Capítulo 59

"La construcción de una despedida caminando contigo. Una secuencia de apertura que rebobina el incidente y este dolor familiar. Puedo verte en mis recuerdos bailando conmigo. Teniendo una oportunidad más conmigo. Estoy sangrando dolorosamente. Estás en la desvanecida película, tu mirada que me borró. Quédate por mí. No puedo acostumbrarme, se repite brutalmente, no puedo soportarlo. Así que lloro."
-Opening Sequence
(TXT)

Las manos del señor Park no dejaban de temblar mientras llevaba a su hijo hacia el baño del primer piso de la cabaña. Eso no tendría que haber sucedido, el disparo no era para su pequeño sino para el estúpido mestizo que lo acompañaba.

-Déjame en paz. No me toques.

Las lágrimas corrieron por las mejillas del omega mientras miraba a su padre y trataba de luchar contra las manos que lo sostenían obligándolo a avanzar a través de la estancia.

-Déjame. - pidió nuevamente.

La forma en la que su padre buscaba desesperadamente en el botiquín el  material adecuado para curar su herida, demostraba que definitivamente aquella bala no fue  dirigida a él de forma natural. Pero eso al omega no le ayudaba en nada,  porque el simple hecho de que este  hubiera disparado era suficiente para que todo aquello que Jimin creía saber sobre su progenitor se hubiese caído y roto en miles de pedazos. Los norteños nunca habían creído en la violencia, mucho menos en la que llegaba a través de armas de fuego.

-No me toques. - volvió a suplicar cuando su padre pretendió cortar la tela de su ropa alrededor de la zona de la herida. - Aléjate de mí.

-Hijo. Tengo que limpiar la zona para proceder a extraer la bala, si corto la tela no tendrás que moverte demasiado. Será solo un segundo, deja que…

Jimin no recordaba una sola vez en la que su padre le hubiese gritado, de hecho dificilmente levantaba la voz incluso cuando se sentaban a hablar de temas complicados. Este siempre había sido un hombre tranquilo, constantemente atento a su esposa y cariñoso con su único cachorro. Park Tomie era la definición de un lobo que seguía el protocolo de su manada y servía a su líder fielmente con el objetivo de mantener la naturaleza de su montaña plenamente intacta.

Park Tomie le había enseñado a su cachorro a hablar con honestidad y a ser justo. Había servido a más de un líder durante su vida y en cada una de esas ocasiones lo hizo con honor. Ahora, de repente, la imagen del hombre amable y lleno de buenas intenciones comenzaba a disiparse en el aire con dolorosa rapidez.

-Necesito curar esa herida, no es una bala de plata al completo pero la punta estaba impregnada en polvillo de plata y le causará daños irreparables a tu hombro y brazo si la zona no es limpiada del modo adecuado lo antes posible. No voy a dejar que salgas lastimado, se supone que mi causa es noble. Simplemente eres demasiado joven para entender todo lo que está en juego. - el señor Park se dejó caer de rodillas en el suelo mientras rebuscaba en el botiquín. - Te haré las primeras curas y después podremos esperar a que un sanador de mi confianza venga para examinar a conciencia tu hombro.

Jimin se negó una vez más. Las lágrimas que resbalaban de sus ojos  estaban convirtiendo el rostro de su padre en una mancha borrosa y el dolor nublaba su cabeza al punto en el que el sueño había aparecido repentinamente para hacerlo cabecear a un lado y a otro de forma continuada.

-Explicamelo. Explícame qué es exactamente lo que está sucediendo y cuál es esa causa que tú persigues. Quiero saberlo todo, cuando me sienta satisfecho entonces podrás curar mi herida.

El señor Park pareció dudar durante unos segundos pero finalmente apoyó el botiquín sobre las baldosas del baño y se dejó caer a un lado de su hijo. Se llevó las manos a la cara y se tapó los ojos mientras gruñía.

-La caja que encontraste en la casa del norte, le perteneció a mis padres antes que a mí. Y la runa que viste en ella, es mucho más antigua que tú o que yo mismo.

-Eso sigue sin explicar nada. - Jimin gimoteó de dolor. Su lobo estaba tratando de cerrar la herida sobre la bala impregnada en plata. - Habla.

-Deja que te cure, después podré contarte todo. Lo primero…

-No. - Jimin negó. - Sigue hablando, quiero saber hasta el más pequeño detalle.

-Bien. - Park Tomie suspiró. - Cuando la montaña se dividió en dos partes, un grupo de lobos decidió dedicar su vida a la protección de aquellos que necesitaban ayuda. Ya fuesen refugiados de guerra, lobos débiles o personas que habían perdido a gran parte de su familia. Ese grupo recibió el nombre de "hijos de la Luna" y tus abuelos formaron parte del mismo como también lo hicieron los abuelos de Taehyung. Pero como en cualquier grupo, se dieron diferencias de pensamiento acerca de cómo hacer las cosas o enfrentar las diferentes situaciones que se presentaban con la guerra poniendo siempre en riesgo nuestras fronteras. Todos perseguían el mismo objetivo pero cada uno sentía que debía conseguirlo de una manera diferente.

» Fue así como un mismo grupo de lobos terminó dividido en dos. "Lunas Azules" para los de pensamiento moderado y "Lunas Rojas" para aquellos que tuvieran una forma de ver la vida mucho más radical. Los primeros seguían plenamente la ideología del norte y creían en el diálogo. Las Lunas Azules pensaban que ya que la montaña había sido dividida, lo único que podían hacer los norteños era asumir la defensa de su territorio sin hacer de la guerra un modo de vida cruento. Ellos simplemente se dedicaban a rescatar a los deltas que trataban de huir del sur o bien a tender la mano a dialogar cuando muy raramente era necesario un encuentro entre los dos clanes.

El señor Park hizo una pausa. Esta completamente seguro de que su hijo había descubierto por sí mismo cuál era el grupo al que él pertenecía.

-En cuanto a los Lunas Rojas, nuestro modo de ver la situación es más radical. Y sí, soy un Luna Roja, hijo. Tus abuelos también lo fueron, porque sus propios padres se vieron en la obligación de escapar del sur cuando fallaron en sus intentos por asesinar al líder Jeon que sugirió la caza de deltas y ocasionó la separación de la montaña en clanes y manadas divididas. Sus decisiones nos hicieron débiles, nos pusieron en una situación dónde la unión de los cazadores tenía mucho más poder que cualquiera de las dos manadas. En aquellos tiempos los poblados del mundo humano superaban con creces a los de la montaña y todavía lo siguen haciendo a pesar de que la tradición de la caza se ha ido extinguiendo con el paso del tiempo.

-¿Mis bisabuelos trataron de asesinar a un líder Jeon? Eran criminales…

-Criminales, llámalo así si lo deseas. Lo cierto es que ellos tan solo luchaban por mantener la montaña unida. Si el problema era un lobo que se sentía muy por encima del pueblo que debía defender, entonces la solución estaba más que clara. Sin ese maldito hombre al mando, nuestra montaña nunca se hubiera partido en dos. La guerra jamás hubiera sucedido, las purgas ni siquiera habrían sido una maldita opción. ¿Es preferible uno o centenares? Muchos lobos han muerto en la guerra defendiendo sus ideologías y a sus familias, todo eso podría haberse evitado si tus bisabuelos no hubieran sido detenidos antes de lograr matar a ese estúpido viejo Jeon.

-Matar nunca es una solución, padre.

-Esa es la principal diferencia entre Lunas Azules y Lunas Rojas. Por supuesto que piensas que no es una solución, tu madre está tan ciega como tú en ese aspecto. Ella siempre ha sido demasiado buena para este mundo y por supuesto que nuestro orgulloso cachorro ha heredado ese aspecto. Sin importar si eres omega o no, naciste de la súplica a la Luna y esta te ha bendecido con su fuerza pero no puedes vivir encerrado en la utopía de que el diálogo solucionará cada problema que se te presente.

El señor Park se tomó un instante para comprobar el estado de su hijo. Los ojos de Jimin estaban inyectados en sangre y la infección de plata en su organismo probablemente ya estaría causando que el lobo de este se sintiera débil y fuera de juego.

-Tus abuelos creían fielmente que el norte tenía el deber de recuperar el dominio de la montaña para poder  establecer un liderazgo justo, con equilibrio para cada lobo y sin una absurda pirámide de clases marcando nuestra vida desde el instante en el que nacemos. - el señor Park miró a Jimin a los ojos. - Mis padres estaban dispuestos a hacer cualquier cosa para lograrlo pero fue inútil, la guerra entre las manadas era lo suficientemente intensa como para tomar toda su atención. Cuando me reuní con el líder Yook el invierno pasado, jamás pensé que fuese aceptar una propuesta de unión pero lo hizo y….

-¿Y no era eso lo que se supone que mis abuelos querían según lo que tú mismo has dicho? ¿Una montaña unida de nuevo? ¿Cuál es tu maldito papel en ese grupo y qué es lo que habéis estado haciendo?

El señor Park trató de tomar de nuevo el botiquín pero un gruñido de su hijo lo detuvo.

-Eso pensé yo. Eso pensamos todos los Lunas Rojas, Jimin. - suspiró. - Pero es una unión destinada al fracaso mientras el consejo territorial de la líder Jeon continúe presionando para quitarle derechos a los norteños. Se supone que la montaña unida que ansiaban mis padres y abuelos sería una montaña donde reinase la paz. Un sitio lleno de vida y justicia serena para todas las partes.

-Habla con claridad. ¿Fuisteis vosotros quienes atacasteís las tribus y Casiopea a pesar de lo que eso supone para el norte? Si queréis justicia, no la conseguiréis con guerra y mucho menos asesinando a una líder que está accediendo a una unión después de tantos años de enfrentamientos sangrientos para defender las fronteras de nuestras manadas.

El señor Park asintió a la pregunta de su cachorro. Oh, aunque Jimin se imaginaba la respuesta de este, el hecho de saber la verdad no aminoró el dolor casi desgarrador que se desplegó por el interior de su pecho hasta hacerlo temblar de miedo.

-La unión que se ha pactado está motivada porque el sur necesita los recursos del norte y no porque su gente o su líder quieran la paz, hijo. Esa unión puede parecer útil pero no lo es, nunca lo será. Ha nacido a partir de lo que necesitan de nosotros pero no de su deseo de aceptarnos o aceptar la paz. - Park Tomie se golpeó el pecho con la mano. - Lloré lágrimas de plata mientras prendíamos fuego a Casiopea pero sin cultivos que utilizar, el sur se quedará sin razones para mantener una unión que solo ha servido para que lobos de dos manadas se peleen una y otra y otra vez. Era esencial, sin cultivos es cuestión de tiempo que el sur vuelva a mostrar su verdadera naturaleza egoísta.

-¿¡Y entonces qué!? Nosotros también nos hemos quedado sin cultivos, todas esas familias han perdido su modo de vida y sus hogares. ¿Por qué exactamente? ¿Para dinamitar una unión que tú mismo motivaste? No puedo entender ni una sola de vuestras causas, padre.

El señor Park negó vehementemente.

-No lo entiendes. Eres demasiado joven, así que no lo entiendes.

-Por supuesto que no lo entiendo. ¡Explicalo! ¡Trata de explicarlo si es que acaso puedes!

-¡Se trata de forzar que el líder Yook gobierne sobre los dos clanes sin esa alfa Jeon de por medio pero el maldito chico no se separa ni por un instante de ella y no hemos podido atraparla! He tratado de hacerlo entrar en razón, pero Sungjae opina que atentar contra Joy es atentar contra la propia unión que han establecido juntos.

Jimin se quedó paralizado. Cada una de las frases de su padre era peor que la anterior. Cada plan confesado, una descabellada idea acerca de generar conflictos para dinamitar una unión que sin importar el motivo de su formación, al menos estaba deteniendo la guerra entre clanes. Sungjae no se equivocaba, la respuesta no podía ser atentar contra la líder sureña para obligar a su pueblo a aceptar las creencias del norte.

-Las tribus, Casiopea y ahora la líder Jeon. ¿Cuántas vidas necesitas quitar para sentirte feliz?

-Esto es superior a tí, a mí o a tu propia madre. No es lo que yo quiero o necesito, es lo que las Lunas Rojas perseguimos desde hace siglos. Lo que tus abuelos y los padres de tus abuelos ansiaban.

-Por supuesto, padre. Nunca entenderé la muerte y destrucción sobre el diálogo. Creí que habíamos salido al fin de la guerra pero parece que algunos lobos quieren vivir continuamente en una batalla.

-Las tribus… - Park Tomie negó. - Nosotros no dañamos a las tribus. Apuesto a que fueron esos sureños que también se han dedicado a perseguir y apalizar a cada norteño que se cruzaba en su camino y estoy completamente seguro de que su líder dió la orden. ¿Por qué crees que hemos sido tan radicales con el asunto de Casiopea? Quemar los mayores cultivos del norte no era una opción pero entonces las tribus fueron atacadas y si yo no fuese el consejero de Sungjae, entonces jamás me habría enterado de ese hecho. Ni yo, ni nuestro pueblo. - el señor Park gruñó. - Ellos nos están ocultando datos porque saben que la unión es débil y se ha construido sobre muchas razones fáciles de descoser. Muchas de las parejas de alfas que escaparon en la primera purga se escondieron en las tribus del norte. Puedo jurar que nosotros no hemos masacrado a nuestra propia gente y puedo asegurar que esa masacre fue el empuje que necesitábamos para actuar de una buena vez por todas.

-Habéis ido en contra de los mestizos de sombras también, sin motivo alguno. ¿Por qué debería creerte? Ante mis ojos solo puedo ver a un asesino, a un actor hipócrita que se ha pasado la vida dando falsos discursos sobre la importancia de diálogo y la necesidad de obtener la paz.

-Se supone que esos mestizos tendrían que haber sido encontrados en la zona todavía con vida, pero se perdieron entre el incendio cuando trataron de escabullirse. Nunca planeamos sus muertes.

Jimin negó, incrédulo ante las palabras de su padre.

-Ese chico con el que has venido hoy, él motivó la escapada de sus amigos mestizos y en consecuencia muchos murieron calcinados entre las incontrolables llamas. El plan desde el principio había sido dejarlos escapar para entregarles un falso mensaje que pudieran esparcir en sus poblados… Y eso hicimos con los que pudimos interceptar en su bajada a través de la montaña, les dijimos que éramos sureños y que estábamos dispuestos a matar a toda su especie, que los acuerdos no nos importaban en lo más mínimo.

-Hipócrita. Mentiroso. Eres lo peor, padre.

-Mentimos con la intención de que informasen a los cazadores de lo ocurrido, pero no lo hicieron. - el padre de Jimin rodó los ojos. - Ellos no son nuestra gente. Teníamos la esperanza de que de alguna manera los sureños fuesen acusados de romper pactos de sangre al intentar matar a mestizos que se supone que ni siquiera deberían existir, queríamos presionarlos para que su líder abandonase el poder tras un escándalo así de grande y que de paso los cazadores se enterasen y presentasen sus quejas ante el consejo aumentando la presión que la situación en sí ya provocaba por sí misma. La intención era que Joy  dejase todo en manos de Sungjae por voluntad propia pero no ocurrió de ese modo, no salió como esperábamos. Así que ahora solo queda la opción de matar a esa alfa para hacernos con el poder de los dos clanes. Sungjae es su pareja pero no ha sido marcado, así que si ella muere...

Jimin dejó escapar un sonido de su garganta repleto de dolor y entonces el llanto se derramó nuevamente desde sus ojos.

-Asesinos. - susurró, sintiendo el dolor atravesar cada parte de su cuerpo. - Sois unos malditos asesinos. Tú eres un asesino.

Kim Taehyung miró el reloj por tercera vez esa noche. Jungkook tendría que haber llegado durante el inicio de los juegos, esa misma mañana el sureño había presumido de que las hogueras eran probablemente una de sus festividades predilectas, una gala llena de poder en la que los nuevos aprendices a guardianes presentaban sus respetos ante aquellos que en el futuro serían sus maestros y por supuesto incluso afirmó que el norteño disfrutaría sin ninguna duda de la festividad.

Pero lo cierto era que este no estaba a su lado y en consecuencia él se sentía un poco perdido. Incluso con su padre entre la fila de maestros a los que los aprendices le presentarían su respeto, Tae se sentía solo. No había logrado localizar a su mejor amigo y su recién estrenada pareja probablemente estaba sumida en una interminable disputa con su madre.

Quizás fue la preocupación que le produjo tal hecho lo que lo hizo caminar hacia esas casas que se encontraban a solo unos cinco minutos de la plaza donde se estaban llevando a cabo las hogueras. La cantidad de gente que se agolpaba por los caminos de tierra negra era agobiante y casi sin remedio sus hombros chocaban con los de aquellos lobos que caminaban en sentido contrario.

Todo el mundo se dirigía a las gradas de madera, pero él avanzaba en medio de la noche sin un rumbo concreto. Tenía una pequeña idea acerca del lugar en el que se encontraba la casa de Jungkook pero nunca había puesto un pie en esta.

-Acaba con eso, tenemos que encontrarnos con el resto de miembros lo antes posible.

La voz de una mujer que hablaba seriamente con un sirviente llamó la atención de Taehyung pero fue la semilla del olor de Jungkook lo que finalmente lo hizo precipitarse hacia ella. El aroma de su pareja impregnaba la piel de aquella omega de forma natural, formaba parte de la propia esencia de esta. Pero no fue eso, sino los ojos brillantes de la loba los que le confirmaron a Taehyung el hecho de que probablemente se tratase de la madre del sureño.

Como una casualidad puesta en su camino por la mismísima Diosa Luna, ahí estaba ella.

-Perdone. - Taehyung se relamió los labios con nerviosismo. - Por casualidad…

La mujer se giró hacia él, la expresión de concentración desapareciendo de su ceño fruncido mientras frenaba lo que sea que estuviese haciendo.

-¿Es usted la madre de Jeon Jungkook?

-Oh. - la omega sonrió. - Esas facciones que se ven a través de tu rostro me recuerdan a alguien, chico.

Taehyung dió un paso hacia atrás, evitando a la persona que cargaba una caja tras otra en lo que parecía ser un viejo carro de tela con grandes ruedas.

-Estoy buscando a Jungkook. Perdone mi impertinencia pero si usted no es su madre entonces necesito que me indique dónde se encuentra su casa exactamente.

-Mi hijo no está en el sur. - la mujer apoyó una mano sobre el brazo de Taehyung y cuando sus dedos apretaron la piel de este, el norteño sintió que su sangre se paralizaba. - Hay algo sucediendo en las sombras que la Luna nos ha susurrado, si quieres a mi hijo mantenlo lejos del territorio de los Jeon esta noche. Es una petición.

Taehyung apartó el brazo, tan confundido como asustado.

-¿De qué está hablando exactamente? Se supone que Jungkook y yo nos encontraríamos en la plaza para ver la presentación de los nuevos aprendices y disfrutar de las hogueras. ¿Han hablado? ¿Se trata de su padre? - Taehyung dió un paso hacia delante, repentinamente nervioso. Su lobo estaba inquieto. - ¿Su padre lo ha lastimado de alguna manera?

La omega ante sus ojos negó un par de veces.

-Escúcha con atención. Mi hijo me ha hablado acerca de quién eres y cómo lo ha acogido tu familia, sé bien lo que siente por tí y creo saber lo que tú sientes por él… Pero todo eso se reducirá a cenizas si no os mantenéis lejos del sur esta noche. Los astros se han alineado y es el momento perfecto para luchar por los derechos que nos fueron arrebatados hace años. La guerra final se avecina, una vez más. Toma la mano de aquellos a los que amas y escapa antes de que el conflicto te atrape.

-¿Guerra?

Taehyung no estaba seguro del motivo que estaba llevando a la madre de Jungkook a hablar sobre una nueva guerra ahora que la unión se estaba formando precisamente para evitar batallas innecesarias, pero de alguna manera decidió creer en cada palabra de esta. Le dolía la cabeza, su piel se había erizado y su lobo ya rascaba su interior luchando para salir.

-¿Se trata del consejo territorial? ¿Han hecho algo que pueda provocar de nuevo un enfrentamiento entre clanes y manadas?

La señora Jeon se limitó a agachar su cabeza.

-Hay grupos de lobos que no creen en la unión y otros que se aferran a ella con fuerza. - una pequeña sonrisa surcó los labios de la madre de Jungkook. - Al final de esta semana quizás podamos aullar a la Luna para hablarle de paz o puede que tengamos que llorarle a la Diosa por piedad nuevamente. Sea como sea, es importante que aquellos que serán nuestro futuro se salven. Vosotros, los más jóvenes, no merecéis pagar por los pecados que vuestros antepasados han cometido.

Taehyung jugueteó con sus manos. No estaba entendiendo nada, las palabras de la madre de Jungkook eran demasiado ambiguas y parecían ocultar más de lo que confesaban.

-Si quieres a mi hijo, por favor mantenlo en el norte. Llevalo al templo y pide cobijo para ambos, allí podrán manteneros a salvo y si va de tu mano no les importará su clan. - la madre de Jungkook llevó las yemas de sus dedos hacia la mejilla de Taehyung y acarició la piel de este cariñosamente. - No me importa si los dos sois alfas, vuestro amor está bien si es sano y sincero.

-Necesito una explicación completa. Por favor.

La señora Jeon se mantuvo en silencio por unos segundos antes de finalmente asentir.

-Dile a Jungkook que su madre y su padre llevan sufriendo una vida entera para convertirlo en un sureño porque eso era lo que podría mantenerlo a salvo cuando la unión no existía y no parecía que fuese a poder existir jamás. Dile también que en realidad en las sombras siempre hemos tenido claro nuestro lugar en este clan y manada. Esta noche vamos a defender nuestros ideales y esos ideales son aquellos que dictan que la violencia no es una opción, que las clases no existen más allá de nuestra naturaleza y que la unión permanecerá intacta si aquellos que desean dinamitarla desaparecen. Esta noche los lobos en contra de la paz y aquellos que deseamos mantenerla, vamos a luchar hasta obtener una solución definitiva al conflicto que nos envuelve. - la señora Jeon dudó antes de seguir hablando. - Cuéntale que hemos ejercido en las sombras como espías una vida entera, que nos identificamos como rebeldes pero nunca causamos daño a Casiopea, o a las tribus, o al norte en general. Y finalmente, explícale que hemos sabido por los susurros de la Luna que alguien intentará asesinar a la líder Jeon esta noche y que ese hecho inevitablemente causara una batalla en la que no deseamos que él se quede atrapado. Mi hijo está cerca de la cima del norte, donde yo misma lo he llevado para evitar que su ansia lo haga perder la cabeza.

-Si se trata de una batalla por la paz, Jungkook y yo tenemos pleno derecho a decidir si queremos lucharla. Si se trata de evitar muertes, entonces sé que él va a querer estar aquí para defender aquello que ama. Yo querré lo mismo.

-Lo sé. Pero no habrá paz que mantener si mueren todos los que están destinados a ver y a aprender de nuestros errores. Ve a por aquellos a los que quieres y diles que Lunas Rojas y Lunas Azules se han declarado la guerra en el sur de forma casi inevitable. Tus padres entenderán el mensaje y te ayudarán a sacar de aquí a toda la gente inocente que pueda salir herida. El templo está preparado desde hace mucho tiempo para recibiros, ve Taehyung.

La mujer no quiso escuchar una respuesta negativa, por lo que se limitó a apurar sus pasos para seguir llenando el carrito de tela con lo que a Taehyung le parecieron posiblemente provisiones de comida obtenidas del comercio con los intermediarios humanos. Había botellas de plástico repletas de agua, latas sin identificación y una enorme cantidad de sacos con patatas y otras verduras. También pudo ver toallas, gasas, papel…

-¿Cuánto tiempo ha pasado desde que tenían conocimiento de esta batalla? - preguntó finalmente.

La señora Jeon no se giró.

-Nos hemos temido que las Lunas Rojas atacarían desde el instante en el que el pacto de unión se firmó, pero nunca creímos que su punto de vista radical fuese a pasar por matar a una líder.

-¿Qué son las Lunas Rojas? ¿Qué es todo esto en general?

-Tus padres te lo explicarán, Taehyung. En este momento la rapidez con la que actuemos puede marcar la diferencia. Por favor, ve y avisales. Eso nos quitará un poco de trabajo de encima a aquellos que queremos luchar por la paz.

Taehyung no necesitó escuchar más, a pesar de que ansiaba conocer cada detalle de lo que la madre de Jungkook estaba tratando de decirle. En lugar de continuar preguntando decidió correr y cuando entregó el mensaje en medio de la celebración de las hogueras, definitivamente sus padres lo  entendieron. Ellos y al menos una decena de lobos más.

Entonces una estampida de gente se precipitó hacia la frontera mientras los tambores comenzaban a sonar con más fuerza de la que habían sonado durante toda la noche. Estaban avisando de algo que se avecinaba, de algo que podría dañar a su gente y algo que ya no serían capaces de frenar. Ya no era música ceremonial, ritmos dedicados a animar a los concursantes de los juegos, ya no tenía nada que ver con una fiesta. Ahora los sonidos y el ambiente por completo clamaban miedo.

-¡Al templo! - Seokjin le gritó a Namjoon, perdido entre las personas que se agolpaban a su alrededor, al menos dos metros de distancia entre ambos. - La Luna Azul mayor ha dado orden de que se lleve a los civiles inocentes al templo. Tenemos que vaciar la zona rápidamente y llevarlos hasta allí.

-¡No hay sitio para tantas personas en el templo! - Namjoon gritó de vuelta, manteniendo la mano de Taehyung atrapada entre la suya.

-Las cuevas de la cima, papá. ¿Crees que podrían servir como refugio? - Taehyung alzó la voz entre los gritos del gentío que no dejaba de correr de un lado hacia el otro. - Si los niños sobrevivieron en sus túneles, tal vez nosotros también podamos hacerlo.

Namjoon dudó, respirando con fuerza mientras observaba a su hijo. Las cuevas todavía formaban parte de una importante labor de rastreo pero de alguna manera proteger a los vivos parecía más esencial en ese instante de lo que lo era vengar a los muertos.

-Bien. Haremos eso. - los ojos del padre de Taehyung buscaron los de su pareja y la comunicación mental hizo todo el trabajo. Los dos parecieron intercambiar planes con enorme rapidez. - Lleva a los lobos más jóvenes a la cima, tu padre y yo nos encargaremos de distribuír al resto entre el templo y el hostal de los Jung.

Taehyung asintió, sus pies moviéndose rápidamente y su mente centrada en dos personas. Jungkook y Jimin, necesitaba encontrarlos fuese como fuese.

-Bien.

-Hijo. - Namjoon abrazó con fuerza a Taehyung. - Ten cuidado y no actúes precipitadamente. Nada de tonterías, piensa como lo haría un guardián por favor.

El norteño asintió, sin embargo no prometió nada. En su cabeza la idea de hacer lo que sea para encontrar a su mejor amigo y a su pareja estaba viva y presente. No se detendría hasta encontrarlos y ponerlos a salvo.

Taemin no se atrevió a levantar la mirada hasta que la puerta se cerró detrás de su espalda, consiguiendo que cada zona de su piel se erizase en consecuencia cuando el cargado aire de la residencia de líderes tropezó contra su nuca. Estaba tan nervioso que las manos habían comenzado a agarrotarsele.

-Has vuelto. - la voz de la líder sureña llenó la estancia. - Escapaste pero algo ha provocado que vuelvas sobre tus propios pasos, de lo contrario no tendría sentido tu presencia aquí ni esta ni ninguna otra noche. Estoy segura de que eres lo suficientemente listo como para entender que estás atrapado en la guarida del lobo. Así que dime, ¿cuál es tu motivo?

Cuando Taemin finalmente levantó su cabeza, la imagen que se presentó ante sus ojos fue la de un líder norteño claramente débil que se mantenía sentado mientras su prometida llena de fuerza y poder le apoyaba una mano sobre el hombro. De pie y con los ojos iluminados Jeon Joy parecía completamente dispuesta a atacar si así fuera necesario.

-Se trata de la persona que me ha estado ayudando. - Taemin se tomó unos segundos para pensar en si delatar a Jimin era o no adecuado. Así que decidió contar solo parte de la verdad. - Cuando escapé, un omega me encontró y me alimentó después de que le rogase por piedad. Ahora él se encuentra herido y el responsable de su dolor es el mismo que causará la caída de la unión si no os tomáis el tiempo de escuchar aquello que he venido a decir.

Tenía que escoger sus palabras con cuidado. La única forma en la que podría salir de ese lugar sin una amenaza sobre sus hombros, era dejar clara su intención de ayudar y por supuesto hacerles saber a los dos líderes que él tenía cierta información que podría resultarles interesante escuchar.

-Habla ahora o la Luna decidirá sobre tu destino, mestizo de sombras.

Fue el líder norteño quien dió la orden, y aunque Taemin no hubiera querido hablar, le resultó sencillamente imposible evitar que las palabras comenzasen a derramarse de sus labios. Así que habló, contó cada uno de los detalles que había vivido desde su escapada con la ayuda de Jimin hasta su estúpido intento de investigación aquella noche, siempre tratando de dejar en buen lugar al omega en el proceso de su relato. Les contó también como el omega había terminado recibiendo un disparo por él, un disparo que el padre de este efectuó sin duda alguna.

-La bala no era para su hijo. - Taemin carraspeó. - El señor Park quería terminar conmigo, probablemente porque temía que yo pudiese contarle a alguien todo aquello que mis oídos escucharon y mis ojos vieron en esa casa. Quizás estaba asustado por el hecho de que hasta su propio hijo empezaba a sospechar de sus intenciones. Sea cual sea el motivo, ese hombre no dudó en usar su arma para silenciar a quien creía un posible testigo. No deseaba dejar vivo a alguien que pudiese exponerlo.

-Y así lo has hecho. - la líder sureña apretó su agarre sobre el hombro de su prometido y el omega sonrió un poco. - Serás recompensado por ello, mestizo.

-Jimin necesita ayuda, por favor. Si realmente queréis recompensarme, entonces enviad a alguien para ayudarle a escapar de su padre y prometo que los pactos y acuerdos entre mestizos y lobos se inclinarán a favor de vuestras manadas desde hoy mismo. Los cazadores perderán aliados si yo uso del modo correcto mi poder de convicción. Si ayudáis al omega, haré lo que sea como método de agradecimiento.

Taemin realmente no sabía qué era lo que estaba haciendo que sus palabras sonasen tan desesperadas pero sencillamente le parecía necesario hacer todo lo posible para lograr que la vida de Jimin fuese salvada. Y si los líderes no le concedían aquello, entonces él mismo volvería a correr a través de la montaña para rescatar al omega.

-¿Quién eres exactamente? ¿Por qué deberíamos creer que puedes hacer algo para modificar los pactos?

Taemin se mordisqueó el labio inferior. Había llevado guardado en su pecho el secreto durante toda su vida, jamás su boca se abrió para mencionar aquellas palabras que sabía que le podrían proporcionar un buen lugar tanto en la montaña de los clanes de licántropos como en los poblados de cazadores humanos.

Pero Jimin lo había ayudado sin pedir nada a cambio. El omega había arriesgado su vida llena de paz en esa montaña para rescatarlo de su prisión,  lo hizo porque creía fielmente que era lo correcto. De la misma manera en que se enfrentó a su propio padre y recibió una bala en su lugar. Ahora era Taemin quien consideraba correcto devolver el favor. Su vida había sido salvada no una sino dos veces por el omega.

Así que aunque su secreto era grande, enorme, si tenía que elegir un momento de su vida para confesarlo… Entonces tal vez la ocasión más digna y honesta fuera exactamente esa. Tal vez sus padres lo hubieran querido así, puede que ellos entendiesen su decisión en ese instante. Quizás incluso habrían hecho lo mismo estando en su lugar.

-Mi primer apellido es Lee, como la famosa familia de cazadores Lee que intentó y casi logró matar a uno de tus tíos cuando era tan solo un cachorro adolescente curioseando cerca de la frontera de los humanos. - los ojos del mestizo buscaron los de Joy. - Mi segundo apellido es Choi…

Taemin pudo observar el modo en el que la respiración de Joy se atrancaba y tornaba dificultosa. Había muchas personas que se apodaban de ese modo pero muy pocas que llevasen el mismo tipo de brazalete que portaba su madre en el pasado. Tan solo la mejor amiga de esta se había ganado tal derecho pero esa amiga había desaparecido en el aire mucho antes de que su madre enfermase.

-Choi, como la omega de familia noble que desapareció de repente sin dejar rastro en la montaña. Buena amiga de tu madre, tan buena que las dos decidieron crear un pequeño grupo de omegas insumisas escondido bajo la excusa de un grupo de lectura de romances clásicos. En las sombras, ellas se negaron a tomar el papel que sus familias las forzaron a ejercer, en las sombras ellas conocieron humanos, cazadores, lobos de otras montañas y países lejanos a este. En las sombras fueron todo lo que la Luna les permitió ser, aquello que sus progenitores se empeñaban en negarles.

Joy tragó saliva. El hijo de los Lee. Un hijo de un cazador y también un mestizo. Hijo de la mejor amiga de su madre, una omega de buena familia y la mujer que habría dado hasta su propia vida por proteger a Joy, la misma loba que solía trenzarle el cabello y ponerle lazos de colores cuando ella era una pequeña cachorra a la que le encantaba rebuscar entre el maquillaje de su madre.

La líder sureña sintió el modo en el que las imágenes y los recuerdos golpeaban fuertemente el interior de su garganta. Oh, maldita sea, dolía pensar en los tiempos en los que las sonrisas de su madre y las amigas de esta llenaban el salón de la casa de líderes y las cortinas se mantenían constantemente abiertas para dejar que el sol cautivase a las orquídeas de miles de colores que su padre siempre le llevaba a la mujer que amaba. Tiempos felices, tiempos en los que ni siquiera escocían las heridas y la sangre sobre sus rodillas tras entrenar durante horas.

El hijo de Choi Maya estaba ante sus ojos y ahora Joy no podía dejar de ver la similitud entre los ojos de ambos. Taemin llevaba en la mirada la señal de su madre, el emblema de la belleza de aquella mujer que tantas veces la sostuvo en los brazos y le contó bonitas historias sobre la fuerza de la Diosa Luna.

-El cóctel de la verdad. - Yook Sungjae apoyó la mano sobre la de su pareja, percibiendo en esta el fuerte aroma que comenzaba a dispararse a su alrededor hasta casi asfixiarlo. - No te dejes llevar por lo que el mestizo diga, piensa en que el cóctel habría revelado la existencia de ese grupo de omegas de las que él habla. Incluso si algo en su discurso ha captado tu atención, todavía no sabes si está buscando una forma de obtener nuestra atención.

-La señora Choi fue mi madrina de nacimiento. - Joy susurró, creyendo que el mestizo no podría escucharla. - Si él es realmente su hijo, entonces no lo dañaré bajo ninguna circunstancia.

-Puedo tomarme otro cóctel si es necesario y puedo ofreceros mi partida de nacimiento, pero mientras discutimos esto Park Jimin probablemente se desangra. El señor Park tenía balas de plata en su poder, no estoy seguro de si las que uso esta noche también lo eran. - Taemin se obligó a borrar las borrosas memorias de su madre. - Prometo que lograré inclinar los pactos a favor de vuestros clanes, si no lo hago tomad las medidas que sintáis necesarias pero…

Yook Sungjae levantó una de sus manos para hacerlo callar.

-Enviaremos a nuestros mejores hombres a la cabaña de Park. No solo por tu petición, sino por lo que nos estás contando confirma. - Sungjae sonrió levemente, todavía estrechando la mano de Joy entre la suya propia. - Él también tendrá que beber un cóctel esta noche.

Lo que todavía no sabían los líderes, y mucho menos Taemin, era que aquella noche nadie bebería absolutamente nada porque mientras las manecillas del reloj correteaban hacia las doce y el sonido de los tambores se precipitaba entre las ramas de los árboles, a solo una casa de distancia el consejo territorial se reunía y un grupo de Lunas Rojas acechaba la entrada de su sede con armas escondidas en sus pantalones y balas de reluciente plata preparadas para generar una nueva masacre.

El reloj de la casa de líderes cantaba la media noche a la par que la masa de gente comenzaba a cruzar la frontera dirigida por la familia Kim y muchos otros guardianes que habían sido alertados del riesgo de revuelta entre bandos rebeldes radicales y moderados. Las voces susurraban que la unión caería y eran pocos aquellos que realmente estaban dispuestos a seguir encerrados en batallas que no habían iniciado. Incluso algunos de los más fuertes guerreros sureños estaban tomando la decisión de caminar de las manos de su familia hacia la paz. Y esa noche de alguna manera el futuro tranquilo y liviano parecía encontrarse en el norte.

Era confuso para todos. Una hora antes los juegos brindaban diversión y promesas de un futuro certero para una generación entera de nuevos guardianes. Ahora los padres de Taehyung hablaban de grupos rebeldes, de lunas rojas o azules y del riesgo que quedarse suponía para las personas que no estaban envueltas en el conflicto.

-¡Somos guerreros! - un sureño alzó su voz entre el gentío. - ¡Hemos entrenado una vida entera para defender nuestro territorio! Los rumores no deberían servir jamás de excusa para abandonar nuestra montaña y a nuestra manada.

Taehyung pudo entenderlo cuando vio a algunos lobos deteniéndose, alzando la cabeza hacia el cielo estrellado y dudando antes de finalmente tomar una decisión. Fueron muchos, una infinidad de ellos, los alfas y betas que dejaron a un lado del río a sus parejas, hijos, amigos o familiares para acudir a la posible batalla. Los omegas estaban fuera de conversación cuando se trataba del sur, y aún así también fueron incontables los que decidieron dar la vuelta en su huída para enfrentar lo que sea que estuviese a punto de llegar. Peligroso o no, ese era su hogar.

Yugyeom estaba allí también, deshaciendo su fuerte agarre de la mano de Lae Vanity y acariciando la morena mejilla de esta mientras se inclinaba para besarle la frente cariñosamente. Un aura de amor se extendía alrededor de los dos, como si unos días juntos hubieran sido un año completo. El aroma a familia que desprendían no se rompió ni tan siquiera cuando Yugyeom se sumergió hasta la cintura en el río para abandonar la frontera del norte y regresar al sur, dispuesto a defender su tierra, su manada, el clan de su líder y la unión que ahora se encontraba más amenazada que nunca.

En la orilla contraria los lobos tomaban forma, aullaban hacia la luna y enterraban sus pezuñas en la tierra todavía repleta de ceniza. Estaban listos para defender el sur.

-¡Ve! - Yugyeom gritó mirando directamente a su pareja, a sus espaldas las hogueras de los juegos todavía brillaban con intensidad. Unas hogueras que habían sido levantadas para celebrar y ahora decoraban el inicio de una nueva guerra. - ¡Ponte a salvo!

Lae Vanity dudo, incluso cuando su hermana trató de tirar de ella hacia el norte con fuerza. Eran su madre y su pareja los lobos que estaría dejando atrás. Los miembros del consejo todavía no habían obtenido el aviso de que algo ocurría, de que una batalla se estaba formando en las tierras que ellos juraban querer proteger por medio de sus antiguos métodos.

Un guardián había corrido hacía la casa de líderes, sin embargo cada segundo contaba y nadie podía arriesgarse a esperar a que los refuerzos llegasen.

-¡Vete! - gritó una vez más el primo de Jungkook. - ¡Iré a buscarte cuando todo esto se termine!

Mientras sostenía la mano de una anciana sureña, Taehyung supo el motivo por el que la madre de su pareja le había pedido que mantuviese a este alejado del sur y también supo que él no podría cumplir su promesa, que si Jungkook deseaba regresar para luchar entonces simplemente alzaría sus ojos hacia la Diosa Luna para pedirle fuerzas porque lo acompañaría a la batalla sin dudarlo ni por un solo instante. Al igual que acompañaría a sus propios padres, a Hoseok, a todos los guardias norteños que estaba seguro de que se arriesgarían para proteger la unión que tanto tiempo les había costado conseguir a sus manadas.

Él sabía muy bien que Jungkook definitivamente entraría en esa batalla y solo saldría de esta muerto o con la victoria reverberando en el interior de su cuerpo. Taehyung lo sabía y ni siquiera cuando odiaba la violencia podía encontrar una razón para juzgarlo. Era el hogar de su alfa, el sitio donde este había crecido, entrenado y donde ellos dos se conocieron. Y era mucho más bonito de lo que Tae se hubiese esperado meses atrás.

Lo supo mientras sus patas pulsaban sobre la fresca tierra del norte dirigiendo al grupo de lobos jóvenes hacia las zonas más alejadas del sur, hacia la cima, hacia el lugar donde la madre de este le había indicado que su hijo se encontraba.

-"¿Taehyung?"

Su olor llegó mucho antes que la fuerte voz en su cabeza. El aroma a hogar, a pareja, a la persona que quería en su vida.

No le importó la cantidad de personas que se acumulaban a sus espaldas o las miradas que estas podrían dedicarle a dos alfas demostrándose amor de forma completamente abierta y sincera. Su lobo corrió hacia Jungkook y su hocico buscó en el hueco del cuello de este el alivio del olor natural que lo caracterizaba. Todavía podía olerse a sí mismo en la piel del chico mientras se revolcaba a su alrededor moviendo la cola a un lado y a otro. Feliz de verlo, asustado de lo que pronto llegaría y confundido, tremendamente confundido.

-Tae, necesito que me ayudes. Tenemos que cortar las raíces o… Algo, lo que sea… Tengo que volver al sur. Creo que algo horrible está a punto de suceder.

Las manos de Jungkook acariciaron el blanco pelaje del enorme lobo que se cernía sobre su cuerpo y lo estrecharon con fuerza. Las lágrimas habían comenzado a resbalar sobre sus mejillas ahora que sus ojos y su olfato captaban la cantidad de personas que seguían los pasos de su pareja hacía… ¿Hacia dónde exactamente? ¿La cima?

-"Lejos de la batalla. Lejos del peligro. La unión podría caer esta misma noche. A las cuevas, donde no puedan hacerle daño a nadie o obligar a cualquiera de nuestras manadas a tomar partido en batallas que no son nuestras."



-----------------
Hiii!!

Un nuevo miércoles y un nuevo capítulo que de veras espero que os haya gustado baes. Últimamente tengo poquito tiempo por lo que pido disculpas si en alguna ocasión se me cuelan faltas de ortografía demasiado notables.

Un beso,
os amo
Mel
💜

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top