Capítulo 20
“Hemos estado vagando todos los días, destinados a encontrarnos el uno con el otro. Venimos de lugares completamente diferentes para enfrentarnos. Venimos de lugares muy lejanos, superamos incontables noches. Envíe una señal y estoy esperando que la recibas. Como lo prometimos para que puedas encontrarme no necesitamos palabras. Para la señal que solo tú y yo conocemos. Estamos conectando un mundo que estaba fuera de lugar en este momento parpadeante. Lo sentirás cada vez más y más. Te sentirás como tú. Ese momento parpadeante, yo te siento cada vez más y más. Te siento más. Solo seamos nosotros dos.”
-Flicker
(ENHYPEN)
☾
Incluso si por un instante pareció que la lluvia se estaba deteniendo y la tormenta alejándose, durante el mediodía los fuertes chubascos regresaron llenando todo el terreno del poblado de enormes charcos, las cuestas de asfalto o tierra formaban líneas enteras de riadas de agua y las crecidas se amontonaban allí dónde los muros de piedra marcaban el inicio de las casas. Eso provocó que Jungkook y Taehyung tuvieran que correr desde la casa de los Jung hasta la vivienda de los Kim todavía con el olor a almendras y harina impregnado en sus manos, era obvio que no podrían cruzar el río esa tarde, pues incluso desde su posición lograban escuchar el sonido del agua moviéndose con rapidez debido al gran aumento del caudal.
A su paso por las avenidas el agua le llegó hasta los tobillos y salpicó por completo la tela vaquera de sus pantalones, logrando que la humedad del ambiente calara sus pieles y arrugase los dedos de sus manos. Hacía calor todavía, la asfixiante sensación de tormenta de verano los rodeaba y lograba que sus mejillas se enrojecieran como consecuencia de su rápida carrera en conjunto con el bochornoso ambiente veraniego. El cielo sobre ellos cada vez se tornaba más negro, mucho más incluso que el día anterior. Todos esos nimbos grisáceos habían derivado en que el interior de las viviendas que todavía se encontraban habitadas, encendieran las luces a pesar de que probablemente no pasaban de la una del mediodía. Jungkook las veía brillar en la distancia, borrosas como efecto de las gotas de lluvia que corrían por su frente desde su flequillo y eran atrapadas por sus largas pestañas del color del azabache.
Había sido una buena mañana repleta de dulces proporcionados por la madre de Hoseok, incluso si el sureño no lograba dejar de darle vueltas a su decisión de mantener la boca cerrada por una semana para darle tiempo al ex novio de Taehyung. Se supone que debería poner a su clan sobre cualquier otra circunstancia, su prima merecía su sinceridad y apoyo más que cualquier otra persona. Estaba seguro de que si las cosas fueran al revés ningún norteño le ocultaría a Yook Sungjae lo que estaba sucediendo, eso lo enfadaba un poco. Lo enfadaba no solo por lo rápido que cedió ante unos ojos brillantes y un puchero, sino también porque llevaba mitad de su vida entrenando para convertirse en guardián y una de las tareas con las que debía cumplir era la de proteger a su gente. Un lobo potencialmente peligroso debería ser suficiente amenaza como para hacerle tomar el teléfono lo antes posible y pedirle a los guardianes sureños que comenzasen a investigar, sin embargo se había dedicado a probar las galletas de una omega norteña mientras Taehyung charlaba con esta acerca de su ceremonia de mayoría de edad.
Al menos había aprendido que para eso faltaban varios meses y que se trataba de uno de esos grandes actos cargados de significado porque solo sucedían una vez en la vida, sabía acerca de los rituales que llevaban a cabo los Yook para honrar a la Diosa Luna pero no conocía los procedimientos de los mismos. Kim parecía bastante ilusionado con la idea de enfrentarse a ello, lo mencionaba con una expresión repleta de orgullo. Veintiún años, ese era el período de vida en el que los lobos norteños se consideraban completamente maduros y por lo tanto mayores de edad. Por supuesto que los Yook no lo dirían con la claridad adecuada, pero Jungkook sabía que la mayoría de edad estaba marcada en ese período debido a que se trataba de la edad más fértil y segura para cualquier lobo. Fuesen omegas, betas o alfas, en el sur la mayoría de habitantes de su clan tenían a sus cachorros o se unían entre los veintiuno y veintiséis años. Ir más allá era extraño, aunque no significaba que no hubiese casos. A ellos les enseñaban que debían mantener su manada viva, y la vida solo podía llegar a través de nuevas generaciones. Suponía que para los Yook era la misma cosa, con un modo de realización diferente.
-Parecía que la tormenta se estaba calmando. - Taehyung sonrió levemente, alzando su cabeza hacia la lluvia. - Si no fuese por el pequeño detalle de que necesitamos cruzar el río, estaría disfrutando de esto. Me gusta la lluvia de verano.
A pesar de la cercanía entre los lugares en el pequeño poblado de los guardianes del norte, todavía se empaparon. Su ropa estaba completamente calada, las gotas resbalaban rápidamente sobre la tela fina de sus camisetas y dejaba pequeños rastros sobre la madera del cubierto de la casa mientras avanzaban hacia la entrada del hogar de Tae.
-Ni siquiera me extraña. - Jungkook sonrió un poco, tratando de mantener lejos su mal humor para no iniciar una innecesaria discusión con el hijo de los Kim. - También me gusta la lluvia de verano. Es refrescante después de días de insistente calor abrasadora.
-Bueno, no puede no gustarte. Tu aroma natural huele un poco como la lluvia de verano. - Taehyung no pudo evitar relamerse los labios cuando Jungkook lo observó con una expresión que no supo identificar del todo. - Quiero decir, tu olor… Tierra mojada después de un día caluroso. Yo… puedo notar ese aroma en tí.
Jungkook sonrió mientras alzaba su ceja derecha, no esperaba que Taehyung realmente llegase a percibir tantos detalles de su olor pero lo cierto es que fue una sorpresa agradable. Eran pocos los lobos de su territorio que notaban esa pequeña pizca del aroma característico de su abuela materna, lo había heredado en dosis sumamente diminutas.
-Es curioso, puedo oler en ti el laurel seco por el sol del verano siendo mojado con la llegada de las lluvias del inicio de otoño. Sin duda tu padre es sureño. Casi puedo escuchar las hojas de laurel crujir bajo mis pies, con su característico color anaranjado después de una estación entera siendo secado por el sol. - y lo era, Taehyung llevaba una parte del sur impregnada no solo en su olor natural sino también en sus facciones y piel. No importaba que fuese pequeña en comparación con todo lo que a simple vista indicaba que Kim Taehyung era un alfa norteño en todo su esplendor y tamaño, seguía ahí en menor medida, en algún lugar de este. - Aunque las moras, arándanos y frambuesas destacan sobre cualquiera de tus otros olores, todavía puedo oler el sur en alguna parte de ti.
Taehyung dudó antes de dedicarle una sonrisa al contrario, a veces le costaba reconocer su parte sureña por todas las malas experiencias que esta le había ocasionado a lo largo de los años. Jimin era la única persona que nunca llegó a hacer un solo comentario al respecto, ni siquiera cuando eran pequeños, su mejor amigo lo quería tal y como era. De todos modos eso no impidió que se acostumbrase en algún momento a que los lobos norteños vieran esa parte de él como un defecto. A Jungkook le gustaba, era imposible que eso no le gustase cuando él era un Jeon orgulloso de cada parte del sur en las que sus patas se hundían a diario.
-Supongo que es algo inevitable, mi padre no huele a laurel pero imagino que alguien de su árbol genealógico lo hizo. Ha tenido que aparecer en mi por algún motivo.
Jungkook asintió, esperando mientras Taehyung abría la puerta de la casa y asegurándose de imitar a este en el proceso de quitarse los zapatos para no manchar nada a su paso tras la carrera sobre la tierra mojada por la lluvia.
-Solo hay laureles en las zonas cercanas al arenal, si es de uno de tus antepasados probablemente vivían lejos del núcleo principal de nuestro clan. O simplemente ellos también lo heredaron. - Jungkook se encogió de hombros. - Podrías preguntarle a tu padre.
Taehyung negó con la cabeza mientras comenzaba a deshacerse de la tela mojada de su chaqueta.
-No le gusta hablar sobre el sur, no al menos si las preguntas tienen que ver con sus padres o abuelos. Él me ha contado historias muchas veces acerca del territorio en el que creció y de cómo ya casi no queda nada de eso que él solía amar allí… Estoy seguro de que es un tema que le causa dolor así que simplemente evitó mencionarlo para no causarle ningún tipo de daño.
Jungkook se tomó unos segundos para pensar antes de responder, imitando a Taehyung en la tarea de quitarse la ropa mojada mientras avanzaban hacia el salón de la casa.
-Podría revisar los archivos del censo de nuestro clan, si quieres saber todo acerca de tu procedencia es una buena manera. Solo dame un okay y en cuanto vaya a la casa de líderes me encargaré de buscar tu árbol genealógico. Los Jeon siempre hemos sido estrictos en la tarea de documentar todo aquello que envuelve a los lobos y familias de nuestra manada.
-¿Los archivos del censo? - Taehyung dudó. - No sé, siento que sería ir en contra de mi padre, él me ha contado aquello que cree necesario. Puede haber mucho dolor tras su silencio y no estoy seguro de querer desenterrarlo.
Jungkook asintió.
-Piensalo de todos modos, Taehyung. Creo que mereces conocer de dónde procedes, quizás eso te ayude a aceptar tu parte sureña un poquito más. Te lo dije, no hay un solo lobo sin mezcla. - Jungkook se acercó hasta el norteño, no pudo evitar llevar su mano hasta la piel tostada de la espalda de este para acariciarlo. La primera vez que había visto a Taehyung sus tonos de piel diferían notablemente, pero tras varias semanas bajo el sol de verano parecían casi de la misma tonalidad a pesar de que su moreno natural fuese algo más intenso que el de el hijo de los Kim. - Puedo diferir en eso con lo que mis senex me han enseñado, si me preguntas creo que incluso los Jeon hemos tenido contacto con lobos del norte en algún momento. No podemos olvidar que hace años éramos una sola manada, un único clan.
Taehyung se mantuvo en silencio, sabía que su padre le había contado todo aquello que creía necesario pero de alguna manera él todavía sentía que muchas partes de su vida habían quedado aisladas debido al enfrentamiento entre los dos clanes de la montaña. Nunca conoció a sus abuelos sureños, no sabía si estos habían muerto o simplemente no querían tener nada que ver con su padre, ni tan siquiera había escuchado sus nombres o cómo eran estos. Todo lo que sabía se resumía en que cuando eran mencionados se hacía en pasado, nunca en presente.
Quería saber de dónde procedía su padre con todos los detalles, porque eso formaba parte de su propia historia, pero temía inmiscuirse en asuntos que muy probablemente eran dolorosos para su progenitor… Simplemente no sabía si hacerlo sería comportarse de manera egoísta e infantil, siempre quiso saber si al otro lado de la frontera tenía una familia esperando para poder conocerlo pues era consciente que sus abuelos norteños habían muerto durante la última purga llevada a cabo por el sur mientras protegían a aquellas personas que sin haber cometido delito alguno eran perseguidas y aniquiladas.
Tenía que haber una razón por la que nunca pudo saber nada más allá de simples anécdotas sin importancia sobre su familia sureña, la versión acerca de lo que había sucedido con estos continuó siendo modificada varias veces a lo largo de su existencia y todavía lo era a veces. Cuando tenía seis años le decían que sus abuelos y tíos sureños lo querían mucho pero que la frontera impedía que pudiesen conocerse, con once años sus padres comenzaron a hablar de ellos en pasado y en algún momento de su vida Taehyung se dijo a sí mismo que tal vez pensar en estos como personas que habían muerto era menos doloroso que entender que su ideología implicaba que no querían tener nada que ver con el norte y por lo tanto tampoco con su padre S o él mismo. O lo que era peor, que no querían tener nada que ver con eso que ellos caracterizaban como deltas. Ese era un pensamiento que se había hecho mucho más fuerte cuando llegaron a la zona neutral con el resto de guardianes norteños, nadie de la familia de su padre N llegó para recibirlos o envolverlos en abrazos cariñosos. Y sería algo normal si realmente estos estuviesen muertos, pero si no lo estaban solo quedaba una opción disponible para explicar su ausencia.
Así que eran sus dos padres y él, como siempre lo habían sido. Con los Park como mejores amigos viviendo a un par de cabañas de distancia y el apoyo de gran cantidad de guardianes al servicio de su padre N. En el sur nadie parecía aceptar a Kim Namjoon como un sureño incluso si nunca había dejado de serlo a pesar de forma una familia en la parte contraria de la montaña, después de todo cuando caminaban juntos por el poblado de la zona neutral Taehyung había escuchado en más de un par de ocasiones a otros lobos llamándolo traidor y deseándole las peores cosas. Ni siquiera tenían en cuenta que el trabajo de su padre S serviría para ayudar a sus habitantes, cada vez eran menos los lobos que decidían dedicarse a la labor de sanación. Mientras que su familia había sido respetada en el norte por la ayuda que proporcionaban, sin importar demasiado la procedencia de uno de sus progenitores, en el sur nadie parecía dispuesto a aceptarlos y de hecho la posición de su padre como un guardián importante estaba dando lugar a más de una protesta por parte de aquellos que odiaban la manera de pensar de los norteños.
Nunca le había gustado el sur debido a esas personas, pero no podía combatir la curiosidad de querer saber de dónde procedía. Formaba parte de él, su lobo lo sabía porque en ciertas ocasiones cuando la brisa soplaba en el sur también se sentía parecido a un hogar. Sin importar cuánto quisiera regresar al norte, una muy pequeña parte de él sabía que esas tierras repletas de ceniza habían sido un hogar para algunos de sus antepasados. Era inevitable que la conexión apareciese como bienestar, de vez en cuando al captar olores similares al de su padre en el aire de aquel terreno hasta hace poco desconocido por completo para él. Solo de vez en cuando el sur se sentía bien a pesar de su gente anticuada y cruel.
-Supongo que lo pensaré, no puedo asegurar nada de todos modos. -Taehyung dejó que las yemas de los dedos de Jungkook se desplazaran sobre la piel de su espalda. Se sentía cómodo con este, de alguna manera su lobo parecía alegre de sentir ese tacto. - Nunca creí que podría escuchar al príncipe Jeon Jungkook admitiendo que incluso los Jeon tienen algo del norte en su sangre. - bromeó. - Es una faceta interesante, me gusta.
-El hecho de que lo vayas a pensar es un comienzo. Y no he dicho eso, solo… Sería normal, éramos solo uno hace mucho. Cuando las divisiones de la montaña no existían. - Jungkook pareció tomarse unos segundos para pensar mientras su mirada seguía la de Taehyung. - Es imposible que todos y cada uno de mis antepasados perteneciesen a la parte sur de la montaña. Se movían de un lado a otro indistintamente, quién sabe si el primer Jeon fue un norteño o no. Nuestro árbol genealógico no marca procedencias de ningún tipo, cuando comenzó a detallarse no había necesidad para ningún lobo de indicarlo. Antes… Todos eran hijos de la Luna, pertenecientes al mismo, único y gran clan.
Y cuán sencillo sería si hubiese seguido siendo de ese modo, a veces Jungkook creía que los deltas eran solo una excusa. Incluso si él no estaba de acuerdo con que dos alfas se unieran, porque iba en contra de la pirámide estamental que todo lobo debía respetar. E incluso si sus senex se lo habían enseñado de ese modo durante gran cantidad de años y con detalles de cada fecha importante en el desarrollo de la guerra entre los norteños y sureños. Los deltas no pudieron ser el único motivo por el que la montaña acabó dividida.
Si le preguntasen, Jeon Jungkook respondería que fue su parte humana la encargada de destrozarlo todo. Fue la ambición, la necesidad de tener la razón y alcanzar el poder. Las ansias por obtener un pedazo de tierra que la Diosa Luna les había regalado.
-Y eso es lo que Yook Sungjae y tu prima están intentando conseguir. ¿No es cierto? - Taehyung se giró del todo para mirar a Jungkook, esperando encontrar una respuesta sincera en la mirada de este. - Bueno, quizás no con la misma unión que antes pero… ¿Ellos desean obtener la tranquilidad de ser un único clan sin guerra de por medio ni la necesidad de especificar si somos del norte o del sur?
-Esa es la teoría, en la práctica será algo completamente nuevo. Ni Yook Sungjae ni Jeon Joy saben todavía en lo que evolucionará su unión pero si algo está claro es que ambos están sacrificándose por ello y no desean cometer los mismos errores que otros líderes cometieron en el pasado, si la historia nos sirve de algo es para analizar lo que se hizo mal y evitar ese camino. Los dos tendrán que dejar mucho a un lado para que funcione.
Taehyung sonrió levemente. Bueno, odiaba la unión casi tanto como la guerra, lo hacía porque las personas que amaba estaban sufriendo las consecuencias del pensamiento tradicionalista de gran parte de los sureños y ellos no tendrían porque estar atravesando esas dificultades cuando aquello que había propiciado una unión era el hecho innegable de que los Jeon no podían cuidar sus tierras, ni cultivar sin lastimar el poco terreno fértil que les quedaba tras los incendios.
-He pasado mi vida entera deseando que la guerra entre nuestros territorios se acabase, y ahora que estamos a punto de conseguirlo siento que serán los propios lobos de nuestras manadas quienes se encarguen de impedirlo.
Jungkook suspiró, sin embargo tuvo que asentir ante las palabras de Taehyung. Era correcto lo que el hijo de los Kim decía, él también comenzaba a pensar que ciertos miembros de sus manadas ganaban más con las fronteras alzadas y la guerra activa. Su propio padre lo había mencionado, ahora que los Yook ponían restricciones ante la explotación de la madera… Aquellos que se habían beneficiado de ese negocio durante años comenzarían a ver la unión como un aspecto negativo.
Y por eso era tan importante comunicarle a Joy lo que había pasado con ese misterioso alfa, no deberían esperar una semana para saber quién había atacado a la manada del lobo o si acaso era una especie de trampa.
-Taehyung, realmente no sé si puedo darle a Hoseok una semana completa con ese lobo. Este asunto es algo que podría lastimar plenamente a la unión, el trabajo de nuestros líderes podría verse afectado si no…
-Creo que Hoseok solo pretende dejar que ese lobo se recupere un poco, antes de que los guardianes del sur entren en escena. Haz lo que sientas que debes hacer Jungkook, pero si puedes esperar unos días antes de comunicárselo a tu prima lo agradecería, mi conciencia se quedará más tranquila sabiendo que ese alfa no tendrá que enfrentar un interrogatorio cuando ni siquiera puede mantener sus dos ojos abiertos por más de cinco minutos seguidos o formar una frase completa. Creo que sería un acto amable de tu parte. - Taehyung posó sus ojos sobre los de Jungkook, tratando de apreciar lo que este parecía estar pensando. El ceño del sureño estaba fruncido en ese preciso instante y por primera vez él realmente entendería si Jungkook decidiese ignorar su petición porque sabía que una amenaza podría hacer tambalear la unión si no se trataba con sumo cuidado y discreción. Los lobos de ambos clanes podrían clamar que el ataque había llegado por parte del contrario porque nadie realmente estaba del todo feliz con sus territorios volviéndose uno solo. - Ese alfa es tan víctima como cualquiera de nuestras manadas, no olvides que atacaron a su gente.
Jungkook tragó aire sin saber bien qué hacer.
-Voy a pensarlo bien, de nuevo. - llevaba pensando en ello toda la maldita mañana. - Ahora necesito una ducha, ¿te importa?
Taehyung negó.
-Ve, la caldera debe tener agua caliente todavía y ya sabes dónde conseguir ropa, jabón y toallas.
El agua de la ducha se mezclaba con el sonido de la fuerte lluvia proveniente del exterior y el vaho del baño cubría casi la totalidad de la estancia. Jeon Jungkook no lograba entender porqué le estaba costando tanto tomar una decisión que de por sí no debería dar pie a ninguna otra opción que no fuese la de comunicarle a su líder aquello que había presenciado con sus propios ojos. Ese alfa era peligroso, pero lo era mucho más lo que una mala explicación de su ataque podría llegar a provocar.
Casi tan peligroso como esa extraña cercanía que empezaba a surgir entre el hijo de los Kim y él. Jungkook no debería estar dándole tanta confianza a este, ni por supuesto tendría que haber dejado que lo besase solo por matar la curiosidad de aquello que llevaba a dos alfas a juntarse incluso si era antinatural, tampoco debería haberle gustado la sensación de sus labios gruesos contra los suyos o el modo en el que este se acurrucó contra su cuerpo durante la noche cuando dejó escapar sus hormonas para tranquilizarlo. Todo estaba mal, tremendamente mal teniendo en cuenta que le había prometido a su padre que su entrenamiento con el señor Kim no iría más allá de ese verano, al igual que también prometió que le pediría a Joy un traslado urgente de carácter inmediato… Pero la cuestión es que no había cumplido con ninguna de esas promesas, había faltado a su palabra y como un Jeon eso debería avergonzarlo por completo.
No solo como un Jeon, como un alfa fiel a la pirámide estamental de clases debería sentir asco por haberse dejado abrazar y besar por otro alfa. Y no uno cualquiera, sino un norteño hijo de la persona que se estaba encargando de enseñarle aquello que necesitaría para ser un buen guardián cuando la unión entre sus territorios se afianzase. Si es que algún día eso llegaba a suceder.
Pero el mayor problema residía en que muchas de las cosas que debería hacer o sentir empezaban a alejarse de lo que realmente estaba haciendo o sintiendo.
-Tonto, eres un tonto. - suspiró, disfrutando de la sensación que el agua caliente provocaba al tropezar contra la piel de su espalda. - Deberías recordar que eres un Jeon, besar a un alfa no es algo que entre dentro de nuestras costumbres. Es algo antinatural.
Por muy dulce que se sintiese besar a Kim Taehyung, eso no estaba bien y no era correcto. Jungkook había pasado toda una vida aprendiendo acerca de los motivos que habían llevado a su clan a separarse por completo del norte y aunque no podía odiar a Taehyung, o a cualquier otro alfa, por el simple hecho de decidir compartir lecho con alguien de su propia clase, se estaba esforzando por no olvidar sus costumbres y aprendizaje.
No importaba cuántas veces el hijo de los Kim le hablase acerca de que ellos no eran deltas, sino personas que decidían amar a quienes querían. No importaba tampoco que ese muchacho estuviese comenzando a abrirse paso a través de su parte animal para llamar a su lobo. Y desde luego no importaba si le parecía bonito y atractivo, o si su beso había sido más caliente de lo que Jungkook recordaba haber obtenido de las potenciales parejas con las que se había juntado durante algunos de sus celos. Más sabroso y llamativo para su lobo que cualquiera que hubiese probado con anterioridad, tanto que había arañado su interior como si fuese la primera vez que sus labios rozaban los de otro lobo.
Taehyung era… Taehyung. El alfa albino de enorme tamaño que lograba doblegar a su lobo hasta hacerle mostrar respeto sin tan siquiera pretenderlo y ante todo el hijo de Kim Namjoon. Ese chico que llevaba semanas empujándolo hacia los límites a través de debates cargados de rencor. El mismo que siempre ponía mala cara cuando le hablaba de sus planes de futuro o el cómo el amor sería secundario en su vida porque necesitaba unirse a una buena omega que le diese descendencia alfa fuerte que pudiese sustituirlo cuando la edad lo obligase a abandonar su puesto en la guardia sureña. Taehyung era la misma persona que lo había hecho dudar esa mañana y el culpable de su mala decisión de decidir ocultarle a su prima algo que ya hacía horas que le tendría que haber dicho.
No podía dejar de repetirselo una vez tras otra, ese chico estaba comenzando a influir sobre sus creencias y no deseaba que siguiera haciendo tal cosa pero… Al final él y solo él mismo era el verdadero culpable de cada una de las decisiones tomadas. Había entrenado duro para poder arrancar de un mordisco la yugular de un lobo enemigo, pero no lo había hecho para tolerar el aroma abrasante de un alfa que nunca debería haber supuesto una tentación en lo absoluto. Porque los alfas se unían a omegas o betas, jamás a otros alfas. No al menos en su tierra y no un Jeon.
-”Jungkook”
Se habría enfadado por el hecho de que Taehyung estaba rompiendo una norma que le había pedido y obligado a mantener intocable, ese alfa norteño estaba hablándole otra vez a través de la mente a pesar de que sabía que para los sureños tal acto suponía un delito imperdonable. Así que se habría enfadado, lo habría hecho pero la Diosa Luna sabía, tenía que saber, que no solo estaba oyendo la voz de Taehyung dentro de su cabeza sino también sintiendo en sus entrañas todo lo que le sucedía a este.
-”No salgas del baño. Sé que no te gusta usar la comunicación mental pero tienes que obedecerme solo por esta vez, ¿okay? No salgas hasta que te avise.”
Si Jungkook hubiese aprendido a usar esa característica en su forma humana del mismo modo en el que los norteños parecían haberlo hecho durante años, tal vez habría encontrado la forma de contestarle al norteño a pesar de los nervios que comenzaban a recorrer todo su cuerpo. Porque mientras apoyaba sus manos contra los azulejos de la ducha y bajaba la cabeza en un intento por calmar el aullido que amenazaba con escapar de sus entrañas pudo percibir a través de esa extraña forma de comunicación miedo y excitación pero también calor. Una insoportable sensación abrasadora que cubría su pecho quitándole la respiración, era como estar dentro del cuerpo de Taehyung. Los latidos de su corazón o la manera en que la ansiedad hacia su respiración dificultosa, los pensamientos continuos e intranquilos, el cosquilleo sobre las palmas de sus manos y su lobo. El lobo de Taehyung tenía la guardia alta, preparado para protegerse o protegerlo a él incluso si Jungkook no podía escuchar a nadie más que a ellos mismos en esa casa.
Le llevó al menos cinco minutos lograr que una frase se formase en su cabeza, su lobo parecía tener claro que no estaba bien usar eso que siempre le habían prohibido utilizar en su forma humana.
-”¿Qué es? ¿Qué ocurre y por qué te siento intranquilo?”
Taehyung tardó en contestar tanto que Jungkook creyó que había fracasado en el intento de comunicarse con este, pero entonces percibió de nuevo su voz en el interior de su cabeza como si el lobo de este estuviese dentro de su propio cuerpo y alma. Abrasando de nuevo todo a su paso.
-”Mi celo. Se ha adelantado por algún motivo, iré a conseguir supresores. Solo quédate ahí, tu olor está haciendo que mi lobo se ponga de los nervios.”
Jungkook se quedó ahí. Obedeciendo sin tan siquiera saber bien el porqué, con un extraño pitido resonando en sus oídos y la sensación de mareo invadiendolo. El baño parecía dar vueltas a su alrededor ahora que su lobo luchaba por salir de una forma animal que no recordaba haber sentido desde la primera vez que entendió lo que era un celo.
Kim Taehyung estaba comenzando su celo. Al menos una semana antes de lo esperado. No lograba entender el porqué, pero sabía que necesitaba conseguir supresores si ese aroma que procedía del baño e impregnaba su casa con intensidad no cesaba. Su lobo estaba gruñendo por la necesidad y dudaba mucho que Jeon Jungkook quisiera ayudarle a aliviar tal sentimiento.
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Hiiii!!!
El capítulo es un poco corto pero me pareció un buen final. ¿Os he dejado con las ganas de saber un poquito más acerca de lo que pasará ahora?
Espero de verás que os haya gustado, lo he acabado un día antes y quise subirlo para saber vuestras opiniones.
Un beso,
os amo
Mel
💜
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