Capítulo 62

"No jures por la Luna, cambia todos los días como esta. No hagas ese juramento, si el beso no es el último y eterno tíñeme contigo. Tíñete conmigo. Así puedo estar dentro de ti y también puedes estar dentro de mí. Podemos estar juntos por siempre. Oh, no jures por la Luna."

-Not By The Moon

(GOT7)



Yook Sungjae no había muerto en la primera batalla con los Lunas Rojas, pero en cierto modo era casi como si lo hubiese hecho. Y mientras los guardianes más esenciales e importantes de las dos manadas se amontonaban en el gran salón de la casa de líderes y trazaban un plan para lograr encontrar a cada uno de los enemigos que se mantenían escondidos en las sombras de la madrugada tormentosa, Jeon Joy sostenía la mano de aquel que al fin se atrevía a llamar en voz alta "su pareja". Sungjae había demostrado con creces el motivo por el que merecía ser llamado líder.

-¿Qué opinas de su estado?

Kim Namjoon giró sobre sí mismo, apartando los ojos de la ventana sobre la que las gotas de lluvia resbalaban con prisa. En el exterior una enorme cantidad de guardianes y voluntarios permanecían atentos ante cualquier posible intento de ataque por parte de alguna Luna Roja.

-Necesita supresores y medicamentos con urgencia pero en este instante es peligroso dar un solo paso a través del sur sin que eso pueda generar un nuevo foco de lucha. - Seokjin apoyó las manos sobre las rodillas a medida que se alzaba.

La figura cansada y delgada de Yook Sungjae permanecía dormida ante sus ojos, envuelto en mantas a pesar de que el bochorno de la tormenta de verano estaba logrando que todos en esa casa derramasen gotas de sudor. Bueno, el bochorno, los nervios, el miedo a que una nueva guerra interminable comenzase... Demasiadas cosas con las que lidiar.

-Enviaré a alguien que no corra riesgos hasta una botica de sanadores si es necesario aunque antes de tomar esa decisión tal vez podamos encontrar algo en la pequeña enfermería de la casa de líderes. Hace un tiempo que está en desuso pero un sanador acude mensualmente para tratar a mi padre en esta sin que él necesite moverse demasiado de una zona hacia la otra.

Namjoon y Seokjin se observaron por un instante, probablemente diciéndose el uno al otro con los ojos mucho más de lo que a simple vista cualquiera pudiera averiguar. No habían tenido tiempo de hablar, ni entre ellos ni con su propio hijo. Aunque la primera de las contiendas terminó con una clara victoria a favor de las Lunas Azules, habría que ser un estúpido para pensar que no quedaban Lunas Rojas completamente preparados para luchar en cuanto la oportunidad se presentase ante ellos.

De todos aquellos lobos que habían sido contabilizados, entre muertos y vivos, muchos continuaban desaparecidos, escondidos o perdidos entre la espesa noche que los acompañaba. La Luna no brillaba y los nubarrones negros del cielo parecían volverse más espesos a media que pasaba el tiempo.

-¿Hay algo que el líder Yook pueda tomar para aminorar el dolor? - Joy apoyó la mirada sobre su pareja. El ceño de Sungjae estaba fruncido en medio del sueño y su por sí pálida piel ahora había adquirido un tono blanquecino sobre el que las ojeras de su mirada destacaban inconfundiblemente. - Algo fácil de conseguir mientras revisamos las provisiones de la casa de líderes y creamos grupos de trabajo para mantener el territorio bajo vigilancia.

-Revisaré el jardín de la casa si se me permite. - Seokjin llevó su mano hacia la de Namjoon mientras miraba a la líder sureña. - Solo necesito cinco minutos para conversar con mi pareja y nuestro hijo, después de eso puedo prometer que trabajaré en crear un calmante con lo que sea que encuentre. Con manzanas incluso, si es preciso.

Joy asintió. Ella misma debería estar buscando a su padre y tíos, pues no había señal de estos hasta ese instante. Muchos de sus familiares habrían estado en la ceremonia de las hogueras cuando la batalla comenzó, otros en su hogar y con toda probabilidad el padre de Jungkook se habría encontrado en la sede del consejo a la que en ese instante se dirigía un grupo de guardianes preparados para inspeccionar la zona y encontrar sobrevivientes. Del señor Cha, la señora Lae y los ancianos que formaban el consejo territorial por completo, tampoco habían recibido señales por lo que cabía esperar que se hubiesen encerrado a sí mismos en su sede.

A pesar del empeño que los omegas norteños estaban poniendo en perseguir los rastros de humor en el aire... El entorno estaba demasiado cargado y repleto de pánico, era complicado encontrar a casi cualquier lobo que se pretendiese, lo que añadía más dificultad todavía a la tarea de hallar Lunas Rojas.

-Está bien. - Joy intentó sonreír, su mano todavía sostenía la de Sungjae cuando este se revolvió levemente en la cama buscando un poco de calor. - Todos necesitamos un instante para aclarar nuestras ideas. La casa de líderes está al servicio de todos aquellos que la necesiten, podéis usar una de las habitaciones libres y tomar un baño si así lo queréis.

Sí, ella misma debería hacerlo. Su cara, manos y cabello apestaban a tierra mojada y sangre coagulada.

-Señor Kim.

Jin y Namjoon mantuvieron su atención sobre la líder sureña cuando esta habló.

-Estoy segura de que todos saben que esto ha marcado el inicio de una posible guerra, por norma general las batallas no se resuelven con rapidez y aunque lo que mi pareja ha hecho esta noche podría cambiar muchas cosas... Necesito que se asegure de que el norte se mantendrá a nuestro lado pase lo que pase durante los siguientes días, si el líder Yook falleciera, necesitamos estar preparados para...

-Entonces alguien lo sustituirá. - indicó Namjoon. - Alguien elegido por el pueblo, aunque me gusta pensar que Yook Sungjae es bastante más fuerte de lo que la mayoría piensa. De momento tan solo puedo prometer que las personas que responden ante mí, se mantendrán trabajando por y para la unión.

Joy asintió silenciosamente.

-Es más de lo que puedo pedir, supongo.

Seokjin sonrió en respuesta.

-En tiempos de guerra, señorita Joy, las personas necesitan mantener la esperanza en sus vidas por muy difícil que resulte. El líder norteño no fue elegido al azar, omega o no, es fuerte y sin duda lo demostrará. No se ponga en la peor de las situaciones tan pronto, como he dicho trabajaré duramente para obtener un calmante mientras moverse por las montañas sea complicado para nosotros. - Jin apretó la mano de su pareja y tras observarlo por un instante devolvió la mirada a la líder sureña. - De todos modos y si quiere mi consejo, solo hay una cosa más potente que un supresor cuando el celo ataca un cuerpo de por sí debilitado. Asegúrese de plantearle esa posibilidad al líder cuando se despierte, porque puedo prometer que lo hará en cuanto la fuerza de su lobo comience a restablecerse.

Jeon Joy no necesitó preguntar al respecto, ella entendía perfectamente cuál era su deber como líder, como alfa de Sungjae y por supuesto como futura esposa de este. Por la unión, por el chico que se estremecía a su lado y por sus propios sentimientos confusos, se aseguraría de seguir el consejo del sanador Kim.

El salón de la casa de líderes estaba repleto de guardianes y personas dispuestas a ponerse en primera línea de batalla para defender la unión, todos se movían de un lado a otro mientras formaban pequeños grupos en los que el tema central se repetía una y otra y otra vez. Taehyung terminó de bajar las escaleras del segundo piso después de haber tomado un baño necesario para eliminar los restos de sangre de sus heridas en proceso de cicatrización y llevó los ojos hacia el sillón individual en el que Jungkook se encontraba acomodado a un lado de la enorme galería de cristal. A diferencia del resto, su pareja estaba completamente solo y no parecía tener intención de hablar con el resto ni como guardián, ni como parte de los Jeon. Así que el alfa norteño decidió avanzar hacia él.

-Hei. - su mano se coló en el cabello azabache del sureño, las hebras de este habían crecido considerablemente desde el inicio del verano. - Tu turno para tomar un baño. Deberías descansar un poco antes de que te llamen para alguna reunión o lo que sea que mi padre y el resto de guardianes planeen.

Jungkook no apartó su mirada de la galería de cristal pero estiró uno de sus brazos hasta envolver la cintura de Taehyung con este, poco le importaba que allí hubiera más que un par de sureños presentes. Sus padres probablemente eran perfectamente conscientes de que él sentía más que simple cariño hacia el hijo de los Kim, al menos lo harían si todavía existiese la posibilidad de que estuvieran vivos. Tal vez por eso se negaba a dejar ir la idea de que en algún lugar de la oscura noche, los dos se encontraban vivos y escondidos ante la posibilidad de que una nueva batalla entre bandos llegase.

-Iré pronto, mi prima ha enviado una partida de guardianes a la sede del consejo y yo... Sé que mi padre no es la mejor persona del mundo pero sigue siendo mi padre. Lo quiero y necesito saber que él está sano y salvo.

Taehyung asintió y su mano descendió desde el cabello de Jungkook hasta la mejilla izquierda de este, donde una herida se había cerrado y la sangre seca manchaba su piel morena. Todavía le sorprendía el contraste entre los tonos de ambos. Sur y norte en su plena definición.

-Lo entiendo, no tienes que darme explicaciones. - el alfa norteño se inclinó para depositar un beso cariñoso sobre la frente de su pareja. - Hay muchas personas perdidas ahí fuera todavía, es completamente comprensible que sientas la necesidad de saber que tus padres están bien. Sin importar cuáles hayan sido sus acciones, son las personas que te han dado la vida y te han acompañado durante todos estos años. Tu familia. - Taehyung no dejó de acariciar el cabello de Jungkook. - De todas formas, insisto en que deberías tomar una ducha y ponerte algo de ropa limpia. No sabemos lo que puede ocurrir en las próximas horas, es importante que todos nosotros descansemos tanto como sea posible.

Jungkook asintió, finalmente apartando la mirada de la galería para observar los ojos entristecidos de su pareja. Detrás del cristal que llenaba la fachada de la casa de líderes, una multitud de Lunas Rojas que habían escapado permanecían escondidos y probablemente se encontraban reuniendo fuerzas para atacar de nuevo en cuanto la situación pareciera adecuada para obtener cierta ventaja. El líder Yook estaba convaleciente, la mayoría de guardianes que se habían lanzado a luchar se encontraban en proceso de curación de sus lobos, multitud de cadáveres de ambos bandos llenaban los bosques y la tormenta continuaba creciendo a medida que la madrugada dejaba paso al oscuro amanecer.

Así que una vez más su pareja parecía llevar la razón. Si la guerra se reactivaba, el descanso sería una oportunidad más para ellos. La ventaja de un lobo curado frente a otro que todavía portaba sobre su piel heridas abiertas, lo era todo.

-Está bien, tomaré esa ducha pero justo después me gustaría hablar con tus padres si es posible.

Jungkook había descubierto por las propias palabras de Taehyung, que los señores Kim no se habían mostrado sorprendidos ante nada que envolviese la participación de su madre en el bando de las Lunas Azules y aunque sin duda estos no habían confesado más de lo necesario, estaba claro que conocían muchos aspectos acerca de la división entre Lunas que parecía haberse formado en el norte pero en realidad atravesó las fronteras del sur mucho antes de lo que lo hizo el trato entre Sungjae y Joy, o la propia unión.

Taehyung asintió, sintiendo los ojos de los lobos que los rodeaban clavados en su nuca.

-Lo imaginaba, les he pedido que se tomen un momento para reunirse con nosotros a solas. Estoy seguro de que tienen mucho que hacer pero merecemos conocer unos cuantos detalles ahora que una batalla entre bandos parece amenazar la paz de nuestra montaña. - Tae volvió a depositar un suave beso sobre la frente de Jungkook. - Si vamos a luchar a favor de alguien o de la propia unión, al menos merecemos conocer la causa que ha provocado todo este desastre.

Jungkook cerró sus ojos con lentitud, lo cierto es que se sentía cansado, física y emocionalmente, pero la energía que emanaba el lobo de Taehyung comenzaba a llenar su cuerpo de esperanza.

-Las Lunas Rojas desean acabar con Jeon Joy porque creen que el líder Yook merece obtener un dominio total y completo de la unión. Están seguros de que él no hará distinciones entre lobos o clases y de que la naturaleza no se verá afectada por la economía de los Jeon. Quieren extender el dominio del norte sobre el sur sin tener en cuenta nada más que lo que la montaña fue en el pasado. - Taehyung mordisqueó su labio inferior con nerviosismo. - Pero ha pasado mucho tiempo desde que la montaña era una sola. No pueden esperar realmente que todo el sur se rinda y decida adaptarse a una vida nueva y completamente diferente de repente.

El sureño se mantenía observando las expresiones de su pareja y quizá eso o el hecho de que su celo llegaría pronto, hizo que de la nada sintiera la imperiosa necesidad de tener unos minutos de soledad con Taehyung. Había demasiadas miradas a su alrededor en el salón de la casa de líderes. Aunque esa casa había formado parte de su infancia, adolescencia y presente, todavía no era un hogar.

-Deja de morderte el labio. - la mano de Jungkook se movió sin prisa hacia la boca de su novio. - Te harás daño y ya hemos sufrido demasiadas heridas esta noche.

-Que considerado de tu parte. - Taehyung le guiño un ojo, una expresión traviesa abriéndose paso entre la enorme tristeza que mostraba su mirada.

-"Bueno, no voy a poder besarte mucho si resulta que te partes los labios debido a que no puedes controlar tu ansiedad. Hay formas más eficaces de acabar con la sensación de nerviosismo."

El norteño alzó una de sus cejas, Jungkook difícilmente usaba la comunicación mental con frecuencia pero tras la batalla no había cerrado el vínculo ni por un solo instante. Taehyung pudo sentir cada pensamiento de su pareja mientras tomaba una ducha y se cambiaba, también fue capaz de enviar una vez tras otra caricias mentales como respuesta.

-"Sorpréndeme."

Sin necesidad de decir más, la mano de Jungkook envolvió la muñeca de Taehyung y ambos dejaron atrás el tumulto de gente que se acumulaba en el primer piso de la casa para dirigirse hacia una estancia que el norteño ni siquiera había percibido. Si bien la casa de líderes tenía un tamaño regio, él no se hubiera esperado jamás encontrarse con un gran gimnasio en esta.

La sala ante sus ojos estaba formada por un largo y amplio suelo de brillante y pulida madera. En el inicio de la misma máquinas modernas se agolpaban y encontraban conectadas a una fuente de corriente para su correcto uso, pero más allá, cerca del fondo, las equipaciones de lucha tradicional con los colores y el emblema de la casa de líderes del sur llamaron toda la atención del norteño.

-Si pretendes ponerme a correr vas a encontrarte con un problema, mi lobo está agotado.

Jungkook sonrió a pesar del sentimiento de miedo y tristeza que no abandonaba el interior de su cuerpo. Mientras sus padres no apareciesen, él jamás podría sentirse del todo bien.

Los dos avanzaron hasta situarse casi en la mitad de la estancia, fue cuando Taehyung percibió que también había algunos espejos sobre las paredes y quizás si la Luna hubiera brillado esa noche, el reflejo de su luz habría llenado fácilmente el gimnasio sin dificultad alguna.

-Este es el lugar en el que Joy y yo entrenábamos cuando éramos solo unos niños. Aquí nuestros senex nos enseñaron todo acerca de las creencias del sur y de lo que se supone que nosotros deberíamos ser. - Jungkook dejó ir la mano de Taehyung y llevó su toque hacía un par de espadas de madera que parecían haber sido talladas a mano. Todas ellas estaban en perfecto estado y se encontraban envueltas en una funda de color azul oscuro. - Aquí aprendí a ser la persona que conociste hace un par de meses y también se forjó el lobo que ansía obtener un buen puesto en la guardia sureña. En cierto modo comencé a soñar entre estas paredes.

Taehyung cruzó los brazos sobre su pecho, sus ojos fijos sobre el chico ante sus ojos que ahora lo observaba todo con mirada acristalada.

-Cada vez que me sentía mal y en cada ocasión que mis senex me empujaban hasta el límite, Joy y yo nos encerrábamos aquí y jugábamos con estas espadas hasta que el sudor cubría el suelo del gimnasio. Entrenar lograba alejar todo rastro de ansiedad de mi cuerpo y creo que podría ayudarte a saciar el miedo que provoca en ti el detalle de que no hemos logrado encontrar a Jimin. - Jungkook pasó las yemas de sus dedos sobre la espada. - Lo curioso de esto es que a mi padre nunca le han gustado los trabajos manuales o cualquier cosa que se aleje de la lucha, pero él talló al menos veinte espadas para nosotros. Cada una de ellas con un dibujo o un animal diferente en su mango.

La sorpresa golpeó al norteño. Si bien él había mantenido su boca cerrada para no parecer egoísta, Jungkook no parecía haber tenido problemas en entender el motivo por el que sus ojos mostraban dolor.

Su padre había llegado con la señora Park a la casa de líderes, mas no con Jimin o el padre de este.

-Me asusta que le haya podido ocurrir algo. - susurró. - Los dos entrenamos para aprender a defendernos debido al puesto de nuestros padres, pero Jimin nunca ha querido desarrollar del todo sus capacidades como luchador. No le gusta la violencia, de hecho los dos creíamos que a ningún norteño le gustaba y por desgracia estábamos equivocados. Mientras la unión no parecía tener cabida, él creyó que no tenía, ni podría llegar a tener, motivos para aprender a defenderse más allá de lo estrictamente necesario. No ha ampliado su capacidad física, aunque sí la mental.

Jungkook abandonó las viejas espadas con cierta reticencia y caminó de nuevo hacia su pareja, sus brazos envolvieron a Taehyung en un fuerte abrazo y el sollozo de este seguido del sentimiento de desesperanza que impregnó su olor natural, casi lo dejó sin respiración. Había demasiado dolor contenido en ese cuerpo que ahora él sostenía.

-Jimin podría quitarle la respiración a cualquiera que domine su elemento pero me temo que el simple hecho de hacerle daño a una persona sería más que suficiente para dañar sus sentimientos.

-Tal vez es más fuerte de lo que te esperas. - Jungkook susurró cuidadosamente. - Sea como sea, está en la misma situación que mis padres y muchas otras personas. No sabemos nada acerca de su situación y todo lo que podemos hacer es esperar hasta que Joy comience a crear unidades de voluntarios para comenzar a crear listas con nombres de los fallecidos en batalla y los desaparecidos.

-Eso no me tranquiliza demasiado.

Jungkook sonrió levemente.

-Yo sé, lindo. Yo sé.

El alfa sureño llevó sus labios hacia los de su pareja y en el instante en el que el contrario sintió el toque de sus bocas, un estremecimiento le recorrió el cuerpo. Taehyung se aferró a Jungkook con una necesidad desconocida y oscura. Necesitaba consuelo y cariño.

-Venga, subamos. Tomaré una ducha y dormiremos unas horas. Mañana, cuando tu lobo esté físicamente bien, te traeré aquí y te ayudaré a alejar todos esos sentimientos dolorosos de tu cabeza. Al menos por treinta minutos.

Si es que acaso la situación se lo permitía, si es que acaso las Lunas Rojas no lanzaban un mortal ataque sorpresa sobre ellos. Esconderse en el interior de la casa de líderes era como llevar una brillante linterna en medio de la noche oscura.

-Okay. Eso suena bien.

Taehyung asintió y echando un último vistazo a ese gimnasio ante ellos, tomó la mano de Jungkook y lo siguió hacia el piso superior en el que este tenía una habitación propia. Últimamente, olvidaba con frecuencia el detalle de que su pareja era un miembro de la realeza. Un príncipe Jeon.

Jungkook acababa de salir de la ducha y se encontraba besando los labios de su pareja cuando el golpe de unos nudillos sobre la puerta de la habitación lo hizo gruñir levemente. Animal y lobo, en eso se convertía cuando pasaba su tiempo al lado de Taehyung. Sin importar lo más mínimo que ambos fuesen alfas.

-Probablemente sean mis padres. - Taehyung apoyó su mano sobre el pecho de su novio y con una sonrisa traviesa lo hizo apartarse. - Dijiste que necesitabas hablar con ellos para aclarar algunas ideas en tu cabecita. Yo necesito lo mismo, acaba de ponerte esa camiseta y comienza a pensar en todas las preguntas que quieres hacerles.

-Cierto, realmente necesitamos hablar con ellos.

Con la sonrisa reverberando en los labios y la tranquilidad de saber que Jungkook parecía encontrarse un poco más estable en medio de todo ese desastre que había tambaleado sus mundos, los pasos del norteño se dirigieron hacía la puerta. No se había equivocado al averiguar, eran sus padres los que se encontraban al otro lado de esta y su corazón se encogió momentáneamente al percibir las señales de cansancio sobre las expresiones de estos.

-¿Es un buen momento? - Jin sonrió, su voz siempre amable precediendo la sonrisa llena de agotamiento sobre sus labios.

Taehyung notó el fuerte olor a manzana impregnado en la piel de su padre, casi cubriendo el olor natural de este.

-Sí... Bueno, Jungkook definitivamente necesita saber lo que está pasando antes de que las cosas se vuelvan a poner feas. Y para ser sincero, yo también lo necesito.

No le habían dicho nada acerca de su relación a los Kim, pero de alguna manera Jungkook estaba seguro de que estos se imaginaban perfectamente bien el punto en el que se encontraban Tae y él. El hecho de que los padres de su pareja no estuvieran mostrándose enfadados o incluso negativos, lo tranquilizaba mucho. Así que al fin dejó de apretar sus manos en puños como hacía cada una de las veces en las que el nerviosismo le ganaba la batalla.

Namjoon y Seokjin se acomodaron en una de las sillas que rodeaban el escritorio de madera oscura en el que tantísimas veces el sureño se había sentado para dibujar cuando todavía era un cachorro y su madre lo llevaba a la casa de líderes cada fin de semana con motivos de sus clases especializadas. En esa estancia había leído, junto a su prima, página tras página el libro en el que la historia de la montaña, su clan y manada era narrada. Ese que su senex le obligó a memorizar.

El orgullo de los Jeon, el deber de los Jeon, el destino de los Jeon... Había escuchado muchas cosas entre esas cuatro paredes y con un poco de suerte ese también sería el lugar adecuado para escuchar la verdad acerca del motivo por el que su progenitora sabía como controlar un poder que los norteños habían perfeccionado y hecho parte de su cultura durante siglos.

-Necesito saberlo todo. - Jungkook carraspeó, tomando asiento a un lado de Taehyung en la única cama de aquella habitación. - Quiero conocer el motivo por el que mi madre forma parte de una especie de grupo rebelde del Norte y si es posible me gustaría conocer el motivo por el que ella es capaz de controlar uno de esos elementos de la naturaleza que los Yook aprendéis a manejar desde vuestro primer aullido.

Taehyung deslizó su mano con disimulo sobre la colcha que cubría la cama y acarició la espalda de su novio sobre la fina tela de la camiseta blanca que se había puesto. Incluso con sus padres ante ellos, Jungkook seguía manteniendo su conexión mental plenamente abierta y eso implicaba que la sensación de sus emociones continuase colándose bajo la mente del norteño con pasmosa sencillez.

-Bien. - Namjoon aspiró un poco de aire y sus ojos buscaron los de su pareja. - Es una historia complicada pero intentaré resumirla lo mejor que me resulte posible.

Los dos alfas jovenes asintieron. Incluso si la madre de Jungkook no era alguien con quien Tae hubiera tenido contacto, este se sentía preocupado por ella y la naturaleza de aquello que pudiera esconder. Seguía siendo la progenitora del alfa que él había elegido pero también una sureña y además parte directa de la familia que formaba el clan Jeon. Situarla como cabeza o persona de importancia dentro de la facción de las Lunas Azules, no tenía el menor sentido por mucho que él intentase encontrar una explicación racional.

-Todo esto comienza con tu abuela...



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Hii!!!

Últimamente no tengo mucho tiempo así que casi se me olvida publicar este capítulo. Quiero pedir disculpas por no haber podido responder comentarios, a pesar de que no los he contestado todavía sí puedo asegurar que he leído cada uno de ellos. Os quiero mucho.

Un beso,

os amo

Mel

💜

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