Capítulo 75

"Porque todos quieren sentir amor. Todos quieren ser adorados."
-Tissues
(YUNGBLUD)


A pesar de las miradas que los rodeaban, Jimin y Taehyung se sentaron en una de las mesas más apartadas del comedor del hostal con la señora Park. La Diosa Luna sabía que los tres necesitaban dormir, especialmente la madre de Jimin, pero eso tendría que esperar un poco más. Tal vez hasta que sus estómagos estuvieran llenos.

-¿Estás seguro de que no quieres algo más contundente? - Taehyung trató de poner uno de sus huevos fritos en el plato de Jimin pero el omega negó. - Está bien, supongo que durante la cena podrás recuperar energías.

-No te ofendas Tae, pero simplemente no tengo hambre. Mi estómago está cerrado en este momento.

Taehyung no podría ofenderse por algo así, de hecho entendía muy bien a su mejor amigo. A pesar de que habían pasado horas desde la batalla él todavía se encontraba plenamente afectado. Teniendo en cuenta que Jimin había perdido a su padre y el vínculo familiar que había crecido en su interior desde que era un cachorro… Al igual que Jungkook, seguramente se sintiese devastado.

Habían presenciado demasiada violencia, habían generado demasiada sangre. Las dos partes y lados de la montaña, independientemente de todo… Ninguno de ellos estaba acostumbrado a algo tan grotesco como eso y con un poco de suerte sería la última vez que tendrían que verlo. Taehyung no se imaginaba perdiendo a uno de sus padres y quizás por eso se sentía mudo cuando se trataba de decir algo para tratar de ayudar a su amigo. De repente era como si todas las palabras que siempre salían con facilidad de sus labios cuando estaba alrededor del omega, ya no existieran en absoluto.

¿Qué podía hacer o decir para calmar el dolor por la muerte de un ser querido? Nada. Absolutamente nada. Solo el tiempo y el cariño curarían esas heridas tan sumamente profundas. Por eso se limitaría a cuidarlo, a él y a Jungkook. Su apoyo era lo único que podía ofrecerles.

-Al menos tomate la infusión de lavanda, pequeño. - la señora Park acarició el cabello de la nuca de Jimin. - Y tal vez un poco de ese pastel de manzana que tanto te gusta. La madre de Hoseok lo ha preparado especialmente para tí.

Jimin sonrió un poco, sin que las ganas de hacerlo llegasen hasta sus ojos pero al menos estirando sus labios en un gesto sincero. Para Taehyung eso fue un gran avance teniendo en cuenta que su amigo no había mostrado más que dolor y sentimientos de tristeza desde el instante en el que se habían encontrado. Aún había algo depresivo en su aura, sin embargo al menos estaba reaccionando a lo que su madre le aconsejaba.

-¿Quieres que vayamos a otro sitio? - Taehyung empujó su ración de pastel de manzana hacia Jimin cuando percibió que este estaba comenzando a comer. - Quizás te sientas más cómodo en un lugar más privado.

Pero Jimin negó, al igual que lo había hecho quince minutos atrás cuando su madre le ofreció esa misma opción antes de dirigirse hacia el comedor.

-No quiero esconderme. Yo… - Jimin suspiró, jugueteando con la taza entre sus manos antes de beber un sorbo de la infusión y darle un bocado a su pedacito de pastel. - Sé que mi padre les ha causado dolor a muchas personas pero también estoy seguro de que todos aquí somos conscientes de que los enfrentamientos basados en ideologías iban mucho más allá de lo que él hizo. Si mi padre no hubiera encabezado una revuelta, cualquier otro lobo lo habría hecho en algún momento. No estoy diciendo que sea menos culpable por eso, simplemente creo que todo esto era inevitable teniendo en cuenta el ámbito en el que todos hemos vivido durante años. Salimos de una guerra que duró siglos y lo pretendimos hacer con una unión entre líderes que no preparó a las personas del modo adecuado durante un tiempo prudencial. Hace solo unas semanas norteños y sureños continuábamos peleando como siempre lo hemos hecho, en bandos separados. Incluso cuando nuestros líderes trataban de evitarlo con un matrimonio forzado. No prepararon bien el terreno Tae, y nadie me podrá convencer de lo contrario. Nos juntaron de repente, de forma precipitada aún sabiendo que existían rencores del pasado y odio, mucho odio.

Taehyung asintió, en realidad estaba de acuerdo con lo que Jimin decía. En cierto modo la unión había sucedido de una forma precipitada, sin importar los esfuerzos que se hubieran hecho por mantener un territorio neutral para guardianes mientras las cosas se asentaban. Las idas y venidas de lobos entre territorios y las peleas que se habían ocasionado en base a tradiciones y diferencias que parecían irreconciliables, eran el perfecto ejemplo de que las cosas habían sido tensas desde el mismísimo inicio de esa unión. Y que parte del consejo territorial del sur hubiera influido en los pensamientos de su manada para hacerlos rechazar la idea de una unión, derivó en una interminable lista de altercados entre lobos que no hizo más que tensar la cuerda hasta agrietarla.

-Si hay algo que espero sacar de aquí,  es que este pequeño ejemplo de lo que una guerra activa sería, sirva para que todos los que han perdido a alguien entiendan que debemos esforzarnos por la paz. Da igual si pensamos de modos contrarios o si hay diferencias irreconciliables, la guerra no es algo a lo que deberíamos tener que enfrentarnos de nuevo. Han sido demasiados años de conflicto y…

-Opino lo mismo.

Jungkook deslizó una de sus manos por el respaldo de la silla de Taehyung antes de inclinarse para depositar un suave beso sobre los labios de este.

-¿Cómo ha ido la reunión? - el alfa norteño sonrió levemente, moviendo su silla para permitir que Jungkook se acomódase cerca.

-Bien, o eso quiero pensar. Parece que se ha llegado a un acuerdo de tratado provisional que será revisado en quince días para incluir o eliminar cláusulas.

-¿Han dicho algo acerca de…? - Jimin comenzó a preguntar, luego carraspeó. - Bueno… Sobre mi madre y sobre mí.

La señora Park no tardó demasiado en reaccionar, sus manos apretaron el tenedor entre sus dedos y sus ojos se posaron sobre Jungkook.

-Ya has pasado por un interrogatorio y se ha considerado que no eres culpable de aquellos actos que ha llevado a cabo tu padre. - Jungkook le dedicó una suave sonrisa a Jimin, sabía por su aroma que los nervios lo estaban comenzando a consumir. - Eres completamente libre de ser y de vivir, en cuanto a tu madre…

El alfa sureño llevó la mirada hacia la mujer ante sus ojos. Una vida entera dedicada a la guardia y a la protección de la gente no debería acabar en un castigo basado en crímenes que su pareja había cometido por cuenta propia. Las ojeras bajo su mirada y el tembleque de su mano eran la prueba del dolor que sentía, añadir un castigo inmerecido a su ya larga lista de preocupaciones… Sería no sólo cruel, sino también injusto.

Además, Kim Namjoon ponía sus manos en el fuego por esa loba. Así que Jungkook creía fielmente en la inocencia de esta. El padre de Taehyung nunca se arriesgaría a defender a alguien que reuniese una mínima posibilidad de ser culpable de un acto que hubiera enfrentado a las manadas en una batalla.

-Al parecer Kim Namjoon ha formado parte de las Lunas Azules desde el mismo instante en el que comenzó a ayudar en el proceso de sacar a deltas del sur para acogerlos en el norte. - Jungkook suspiró, posando sus ojos momentáneamente sobre Taehyung antes de regresar la mirada a la madre de Jimin. - Está dispuesto a testificar a tu favor argumentando que durante todo este tiempo tú, como él, has ayudado a rescatar deltas y también has puesto todo de tí para favorecer la unión, luchar en contra de posibles enemigos y proteger a los lobos de ambos territorios sin importar su origen o manada. Y en mi caso, haré lo posible por conseguir que mi madre también hablé a tu favor. Aunque seguirá existiendo la posibilidad de que debas atravesar un interrogatorio con cóctel de la verdad incluído.

La señora Park asintió, sus manos todavía tensas mientras miraba a Jungkook.

-Puedo hacer eso. Es una buena forma de hablar con la verdad sin que nadie dude del resultado. De hecho, es una buena noticia que se me vaya a interrogar de ese modo.

Jungkook le dedicó un asentimiento de cabeza. Aunque para él, el método de interrogatorio de los norteños seguía siendo demasiado intrusivo, entendía que a una guardiana Yook le pareciera la fórmula más adecuada.

-Bien, entonces… - suspiró. - Estoy seguro de que Namjoon te avisará cuando se requiera tu presencia. De momento, descansa todo lo que puedas. El proceso de interrogatorio es complicado con violencia o sin ella de por medio.

La señora Kim asintió.

-Gracias por la ayuda, Jungkook. - susurró el omega norteño.

Taehyung rodeó con su mano la muñeca de Jungkook en un gesto de ánimo.

-Gracias, lobito. De veras.

Fue un día después del fin de la batalla cuando los lobos con heridas leves comenzaron a dejar el hostal para regresar a sus casas o ayudar en la tarea de crear rápidas ceremonias de entierro para los heridos de los dos bandos. También fue un día después cuando la madre de Jimin se sometió a un interrogatorio que mantuvo al omega dando vueltas una y otra y otra vez en su catre durante la madrugada.

La luna todavía brillaba en el cielo cuando tres guardianes y un sanador , que no era el padre de Taehyung, llegaron dispuestos a llevarse a la señora Park.

-Dos horas, como mucho tres. - la madre de Jimin trató de tranquilizar al omega.

Muchos lobos habían abierto los ojos y puesto sus oídos en alerta ante lo que sucedía entre las sombras de la estancia tan solo iluminada por una pequeña luz portátil.

-Si todo va bien tu madre estará aquí al amanecer. - Kim Namjoon se había acercado a ellos. - Los interrogatorios del norte no son sencillos por lo que el cóctel de la verdad implica pero al menos son certeros y eso significa que una vez que tu madre lo atraviese será libre sin que la gente dude de su inocencia. Incluso si no ha sido Jin quien ha preparado la mezcla, los ingredientes y el proceso es el mismo. Puedes confiar en que su duración no será elevada y en qué solo se le preguntará aquello que sea necesario. Me aseguraré de que ella esté bien, Jimin.

Namjoon apoyó una de sus manos sobre el hombro del omega que ahora estaba sentado sobre el catre de Taehyung, entre este y Jungkook.

-Siempre hay alguien que decidirá dudar incluso si las pruebas indican que nuestras manos están limpias. - Jimin miró más allá de los guardianes que esperaban a su madre en la entrada de la estancia. - El miedo es un mal amigo y a veces hace que las personas vean enemigos donde no los hay. No estoy seguro de que un interrogatorio pueda solucionar lo que la mayoría de lobos han empezado a pensar de nosotros. Están dolidos y llenos de ansias de venganza.

Taehyung dió un respingo, entendiendo lo reales que eran las palabras de Jimin.

-Ese es lo que me asusta a mí. - susurró. - El ansia de venganza es un sentimiento peligroso justo después de una batalla.

Jungkook estiró su mano hacia la nuca de Taehyung para masajear la piel de este sobre la zona. No estaba diciendo nada en voz alta y tampoco le había hablado mentalmente, pero el gesto era más que suficiente. Las palabras sobraban para saber que él pensaba lo mismo y compartía su miedo.

-Eso es cierto, hijo. - la señora Park suspiró y su mano se extendió para apretar la de su hijo antes de inclinarse con la intención de abrazarlo. - Pero al menos saldré de este interrogatorio con la certeza de que quién realmente importa sabrá que yo nunca he querido derramamientos de sangre o guerra. Amaba a tu padre, la Diosa Luna lo sabe… Pero eso nunca ha significado que esté de acuerdo con sus… En fin, supongo que se le pueden llamar ideas radicales. Y estoy segura de que por eso él nos ocultó todo el proceso de revolución que estaba planeando en secreto con su grupo de Lunas Rojas. Sé que él sabía que no estaríamos de acuerdo, de la misma manera en que sé que entre todo esa basura que nubló su mente él tal vez trataba de conseguir un mejor futuro para todos nosotros.

-No es excusa… - Jimin aceptó el abrazo de su madre, levantándose para envolverla entre sus brazos. Los dos se estrecharon con fuerza. - Él… Hizo mucho daño.

-Lo sé. Jamás lo será, nunca voy a excusar sus actos pero sigue siendo el hombre al que decidí amar. Incluso cuando no me queda ni una ceniza de él a la que poder llorar. - la señora Park carraspeó, tratando de alejar el llanto de sus ojos. - Sea como sea, ahora es parte de nuestra responsabilidad demostrar que jamás estuvimos de su lado. El miedo es algo natural, no podemos culpar a las personas por sentirse amenazadas ante la posibilidad de que alguien inicie otra guerra. Ya han perdido demasiado.

Jimin se estremeció, recordándose a sí mismo en la cabaña de la zona neutral de guardianes. Junto a su padre, con una bala traspasando y rompiendo su piel. Las palabras de este mientras explicaba sus razones para activar un golpe de estado en contra de los líderes habían estado repletas de odio, irá y viejos rencores. Él habría pasado sobre cualquier lobo con tal de obtener sus objetivos, sin importar si lo conocía o amaba. Sin importar absolutamente nada.

-Ve. - Jimin tragó saliva. - Déjales saber nuestra verdad.

La señora Park sonrió y acarició con las palmas de sus manos las mejillas de su hijo.

-Trata de descansar un poco más.

Pero aunque Jimin lo intentó, a pesar de que volvió a estirarse en el canastro y cerró los ojos, todo lo que consiguió fue dar vueltas.

-"Todo irá bien." - Taehyung había tratado de calmarlo durante la madrugada temprana, antes de que Taemin entrase por la puerta y llamase al omega con una simple mirada. - "Creo que deberías ir con él, te ayudará a despejarte. No es bueno que te centres en pensar más de lo necesario en lo que estará ocurriendo en la sala de interrogatorios."

Así que Park Jimin abandonó el refugio de ese salón repleto de lobos  cuando la luna todavía brillaba en el cielo y el sol todavía no se asomaba al horizonte, aunque con la mañana mucho más cercana de lo que lo había estado en el instante en el que se había despedido de su madre.

El omega decidió caminar al lado de un mestizo de sombras, de esa persona que de algún modo le había ayudado a descubrir quién era realmente su padre y del que cruzó la montaña para ir hacia los mismos líderes que habían tratado de apresarlo. Todo para asegurarse de que él sobreviviera, para ayudarle.

Confiaba en Taemin. Quizás con muy pocos motivos, pero al menos con los suficientes.

-Tu mirada parece cansada, siento haberte despertado tan temprano.

Jimin negó.

-En realidad he dormido bien durante la tarde, después de tomar una ducha mi cuerpo simplemente no pudo evitar caer rendido en uno de los catres. En cambio, desde que se llevaron a mi madre… No dejé de dar vueltas mirando hacia el techo oscuro. En realidad me has ofrecido una excusa para salir de ese salón.

Taemin dudó antes de llevar una de sus manos hacia la del omega, sus dedos envolvieron los de Jimin y sencillamente no pudo evitar sonreír al percibir la diferencia de tamaño. Mientras que las manos del lobo eran pequeñas y casi delicadas, las suyas eran grandes y estaban llenas de arañazos por su habitual trabajo como camarero.

-¿Qué tal si damos un paseo por el exterior? La brisa del amanecer podría ayudarte a calmar toda esa ansiedad que seguramente estes reteniendo.

Jimin sonrió, lo hizo sinceramente y sintiendo una calidez diferente en el interior de su pecho mientras miraba al mestizo.

-Me gusta esa idea, hay una zona de manzanos al lado del hostal que siempre me ha gustado. En ocasiones las luciérnagas vuelan alrededor de las ramas y parece que las hojas están repletas de estrellas.

-Oh. Entonces definitivamente quiero ver eso.

Sosteniendo la mano de Taemin entre la suya, Jimin sonrió y caminó hacia las escaleras.

Tal vez podría respirar un poco antes de enfrentarse al interrogatorio de su madre.

Taehyung se encontraba todavía medio dormido mientras Jungkook jugueteaba con sus bucles plateados. No tenían privacidad en esa sala llena de camastros, literas y colchones, pero de algún modo los dos se sentían absolutamente bien tras haber esquivado a la muerte.

-No me apetece nada levantarme. - el norteño protestó, abriendo levemente sus ojos para mirar a Jungkook desde su posición recostada. - Siento que tres días durmiendo no serían siquiera suficientes.

-Entonces simplemente sigue durmiendo, el sol no ha salido todavía y no hay responsabilidad alguna que debas atender. - Jungkook giró sobre su espalda, atrayendo a Taehyung hacia su pecho con el movimiento. - Aprovecha que puedes descansar. Yo literalmente tendré que pasar la mañana completa levantando cadáveres que se han perdido entre las zonas de batalla y buscando a familiares y amigos de esas personas. Siento que estallaré antes de llegar al mediodía. Todo esto es… Horrible.

Un suspiro lastimero abandonó los labios del alfa norteño y Jungkook lo estrechó entre sus brazos.

-Siento haber sido tan crudo con las descripciones. En ocasiones olvido que te has criado entre buenas intenciones y la opción del diálogo sobre cualquier cosa. La guerra ha debido ser mucho más intensa para tí de lo que lo ha sido para mí. Me han criado entrenando para enfrentarme a batallas, incluso si mis padres ni siquiera creían en algo así.

-No lo sientas, no eres tú quién ha causado esta guerra. E incluso si estabas entrenado, estoy seguro de que ha sido igual de duro para todos nosotros. - Taehyung depositó un suave beso sobre la barbilla del sureño. - Has perdido a tu padre y estás en malos términos con tu madre. Estoy seguro de que es algo para lo que nadie se puede preparar, por mucho que hayas entrenado a lo largo de tu vida.

Taehyung suspiró tras revolverse el cabello desordenado, se sentó sobre el colchón de su camastro y golpeó levemente con sus dedos la pierna de Jungkook que le rodeaba todavía la cintura. Los dos habían dormido abrazados y apretados, con sus padres cerca y lejos a la par. Era complicado encontrar un momento para sí mismos en medio de todo ese caos que los envolvía y que hacía que el hostal de los Jung estuviera lleno de personas entrando y saliendo incluso durante la madrugada. Así que simplemente decidieron aprovechar la noche, el sueño compartido, el descanso y todos esos abrazos que durante un tiempo no se atrevieron a compartir.

Jungkook lo había besado en la oscuridad, con las manos apoyadas contra la piel de su cintura bajo la camiseta y Taehyung había sonreído como un adolescente enamorado temiendo ser descubierto por alguna de las personas que dormitaban a ambos lados de sus camastros. Como si el hecho de que alguien les riñese los hubiera podido detener siquiera.

Después de una larga sesión de caricias y besos que ambos necesitaban, compartieron susurros acerca de cómo les gustaría que fuese el futuro. Sobre lo que desearían ver con sus ojos cuando la unión arrojase una paz definitiva sobre sus vidas. Sobre lo que les gustaría llegar a ser, juntos o separados pero libres. Sobre todo y nada a la vez. Divagaron, charlaron apartando la ansiedad y el dolor de sus pechos que la guerra, el dolor y la batalla habían dejado impregnados en su piel.

-¿Vendrás a la ceremonia funeraria que se celebrará en nombre de todas las víctimas? - el toque de Taehyung se deslizó sobre la piel de la pantorrilla de Jungkook y sonrió al notar que este se estremecía. - Será en el lago Crystallo y… - un suspiro. - Papá dice que dentro de toda esta tragedia, los aprendices del templo que han sobrevivido intentarán realizar un acto bonito. Ha dicho que nos merecemos despedir a los que han muerto y a la vez celebrar la llegada de una nueva era.

-Todavía no sabemos si será una era pacífica. Lo hemos intentado una vez y…

Jungkook movió su cabeza, notando el resquicio de una mueca de tristeza sobre los labios de Taehyung. Se acomodó en la cama y le sostuvo la barbilla al norteño.

-Pero iré de todos modos. Qué hayamos fallado una vez no significa que tengamos que fallar de nuevo. Tu padre tiene razón, debemos despedir a los caídos en batalla pero también merecemos celebrar la paz. Sea momentánea o no.

Los ojos de Taehyung se iluminaron un poco al fin.

-Espero que esto nos sirva para aprender de nuestros errores. Ahora que sabemos lo que es la guerra en carne propia, deberíamos escarmentar. Todos nosotros.

Jungkook suspiró y se agachó para depositar un nuevo beso sobre los labios de su pareja. Todavía se sentía extraño estando tan a gusto entre los brazos de un alfa, sin embargo era un sentimiento fácil de ignorar cuando su corazón se sentía tan sumamente bien cerca de Taehyung.

-Espero lo mismo, Tae.

-¿Sabes? Todavía no te he agradecido la forma en la que decidiste volver a por mí. - Jimin apoyó una de sus manos a un lado de la cabeza de Taemin, provocando que el mestizo quedase completamente arrinconado contra la corteza del manzano. - Tampoco te he agradecido por movilizar a todos esos mestizos de sombras. Y es algo que definitivamente merece un premio. ¿No crees?

Taemin sonrió, sus labios a solo un centímetro de distancia de los del omega y el juguetón cosquilleo de la cercanía bailando sobre su boca. Ese paseo por el campo de manzanos había hecho que el rostro tristón de Jimin cambiase un poco, ahora el omega parecía levemente más despejado y contento.

-¿Lo merece? - Taemin llevó la mano izquierda hacia la cintura de Jimin y con un leve tirón hizo chocar sus cuerpos hasta que la distancia dejó de existir casi por completo. - Entonces debo exigir mi premio.

La carcajada feliz de Jimin reverberó en la madrugada y despertó a las luciérnagas que todavía dormitaban escondidas en las hojas verdes. La luz de estas estalló a su alrededor mientras bailoteaban en el aire.

-No deberías tentar a un omega que se encuentra a una semana de su celo.

-Ya, bueno, y tú no deberías jugar con un mestizo de sombras que…

Algo cortó el viento en un instante. Fue un segundo. El tiempo transcurrido entre la carcajada feliz de Park Jimin y la sangre precipitándose por su mejilla pareció un simple parpadeo.

-¿Estás bien? - los ojos de Taemin se abrieron como platos.

El mestizo se apartó del árbol dando un paso al frente y llevando a Jimin consigo en el proceso.

-Jimin…

Apoyó sus manos a ambos lados de la barbilla del lobo y sus dedos rozaron con cuidado la herida sangrante que extrañamente no estaba curándose con la rapidez esperada. Lo que sea que había volado a través del aire, estaba afilado y había provocado que la expresión risueña y juguetona del chico se perdiese en la nada.

-Lo estoy. Yo… - Jimin apartó la mirada de los ojos del mestizo y sus pupilas parecieron dilatarse al captar eso que lo había dañado. - Es solo que me ha sorprendido. Eso es todo. ¿Qué mierda es esto?

El omega caminó hacia la corteza del árbol contra la que unos instantes atrás había estado apoyado junto a Taemin. Sus ojos habían visto perfectamente bien ese objeto a un par de pasos de distancia, incluso si le hubiera gustado que no fuese así.

Se trataba de una flecha, pero no una cualquiera. El mango de madera de abedul de tono anaranjado destacaba incluso en la oscuridad de la madrugada y la etiqueta de madera que colgaba de la misma causó que todo en el interior del cuerpo del omega se estremeciera mientras miraba a su alrededor y buscaba al dueño de una arma como esa entre las sombras oscuras de los manzanos.

Había rastros de humor por todos lados, pero ninguno claro. Las idas y venidas de lobos al hostal habían dejado demasiadas señales por el territorio colindante a la propiedad de los Jung.

-¿Qué dice?

-Oh. Lo siento. - Jimin sostuvo la mano de Taemin para atraerlo hacia su cuerpo, tratando de disimular su miedo. - A veces olvido que tú vista no es tan buena como la mía en la oscuridad.

-No importa, deberíamos ir a ver a un sanador. Tu mejilla continúa sangrando.

-Solo han pasado unos segundos desde que esa flecha me golpeó, mi lobo no es tan rápido incluso después de haber descansado y dormido toda una tarde. - sin embargo el hecho de estar siendo golpeado por una flecha como esa era suficiente aviso. Todavía más después de leer el mensaje. - Aún así, deberíamos volver al hostal. Vamos. No podemos quedarnos aquí.

Jimin arrancó rápidamente la flecha de la corteza y la escondió tras su espalda, bajo la tela de su fina camiseta blanca. Sin embargo, aunque tironeó de la mano de Taemin este no dió un solo paso. Ni la más mínima señal de interés en seguirlo.

-Soy parte de la unión y el representante de los mestizos de sombras en el consejo de forma provisional. Incluso si no quieres contarme lo que ha pasado, es tu deber hacerlo. No soy idiota Jimin, algo te ha cortado la mejilla después de surcar el aire y ese algo parece haberte alterado lo suficiente como para que resulte sospechoso.

-Taemin …

-Jimin. Puedes confiar en mí, habla por favor.

Tras un momentáneo debate mental, el omega sacó la flecha del lugar en el que la había tratado de mantener oculta. El brillo del metal que conformaba la punta destacó incluso en medio de la noche e hizo que las luciérnagas volviesen a esconderse en el cobijo de las ramas del manzano con sorprendente rapidez.

-Es solo una teoría pero creo que podría tratarse de plata forjada por antiguos cazadores.

-¿Qué te hace pensar eso?

Taemin había visto a algunos cazadores cuando el tratado los mantenía como aliados activos de la población de mestizos de sombras, pero las armas de estos distaban mucho de la enclenque y fina flecha que ahora el omega sostenía ante su mirada.

-El mensaje. - Jimin se aclaró la garganta antes de comenzar a leer. - "Los hijos de los antiguos protectores, no olvidan. Los pactos de sangre han sido revocados, la veda para cazar se ha abierto."

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Hiii!!!

Un nuevo miércoles y un nuevo capítulo que espero que os guste. Llevo desde esta mañana tratando de subirlo pero parece que Wattpad hoy ha querido funcionar mal. Sea como sea, al fin he logrado publicar y estoy deseando saber vuestras opiniones.

Un beso,
os amo
Mel
💜

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