Capítulo 71
"Creo que tomaré mi whiskey puro, mi café negro y mi cama a las tres. Eres demasiado dulce para mí."
—Too Sweet (Hozier)
☽
Los líderes y el consejo territorial mantuvieron sus ojos sobre el humano y la atención puesta en el sanador que lo acompañaba. Las palabras de Yunho habían sido relativamente claras pero sin duda podrían estar sugestionadas por su amor hacia el chico, una decisión así no podría ser racional en absoluto viniendo de la pareja del implicado.
—Como Yunho ha mencionado, el corazón del humano sigue latiendo. Su pulso es débil pero aún así continúa activo —el joven sanador buscó los ojos de Seokjin antes de continuar hablando—. Sin embargo creo que se encuentra en un proceso bastante adelantado de muerte cerebral y no estamos del todo seguros de lo que eso puede llegar a implicar para él, tal vez los tratamientos de su gente podrían aportar más luz sobre una situación así. E incluso con todo ello, la posibilidad de que su familia decida dejarlo ir es enorme. En los últimos años por claros motivos la eutanasia ha ganado derechos, mantener a personas vivas que no tienen posibilidad de...
Hoseok se inclinó para hablar cerca del oído de Yunho de la forma en la que anteriormente la pareja de este solía hacerlo. Sus palabras transmitieron aquello que el sanador había dicho, tratando de ser lo más fiel posible a cada frase mencionada.
—Hay libros en la biblioteca norteña que mencionan casos de conversiones humanas como respuesta a enfermedades que atacaban los sistemas inmunes de niños pequeños. Hace mucho tiempo cuando ellos sabían lo que éramos, recurrieron a nosotros y al poder de la Diosa para curar sus dolores. ¿Por qué no podemos dejar que Jongho se cure a través del mismo método esta vez?
Las palabras de Yunho continuaban saliendo de su boca con dificultad, de la misma manera que lo harían si se hubiese pasado la noche entera bebiendo alcohol hasta ralentizar su mente al completo. Sin embargo, todos pudieron entender sus pretensiones.
Era preocupante que no hubiese mejorado en absoluto con el paso de los días pero la guerra tampoco había dado mucho margen para ello. Quizás de alguna manera incluso lo había llegado a empeorar, los métodos de los sanadores eran tan justos como la montaña lo permitía y acceder a la medicina humana resultaría arriesgado en esos días.
—En todas esas circunstancias los padres de los niños o los propios enfermos seguían suficientemente cuerdos y conscientes para decidir por sí mismos. Y en ningún caso del que se tenga constancia se trataba de algo... —Yook Sungjae clavó sus ojos en el humano y después llevó la mirada hacia los sanadores presentes esperando la aprobación de los mismos. Maldita sea, conocía las circunstancias. Sabía lo injusto que era decidir sobre la vida de otro. Más todavía cuando habían castigado a los cazadores con la conversión y ahora alguien pedía por un chico que luchó en su bando el mismo destino—. ¿Qué pasa si se despierta y ser licántropo no es lo que ese muchacho deseaba, viejo amigo? ¿Cómo vas a lidiar con tal responsabilidad? ¿Cómo lo hará la manada si otros empiezan a pedir cosas similares?
Hoseok volvió a inclinarse y Yunho negó incluso antes de escuchar todas sus palabras.
—Conozco a mi pareja. Sé que no es lo que desea pero también sé que hay muchas otras cosas que desea fervientemente más que eso. Si pusieran en una balanza sus opciones, él tomaría la propuesta de convertirse en lobo con tal de poder seguir haciendo su trabajo. Ha dejado muchos casos a medias. Ha hecho muchas promesas a familias que perdieron hijos, hermanos y padres a manos de asesinos seriales. Sé quién es el hombre que amo y conozco sus objetivos de vida. No se trata de un capricho, sino de una deuda de guerra. Él nos ayudó sin tener un motivo de peso para ello y...
—Su motivo de peso eras tú —Joy suspiró—. Aunque puedo entender el mensaje de lo que pretendes decirnos.
El sanador negó, mirando directamente a Seokjin y alzando sus manos en el aire con cierta frustración.
—Aunque lo intentemos, no tenemos la seguridad de que él vaya a ser la misma persona como lobo que como humano tras la conversión. Lleva cerebralmente perdido desde hace horas y eso ha podido afectar a su persona en multitud de maneras. Puede que vuelva a vivir, sí, pero con secuelas. Quizá serias secuelas.
Yunho sonrió.
—¿Alguno de nosotros no las tiene después de esta guerra? Y tú mismo lo has expresado, es una duda lo que han mostrado tus palabras, no afirmación.
—Maldita sea, pareces querer jugar a crear un Frankenstein en este instante. Te están diciendo que no son conscientes de las secuelas que una conversión en su estado podría suponer, Yunho. Debes saber cuando dejar ir a una persona. —Sungjae gruñó.
—He dejado ir a muchas. Esta no es una de esas ocasiones.
Sungjae suspiró, sus ojos buscaron al consejo territorial y después a su esposa.
—Bien. Entonces deberíamos someter este asunto a votación. De entre todos nosotros, ¿cuántos se oponen a la conversión de Choi Jongho, policía y aliado de la Unión?
(***)
El voto decisivo fue el de Lae Vianea, quién sorprendentemente aceptó la conversión dejando sobre la mesa el argumento de que algo así podría salvar en el futuro a otras muchas familias y también podría usarse como una prueba con la que comprobar hasta dónde es capaz de curar la fuerza de un lobo a un humano. Ella estaba convencida de que en el futuro les ayudaría a frenar el odio de los humanos contra su especie.
Hoseok no estaba del todo seguro de si las intenciones de la loba eran buenas o malas pero mientras sujetaba los hombros de su hermano y notaba el brillo intenso en los ojos de este, no podía importarle menos. De hecho, su anterior reticencia hacia el humano se había disipado y ni siquiera tenía algo que ver con el detalle de que con un poco de suerte este se convertiría en un lobo más. Si la conversión salía bien, por supuesto.
—Okey —Seokjin apartó la mano de la frente del humano y le hizo un gesto a Yunho—. Ya puedes hacerlo. Recuerda morder lo justo y necesario, si te pasas corres el riesgo de matarlo y si te quedas corto solo servirá para desangrarlo de igual manera. Es arriesgado, Yunho. Ninguno de los aquí presentes es realmente consciente de si llegará a funcionar o no.
Un suspiro abandonó los labios de Hoseok mientras apretaba el hombro de su hermano con los dedos de la mano izquierda. Se inclinó y una vez más susurró al oído de Yunho, como lo había hecho a lo largo de toda la tarde.
—Estaremos cerca —añadió—. Nuestros hermanos esperan al otro lado de la tienda con Yoongi. Pase lo que pase te ayudaremos a sobrellevarlo, no estarás solo.
Yunho se encogió levemente pero no dudó antes de apartarse de Hoseok para comenzar a caminar hacia su pareja, tampoco miró atrás o hacia los lados. Sus oídos no podían escuchar demasiado, pero el eco de aquello que estaba siendo debatido todavía más allá de la estancia parecía resonar contra la tela de su ropa. De alguna manera, sabía con certeza que muchas personas estaban en contra de lo que él se encontraba a punto de hacer.
Tendría que pagar un precio. Los líderes no lo mencionaron de inmediato pero Yunho llevaba el tiempo suficiente trabajando entre guardianes como para saber que poner a su pareja por encima de todo lo demás era causa directa de expulsión. Un guardián debía saber cuando priorizar a la manada y tras una guerra se habría esperado de su parte que aceptase la muerte con dolor pero sin protesta.
No lo haría. Estaba cansado de dejar ir a la gente que amaba y de tener que lidiar con todo lo que eso ocasionaba en lo más profundo de su pecho. El dolor era demasiado grande y el sentimiento demasiado oscuro.
Si existía la mínima posibilidad de devolverle la vida a Jongho, por pequeña que esta fuese, simplemente se sentía con el deber moral de intentarlo. Hace no mucho que había jurado protegerlo, los dos lo hicieron.
—Bien —Seokjin lo guió en los últimos pasos y apoyó una mano sobre su espalda mientras lo veía inclinarse cerca de la yugular de Jongho—. "Contaré los segundos mentalmente para tí, y por si eso no es suficiente, cada uno de mis toques contra tu espalda será una ayuda para que entiendas el tiempo que has pasado mordiendo. No olvides evitar sobrepasar la mordida habitual que usarías en una marca."
Yunho asintió. Los caninos puntiagudos se asomaron desde sus encías y su nariz olisqueó sobre la piel sudada y manchada de sangre. Jongho olía diferente ahora de lo que lo hacía habitualmente. A los lobos generalmente no le gustaban los humanos, por muchas razones pero especialmente debido a que sus aromas cambiantes resultaban poco atractivos para la mayoría. En cambio, el hermano de Hoseok sabía que eso en concreto sería una de las cosas que más echaría de menos sobre su pareja.
Jongho generalmente olía de la misma manera en la que lo hacía su casa, aunque cuando pasaba demasiado tiempo trabajando en la oficina, en la calle o en medio de un operativo... El sudor, los rastros de café y la sensación del humo de algún cigarrillo con frecuencia terminaban impregnados sobre la ropa que llevaba puesta y al final del día los olores sobrepasaban la tela hasta cubrirle la piel.
Así que Jongho olía a casa si estaban juntos y olía como un policía cuando trabajaba. Ambos aromas eran atractivos en opinión de Yunho. El segundo de ellos lo había atraído desde el primer instante en el que se conocieron.
—Huele a sangre. —susurró, sus dientes rozando la piel del cuello antes de lamer la zona para limpiarla.
Pero lo mejor de ellos dos, lo mejor del aroma a humano de Jongho... Sin duda estaba relacionado con lo fácilmente que el olor natural de Yunho terminaba impregnandose también a este. Así que a veces se sumaba al olor a jabón o a la sensación de regusto de café largo tostado. Jabón terroso. Café terroso. E incluso cigarrillo terroso.
La tierra de Yunho siempre acababa adaptándose a lo que sea que oliera su pareja naturalmente. A otros lobos la combinación los haría tener que salir de cualquier habitación que compartieran, pero a él lo embriagaba.
Así que cuando esa tarde de finales de febrero decidió morderlo, agradeció a la Diosa Luna por solo lograr oler la sangre en la piel de su pareja. Porque quizá aquello fue lo único que le permitió escuchar en su cabeza y notar en su espalda la cuenta de los segundos que estaban pasando mientras sus dientes perforaban las capas de piel.
Mordió fuerte. Lo hizo hasta que los latidos de Jongho se enloquecieron y su pecho pareció a punto de estallar sobre esa camilla. Escuchó la sangre corriendo a través de las venas de este, la piel de sus brazos estirarse hasta cubrir las heridas, el cabello de su cabeza revolverse y solo al final, el cuerpo entero del policía dió una fuerte sacudida contra el camastro y se alzó contra su boca con un murmullo ahogado.
—"Sesenta" —Seokjin dió el último golpe sobre su espalda con enorme ímpetu—. "Dejalo ir, deja que... respire."
Yunho apartó su boca, dejó de morder, lamió la herida hasta parar el sangrado y...
En el instante en que sus ojos miraron en el interior de los del policía, una tormenta entera le respondió. La luz violeta iluminaba las pupilas del chico.
—Un alfa —Hoseok frunció el ceño a sus espaldas —. Creía que los lobos convertidos se daban como betas.
—Lo hacen —Seokjin sonrió levemente—. Casi siempre. Así que supongo que tu hermano tendrá que lidiar con el carácter complicado y natural de un alfa recién nacido. Siendo él también un alfa, pueden terminar matándose o lidiar con el asunto hasta convivir bien. De momento esperemos. Veremos si físicamente Jongho se encuentra estable antes de apostar.
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Hiii!!!
Perdonad, ayer se me olvidó por completo que era jueves y hoy en cuanto me he dado cuenta me he puesto manos a la obra con la subida del capítulo.
Espero que os haya gustado, en esta ocasión habeis visto un pelín más sobre la dinámica entre Yunho y Jongho pero con los poquitos caps que quedan pronto tendréis de vuelta partes de la historia escritas exclusivamente para el Yoonseok.
Un beso,
os amo
Mel
💜
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