Capítulo 57

"En fin, los buenos no siempre obtienen la gloria. ¿No puedes ver las señales de advertencia?"
-Living Hell
(Bella Poarch)


Con las manos un poco temblorosas, Jimin se apresuró a abrir la puerta del desván de su casa. Allí, de nuevo en el incómodo sofá, Taemin se encontraba acomodado leyendo uno de esos muchos libros que habían sido empaquetados para la mudanza pero finalmente no llegaron a moverse debido al repentino incendio de Casiopea.

-Has madrugado. - el omega carraspeó.

-Esa teoría suena mejor que la realidad.

-¿Mmmm?

-No he dormido nada. - el mestizo de sombras lanzó el libro a los pies del sofá antes de incorporarse. - ¿Eres consciente de que tengo una familia de la que preocuparme? Mi padre, mis amigos cercanos, primos, abuelos, otros mestizos… Tal y como han ido evolucionando las cosas no puedo estar seguro de que estén a salvo. Para mí es una tortura permanecer encerrado. Vosotros estáis luchando por mantener a vuestra gente a salvo y yo quiero luchar por mantener a la mía del mismo modo. No olvides que es a nosotros a quienes trataron de cazar cruelmente y es a una parte de nosotros también a quienes quemaron vivos como una especie de acto de advertencia para vuestra gente, o lo que sea que eso fuese.

Taemin trató de mantener su expresión compuesta, sin embargo sus ojos llenos de dolor delataron lo complicado que le resultaba recordar lo que había sucedido semanas atrás en Casiopea. El modo en el que los arrancaron a él y a otros de sus hogares para sacrificarlos por una causa que ni siquiera comprendían realmente, una causa que no se les había explicado tan siquiera. Habían sido peones. Malditos peones para un juego entre lobos que los envolvía sin motivo.

-Se supone que yo debería estar al lado de los míos, poniendo todo de mi parte para evitar más muertes innecesarias… En cambio estoy aquí, no es una prisión pero se le parece demasiado. Especialmente cuando cierras la puerta del desván con ese candado para evitar que me escabulla cuando tú no estás alrededor.

-Estoy tratando de ayudarte, incluso si no lo parece…

-Los lobos siempre habéis sido así, egoístas. Al principio fuimos esclavos y espías para vuestras disputas con los cazadores. Os aprovechasteis de que nuestra naturaleza era considerada por ellos más humana que animal, e hicisteis que nos colasemos entre sus familias y gente para dinamitar todos sus planes de caza.

-Hace mucho que eso no ocurre. Los tratados y acuerdos protegen a los mestizos e incluso prohiben su deliberada creación. Además…

-Y aún así fuimos arrastrados por un lobo a vuestra montaña como acto de rebeldía o lo que quiera que eso estuviera destinado a ser. - Taemin respiró profundo. - Algunas cosas no pueden solucionarse a través de prohibiciones. Lo que para unos supondrá una solución para otros será una tentación para desafiar las normas. Y creo de alguna manera ese desafío a las normas llegó desde el instante en el que vuestra propia gente empezó a ser asesinada, nosotros sólo hemos sido otra ficha que jugar en el tablero de quién sea que haya decidido romper la estabilidad de vuestras manadas. Pero aquí sigo yo siendo un inútil, sin poder proteger a los míos. Ahora soy tu prisionero.

Jimin enterró las manos en los bolsillos de sus pantalones y apoyó la espalda contra la puerta. Él solo estaba tratando de asegurar la salida de Taemin, había tardado el tiempo prudencial. Si querían que las cosas saliesen del todo bien, entonces ambos deberían hacer algunos sacrificios. El suyo comenzaba por mentirle y ocultarle la verdad a sus padres. El de Taemin estaba ligado a esperar pacientemente en ese polvoriento desván lleno de cajas y muebles antiguos casi inservibles.

-Justo eso… De eso venía a hablarte. - el omega se relamió los labios con nerviosismo. - He revisado la zona en la que se están llevando a cabo los juegos y algunos pequeños núcleos de población del sur mientras venía hacia aquí… Todo parece encontrarse en calma ahora. Probablemente la gente estará durmiendo para recuperar sus fuerzas, a las siete de la tarde empezará una nueva jornada de juegos. Así que lo que quiero decir es que este es el mejor momento para que te escapes. Voy a acompañarte hasta la frontera y he tomado prestado un coche de la guardia que generalmente se utiliza para el intercambio de mercancía con los humanos intermediarios. Tendremos que hacerlo rápido, no podemos arriesgarnos a que nos vean y yo no puedo cometer el error de que mi madre perciba la falta del vehículo.

Taemin se levantó, sus huesos crujieron tan pronto como estiró los brazos. Su espalda todavía estaba dolorida por esas noches de sueño inestable.

-¿Qué hay de las balas de plata? ¿Has descubierto algo?

Jimin negó. No estaba seguro de si debía ser sincero o no con aquel muchacho. Por mucho que le pareciera absurdo retenerlo debido a sospechas dadas por los recuerdos borrosos que el señor Kim había obtenido durante el interrogatorio, todavía era alguien a quien no conocía lo suficientemente bien como para arriesgarse a poner las manos en el fuego por su completa inocencia en cualquiera de los sucesos que habían dañado al norte.

Sí, el padre de Taehyung lo interrogó ante sus propios ojos y este había llegado a la conclusión de que Taemin era una víctima del mismo lobo que prendió fuego a Casiopea y el que probablemente asesinó a la mitad de los habitantes de las tribus del norte, pero ese mestizo había dejado claro desde el primer instante que sencillamente no le gustaban ni un poco los lobos. Jimin recordaba bien su discusión en ese callejón semanas atrás, cuando Jungkook tomó la decisión de no hacer más preguntas y actuar.

-Me encargaré de eso después de ayudarte a llegar sano y salvo a tu bar. - dijo finalmente el omega. - Lo primero es lo primero. Puedes tomar una ducha en el baño de abajo, te dejaré ropa limpia y algunas toallas. Después de desayunar algo nos iremos lo más rápido posible. Tenemos suerte de que la guardia de las fronteras no sea tan eficaz como lo era antes.

-¿Y qué pasa si me niego?

-¿No has dicho tú mismo que estás preocupado por tu familia? Cuanto antes regreses, antes podrás asegurarte de que están bien.

-Ya… - Taemin volvió a sentarse sobre el sofá. Dejó caer su espalda contra el respaldo mientras colocaba las manos detrás de su cuello en un acto de pereza. - Pero resulta que hay personas en tu manada, clan o montaña, lo que sea, que siguen creyendo que puedo tener algo que ver con los ataques. Como un mestizo vengativo, un rebelde o un suicida… Si hay sospechas sobre mí y mi gente, esas balas me interesan tanto o más que a tí. Tal vez la respuesta de su origen pueda arrojar un poco de luz sobre el verdadero culpable.

Culpable. Jimin quería pensar que ni su madre ni su padre eran responsables de que las balas estuvieran en el desván de su casa, pero el símbolo de la caja era sin duda una runa que había visto antes en el despacho de su progenitora.

-¿Estás insinuando algo? Mi madre lleva toda su vida en la guardia, jamás le haría daño a alguien inocente. Humano o licántropo.

Taemin solo se encogió de hombros.

-¿Y qué tal a un mestizo?

Jimin tragó saliva.

-Si no se lo haría a un humano, mucho menos a un mestizo.

-Entonces demuéstrame eso. Si tus líderes pueden desconfiar de mí incluso después de drogarme e interrogarme, entonces definitivamente yo estoy en el derecho de desconfiar de cualquier persona ante mis ojos y principalmente de esas que reúnen ciertos factores para ser culpables. Sea como sea, en un sofá de tu casa había balas de plata y eso coincide con aquello que según tus líderes y tú mismo, fue usado para llevar a cabo una masacre en la zona más alta de la montaña en la que habitais.

Jimin tomó aire. Era una estupidez pero realmente se estaba pensando el permitir que Taemin lo acompáñase hasta la cabaña de sus padres para revisar la oficina de su madre, aún con el riesgo que aquello suponía teniendo en cuenta que los juegos se activarían de nuevo durante la tarde de ese mismo día.

El mestizo tenía un punto al afirmar que mientras fuese sospechoso entonces cualquier posibilidad de desenmascarar al verdadero culpable le concernía. Ni siquiera Jimin se atrevía a negarle la veracidad de esa afirmación.

-Bien, pero si vienes tendrás que seguir mis consejos. Nada de actuar por tí mismo, mucho menos cuando crucemos las zonas en las que se están llevando a cabo los juegos.

Taemin asintió.

-Y tu regreso al poblado de los humanos se retrasará. Si no cruzamos la frontera al amanecer será complicado para ambos. Atravesar el sur mientras los juegos están en su máximo esplendor simplemente no es una opción. No quiero ser llamado traidor o acabar en un interrogatorio.

Una vez más, el mestizo asintió.

-Has mencionado los juegos al menos una veintena de veces.

Jimin tan solo rodó los ojos a pesar de que le hubiera gustado pellizcar esa asquerosa expresión de victoria que llenaba la cara del mestizo.

-La ducha sigue en pie, el desayuno también. Después de eso, te recomiendo que duermas…

El omega encogió los dedos de sus manos dentro de los bolsillos de su pantalón. Estaba nervioso por todo lo que sabía que tendría que hacer debido a ese chico. Ni él mismo se comprendía a sí mismo. Quizás después de todo realmente por su sangre corría esa necesidad de proteger y sembrar justicia que la guardia norteña tenía como mantra a la hora de entrenarse.

-Hablar directamente con mis padres no es una opción, si mi madre sabe que eres sospechoso de algo no dudará en ejercer su deber como guardia. Así que, si no quieres acabar retenido de nuevo tendremos que investigar su oficina cuando ella esté en medio de su turno de vigilancia. Hasta que la luna ilumine el cielo nocturno, no saldremos.

Y una vez más Taemin asintió.

-¿Cómo he podido dormir tanto?

Jungkook suspiró antes de esconder su frente contra el hueco del cuello de Taehyung. Se sentía como un niño pequeño descansando plenamente después de su primer día de colegio.

-Los dos lo hemos hecho. - los dedos de la mano de Taehyung juguetearon entre los cortos mechones de cabello azabache que resbalaba sobre la nuca de Jungkook. - ¿Tienes que levantarte para trabajar?

Jungkook se encogió de hombros, sin responder y sin apartarse todavía del cuerpo del alfa. Era agradable sentir sus olores combinados, ya había pasado un tiempo desde que las esencias del norte dejaron de resultarle irritables, especialmente cuando se trataba del aroma natural de Tae. Ni siquiera fruncía el ceño o se sentía asfixiado como tantas veces le había ocurrido en el pasado. Ahora disfrutaba de la fragancia de los frutos del bosque, por muy intensa que esta pudiese llegar a ser de vez en cuando.

-Creo que me tomaré el día libre hoy. Si necesitan algo de mí entonces solo tienen que venir a buscarme, tu padre sabe que… Oh. De hecho definitivamente tu padre sabe que he venido aquí a… a… Bueno. A intentar solucionar las cosas contigo y eso.

Jungkook finalmente alzó la mirada, apartándose del acogedor escondite que había supuesto para él estar acurrucado contra el cuerpo de Taehyung.

-¿Cuánto sabrán mis padres exactamente? - las mejillas de Taehyung parecieron sonrojarse por un instante. - ¿Hemos sido tan obvios incluso cuando ni siquiera eramos una pareja?

Jungkook sonrió.

-Quizas se deba a que son tus padres.

La mano de Taehyung se posó sobre la mejilla del sureño para acariciar  tranquilamente la piel de este. Oh, Jungkook realmente estaba disfrutando del toque de un alfa sin tan siquiera pararse a pensar dos veces en la clase estamental de este. Parecía imposible y en cambio así era, lo sentía cercano y cálido a cada instante que compartían juntos. Cuándo o cómo había llegado a gustarle así, ni siquiera él podía saberlo.

Su primer alfa y su primera vez realmente enamorado. Su primer contacto con el concepto de amor que tantas veces había escuchado definir por sus senex como una utopía inverosímil.

-Ellos te prestan atención y se toman la molestia de escucharte o aconsejarte cada una de las veces en las que lo necesitas. Me hubiera gustado tener algo así.

-¿Qué hay de tu madre? Siempre has hablado de ella con amor.

-Mi madre… - Jungkook sonrió con tristeza. - Es buena y siempre se ha preocupado por ayudarme en todo lo posible, el problema es que yo decidí escabullirme después de pelear con mi padre sin tan siquiera pararme a pensar en lo que una cosa así podría suponer para ella. Ahora mismo probablemente se sienta culpable sin motivos. Es una omega que sigue estrictamente aquello que mi abuelo le inculcó. Nunca da su opinión ante mi padre, sobre todo cuando ambos difieren. Como una Jeon, quiere mantener el apellido de nuestra familia en un buen lugar pero como madre… Creo que ella estaría dispuesta a comprenderme si yo decidiera pasar la vida a tu lado.

-Deberías ir a verla para comprobar si está bien, habla con ella. No tienes que contarle todavía que estamos juntos pero déjale saber que los Kim te han acogido en su casa y que estás bien. - Taehyung se sentó sobre la cama, todavía con las piernas de Jungkook rodeando su cintura. - Nosotros dos estamos en un punto muerto ahora, iniciando algo sin saber todavía del todo cómo hacerlo. Tendremos que aprender a convivir pero al menos ya no queremos matarnos el uno al otro. Puedo esperarte aquí mientras la visitas, confío en tí. Solo… Cuídate. Si tu padre sigue enfadado las cosas podrían ponerse feas.

Jungkook se incorporó, dejando que sus piernas quedasen a horcajadas sobre la cintura de Tae mientras sus manos acariciaban ese tatuaje con forma de Petrel que le cubría el pecho.

-Mi padre es complicado. Nunca va a aceptar ciertas cosas y en cierto modo puedo entender el motivo. Él fue entrenado durante años para ser un perfecto guardián, forma parte de la familia de la líder y es uno de los miembros más importantes del consejo. No atenderá a mis opiniones y sentimientos incluso si me arrodillo para suplicarselo.

-Puedes arrodillarte si es por una causa noble, Jungkook. Pero no por mí o por amar alguien que tú has decidido elegir en base a lo que dicta tu corazón. - Taehyung besó la comisura de los labios del alfa ante sus ojos. - Puedes arrodillarte para mostrarle respeto a tu madre si ella decide dejar a un lado sus enseñanzas y creencias para amarte sin reparos. Puedes hacerlo ante una situación que llena tu pecho de alegría, ante tu líder, un amigo pero no para reclamar o suplicar por unos derechos que en esencia ya son tuyos y como persona te pertenecen.

-Tae, el sur sigue siendo…

-Tienes derecho a amar y a elegir a la persona con la que deseas compartir tu vida o una etapa de esta. Independientemente de lo que el sur crea o le haya inculcado a su pueblo. La unión te protege y mientras la votación del consejo no se lleve a cabo, no podrán hacer nada para castigarte. Tu padre debe decidir si una creencia arcaica es más importante que el amor que siente por su único hijo. Si vas a tomarte el día libre en la guardia, entonces úsalo de la forma correcta. Úsalo para algo bueno.

-Tú eres algo bueno.

Taehyung se inclinó para besar los labios de Jungkook nuevamente, desde la noche anterior separarse parecía para ambos una tortura, algo prácticamente antinatural para sus lobos.

Si Taehyung pensaba en los primeros días que los dos pasaron juntos cuando se conocieron, sencillamente no podía evitar sentirse un poco orgulloso por lo mucho que ambos habían llegado a cambiar en tan poco tiempo. Su actual pareja era el mismo alfa sureño que inicialmente habría llamado "delta" con tono acusativo a todos los miembros de su familia.

-Y tú también eres algo bueno, pero es importante que hables con tu madre más de lo que lo es que pases la tarde conmigo. Seguiré aquí cuando regreses y mi opinión respecto a ti probablemente no habrá cambiado en lo absoluto. - Taehyung pellizcó la piel del abdomen de Jungkook. - De momento, vamos a desayunar algo. Estoy muerto de hambre.

Aunque Jungkook sentía su cuerpo todavía cansado, decidió seguir a Taehyung. Ambos todavía desnudos y con la piel del cuerpo hormigueando tras una noche de sueño reparador que se había extendido hasta el medio día, se acomodaron en el sofá de la sala de estar con dos bandejas de madera a juego y diferentes desayunos en cada una de ellas. Las despensas de la cocina estaban repletas de alimentos frescos pero de alguna manera el alfa norteño parecía completamente feliz con una simple rebanada de pan rancio tostado sobre la que untó una cantidad indigente de mermelada de fresa.

-Iré. - Jungkook suspiró, mirando su vaso de leche fría y evitando los ojos de Tae. - Voy a ir a ver a mi madre y aprovecharé para decirle a tu padre que ahora somos pareja, que me gustas y estoy dispuesto a cuidarte siempre que lo necesites. Incluso es posible que me acerque hasta la casa de líderes para averiguar si Joy y Sungjae han hecho algún avance en su propia investigación. Aprovecharé bien mi día libre.

-¿Qué hay de los juegos de esta noche? ¿Crees que podría toparme con tu padre si decido ir a verlos contigo?

Jungkook sonrió, finalmente atreviéndose a poner su mirada sobre la del norteño.

-De hecho, una buena forma de oficializar lo nuestro podría ser llegar a los juegos tomados de la mano. ¿Qué dices?

Sorprendentemente, Taehyung negó con su cabeza.

-Me gustaría hablar con Jimin primero, quiero decírselo yo mismo pero ha estado desaparecido últimamente. Al parecer sus padres siguen insistiendo en que encuentre un trabajo estable durante el verano.

-Okay. Entonces… ¿Deberíamos esperar un poco?

El norteño sonrió, percibiendo el tono de voz impaciente que se escabullía entre las palabras de Jungkook.

-No tienes que decírselo a tu madre todavía. Ni siquiera llevamos un día entero siendo una pareja, podrías esperar una semana y…

-Quiero decírselo. Si la situación parece adecuada lo haré hoy mismo.

-¿Cuándo irás?

Taehyung finalmente pareció perder el interés en su tostada de fresa.

-Al anochecer, mientras mi padre esté entretenido con los juegos y lejos de casa. Quiero conversar con ella sin que él se interponga.

La luna comenzaba a mostrarse sobre el firmamento cuando Jimin y Taemin emprendieron su camino a través de los bosques del sur. Tras haber cruzado el río desde la zona menos usada por los norteños y haberse mantenido constantemente alerta ante cualquier pequeño suceso a su alrededor, finalmente llegaron al poblado de guardianes.

Taemin era asquerosamente escandaloso al andar, hasta su propia respiración resultaría ruidosa para cualquier lobo. Resultaba un poco exasperante, aún así, la suerte parecía estar de su lado esa noche. De alguna manera nadie estaba prestando atención al muchacho que llevaba una chaqueta negra con capucha en medio de una de las noches más cálidas del verano.

-La mayoría de guardianes se han movido a las zonas donde se llevan a cabo las hogueras y los juegos, los lobos de las dos manadas han estado peleándose durante la festividad y causando problemas por lo que la seguridad ha aumentado. Alcohol, juegos de batalla, música con tambores, danzas tradicionales, toneladas de comida que no deberían malgastar… Tenemos la suerte de que hoy hay demasiadas cosas que mantienen la atención de la gente en la festividad. De otra forma cualquiera habría mirado con sorpresa a un  muchacho que lleva puesta una chaqueta así a pesar de los treinta grados que marcan los termómetros de mercurio de nuestras cabañas.

Taemin podía sentir sus mejillas ardiendo, el sudor recorría todo su cuerpo y resbalaba sobre la piel de su nuca empapándole el cabello revuelto. Todo aquello causaba que su piel se sintiera pegajosa y sucia, incluso tras haber tomado una ducha esa misma tarde.

-No estoy llevando esta insoportable chaqueta por gusto. - susurró, sus pasos continuando hacia el frente al par que lo hacían los de Jimin. - Simplemente no quiero que alguno de tus amigos me reconozca y decida hacerse el héroe o tomarse la justicia por su mano.

-Creeme, sospecharía mucho más de un chico vestido como tú en una noche de verano que de un lobo que se mueve con tranquilidad entre el tumulto de gente que han reunido los juegos.

-¿Acaso olvidas que no soy un lobo?

Jimin rodó los ojos mientras extendía su mano hacia Taemin para alcanzar la de este y tirar de él hacia la cabaña de sus padres, obligándolo a apurar sus torpes y ruidosos pasos.

Las luces estaban apagadas, lo que significaba que probablemente su madre se encontraba realizando su turno de guardia y su padre curioseando alrededor de los locales sureños que esa semana se encontraban repletos de gente del norte. Muchos se mostraban ansiosos por saber qué eran esos extraños juegos de guerra llevados a cabo por los sureños.

-Además de tu confuso rostro y aroma, no hay nada que delate eso. La ausencia de un olor de nacimiento,  pasaría desapercibido gracias a la cantidad de gente que se encuentra en las calles esta noche y en cuanto a tus facciones…

Jimin se frenó un momento para mirar cada una de las partes de la cara de Taemin. No podía negar que ese rostro era digno de recordar. Mucho más humano que el de los lobos que conocía con colmillos incipientes e iris llenos de coloridas tonalidades. Definitivamente un rostro humano sin las facciones que definirían el legado de cualquier licántropo, pero también más afilado, bonito y llamativo que el de cualquier persona con la que él se había encontrado anteriormente.

-Bueno, eres un chico atractivo y eso te haría atraer atención de algún lobo o loba, pero si pensamos con objetividad solo te hemos visto con anterioridad unos seis o siete. Eso no es nada si te metes entre al menos una centena de lobos bailando y bebiendo mientras ven a otros darse golpes por diversión.

-Vamos a centrarnos en llegar a la cabaña de tu familia para averiguar de dónde mierda han salido esas balas. ¿De acuerdo? Más tarde si quieres puedes darme una charla sobre cómo ocultarme de la manera adecuada. En este instante solo tengo como objetivo quitarme las acusaciones de tus líderes de encima.

Así que eso fue exactamente lo que los dos muchachos hicieron. Jimin se aseguró de que nadie en el poblado de guardianes estuviera poniendo su atención sobre ellos y juntos entraron en esa cabaña que desde inicios del verano le pertenecía a los Park. En el peor de los casos y si algún vecino decidía hacer preguntas indiscretas, podría argumentar que la persona que lo acompañaba era un buen amigo.

En silencio y sin encender las luces, el omega no pudo soltar la mano del mestizo. Los humanos no veían bien durante la noche, especialmente cuando se trataba de lugares desconocidos. Y los ojos del mestizo definitivamente se acercaban mucho más a la definición humana de lo que lo hacían los suyos.

-El despacho de mi madre. - Jimin indicó, llevando su mano hacia el pomo de la puerta. - Ella siempre lo deja abierto, lo cual añade un motivo más a la razón por la que creo que no es culpable de nada. A pesar de esas balas. - suspiró. - Si escondiera algo importante aquí, además de una enorme cantidad de papeleo sobre tareas de la guardia norteña… ¿No crees que al menos pasaría la llave al salir?

-Creo que podría funcionar como lo de esta chaqueta. Tal vez tratar de ocultar las cosas importantes sea un motivo para generar curiosidad en las personas. - Taemin afianzó su agarre sobre la mano de Jimin cuando se adentraron en el pequeño despacho. - Tú pareces lo suficientemente curioso como para querer saber lo que esconde una puerta cerrada.

Jimin sonrió porque en realidad él siempre había tenido ese pequeño defecto de la excesiva curiosidad, solía meterse en líos constantemente por meter el hocico en sitios en los que no debería.

-Tal vez.

Sin dejar de prestar atención a los sonidos y rastros de humor que se despedigaban por el interior de su cabaña y las zonas cercanas a esta, Jimin entró primero y dió un pequeño tirón a la mano de Taemin para guiarlo cuidadosamente a través de la estancia.

-Tenemos que buscar una caja de cartón, o en su defecto documentos, con la misma runa que vimos en el cofre de metal de las balas.

-¿Y cuando la encontremos? ¿Qué harás?

El omega dudó, soltando la mano de Taemin para apurarse a comenzar la búsqueda. Los farolillos del poblado permitían que un poco de luz anaranjada se colase a través de las cortinas de lino blanco de la estancia.

-Si no hay nada que arroje una respuesta sobre esas balas, me iré de aquí y le llevaré lo que encontramos al líder Yook para que decida qué hacer o cómo actuar. Si hay algo que incrimine a mi madre… Entonces haré lo mismo y de paso pediré asilo. No viviré  con una asesina capaz de masacrar a una estirpe de lobos casi al completo.

Taemin solo asintió. Con pasos torpes motivados por la oscuridad del ambiente, se dedicó a palpar con las yemas de los dedos cada una de las cubiertas de libros que se encontraban apoyados sobre el escritorio de la madre de Jimin o en la pequeña estantería colocada cerca de la ventana.

Ambos perdieron la cuenta del tiempo que llevaban revisando cada cajón, libro y carpeta, cuando finalmente un documento con una runa como la que buscaban apareció. O al menos eso creyeron.

-La luna. - Jimin susurró, el sudor resbalando por el puente de su nariz hasta caer sobre el papel. - Esta luna es azul, la de la caja es burdeos.

-¿Eso es importante?

A esas alturas, Taemin se había visto en la necesidad de quitarse la agobiante chaqueta negra y ahora se inclinaba sobre el escritorio rozando sus brazos con los del omega. Su cabello negro y liso había terminado ondulandose por el sudor, el agobio se presentaba sobre la piel de sus mejillas como un intenso sonrojo.

-No lo sé, pero incluso si el color no lo es… Puede que lo sean los picos. En la caja la runa de la luna tiene terminaciones puntiagudas y se encuentra en fase creciente iluminante. - Jimin dibujó en el aire la forma que había mencionado. - Pero en estos papeles, los de la guardia… La luna que está ahí tiene las esquinas redondeadas y se encuentra en fase creciente menguante.

-Tal vez solo es una casualidad. Puede que con el paso de los años el dibujo haya cambiado. La caja parece antigua pero el documento… - Taemin estrechó sus ojos, forzando su vista. - ¿En qué fecha fue redactado?

Jimin se agachó para comprobarlo.

-Es de hace unos meses, fue escrito en mayo de este año. Probablemente cuando la unión entre Joy y Sungjae comenzaba a tomar forma.

-Entonces la posibilidad de que hayan modificado la runa con el tiempo, está ahí.

Jimin negó.

-Los maestros de runas son muy detallistas y prestan especial atención a la simbología. No habría motivos para modificar la fase de la luna en el dibujo a no ser que el significado tras el uso del símbolo hubiese cambiado o que… Espera.

-¿Qué?

Jimin sacudió la cabeza, había creído escuchar pasos moviéndose en algún lugar cercano pero con la fiesta de los juegos en pleno apogeo resultaba complicado filtrar desde dónde procedía cada uno de los sonidos que llegaban hasta sus oídos. Podrían estar en el exterior o en el interior, sin embargo él no llegaría a saberlo con precisión hasta que fuese muy tarde para reaccionar. Tan solo era capaz de percibir con suficiente claridad el rastro de humor de Taemin entrelazándose con el suyo propio y el calor que el cuerpo de este desprendía al mantenerse tan cerca.

-Que cada símbolo sea diferente porque pertenecen a cosas diferentes.

-¿Qué dice este documento? ¿De qué habla?

-"La unión será un nuevo comienzo para las manadas y clanes que hoy están presentes en esta reunión de urgencia. Los líderes Yook y Jeon se comprometen a poner todo de sí mismos para engendrar un heredero que en el futuro pueda ser único líder de una única montaña junto a su pareja consorte o en solitario. Ambos deberán unirse en efectos tradicionales y modernos en menos de cuatro meses, siendo las dos ceremonias públicas y sirviendo las mismas como un ejemplo de conciliación y adecuada convivencia  para el pueblo. Dos ceremonias se llevarán a cabo, la primera será un acto formal mientras que la segunda política.

   « Además, con pleno conocimiento de lo que implica su promesa, los líderes se comprometen a engendrar en menos de un año, dejando un espacio de tiempo reducido para las dudas o las quejas tras la firma del acuerdo. La unión será complicada y necesitará de sacrificios. Sacrificios que no solo vendrán dados por la unión y el matrimonio, sino también con la mezcla de culturas, costumbres, festividades y con la irrompible condición de tomar los recursos de la tierra devolviéndole a esta el doble de lo que la Luna nos concede. »

Jimin alzó la mirada, aunque sabía que para Taemin él solo sería una sombra en medio de la oscuridad, le sonrió.

-Parece inofensivo. Hemos escuchado todo lo que implica el acuerdo de la unión un millón de veces. Los lobos sabemos que nuestros líderes no se están causando por amor, sino para ayudar a su pueblo.

Taemin rodó los ojos.

-Cosas de lobos. - dijo. - Sigue leyendo. Quizás haya algo importante entre todas esas líneas.

El mestizo giró su cabeza hacia Jimin, sus ojos buscando al chico entre la penumbra de la noche mientras sus brazos continuaban pegados. El contacto con ese omega era cálido y tranquilo a pesar de todo. Él no olvidaba ni permitiría que el resto de mestizos de su comunidad olvidarán, el que ese muchacho le había salvado la vida de alguna manera. El que ese chico se estaba esforzando por ayudarle a demostrar su inocencia. Jimin tomó decisiones en contra de su propia manada al sacarlo de aquella casa en la que la líder Jeon lo confinó con el objetivo de exprimir su mente en busca de información.

Entonces, mientras los dos se miraban tan ensimismadamente, el sonido de pasos y la idea sobre su localización, llegó tan tarde como Jimin se había imaginado minutos atrás.

-¿Hijo? ¿Qué…?

La puerta del despacho de la madre de Jimin se abrió en un mísero segundo y todo lo que este atinó a hacer fue esconder el cuerpo grande de Taemin tras el suyo. Debería haber ocultado el documento que estaba estirado sobre la mesa de madera, pero no lo hizo. Se había entretenido tanto observando los colores del rastro de humor casi imperceptible de Taemin que ni siquiera había prestado suficiente atención al sonido de los pasos sobre el suelo que su padre muy probablemente había provocado al caminar.

-¿Qué haces leyendo en la oscuridad? De hecho, ¿qué haces en el despacho de tu madre con un lobo desconocido?

Lobo. Su padre probablemente no había visto bien u olido con claridad a Taemin debido a la distancia que los separaba, así que Jimin trató de improvisar y falló.

-Yo… - mierda, realmente no sabía cómo mentirle a su padre. - Encontré unas balas en la casa del norte mientras rebuscaba entre las cajas que dejamos en el desván y me preocupé por mamá. Son balas de plata y eso fue lo que se usó durante el asalto al norte según lo que Taehyung me ha contado.

-¿Y no crees que deberías hablar con tu madre en lugar de rebuscar entre sus papeles? Taehyung y tú, tú y Taehyung, siempre metiendo la pata donde están los huecos del camino.  Pensé que te habíamos criado en el diálogo, Jimin. Eres un norteño, deberías saber que hablar soluciona la mayoría de malentendidos.

El señor Park nunca se enfadaba, en toda su vida Jimin jamás lo había visto  nervioso por alguna de sus muchas travesuras, ni siquiera cuando Tae y él rompieron una de sus enormes  maquetas de barcos para coleccionistas. Pero en ese instante parecía lleno de ira, su olor natural se estaba volviendo tan agrio que el omega sintió la necesidad de encogerse un poco.

Las manos de Taemin tomaron las de Jimin y todavía levemente escondido tras su cuerpo puso el toque de sus dedos alrededor de los de este como si pudiera cederle un poco de valor de esa forma. Estaba tratando de aportarle algo de ánimo, pero a juzgar por la manera en la que el hombre ante ellos había comenzado a enseñar los colmillos…

-¡Y ahora te atreves a acusar a tu madre! ¡Has traído a un maldito desconocido a fisgonear entre sus papeles con el objetivo de hallarla culpable de alguna estúpida cosa que se te ha ocurrido al encontrar unas viejas balas en un viejo desván que le perteneció a tus abuelos antes que a ella!

-Papá, yo no…

-¡Cállate! Sabes bien que tu madre jamás irá en contra del bienestar de nuestra manada. Ella nunca desobedeció a su líder durante la guerra y no lo hará ahora que la paz por fin parece ser posible.

-Yo…

Jimin tragó saliva, las lágrimas habían comenzado a acumularse en sus ojos y dejó caer la espalda contra el pecho de Taemin. Ver a su padre así de enfadado estaba generando en su lobo un malestar que tiraba y enroscaba su conexión familiar.

-Ese lobo. Déjame ver su rostro.

-Papá, déjame explicarte bien las cosas primero. Prometo que no es tan malo como lo parece, sé que mamá es incapaz de dañar a alguien pero esas balas estaban en el interior de una caja sobre la que se encontraba dibujada una runa muy similar a la que llevan los documentos oficiales de la guardia norteña.

-Sigue sin servirme de excusa. - el señor Park gruñó. - Te criamos en el respeto, nunca pensé que nos traicionarías así. Familia. Somos una familia, hijo.

Jimin temblequeó antes de finalmente apartarse de Taemin, con el miedo de la regañina que su padre le había dedicado carcomiendole el pecho.

-Dame esos documentos y esas balas. Llamaré a tu madre y hablaremos de esto todos juntos en el salón de la casa. El chico se queda. Si ha creado teorías contigo más le vale ser consciente de la verdad.

El omega asintió y cuando dió el primer paso, Taemin lo siguió de cerca.

-Solo me fío de ti, Jimin. - susurró el mestizo de sombras.

Y quizás el hecho de no ser un lobo, de no conocer sus costumbres o saber lo que la guardia implicaba, de no tenerle el cariño que cada norteño le tendría al señor Park por su labor como consejero personal de la familia Yook. Tal vez eso fue lo que hizo que Taemin pudiera reaccionar con enorme rapidez cuando el padre de Jimin sacó una pistola del bolsillo trasero de sus pantalones de vestir.

El mestizo empujó lejos del cañón del arma al omega.

-Un asqueroso mestizo en mi casa.

Fueron esas palabras las que finalmente provocaron el llanto de Jimin. Su padre estaba reconociendo que los mestizos no le gustaban, su padre estaba sosteniendo un arma y su padre le enseñaba los dientes incluso a él. Nada de eso parecía tener sentido y sin embargo estaba ocurriendo.

-¿Qué haces? - Jimin puso su cuerpo por delante del de Taemin. - Papá, piensa en lo que has dicho.

-No necesito pensar en nada. - el señor Park puso uno de sus dedos sobre el gatillo. - Te he criado bien, con todas esas absurdas creencias de tu madre sobre la justicia haciendo mella en mí a diario. Te he querido, a pesar de que fueses un omega y he sido tu padre, incluso cuando no fui yo el que pidió un hijo con desesperación en el templo sino tu madre. Yo habría sido feliz incluso sin un cachorro pero ella te quería costase lo que costase, ansiaba tenerte y así se lo estás pagando.

Jimin notaba el modo en el que sus ojos comenzaban a llenarse de lágrimas. Todavía no era plenamente consciente de lo que estaba pasando pero al menos sabía  que si sus progenitores escondían un pecado, él no deseaba ser parte de este.

Y esas palabras, ese tono de voz… La persona ante sus ojos no era la que él había llamado "papá" durante toda su vida. No era el hombre amable y justo que aconsejaba al líder Yook. Ni siquiera se le parecía.

-Habla con claridad, padre.

-Deberías habernoslo dicho a nosotros cuando encontraste esas balas, tendrías que haberlas destruído antes de que nadie pudiera sospechar.

Taemin colocó sus manos sobre los hombros de Jimin, intentando apartarlo a pesar de que el omega no estaba dispuesto a moverse ni un solo centímetro de él.

-Jimin, tu padre parece dispuesto a disparar. Vámonos de aquí. Deja de charlar con él. - Taemin tragó saliva.

Pero Jimin avanzó un paso más, tan cerca de su padre que este podría disparar directamente a su cabeza si así lo quisiera.

-¿Por qué? Si no tenéis nada que esconder entonces las balas no llevarán a ningún sitio. ¿Por qué tendría que haberlas destruído?

-Jimin.

-¡¿Por qué, padre?!

-¡Porque no estoy dispuesto a dejar que arruines los planes que he ido trazando con sumo cuidado durante toda mi vida!

-¿¡Qué planes!?

Fue cuestión de un instante, el sonido del disparo sonó con fuerza a la par que lo hacían los tambores a lo lejos y Jimin cayó contra el suelo con el dolor recorriendo hombro derecho.

El señor Park se encontraba temblando, disparar a su hijo no fue un acto planeado. Los norteños no habían sido instruidos en el uso de armas de fuego, no al menos aquellos que no formaban parte de la guardia y con sus nervios por los aires una bala que estaba destinada a llegar hasta el mestizo de sombras terminó lastimando a su propio cachorro.

-¡Sal! ¡Fuera! ¡Escapa! - Jimin empujó a Taemin lejos de su cuerpo cuando este se agachó para tratar de frenar el sangrado de la herida. - ¡Soy un lobo, me puedo curar más rápido de lo que lo harías tú!

-¡No voy a dejarte aquí para que mueras!

Jimin negó y alzó su mano para llamar al viento en el intento por empujar lo más lejos posible de esa casa a Taemin. Si la Luna estaba de su lado, lo conseguiría.

-¡Aprovecha que mi padre está en shock y escapa, maldito idiota! ¡Vuelve a tu bar!

En un segundo fue como si el mestizo de sombras nunca hubiera entrado en la cabaña. En un segundo la puerta de la entrada se abrió y su cuerpo fue empujado con fuerza al exterior por un viento que pareció sostenerlo en brazos como una madre lo haría con su hijo.

Entonces, cuando sus pies tocaron la tierra del suelo de nuevo, comenzó a correr.




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Hiiii!!!

Tenéis que perdonarme por favor. Ayer por algún motivo pensé que era martes y me pasé el día completo pensándolo hasta que al final hoy caí en la cuenta de que no lo era.

Me retrasé un día pero intentaré que no vuelva a pasar sin justificación. De todos modos, ¿os ha gustado este capítulo?

Gracias por leerme.
Un beso,
os amo
Mel
💜

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