Capítulo 23
“Trato de luchar contra ello pero cada vez que lo hago es como tener un coche nuevo o un medicamento que sabes que tendrás que tomar. Cuando te dicen que no puedes hacer eso pero lo harás de todas formas y sabes que te va a gustar. Cuando enciendes una llama crece. Si colocas una bomba, va a explotar. Cuando veo tu bonita cara, quiero saber que no quiero quedarme dormido sin ti.”
-Without You
(Parachute)
☾
Mientras corrían a través del bosque el miedo por ser descubierto con el olor a celo de otro alfa sobre su piel, de algún modo se calmó en el interior de Jungkook. La sensación de libertad que su alfa estaba experimentado era mucho más fuerte con la naturaleza abriéndose paso ante sus ojos, y le gustaba. Poder pisar tierra húmeda libre de cenizas era como regresar a los mejores años de su infancia, aquellos en los que ser un buen guardián era su objetivo mas no un modo de vida. Esos en los que los incendios no lo habían arrasado todo obligando a su manada a tomar medidas desesperadas y a su clan a tener largas reuniones interminables que habían derivado en la enfermedad de su tío y el ascenso al liderazgo de Jeon Joy a una edad mucho más temprana de la planeada.
Aquel lugar le recordaba a cuándo su cabeza no estaba repleta de deberes y todavía podía permitirse desobedecer a su senex y comportarse como todo un chico revoltoso, a los instantes en los que decidía esconderse con su prima entre los manzanos del jardín de su abuela en la casa de líderes porque ninguno de los dos quería tomar sus lecciones de historia y aprender fecha tras fecha acerca de aquellos sucesos que habían marcado y marcaban en la actualidad la historia de su familia. Su maestro solía buscarlos durante horas antes de finalmente rendirse en la tarea de hallarlos, porque incluso si el oído de su senex era inmensamente mejor que el suyo en aquella época… Este quizás pretendía no saber donde se hallaban ellos y el escondite secreto. Ese que con sus siete años parecía una enorme sala, a pesar de tratarse de un hueco entre dos árboles que juntaban sus ramas creando un puente en aquel entonces infinitamente alto y ahora tan solo a la altura de sus miradas.
-”Solo cinco minutos y podremos hundirnos en el agua del lago. Si Jimin tiene razón, Crystallo cubrirá cualquier olor a celo con la esencia del norte.”
Las ramas de los árboles tropezaban de vez en cuando contra su lomo y es que el camino seleccionado por el hijo de los Kim parecía un atajo poco usado, con hierbas altas y la lavanda mucho más crecida que en cualquier otra zona. Las flores silvestres se dispersaban y mezclaban con arbustos repletos de bayas que Jungkook nunca antes había visto antes, las mariposas revoloteaban sobre sus cabezas y si agudizaba su oído podría escuchar a los conejos escarbando sus madrigueras muy cerca de los lugares por los que ellos dos correteaban de manera apurada.
-”El lago Crystallo está cerca.”
La voz de Taehyung sonó en esa ocasión mucho más fuerte en su cabeza, probablemente por el importante detalle de que en sus cuerpos todavía estaba presente el celo que la luna llena les había provocado. Jungkook podía percibir los aromas que lo rodeaban mucho más intensos, lo suficiente como para que la lavanda a su alrededor prácticamente lo asfixiase al respirar profundo pero eso no lo detuvo. No dejó de correr ni por un solo instante, tenía algo más importante de lo que ocuparse que de su celo o los olores que envolvían el norte y se pegaban con fuerza a su piel.
Como Taehyung había predicho, solo tuvieron que seguir avanzando entre la frondosa arbolada por al menos cinco minutos hasta llegar a un enorme prado que se abrió ante sus ojos y los cegó con la intensa luz en el instante en el que las copas de los abedules dejaron de cubrir el sol de verano. Allá a lo lejos el agua del lago Crystallo resbalaba en cascada sobre las planas rocas que lo rodeaban, brillando como un diamante con cada rayo de sol que tropezaba en sus corrientes. Los animales se refrescaban ante la orilla de este para aliviar la sensación de calor que las altas temperatura provocaban.
-”Ya estamos, ya estamos.” - el tono de Taehyung estaba repleto de euforía. - “Maldita sea, con estas temperaturas creí que caería redondo antes de llegar.”
El lobo sureño siguió a Taehyung hasta la orilla y hundió sus patas en el agua dulce del mismo modo en el que este lo hacía, las ondas se formaron a su alrededor y algunos ciervos se mantuvieron quietos con su presencia. No parecían asustados por el gran animal que ahora agitaba su cabeza, pero en cambio sí lo parecían por quien al lado del hijo de los Kim era tan solo una pequeña mota de polvo suspendida en el aire. El enorme lobo blanco a su lado bajó el cuello para beber y con sus patas situadas unas a solo unos centímetros de las otras, Jungkook logró percibir una vez más la notable diferencia de sus tamaños. Taehyung era enorme y provocaba que su alfa se sintiese domado ante su sola presencia.
Como aquella vez en el bosque, Jungkook se encontró a sí mismo reprendiendo a su lobo ante la repentina idea de mostrarle la panza al de Taehyung.
-”Sana tu sed.”
Su voz sonó casi como una orden, una orden que por un instante Jungkook se sintió empujado a recibir. Porque a pesar de que Taehyung no estaba usando su voz de mando, la grandeza de su alfa podía ser percibida en él incluso a partir de algunas palabras sencillas. Si Jungkook no supiera que ese chico era un alfa, tal vez podría mentirse a sí mismo diciendose que se había topado con una clase de lobo superior y eso explicaba la sumisión de su parte animal ante este. Pero sería mentirse a sí mismo, porque sabía que Kim Taehyung era un alfa enorme y nada más.
A veces la realidad era sencilla y difícil de admitir por partes iguales.
-”La temperatura sigue creciendo y tendrás que regresar al sur cuando el sol esté en lo alto, vuestros caminos ya no tienen árboles con altas copas que os protejan. Así que, escucha mi consejo. Necesitarás el frescor para poder llegar sin generar sospechas.”
Y Jungkook bebió, lo hizo mientras observaba de reojo el modo en el que el alfa albino comenzaba a caminar hacia el interior de las aguas cristalinas y frías de aquel lago, paso a paso hasta hundirse por completo. Segundos después el cabello plateado de Taehyung sustituyó al blanco pelaje del lobo.
-¿A qué esperas, Jungkookie? Ven a nadar un poco, quitémonos este olor de encima antes de que alguno de nuestros padres o conocidos lo perciba y sea demasiado tarde.
Si Jungkook pudiese bufar en su forma lobuna, definitivamente eso sería exactamente lo que estaría haciendo. Taehyung era un lobo mandón y sabiondo la mayoría del tiempo, pero sus palabras casi siempre estaban repletas de esa amabilidad que le permitía resultar tremendamente agradable a casi todo el mundo. Incluso si ese era el alfa que lo había motivado a romper una de las normas más importantes del clan Jeon.
El sureño se tomó unos segundos más para beber de la fresca agua del lago, porque en realidad estaba bastante sediento tras el angosto camino que había atravesado para llegar hasta el prado que bordeaba Crystallo. Cuando su boca se sintió saciada decidió imitar al alfa Kim en sus movimientos, se hundió por completo como un lobo y nadó hacia la superficie en su forma humana.
-¿Crees que lo que ha dicho tu amigo es cierto? - mientras Jungkook se apartaba el azabache y húmedo flequillo de los ojos, Taehyung ya estaba nadando hacia una de las rocas sumergidas levemente en el agua. - Lo de que el lago nos cubrirá con el olor del norte y apartará el aroma a celo…
Taehyung no contestó hasta que sus pies se posaron sobre aquella roca situada en el medio y medio del lago, los dos habían tenido mucha suerte esa mañana pues generalmente Crystallo se llenaba de familias durante el verano y de cachorros que deseaban aprender a nadar. El norteño pensó que tal vez se debía al evento que tendría lugar esa tarde, la gente definitivamente querría ver a la líder del sur ahora que esta pasaría a ser parte de la familia de Yook Sungjae. Porque incluso si la mayoría no confiaba demasiado en los Jeon, todavía existía curiosidad acerca de esa mujer que ahora tendría un voto en las normas y problemas que tuviesen que ver con su territorio.
Taehyung se acomodó sobre la piedra que usualmente siempre estaba ocupada. Generalmente era el lugar preferido para los adolescentes que deseaban tener su propio lugar lejos de los adultos aburridos que se mantenían en familia en las orillas del lago mientras charlaban o se juntaban para comer. Su posición era perfecta, hundida en la profundidad pero lo suficientemente alta como para que cualquiera pudiese sentarse en esta y permanecer allí toda el día sin que el sol comenzase a abrasar sus pieles.
Si el caudal del río y la cascada eran mayores de lo normal, posar los pies sobre ese lugar en concreto se convertía en una tarea imposible para todos aquellos que no gozasen de cierta altura ya que el agua sobrepasaba la roca y llegaba a cubrir más allá del alto de su cuerpo.
-No lo sé, nuestros senex siempre han dicho que el lago Crystallo concentra el poder del norte. Es aquí donde tienen lugar gran parte de nuestras ceremonias, aquí recibimos nuestra primera runa de nacimiento, la de la mayoría de edad y también aquí aquella que nos une a nuestras parejas de por vida si así lo deseamos. No ha sido elegido porque sí para actos tan importantes, muchos creen que la magia que recibimos de la luna fluye y se concentra en el agua que resbala desde la cascada.
-Magia. - Jungkook rodó los ojos incrédulo, sus brazos moviéndose sin prisa en la frescura del agua mientras nadaba hacia el lugar en el que ahora Taehyung se sentaba. La cintura de este quedaba cubierta hasta su ombligo y las líneas negras que conformaban sus tatuajes parecían brillar con el reflejo del agua sobre su piel. - Sigo sin creer ese cuento acerca de la magia de los Yook, todavía no te he visto realizar ningún hechizo o volar en una escoba.
-Eso es porque tienes un concepto muy estúpido de lo que la magia implica, para un Yook magia es poder comunicarnos con los animales y la naturaleza.
Una vez más Jungkook decidió darle una mirada incrédula a Taehyung, lo que provocó que este lo empujara lejos de la roca en cuanto sus pies se posaron sobre esta. Su espalda se hundió en el agua y fueron varios sus intentos antes de que el alfa norteño finalmente le permitiera hacerse un sitio a su lado.
Jungkook decidió no volver a mostrar su poca credulidad hacia la magia de los Yook ante Kim Taehyung, al menos mientras siguieran en el lago. Sus pulmones ardían y sus ojos estaban recuperando el tono azulado, a pesar de que el celo se sentía un poco menos intenso en aquel sitio.
-No discutamos de nuevo, Jeon.
-Eres tú el que me ha lanzado al agua al menos quince veces, que hipócrita resulta de tu parte pedirme eso después de tus actos.
-Han sido al menos diez, quince es una cifra un poco exagerada.
Los dos se mantuvieron en silencio después de intercambiar sonrisas, sus labios sellados y sus ojos clavados en el agua que los rodeaba.
-¿Quieres que te enseñe algo mágico?
-¿Mmm?
Taehyung sonrió un poco y alcanzó la mano de Jungkook para llevarla hasta la suya.
-Cierra los ojos y concéntrate en el agua que fluye desde la cascada hasta el lago. - Taehyung golpeó levemente el brazo del alfa sureño cuando este rodó los ojos desobedeciendo a su petición con una mirada repleta de incredulidad. - Escúchame, si quieres verlo debes seguir mis pasos. Cierra tus ojos.
Jungkook sentía que aquello probablemente derivaría en él cayendo de nuevo en el agua del lago, no había una sola posibilidad de que Kim realmente le mostrara magia porque ciertamente esta no existía. Ellos eran lobos, no un extraño invento de esas películas que tanto le gustaban a los humanos y que parecían sacadas de la imaginación más extraña.
Aún así, motivado por el tono de voz del alfa que se mantenía a su izquierda, Jungkook decidió obedecer una vez más con el objetivo de averiguar qué era lo que este quería enseñarle este o si acaso realmente había algo que pudiese mostrarle. Cerró los ojos y esperó hasta que Taehyung le indicase lo que debía hacer.
-Concéntrate en el agua, escúchala. Eres un guardián, así que para tí esto será incluso más sencillo que para cualquier otro lobo que no haya aprendido a escuchar aquello que lo rodea. Has entrenado toda tu vida para lograr que tus sentidos como lobo sean superiores a los del resto de personas, es el momento adecuado para que lo demuestres sin necesidad de atacar o lastimar a otros lobos. Hay más maneras de demostrar tu grandeza que la violencia. - Taehyung apretó levemente sus dedos alrededor de los de Jungkook. - Piensa en el agua del lago como la sangre que corre por tus venas, imaginala fluir por tu cuerpo y calmar la sed de tu lobo. Piensa en ella como algo que es parte de tu cuerpo. Tierra, luna y sol. La naturaleza es parte de nosotros de la misma y exacta manera en la que nosotros somos parte de ella y para entenderla debemos ser capaces de sentirla.
A Jungkook le costó un par de intentos no reír y cada una de las veces Taehyung terminó mirándolo con una de esas expresiones frustradas que a menudo aparecían en sus pupilas cuando no lograba lidiar con algo. Se encogió de hombros con una pequeña sonrisa y reaccionó alejándose cuando el chico a su lado decidió pellizcar la piel de su brazo en señal de advertencia.
-Una vez más, si no lo quieres ver dímelo y así no perderé el tiempo tratando de enseñarte algo que claramente deberían haberte enseñado tus senex cuando eras tan solo un niño.
-No empieces con eso o terminaremos discutiendo como es habitual, Taehyung. - Jungkook volvió a entrelazar sus dedos con los del lobo a su lado. - De nuevo, enséñame lo que quieres mostrarme. Me concentraré, lo prometo.
El lobo sureño decidió concentrarse mucho más esa vez. Siguiendo cada una de las indicaciones del norteño se imaginó el agua fluir por su cuerpo del mismo modo en el que lo haría la sangre. Como si formase parte de su cuerpo, esencia y alfa interior.
-”Un poco más.” - el susurró de Kim sonó directamente en el interior de su cabeza. - “Tan solo unos segundos, Jungkook.”
Jungkook estaba a punto de protestar por el uso de la comunicación mental cuando la sensación de cosquilleo sobre sus brazos lo hizo abrir los ojos asustado, y ahí estaba lo que había causado las cosquillas sobre su piel. Justo ante sus ojos incluso si él estaba seguro de que probablemente su mente le estaba jugando una enorme broma en forma de alucinación. El agua limpia del lago Crystallo rodeaba sus manos y subía lentamente por sus extremidades hasta rodear sus hombros.
-Te lo dije. Tu concepto de magia no es el nuestro, para un Yook la magia empieza y termina en la naturaleza. Esto… - Taehyung tenía los brazos repletos de líneas de agua, exactamente igual que él, las gotas parecían caminar sobre su piel y desplazarse tranquilamente por sus extremidades sin prisa. - Es comunicación. Si el agua sabe lo que necesito y la Diosa Luna se encuentra dispuesta, entonces responderá a mis peticiones. Puedes llamarlo magia o concordancia. Los Yook no nos subimos a una escoba o creamos hechizos, los Yook aprendemos de aquello que nos rodea, escuchamos lo que el viento nos dice y le respondemos.
Jungkook abrió los ojos, completamente sorprendido por el modo en el que Taehyung parecía estar acostumbrado a juguetear con el agua del lago de esa inesperada manera, casi como si fuera una cosa tremendamente normal para este. Y cuando creyó que nada podría sorprenderlo más, las gotas ante sus ojos comenzaron a tomar forma cuando el norteño les susurró algo ininteligible para el sureño.
Se pellizcó a sí mismo con su mano libre del modo en el que minutos atrás lo había hecho el norteño, costándole más que nunca apreciar aquello que era real y eso que tal vez formase parte de un sueño. ¿Acaso estaba su celo funcionando de una forma extraña? Quizá estaba en medio de una de esas alucinaciones causadas por el libido mal saciado, aunque el suyo en cierta forma había sido suficientemente calmado durante la madrugada de esa noche. Jungkook no podía entender absolutamente nada, sin embargo estaba disfrutando plenamente de cada cosa que Taehyung le mostraba.
-Petrel de Bulwer. - Taehyung sonrió, un pájaro de agua se había formado en el aire para el asombro de Jungkook. El etéreo animal bailaba en su vuelo tranquilo rodeando al sureño. - Es el tatuaje de mi cuerpo que llamó tu atención, ¿cierto? Un animal que identifica al sur y a su gente, un animal que identifica a uno de mis padres y que marca una conexión con mis ancestros. Creí que sería algo adecuado para tí, adecuado para un tozudo alfa sureño al que le cuesta abrir su mente pero al menos parece estar progresando. - Taehyung sonrió. - Podría enseñarte más, pero no tenemos demasiado tiempo hoy, Hoseok llegará pronto y los dos tendremos que emprender caminos diferentes.
Jungkook no pudo responder, no cuando el agua parecía atraer toda su atención con esa forma completamente familiar y totalmente nueva a la par. Él había visto muchos Petrel de Bulwer pero jamás uno plenamente formado por gotas de agua. El animal bailaba en un vuelo demasiado real para su propio asombro, el sol lo traspasaba generando pequeños rastros de arcoiris en el aire y las gotas que lo formaban se desprendían de vez en cuando mientras este seguía moviéndose de un lado a otro sin ir demasiado lejos del lugar en el que ellos dos se encontraban sentados.
-Es…
-Magia. Bueno, algunos lo llaman así pero para nosotros es simplemente un efecto del contacto estrecho con la naturaleza. Lo suficientemente normal como para que no tenga un nombre. Solo… - Taehyung sonrió. - El poder de la Luna es infinito para aquellos que sabemos comprenderla.
-¿Cómo lo has hecho? - Jungkook parpadeó un par de veces antes de atender a los ojos de Taehyung.
-Lo hemos hecho juntos, tú has participado en ello. - el norteño alzó sus manos juntas en el aire, estas aún estaban rodeadas por el agua del lago que fluía y se movía sobre sus brazos.- Y te lo he dicho, no he hecho nada. Es la naturaleza la que lo hace, los lobos nos mantenemos en concordancia con ella y la Diosa Luna nos responde a cambio. ¿Quieres aprender?
Jungkook dudó un solo instante pues antes de tan siquiera pensarlo se encontró a sí mismo asintiendo mientras observaba al Petrel de Bulwer sobrevolar la cabeza de Kim. Negar que los lobos Yook eran en cierta forma especiales después de lo que sus ojos acababan de apreciar, sería ser un idiota mentiroso. Leyendas. Todas las explicaciones de sus senex a los rumores sobre el enorme control que los norteños tenían sobre la naturaleza de su entorno recibían aquella palabra como respuesta.
Para los Jeon los poderes que algunos susurraban que los Yook tenían, eran claramente rumores motivados por el misterio que suponía el detalle de que al otro lado de la montaña se encontrase una manada a la que prácticamente no habían visto nunca, salvo en conflictos importantes como lo había sido el gran incendio del pasado verano.
Y entonces Jungkook comprendió, maldita sea si lo hizo.
-El incendio del verano pasado… - susurró. - No son vuestros cortafuegos de tierra o la manera en la que cultiváis y regais las zonas secas durante las temporadas de calor. ¿Es esto? ¿Tenéis algún control sobre el fuego?
Taehyung pareció dudar un poco antes de hablar.
-No tenemos realmente el control sobre nada, como te he mencionado nosotros pedimos y la Dios Luna responde si así lo desea. Estoy seguro de que los ancianos de nuestra manada saben cómo controlar los incendios con muchas más cosas que cortafuegos o métodos de riego pero no es una costumbre para nosotros pedir más de lo que debemos, existe cierta responsabilidad sobre nuestra forma de entender y escuchar la naturaleza. Tenemos que cuidarla para recibir su ayuda cuando la necesitamos. - sonrió un poco. - Y sí, definitivamente creo que nuestra concordancia con esta fue un factor de gran importancia en el hecho de que las llamas no llegasen hasta el norte a pesar de la inmensidad del incendio. Pero yo no estaba ahí, no en la frontera al menos, esa es una pregunta que le correspondería responder a mi padre.
Jungkook se limitó a asentir, la realidad era que Kim Taehyung lo había dejado sin palabras. Incluso si quería hablar no dejaba de encontrarse una y otra vez con el problema de que no se le ocurría ni una sola cosa que decir y quizás, ojalá, era su celo pululando de nuevo pero el sureño decidió inclinarse para alcanzar los labios brillantes por el agua del alfa norteño mientras el Petrel de Bulwer los rodeaba en un vuelo calmado.
-Jungkook, vas a enloquecer si me besas. Tu celo sigue presente, puedo verlo en tus ojos iluminados de azul.
Taehyung pretendió rechazarlo, sin embargo no tardó en pasar su mano alrededor de la nuca de Jungkook para acariciar la piel de este mientras lo atraía hacia su boca. De todas formas, él también estaba un poco sumido en su propio celo y seguía percibiendo la manera intensa en la que su cuerpo quemaba ante el más mínimo toque del contrario. Era de alguna estúpida manera inevitable, y lo era porque Kim había aprendido a controlar sus ciclos mucho tiempo atrás pero en esa ocasión volvía a sentirse como la primera vez que su cuerpo experimentó lo que era tener la necesidad de mantener contacto con otros lobos durante esa época. Cuando la luna se llenaba su lobo se volvía un poco más animal que humano.
Sus lenguas se envolvieron la una en la otra en solo un instante. Si bien habían acudido al lago Crystallo para evitar que el olor de sus celos mezclados permaneciera sobre sus pieles, en ese instante las aguas que los rodeaban no parecían estar de acuerdo en la decisión que los dos habían tomado. Así que sus bocas tan solo pudieron chocar con necesidad mientras se tambaleaban el uno hacia el otro bajo la cortina de suave lluvia que el Petrel de Bulwer de agua dejaba al volar.
-Jungkook… - Taehyung se apartó del sureño, con la respiración afectada y los labios enrojecidos. - Maldita sea, no quiero escuchar una sola maldición de tu parte después de esto.
El sureño estaba a punto de jurarle a Kim que no habría protesta, que sentir sus labios era exactamente lo que le apetecía a su lobo en ese preciso instante y nada…
-¡Taehyung!
El Petrel de Bulwer que se había mantenido a su alrededor estalló en el aire, bañándolos con cada una de las miles de gotas de agua que lo habían formado y haciendo desaparecer los pequeños arcoiris que flotaban en el ambiente con los rayos de sol. En el instante en el que sus manos y labios se separaron aquella preciosa magia pareció esfumarse para dejar paso a la imagen de un sorprendido Jung a la orilla del lago.
-¡Tus padres están en el norte! ¡Jimin me ha dicho que necesitas los supresores con urgencia! ¡Ha pateado mi culo para que corriese hasta aquí!
Taehyung agradeció en ese instante que Hoseok estuviese actuando como si no fuese completamente obvia la situación en la que se encontraba con Jungkook, incluso cuando el sureño gruñó motivado por el olor de un alfa extraño colándose en el pequeño círculo de marcaje de aroma que sus celos habían generado tras su corta sesión de besos.
-Hei, relajate unga unga. Es solo Hoseok.
Cuando Taehyung salpicó agua contra su cara, solo en ese instante, Jungkook abandonó la pequeña ensoñación en la que había caído. ¿Pero qué le estaba pasando? ¿Por qué actuaba como si fuera su primera vez oliendo a un omega con aroma atractivo? Y lo que era más importante, ¿por qué su alfa estaba actuando como si Kim fuera su pareja? No. ¿Por qué su alfa tan siquiera sentía interés de ese tipo hacia otro lobo alfa?
No hubo tiempo para despedidas después de que Taehyung y él tomasen los supresores que Jung Hoseok les había conseguido, tampoco para esa charla que el guardián norteño parecía ansioso por mantener con el sureño. Todo lo que Jeon y Kim hicieron cuando sus celos comenzaron a descender fue correr cada uno hacia su zona de la montaña para llenarse del olor de sus tierras antes de que los líderes de sus territorios comenzasen la visita al norte.
-”Suerte.” - la voz de Taehyung llegó hasta su cabeza cuando se encontraba pisando con sus patas la tierra repleta de ceniza que marcaba la antigua frontera del sur a un lado del río.
Jungkook se sentía extraño teniendo que ocultar el olor de otro lobo sobre su cuerpo, era como regresar a su primera vez con una omega que le gustaba. Había estado tan asustado en aquella época, todo por el terror a que su madre pudiese olisquear o tan siquiera percibir levemente el aroma del celo de esta. Se había pasado horas correteando sin rumbo por las zonas más alejadas de los bosques del sur que por aquel entonces todavía lograban esconderlo con sus frondosos árboles. Si le hubieran dicho que volvería a pasar por una situación similar, él se hubiera negado a creerlo pero en cambio ahí estaba. Tratando de ocultar por todos los medios posibles ese regusto a frambuesas y arándanos que permanecía sobre su lengua.
En el presente Jungkook ya no le temía al olor del celo de las omegas con las que en ocasiones atravesaba esa fase lunar que llenaba de necesidad a su lobo por algunos días, porque sabía que era un asunto completamente normal que incluso sus progenitores comprendían. Pero sí temía la reacción de sus padres y su clan si estos de alguna manera lograban percibir en su aroma natural eso que el mejor amigo de Taehyung había notado en solo un par de segundos. Su olor se mezcló tan fácilmente con el del hijo de los Kim que incluso se sentía asustado en consecuencia, y aunque su alfa parecía enfadado por sus actos, Jeon Jungkook se esforzó mucho por librarse del todo de la esencia de este.
Con su lobo completamente fuera de control y el supresor comenzando a hacer efecto en su organismo, el sureño corrió durante al menos una hora completa hasta llegar al enorme arenal que se encontraba situado más allá del poblado en el que residía su familia. El asfalto negro como el carbón de las carreteras que se prolongaban por la parte más baja del sur había quemado las almohadillas de sus patas, por lo que cuando llegó hasta la playa se tomó solo unos segundos para mirar al alrededor antes de zambullirse en el agua desde las rocas que rodeaban el lugar. Como futuro guardia del sur tendría que haber sabido que aquello era un error y si estuviera en una situación completamente normal habría percibido que estaba más lejos de la zona de protección de lo recomendable. Sin embargo no lo hizo, su lobo estaba demasiado centrado en el modo en el que la esencia de Kim Taehyung comenzaba a descender paulatinamente para regresar al olor natural de la suya propia.
Solo cuando trató de sacar su hocico para respirar pudo notar aquel extraño artilugio rodeándolo y creando nudos en sus patas. Trató de aullar pero nada salió de su boca, sus intentos derivaban una vez tras otra en una enorme cantidad de agua salada abriéndose paso por su garganta hasta hacerle sentir el cuerpo mucho más pesado de lo habitual.
-¡Tenemos a uno grande! ¡Trae la cámara y sube la red de pesca!
Jungkook luchó todo lo que pudo. A medida que pasaban los segundos y el oxígeno comenzaba a resultarle imposible de obtener, sus mordidas directas a la red que lo rodeaba se percibían más y más inútiles.
-¡La cámara! ¡Todavía no puedo verlo pero estoy seguro de que tenemos a uno! - las voces del exterior se escuchaban tremendamente alejadas incluso si la distancia que lo separaba de la superficie era de menos de un metro. - Traeme la… ¿Pero qué? ¡Maldita sea! ¡Es solo un chico!
Cuando su cuerpo fue sacado del agua Jungkook abrió la boca, necesitando tragar la mayor cantidad de aire que le resultase posible. Estaba débil y asustado pero ahora que su forma humana era la única que se mostraba no debería correr peligro.
Lo que por supuesto él todavía no sabía, era lo mucho que en realidad se había alejado del territorio seguro en el que los guardias del sur podrían prestarle ayuda de ser necesario.
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Hiii!
Nuevo miércoles y nuevo capítulo. Espero de verás que os haya gustado y como siempre os digo, no dudéis en dejarme saber vuestras críticas y opiniones.
Por aquí os dejo unas imágenes del Petrel de Bulwer.
Un beso,
os amo
Mel
💜
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