueca, jamás había hablado con nadie sobre el tema, era completamente nueva en el tema.
—¡No! —rió—. Bueno, eso sí que no lo sé, hay chicas que lo hacen —se encogió de hombros—. Pero tú no, por ahora no, si luego creces y te da la gana de hacerlo pues lo haces. —rió de nuevo.
—¡Ew! —lloriqueo—. Alfita, gracias por cuidarme a mi y mi pancita.
MiYeon puso una toallita nueva en la ropa interior que milagrosamente no se había manchado, subiéndola de nuevo y acariciando las caderas de la omega en un acto cariñoso.
—¿Que pasa? —pregunto al verla tirar de la tela como si estuviera acalorada.
—Me estorba la ropa Unnie, quiero quedarme en ropa interior y una camiseta. —lloriqueo.
¡Gracias por leer!
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