Capítulo 67
"Mi sombra es la única que camina junto a mí. Mi corazón vacío es la única cosa que está latiendo. A veces, deseo que alguien hay fuera me encuentre pero hasta entonces camino solo."
-Boulevard Of Broken Dreams (Green Day)
☽
Hace no tanto tiempo, la Diosa Luna se vió en la obligación de cantar una melodía desesperada en contra de aquellos hombres que empuñaban un tipo de arma que causaba que todos sus hijos muriesen miserablemente. Quizás por eso mismo Jung Yunho tan solo logró gruñir con enfado cuando la imagen de su pareja a lo lejos llegó hasta sus ojos y el brillo de la pistola entre sus manos lo cegó con el relucir de la luz nocturna.
Años atrás los lobos habían luchado contra armas que sus garras y colmillos no podían derribar. Años atrás ellos no habían tenido la virtud de llamar a la naturaleza del mismo modo en el que lo hacían ahora. Años atrás morían por decenas. Y también años atrás, alguna manada dejó bajo juramento escrito que ningún lobo permitiría entrar armas humanas, de tremendo significado destructivo, en su montaña.
Los sureños desobedecieron por mucho tiempo lo que en el papel fue sellado con la sangre de sus ancestros y eso los condenó a siglos de guerras cruzadas. Así que de alguna manera Yunho entendía su labor. Sabía que muy a pesar de amar al humano que ahora corría entre el monte con pies ágiles y la mano alzada, su meta era la de detenerlo antes de que otro lo hiciera. Una guerra de fogueo entre esos montes podría implicar un castigo más grande que el que de por sí los cazadores y brujas avecinaban.
—"Suelta eso si no quieres que ella acabe contigo, hasta los cazadores se mueven con cuidado cuando se trata de mostrar abiertamente las armas mientras la Diosa brilla en el firmamento. Con nubes de por medio o no, puede verlo todo."
Aunque por supuesto, Jongho no era un lobo y ellos dos no compartían un tipo de conexión tan profunda por mucho que al guardián le doliera hasta lo más hondo de su alma que fuera de ese modo. El policía no tenía porqué entender sus palabras o captar el aroma a enfado que comenzaba a abandonar su cuerpo de manera inevitable. El policía ni siquiera tenía porque conocer o responder ante antiguos acuerdos y costumbres que iban mucho más allá del mundo que un humano normal a menudo contemplaba.
Así que Yunho simplemente ignoró la casi total sordera de sus oídos y comenzó a correr sabiendo que cualquier cosa podría lastimar su espalda. La mirada jamás abandonando al hombre que amaba e ignorando deliberadamente la masacre de cuerpos, gritos y sangre que se desenvolvía mientras cazadores y compañeros caídos le tironeaban de las patas a través del camino, con o sin intenciones.
Alaridos. En algún sitio todo estaba lleno de ellos. Un eco como ese era fácil de distinguir, incluso para un lobo que parecía estar quedándose sordo. Una melodía que había tratado de esquivar durante años y a la que el destino mismo lo había empujado de cabeza.
No pudo llegar muy lejos. El sonido de los truenos sumándose al de la batalla y el golpe de electricidad surcando los cielos, causaron que su piel se erizase en un instante. Lo sintió como un golpetazo a través de la vibración del suelo, con el movimiento de la tierra y las hojas. Lo pudo ver cuando la masa oscura de nubes se iluminó completamente rodeada de colores púrpuras llenos de hilos interminables que se extendían igual que las ramificaciones de las telas de araña.
La tierra se detuvo un instante, levitando en el aire antes de volver a caer en el suelo para afianzarse con más ahínco a su lugar de origen. Y con ella llovieron brujas.
—"El mestizo" —alguien intentó gritarle en la sordera de su mente—. "Mira a ese cabronazo".
Lee Taemin no parecía un simple medio humano mientras sus manos se alzaban con las palmas extendidas y los dedos abiertos hacia el cielo. No lo parecía cuando su cuerpo se llenaba de la electricidad causada por la tormenta y sus ojos generalmente marrones se tornaban de blanco absoluto. Y aún, sin importar que la tormenta que los rodeaba estuviese siendo desatada a través de su mismísima piel, sus pasos eran tan certeros como los de cualquier persona sana y coherente.
—Creo que esa es efectivamente una buena manera de hacer bajar a esas señoras. —la sonrisa en el rostro de Jongho era la misma que Yunho había visto en las imágenes grabadas de interrogatorios. El poli malo estaba de su parte en esa batalla y quizás también el... Mestizo.
Y entonces algo curioso ocurrió. Sucedió cuando las brujas comenzaron a caer y el grupo de guardianes que había estado en los túneles finalmente se reunió con los guardianes que se habían mantenido en la frontera más situada al sur de la montaña. La batalla los había hecho descender a través del terreno naturalmente, o quizás el lugar hacia el que los cazadores decidieron correr. Tal vez los hombres y mujeres que escapaban de sus mordidas decidieron que era el momento para que las nigromantes tomasen el relevo.
Y en esas circunstancias bastó con que algunos guardianes afianzados a la frontera que marcaba el arenal comenzasen a lanzar el brebaje que Kim Seokjin había creado. Lo hicieron aprovechando la caída y el momento de pérdida de control momentáneo de las brujas.
Y bastó además con que solo unos cuantos iniciasen el proceso para que finalmente un intento de Unión se completase de una buena vez por todas. Lastimosamente no parecía haber nada tan bueno como las guerras para unir bandos. Se trataba de elegir entre lobos o brujas, entre mantener para ellos su montaña o regalarsela a cazadores y nigromantes para sabe la Diosa Luna qué.
Y la respuesta fue unánime. Llegó como un escandaloso aullido hacia la Luna en el que todos los lobos participaron mientras Jeon Joy dirigía la marcha.
(***)
Las patas delanteras de Jung Hoseok se enterraron en la arena de aquella playa como lo habrían hecho en la conocida tierra de los bosques del norte y entonces su mirada se iluminó sin perder de vista a la mujer que finalmente decidía descender de las alturas para apoyar los descalzos y huesudos pies sobre el suelo salado bañado por las aguas de la orilla. El romper de las olas creaba espuma a sus espaldas y salpicaba sus holgadas vestiduras.
Al lobo le llevó un único segundo convocar un círculo de protección como lo habría hecho en cualquier otra circunstancia, sin embargo allí la Tierra no parecía responder con la misma fuerza que solía hacerlo en las montañas. Se encontraba demasiado cerca del océano, demasiado... La arena se alzó a su alrededor dejando un surco húmedo en el lugar que anteriormente había ocupado su espacio en el arenal, el círculo se formó como tal y como él deseaba pero no halló en este ni la fuerza ni la intensidad de la Tierra y las hojas conocidas. Nada que generase una zona inquebrantable gracias al poder de la Luna. Tan solo una especie de barrera que cualquiera con un poco de habilidad lograría romper con un simple soplido.
Bien. ¿Cuán suyo era ese arenal? ¿Cuán parte de la manada lo podrían considerar si desde un tiempo atrás los humanos surcaban las costas cercanas con sus barcos como una forma de mantener distraídos a los cazadores en función de los planes que el Consejo decidió llevar a cabo en algún momento? ¿La Diosa tenía poder en una Tierra que el mar bañaba?
—"¿Es fuerte la Diosa aquí?" —preguntó.
Seokjin gruñó.
—"¿Acaso no sabes que por la Luna el mar fluye y se mueve? Sin ella no existiría el movimiento natural de las olas que escuchas ni de las mareas que aprecias. El mar depende de nuestra Diosa más incluso que nosotros. Deberías avergonzarte de hacer una pregunta como esa Jung Hoseok." —el reclamo del sanador no tardó—. "Por supuesto que la Diosa tiene poder aquí. Tú, sin embargo, no eres el lobo con el mejor elemento de nacimiento para invocar un gran poder cerca del océano."
—"¿Qué es lo que propones entonces sanador?"
—"Necesitamos lobos que sepan manejar el agua..."
Kim Seokjin respiró profundo. Estaba cansado después de pasarse toda la noche anterior rebuscando entre hierbas, esmagando, juntando y creando lo que él pensaba que podría funcionar como mínimo de entretenimiento para esas nigromantes. Y por suerte el resultado había sido el esperado, testimonio de ello eran aquellos que luchaban más allá del arenal haciendo que cada bruja que caía se tragara hasta la última gota de mezcla. Los gritos de las nigromantes eran claros para los oídos de un lobo y el escozor que unas hierbas bien elegidas y combinadas les ocasionaban en la mismísima alma suponían la mejor forma de batallar contra un enemigo imprevisible.
—"Conozco a algunos lobos de agua y no hay ninguno cerca del todo en este instante." —Helia suspiró, caminando hacia el lugar en el que Hoseok y Yoongi se encontraban situados con la mirada bien fija en el frente. La nigromante de cabellos negros parecía tener la intención de doblar sus rodillas para agacharse, los dedos de las manos de esta se movían sin parar como si estuviera invocando algo sin pronunciar palabra. Los escalofríos recorrieron el cuerpo de la omega—. "Yo... No sé."
Seokjin miró a su alrededor. Él no podía y tampoco quería pararse a pensar en el detalle de que la playa pudiera estar afectando de alguna manera en la conexión natural de la mitad de los lobos de su manada pero en efecto así era, por simple lógica. La Tierra era uno de los elementos con los que más intensidad podrían atacar y ya no disponían plenamente de su ayuda porque esta dependía plenamente de la cercanía que implicaba su propio elemento. El viento que estaba usando Yoongi era en cambio, más libre en cuanto a recursos. Igual que lo sería el fuego.
—"¿Por qué lobos de agua?" —Yoongi preguntó finalmente.
—"Alimentarse de la fuente que genera nuestro elemento natural es habitual. Los utilizamos a diario como si bebieramos de una fuente cuando la encontramos en un camino y nos sentimos sedientos, sin darnos cuenta nos recargamos" —explicó el sanador—."En una situación como esta, donde la Luna y el océano están presentes, solo se me ocurre apostarlo todo por el poder que desempeña el agua. Puede ser nuestra mayor ventaja o nuestro peor handicap si esa bruja conoce la forma de manejarla."
Ni siquiera tendrían plena ventaja cuando contaban con un surco existente entre Yoongi, Hoseok y la loba que ahora había aparecido en su rango de visión. Con esa que se alojaba en el círculo que Jung trataba de mantener. Pero con lobos que pudieran recargar sus fuerzas una y otra vez gracias a la cercanía del mar... Tal vez...
Quizás fuese mejor que simplemente nada.
—"Son pocos los lobos que han aprendido a manejar un poder en absoluto en el sur" —afirmó Helia—."Si Vianea no llega con los refuerzos que prometió..."
La cabeza de Hoseok se giró hacia la loba, sus ojos iluminados con rabia eran toda la negación que esta necesitaba.
—"Hagámoslo tan bien como podamos."
La línea frontal no estaba formada ni de cerca por un ejército de lobos de agua pero al menos todos ellos parecían ser fuertes en otros aspectos.
—"Vuelve a convocar el viento" —Seokjin avanzó, sus patas débiles mientras el interior de su cuerpo llamaba a una sola persona a través de la conexión. Había un lobo que conocía bien, uno que conocía las aguas y el movimiento del viento en estas. Uno que sabría usar y jugar con cada uno de los soplidos ejercidos por Min Yoongi. Si solo llegase a tiempo al igual que lo habían hecho el resto—. "Usa el viento como lo has hecho hasta ahora y nosotros nos sumaremos."
—"¿Por qué no habla? Y lo que es más importante, ¿no es peligroso el que todavía no se haya decidido a atacar de vuelta?"
Una voz a sus espaldas llamó la atención del grupo. La pregunta que todos llevaban un tiempo haciéndose en silencio era ahora mucho más pesada debido a que otra persona la había realizado.
—"Tan sigiloso como un maldito zorro." —Lae Vianea masculló al lado de Yook Sungjae —. "Este chico flacucho y débil ha venido a ayudarnos. Me dicen que sus hombres están dejando un reguero de ríos de sangre detrás de sus pasos y que se han encargado de crear nuevos refuerzos ante posibles bajas. Las reglas del juego están cambiando, tendremos un tiempo muerto hasta que el enemigo abandone nuestros dominios. ¿Bien? ¿Cuál es el plan? Porque supongo que hay uno, o dos."
Mirar hacia atrás era un acto de valentía en una situación como aquella y sin embargo todos los presentes lo hicieron por un instante, incluso con la pregunta del líder Yook sonando fuertemente en sus cabezas todavía. Fue necesario mirar para todos menos para Yoongi, porque a sus espaldas de alguna manera sucedía que el líder de la Unión se encontraba con el cabello blanco ensangrentado y una legión de lobos cuidando sus espaldas, justamente al lado de la mujer a la que hasta hace no mucho habría llamado enemiga con un par de copas de cerveza entre sus manos. Y también sin ellas.
Porque Lae y Yook eran, públicamente, enemigos declarados. Hasta ese instante.
—"Yo de vosotros, volvería a mirar hacia delante." —Yook, quién esta vez acudía a la batalla sin su pareja, hizo un gesto hacia la reina nigromante—. "Es aterrador que no se haya movido para lanzarnos alguna especie de maldición."
Si es que no lo había hecho mientras los miraba en silencio.
(***)
Los truenos y relámpagos no tardaron en llegar hasta la vista periférica del omega, quién se había estado encargando de mordisquear y lanzar con todas sus fuerzas lejos del camino a aquellos cazadores que continuaban tratando de acceder nuevamente a la montaña con la ayuda del pequeño brujo y el amigo de este. Wooyoung y San estaban pegados a ellos, al menos lo habían estado después de ver hacia qué derivó el plan de los líderes para vencer de una buena vez por todas al enemigo.
—Necesitaré recuperar energía pronto —el brujo tragó saliva con dificultad—. Nunca he conjurado nada por tanto tiempo ni con tanta intensidad.
Por no hablar del hecho de que el muchacho había usado sus poderes durante el transcurso de la exploración en los túneles. Ahora herido y cansado, sus escudos caían y se activaban una y otra vez en función de cuántas personas decidieran atacar a la vez. Como mucho lograba sostenerse ante la afluencia de dos o tres atacantes, no más.
—Respira antes de seguir —Wooyoung pasó un brazo alrededor de San, agradeciendo mentalmente el hecho de que esos lobos parecieran dispuestos a cubrirlos con la amplitud de sus animales—. Simplemente no pueden exigir más, ningún bando puede. No eres un brujo todavía, solo conoces trucos sencillos.
Jimin, Jungkook y Taehyung intercambiaron una mirada. Maldita sea, por supuesto que esos chicos eran prácticamente niños. La Guerra que estaba desenvolviendose en la montaña no debería arrastrarlos de forma alguna.
Además, Park Jimin tenía algo claro. Él no era un guardián, incluso si había acompañado a muchos de ellos en distintas misiones durante los últimos años. Eso no significaba directamente que estuviera obligado a seguir órdenes durante una batalla del mismo modo en que lo estaban estos y por eso no mordería hasta convertir a ningún humano en algo que estos no habían pedido ser en primer lugar. Simplemente... se defendería.
Como lo estaban haciendo Taehyung y Jungkook justo a sus espaldas mientras esos dos chicos se escondían en medio de sus cuerpos y el escudo de San iba y venía.
—"Estamos bajando de forma natural a través de la montaña, pronto llegaremos al arenal si seguimos haciéndolos retroceder. No tenemos porque convertirlos y ellos no tendrán porque luchar. No es su guerra, nos ayudaron para escapar de algo como esto así que deberíamos mantenerlos lejos del asunto." —mencionó.
Pero Taehyung no parecía muy convencido con esa idea, de todos modos Wooyoung y San estaban metidos de cabeza en el asunto desde el instante en el que abandonaron un aquelarre de brujas y cazadores para ayudarlos a robar un museo.
—"Demasiado tarde para alejarlos" —el alfa norteño negó—. "Para alejarlos tendríamos que haberlos protegido desde el inicio sin permitir que entrasen a ayudar u opinar sobre... esto."
—"¿Quieres decir "al igual que con los mestizos" ? Porque no he escuchado a nadie mencionar el tema todavía."
—"No es un buen momento." —Jungkook gruñó, sus ojos iluminandose ante los dos amigos.
De todos modos, Kim Taehyung sabía que su mejor amigo estaba tan afectado que casi era imposible distinguir algo en el interior de su habitualmente calmada mente. El omega solía ansiar paz y solo había encontrado guerra.
—"Es probable que lo que les espere en el arenal sea mucho peor que una conversión, pero no es nuestra culpa que decidieran entrar en los túneles para ayudarnos. Tenemos suficiente con correr por estos bosques esquivando balas de cazadores sin atacar sus cuellos, como si no pudiéramos morderlos y terminar con el problema de una."
Así que siguieron corriendo y esquivando ataques.
Sin mirar atrás.
Hasta que sus patas rozaron el mar.
(***)
Sería complicado afirmar cuán temprano o tarde la totalidad de lobos se encontró unida en el arenal y comenzó a formar un semicírculo alrededor del lugar en el que la reina de las nigromantes continuaba realizando movimientos lentos, en silencio. Pero todos querían creer que su reunión natural implicaba que los cazadores habían sido abatidos y las brujas como mínimo controladas.
La figura reconocible de Jeon Joy atravesó la masa de lobos que comenzaba a gruñir con confusión y caminó hasta situarse a un lado de su pareja, una simple inclinación de cabeza le bastó al resto para entender que estaba comunicando un mensaje momentáneamente privado.
—"Mantente vivo, nunca dejes de respirar a pesar de la sangre que te mancha el cuerpo Yook Sungjae." —susurró ella solo para él.
Las patas de los presentes se movían inquietas, decidiendo si atacar o no mientras observaban al grupo de licántropos ante sus miradas trabajar en mantener a esa mujer lejos. El viento del lobo de las montañas no le permitía avanzar más allá de la línea de agua generada por el mar en la orilla del arenal.
—"Mantened los ojos bien abiertos" —fue Yook Sungjae quién los advirtió —. "Su silencio es mucho más peligroso que sus gritos. Podría atacar en cualquier instante. Incluso si los cazadores han sido controlados, todavía somos desconocedores de la potencia de estas brujas o de cuantas pueden estar esperando relevo en la retaguardia."
Los lobos dieron un paso adelante cuando la nigromante principal se agachó un poco más, sus manos comenzando a rozar la orilla.
—"¿Está jugando con el agua del mar?" —alguno de los guardianes preguntó.
—"No lo creo. Mira eso. Allí. En el fondo. El mar está retrocediendo como si..."
—"Como cuando un tsunami está a punto de soltar toda su fuerza contra la Tierra." —Seokjin se estremeció—. "Maldita sea, los lobos de agua deberían poder combatir lo que sea que ella esté planeando."
Hoseok hizo chocar su cuerpo contra el de Yoongi, una muestra de apoyo, de advertencia pero también de cariño. Helia trató de extender las pocas lecciones que había logrado aprender en sus entrenamientos hacia la masa marina que ahora parecía irse cada vez más y más lejos.
Las manos repletas de agua salada de la nigromante abandonaron la orilla y sus ojos negros los observaron por primera vez de manera directa. Fue entonces cuando el resto de lobos de agua decidió avanzar hasta la primera línea de batalla, adelantando incluso a los líderes y a los miembros del consejo.
—"El agua..." —uno de los lobos lloriqueó—. "La conexión con el agua se siente extraña y perturbadora. Es complicada y no debería serlo."
Jungkook corrió a través del arenal, sus pasos seguidos de cerca por Taehyung y Jimin. Sus alientos formando nubes en el aire de la noche y sus respiraciones agitadas.
Muchos de los presentes habían perdido a miembros de sus familias, otros a la totalidad de estas pero para unos pocos todavía quedaban personas hacia las que correr y regresar incluso en medio de la guerra.
—"No es la conexión sino vuestra mente."
—"Finalmente." —Kim Seokjin se giró por completo, su cuerpo puesto ahora en dirección hacia aquel lobo al que había llamado con desesperación.
—"Escuchad, no podéis permitir que el conjuro que esa bruja ha usado os engañe. Conocéis el agua y la forma de usarla, quizás muchísimo mejor de lo que ella lo hace. Creed en aquello que habéis aprendido" —Kim Namjoon lanzó el mensaje para todos los presentes, sin embargo no miró a nadie más que a su pareja y a su hijo mientras caminaba hacia el lobo de pelaje blanco que lo esperaba a solo unos metros de distancia de la peligrosa bruja—. "Tendremos que hacerlo juntos."
—"Siempre lo hacemos de ese modo, papá."
No había muestra de enfado o riña en la mirada lobuna de Kim Namjoon cuando su hijo y la pareja de este caminaron hacia el extremo del arenal en el que ellos esperaban. Llevaban a los dos humanos a cuestas, dormidos y apestando a un agotamiento que solo la guerra creaba.
—"Bien" —Hoseok apoyó una pata sobre la de Yoongi—. "No somos lobos de agua pero supongo que podremos ayudar. Es hora de creer en la Diosa. Si ella quiere, esta batalla marcará el final."
Los ojos del lobo de viento brillaron con mayor intensidad que la que su poder provocaba. El dolor de haber dejado a sus hijos escondidos en un agujero, el recuerdo de su familia muerta y la necesidad de no perder eso que parecía estar comenzando a crecer de nuevo en su pecho fueron suficientes alicientes para ayudarle a convocar una nueva ola de viento.
Y Helia respondió. Como lo hizo Hoseok y cada lobo presente a sus espaldas.
Excepto por Jungho, quién solo aulló dolorosamente cuando ÉL se arrastró lejos de la montaña.
El humano había sido herido y caminaba lentamente con una mano ensangrentada cerrada alrededor del cabello del costado del guardián, seguido de cerca por un mestizo de sombras rodeado de un extraño poder.
Nadie miró lo suficiente hacia ellos.
Nadie prestó mucha atención a pesar de su curiosidad.
Lo importante estaba en esa ola de agua salada que comenzaba a crecer en la distancia y que poco a poco parecía finalmente quebrarse.
—"Un poco más, solo un poco más."
—"¡Aguantad! Recordad que el agua es nuestro elemento."
—"Uno, dos, tres... De nuevo."
Jungho aulló con fuerza suplicando por ayuda. Nadie hizo caso.
—"La ola ha descendido de tamaño" —Sungjae buscó la fuerza para llamar a su poder—. "Hagámoslo de nuevo. Uno, dos, tres..."
El humano se dejó caer contra la arena y sus heridas ensangrentadas se contaminaron de aquello que la bruja había sembrado desde la distancia.
—"Solo una vez más." —gritó Kim Namjoon.
Pero Taemin, él sencillamente se frenó observando al destrozado lobo y a su humano moribundo. Entonces estiró de nuevo las palmas de las manos hacia el firmamento, esta vez con el enfado bañando su interior. La Luna brillaba con fuerza e intensidad incluso entre las nubes pero no parecía escuchar tampoco a su hijo llamándola.
La ola estalló finalmente.
El agua creció hasta llevarse por delante a la nigromante.
Los rayos descendieron del cielo y cruzaron el cuerpo de la mujer de ojos negros.
Y entonces el silencio lo llenó todo.
—"¿Ha caído?" —alguien preguntó.
Hoseok rozó su hocico contra el cuello del lobo de Yoongi.
—"Creo que lo ha hecho. Gracias a un mestizo, a un lobo de viento nacido en las tribus y a la Unión."
—¡Jongho!
Y solo entonces la masa de lobos se giró para ver al convertido Jungho sostener el cuerpo moribundo de su humano contra sus desnudas pìernas. Lo abrazaba y llamaba pero el humano, él, ya no respondía.
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Peeeeerdooooon!!!
Antes que nada me gustaría disculparme por la tardanza pero ha sido una locura este verano y finalmente no quería escribir una batalla que se resolviese porque sí y sin sentido. Así que al menos en un aspecto, espero haberlo hecho bien.
Ojala os haya gustado el cap.
Un beso,
os amo
Mel
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