XXII. "Todo tiene su final."
Todo iba bien, hasta que Stiles dijo: "¿Has visto a Lydia?" y ¡puf! mi nube de amor se desvaneció.
— ¿Por qué lo preguntas?
— No la veo por ningún lado— me explicó mientras seguíamos bailando.
— Debe estar bien, tranquilo.
— Tengo que ir a buscarla— dijo separándose de mí.
— Voy contigo— no iba a quedarme para ser la tercera persona con Scott y Allison.
Comenzamos a salir del gimnasio, Stiles iba a toda velocidad, por eso me costaba seguirlo.
No todos los días usó tacones de siete centímetros.
— ¡Stiles, espérame!— le grité mientras me sacaba los tacones para sostenerlos a ambos en una mano y correr tras él.
Al salir por la puerta nos encontramos con Jackson.
— ¿Dónde diablos has estado? ¿Lydia ya te vio?— le preguntó Stiles.
Jackson sólo se mantuvo callado, mirándonos como si hubiera hecho algo malo.
— ¿Qué? ¿Qué pasa?— le pregunté alarmada.
— E-estaba afuera de la escuela, y-yo... Estaba afuera...
— ¿Qué pasó?
— Jackson, ¿qué hiciste?— hablé, ya que él se mantenía callado.
Pero siguió en silencio.
Con Stiles sólo bastó una mirada para correr hacia afuera hacia el campo de Lacrosse, al llegar vimos algo que nos heló la sangre...
— ¡¡¡LYDIA!!!— gritamos ambos al mismo tiempo.
Lydia se encontraba en el suelo, cubierta de sangre junto a Peter.
Al llegar junto a ellos nos agachamos junto a Lydia, intenté tocarla pero Peter me miró de tal manera que retrocedí involuntariamente.
— No la mate. Por favor— le suplicó Stiles.
— Claro que no— dijo burlonamente para luego dirigirse a mi— ¿Dónde está Derek?
— ¿Qué?— pregunté asustada.
— Dime cómo encontrar a Derek— dijo mientras nos amenazaba colocando sus garras en el cuello de Lydia.
— No lo sé, ¡¿cómo voy a saber?!
— Porque eres inteligente y además, ambos sabemos que estuviste con él cuando Kate lo torturaba, pero no hiciste nada para evitarlo.
— N-no es verdad.
— Sabes, Maya. La mentira tiene un aroma singular, dime la verdad o la haré pedazos.
— ¡¿Qué se suponía que hiciera?! ¡Estaba aterrada!
— ¡DIME DONDE ESTA!
— ¡NO LO SÉ! ¡SÉ COMO ES EL EDIFICIO PERO NO SÉ DÓNDE SE ENCUENTRA!
— ¡DÉJELA! Creo que sé cómo encontrarlo.
— Ilumínanos, Stiles.
— B-bien. Creo que él sabía...
— ¿Sabía qué?
— Creo que él sabía que lo atraparían.
— ¿Los Argent?
— Sí.
— ¿Y?
— Cuando le dispararon a él y a Scott, creo que se llevó el celular de Scott.
— ¿Por qué?
— Todos tienen GPS ahora, si aún lo tiene y está encendido, puede encontrarlo.
Peter se quedó en silencio, solamente mirándonos. Como si estuviera ideando un plan.
— Vendrán conmigo.
— No la dejaremos aquí— le digo.
— No tienen otra opción. Vendrán conmigo.
— Llama a Jackson— me indica Stiles.
Saco mi celular con mis manos temblorosas y le escribo a Jackson.
"VEN AL CAMPO DE LACROSSE ¡RÁPIDO, ES LYDIA!"
Ya en el Jeep de Stiles comenzamos a conducir hacia un estacionamiento.
— No te sientas mal. Si vive, será una mujer lobo, será muy poderosa— le dice Peter a Stiles.
— Sí y una vez al mes se volverá loca e intentará matarme.
— En realidad considerando que es mujer, dos veces al mes.
Nota mental: Si me vuelvo mujer loba, pobre de mi futuro marido.
Al llegar Peter nos condujo hacia un auto el cual dijo que era de su enfermera y al abrir el baúl sacó un maletín con una computadora.
— No hay señal aquí— le indicó Stiles.
Peter sacó un MiFi.
— Tienes inalámbrica— dije.
Y sacó una computadora Apple.
— Y eres chico Mac— continué— ¿Así son todos los hombres lobo o es preferencia personal?
— Enciéndela y conéctala— le dijo a Stiles, ignorándome.
Stiles hizo todo lo que Peter le dijo hasta el usuario y la contraseña de Scott.
— ¿Su usuario es Allison?— preguntó indignado— ¿Su contraseña también es Allison?
— ¿Aún lo quieres en tu manada?— le pregunté burlona, a lo cual Peter sólo rodó los ojos.
— ¿Lo tienen en su casa?
— No puede ser, cuando Kate nos llevó a Allison y a mí no fuimos a la casa de Derek.
— No en su casa, debajo de ella— nos explicó Peter.
Peter se fue, no sin antes dejarnos sin las llaves del Jeep y nosotros nos quedamos sin saber qué hacer. Le envié un mensaje a Jackson preguntando por Lydia, me dijo que estaba en el hospital, por eso nos encontramos entrando a la sala de urgencias en este momento. Pero nuestro camino fue obstruido por el padre de Stiles.
— Que bueno que estas aquí, porque quiero matarte— le susurró/gritó a Stiles.
— Lo siento, perdí las llaves de mi Jeep. Tuvimos que correr hasta aquí.
— ¡Stiles, no importa!
— ¿Estará bien?
— No lo saben, porque no saben qué pasó. Perdió mucha sangre, pero hay algo más.
— ¿Qué ocurre?— pregunté.
— El doctor dice que parece tener una reacción alérgica. Su cuerpo continúa en shock, ¿Saben quién la atacó?
— No, no tengo idea.
El padre de Stiles dirigió su vista a mí para que yo también respondiera.
— No.
— ¿Qué hay de Scott?
— ¿A qué te refieres?— le preguntó Stiles.
— ¿Él vio algo?
— ¿No está aquí?— pregunté asustada.
— Le he marcado a su celular y no responde.
Miré a Jackson preguntándole con la mirada si sabía dónde estaba, pero él tampoco sabía.
— No va a contestarte.
—Vayan a esperar con sus amigos— dijo luego de suspirar.
— Papá dime, sabes que tiene que ver con Derek.
— ¿Qué? ¿No habías dicho que apenas lo conocen?
Bien hecho, Stiles. Bien hecho.
— Tal vez lo conocemos un poquito— aclaré.
— ¡¿Qué?!— dijo para luego agarrarnos a ambos detrás del cuello y empujarnos hacia un lugar más apartado.
— ¿Saben que confían en mí para hacer mi trabajo, verdad?
— Y si te ayudamos a resolverlo, serás elegido ¿cierto? Papá, por favor.
— Esa chica no tiene nada que ver con el incendio de hace catorce años.
— ¿Cómo supiste que fue un incendio provocado?
— Cuando tuvimos un testigo clave y no te diré quién es. Sabemos que probablemente fue provocado por una mujer joven.
— ¿Qué mujer joven?— pregunté.
— Si lo supiera, estaría en prisión.
— ¿Era joven entonces o es joven ahora?— pregunta, Stiles desesperado.
— Quizás treinta años no lo sé. Sólo sabemos que tenía un collar— dijo para luego alejarse a responder su celular.
— Debemos ir a buscar a Scott— le digo a Stiles.
— Sí, vamos.
Comenzamos a dirigirnos hacia la salida, pero Jackson comienza a seguirnos.
— ¿A dónde van?
— A buscar a Scott.
— Pero no tienen auto.
— Ya nos dimos cuenta, gracias.
— Yo los llevo, vamos— dijo agarrándome del brazo, pero al instante lo deshice.
— Sólo porque te sientes culpable de repente, no está bien. Y la mitad de todo esto es tu culpa.— le digo enojada.
— Tengo auto, ustedes no. ¿Quieren mi ayuda o no?
— ¿Tienes el Porshe?— pregunta Stiles.
— Si.
— Yo conduzco— dijo agarrando las llaves, pero antes de retomar nuestro camino Chris Argent se encontraba frente a nosotros.
— Hola, chicos. Busco a Scott McCall.
— No lo he visto desde el baile, ¿Maya, tú sí?
— No, tampoco lo he visto. ¿Tú, Jackson?
— Y-yo...
— Por el amor de Dios...—susurró Stiles.
Chris y sus patovicas nos sujetaron y nos llevaron hacia una sala vacía, Chris agarró de la camisa a Stiles y lo estrelló contra la pared.
— ¡Stiles!— grité asustada.
— Déjame hacerte una pregunta, Stiles. ¿Has visto un perro con rabia?
— No, lo pondré en mi lista de cosas por hacer si me suelta.
— Pues yo sí, y lo único con lo que puedo comparar es con ver a un amigo mío convertirse en una luna llena. ¿Quieres saber qué pasó?
— En realidad no, sin ofender a su habilidad de contar historias.
— Intentó matarme y me vi obligado a dispararle justo en la frente. ¿Scott intentó matarlos en luna llena? ¿Intentaron encerrarlo?
— Si. Tuvimos que esposarlo al radiador.
— ¿Por qué lo pregunta? ¿Hubiera preferido encerrarlo en el sótano y quemar la casa con él dentro?— le pregunté.
Chris se giró hacia mí.
— Odio decepcionarte, sobrina. Pero nosotros no lo hicimos.
— Cierto, Derek dijo que tenían un código, supongo que nadie lo rompe.
— Nunca.
— ¿Y si alguien lo hace?
— ¿Alguien cómo quién?
— Mi madre.
Llegamos al bosque de Beacon Hills, al parecer Chris nos creyó.
— Quédense aquí.
— Iré contigo.
— No, Maya. Es peligroso.
— Estamos hablando de mi madre.
— No import--
— Iré.
Chris no discutió más conmigo y nos encaminamos hacia la casa de Derek. Al llegar pudimos ver a Derek en el suelo sangrando y a Kate apuntando a Scott, mientras Allison estaba en shock. Corrí hacia Scott sin pensarlo dos veces.
— ¡DÉJALO!— intenté apartarla, pero me empujó provocando que cayera junto a Scott— Perra.
— Prefiero "Mamá"— dijo con sonrisa burlona.
— ¡KATE!— gritó Chris— Sé lo que hiciste. Baja el arma.
— Hice lo que me dijeron.
— Nadie te pidió matar a esas personas. Había niños en esa casa, eran humanos. Ve lo que haces, sostienes un arma frente a un niño de dieciséis años, sin pruebas de que haya matado a alguien, y frente a tu propia hija. Seguimos el código: "Cazamos a quienes nos cazan".
La puerta de la casa rechinó abriéndose, provocando que todas las miradas se dirigieran a ella.
— Allison, Maya, retrocedan— nos indicó Chris.
— ¿Qué es eso?
— Es el Alfa.
Derrepente salió tan rápido que no lo podíamos distinguir bien, nos tiró a todos al suelo y se llevó a Kate dentro de la casa.
— ¡NO!— gritamos con Allison y corrimos hacia allí, pero antes de que Allison pueda entrar junto a mí la puerta se cerró.
Me acerqué temerosa a la "Sala de Estar" con lágrimas a flor de piel. Ahí estaba Peter agarrando a mi madre del cuello con sus garras.
— Es hermosa, Kate. Se parece a ti, tal vez no tan maltratada. Por eso te daré una oportunidad para rescatarla. Discúlpate. Di que sientes haber matado a mi familia hace catorce años, dilo y la dejaré vivir.
— Mamá...— dije al ver que no planeaba disculparse.
— Maya, corre.
— No. Quiero que vea esto— dijo Peter para luego destrozar la garganta de Kate.
Pegué un grito sordo... Mi madre había muerto.
— Sabes, Maya. Tu madre se llevó un secreto a la tumba. ¿Quieres saber quién es tu padre?
Estaba confundida... ¿Qué diablos sabe Peter acerca de mi verdadero padre?
Pero antes de que Peter pudiera decir una palabra más, Scott y Derek aparecieron transformados.
— Corre— me dijo Derek.
No lo pensé dos veces y corrí afuera junto a Allison.
— ¡¿Qué ocurrió?!— preguntó al verme llorando.
No pude responder ya que Scott salió disparado por la ventana cayendo a nuestros pies, el Alfa salió y se acercó a Scott, pero antes de agarrarlo unas luces lo encandilaron. Era el auto de Jackson.
Stiles le arrojó al Alfa lo que parecía ser una bomba Monotov, pero el Alfa la agarró antes de que chocara con él, pero Allison reaccionó y tiró una flecha hacia el frasco, rompiéndolo provocando que el Alfa se incendiara.
El Alfa había muerto. Todo acabó...
— ¡STILES!— grité corriendo hacia él.
Al llegar lo abracé como nunca antes y él me correspondió. Seguimos abrazados hasta que escuchamos el grito de Scott.
— ¡DEREK! ¡Dijiste que la cura viene del que te mordió!
Al girar vimos que Derek estaba sobre un moribundo Peter. Derek levantó sus garras y destrozó el cuello de Peter, nos miró y cambió sus ojos a un color rojo.
— Soy el Alfa, ahora.
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