Capítulo 64
"Nadando metafóricamente, ahogándose en la gravedad, buceando por un pedazo de mi, calmando la serenidad."
—Perfect Blues (Hannah Bahng)
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Aquella noche la unión difícilmente bien formada entre Yoongi y Hoseok, tembló a través del interior de sus cuerpos con una rabia que ninguno de los dos había llegado a sentir anteriormente. Era complicado explicar los motivos por los que sus cabezas se encontraban al borde del estallido y sus orejas punzaban sin remedio. Aunque lo cierto es que a la vez ambos supieron de qué se trataba sin necesidad de cuestionarse absolutamente nada en absoluto.
La guerra con la que los cazadores parecían llevar un tiempo amenazando a través de actos que entrañaban juegos desquiciantes y misteriosas frases, había llegado a un punto de no retorno.
—"Listo para seguir sus órdenes."
Eso era lo que Hoseok había dicho en lo que una vez fue un túnel lleno de pasadizos y lo que ahora parecía tan solo escombro, polvo y un cielo abierto a la noche encapotada donde la Luna ni siquiera lograba brillar entre las nubes espesas.
Y Sungjae le había contestado a muchos otros y a él mismo: "Atacad sin piedad".
Así que mientras la masa de lobos formada únicamente por un amplio equipo de rastreo se aventuraba a tratar de eliminar a esos cazadores que intentaban frenar su avance y entorpecerles el camino, en la zona más sur de la montaña un sanador y un lobo de viento se ocultaban entre los arbustos llenos de gotas de agua helada para susurrar mentalmente el plan trazado a cuantos guardianes se acercaban con sigilo.
—¿Cómo vamos a lograr que bajen desde esa altura? Es casi imposible, se mire como se mire —eran más bien pocos los guardianes que creían en el plan trazado por Jin y Yoongi—. Incluso si nos juntamos todos aquellos que sabemos manejar el elemento del aire... Todavía... Parece complicado lograr algo sin que esas mujeres intercepten nuestros poderes y los vuelvan en nuestra mismísima contra.
No fue Kim quién habló entonces, sino el lobo de viento.
—"Conozco bien mi elemento, compañero de batalla. Basta con saber cómo manejar el soplido de una brisa débil para doblar un tarro lleno de agua hasta el tope."
Los lobos presentes se miraron entre sí, cada minuto que pasaba era tiempo perdido y las manos de Min se habían comenzado a enredar en puños de ansiedad. Sus cachorros estaban demasiado lejos, fuera de su punto de visión a pesar de que podía olerlos en la distancia.
Podría saber si estaban bien o mal, podría percibir en ellos ansiedad y miedo, mas no podría llegar a tiempo para rescatarlos si alguien con malas intenciones se les acercaba. Eso nunca, teniendo en cuenta lo que estaban a punto de iniciar.
Así cuanto antes empezase todo, tal vez, antes acabaría.
—No todos tienen ese gran control sobre el elemento del aire, e incluso si encontraseis a los suficientes de nosotros con capacidades maravillosas...
—¿Qué? ¿Qué es lo que necesitas decirnos? Sacalo de una maldita vez o empieza a ayudar. —Seokjin parecía estar comenzando a perder la paciencia. Yoongi casi olvidaba que el grupo de rastreo que no respondía desde hacía horas incluía no solo a Hoseok sino también al hijo y a la pareja del sanador—. Habla, hombre. De una maldita vez, te suplico que hables. No se trata tan solo del viento y el aire. Tierra, fuego y agua deberían poder hacer su buena aportación también.
—Aún con todo eso, estamos hablando de bajarlas a tierra firme y de tener que luchar hasta que alguna se debilite lo suficiente como para beberse ese mejunje que has creado.
Seokjin entonces sonrió.
—Un aquelarre es como un enjambre.
—¿A qué viene eso?
Pero Yoongi lo entendió muy bien.
—"Matemos a su reina y el resto caerán por su propio peso. "
En teoría, al menos.
(***)
Qué era lo que había sucedido con los mestizos de sombras que decidieron alejarse de la Unión suponía tal vez el mayor de los misterios, pero en medio del grupo que avanzaba por la vieja carretera que los llevaría de vuelta al poblado, al menos uno de ellos sentía que su corazón estaba dividido en dos fragmentos.
Taemin no lograba decidirse. No lo hacía aún cuando su brazo en alto era uno de los muchos que lideraban la marcha para deshacerse de cualquier yugo que los obligase a sus hermanos y a él mismo a luchar en batallas que habían dejado de corresponderles desde hacía mucho tiempo. Nada de lo luchado anteriormente, ni tampoco lo prometido, había tenido alguna consecuencia positiva en sus vidas.
—Id a vuestras casas, aseguraos de cerrar bien todas las puertas y ventanas —dijo cuando sus pies rozaron la frontera que marcaba el inicio del mundo humano más allá de la montaña —. Cómo si la mayor tormenta nunca vista estuviese a punto de destrozarlo todo. Aprovechad que esto parece vacío y tomad de nuevo lo que es nuestro.
Una de las mestizas que habían caminado a su lado durante el camino, se giró para mirarlo con el ceño fruncido.
—¿Qué hay de tí? ¿Por qué tus pies de repente apuntan hacia la zona equivocada?
La pregunta era justa, adecuada también. Taemin había iniciado una marcha que ahora ni siquiera sabía si sería capaz de completar plenamente. Pero quizás eso era lo que después de todo lo definía como medio humano. Para un lobo sería mucho más sencillo valorar las posibilidades en base a sus instintos, él no quería ni podía tan siquiera responder a simples instintos. Necesitaba la razón y el entendimiento para llevar a cabo sus decisiones.
Taemin miró hacia el suelo y una sonrisa triste se desplazó a través de sus labios. Maldita sea, tenía que estar empezando a volverse loco si todo su cuerpo parecía llamar al omega.
—Necesito devolver un favor. Hace un año alguien me salvó la vida y puede que hoy esa persona necesite que yo ayude a mantener la suya. No os preocupéis por mí, sé cómo cuidarme.
Siempre lo había sabido, porque como mestizo la soledad era buena parte de su vida. Lo había sido hasta toparse con Park Jimin en el camino.
(***)
Vencer a esos cazadores no debería haber sido tan sencillo pero quizás la rabia que había crecido en cada guardián durante las semanas en las que las amenazas de guerra se cernieron sobre ellos, era la responsable de cada una de las víctimas que ahora caían contra el suelo polvoriento de los túneles.
No mataron a todos, tampoco mordieron a cada uno de ellos, pero sí a los suficientes como para que el muchacho de ojos azules clamase retirada con el cuello sangrante.
Quebrantaron de forma plenamente consciente una de las normas más importantes, pero después de todo ellos no habían sido los primeros en romper pactos. Quizás la Diosa Luna supiese distinguir entre justicia y karma.
Y puede que tal vez justamente ese cazador necesitase convertirse en lobo para entender el mundo que para ellos suponía la montaña y cada especie que habitaba en esta.
—Ahora veras —Sungjae se inclinó sobre el cuerpo del cazador, los ojos iluminados y la mano extendida—. Lo que el mundo para un lobo implica y lo que realmente es manada y familia. Te invito a unirte a nosotros antes de que la realidad de la conversión te paralice, las viejas leyendas escritas en libros cuentan que es un proceso traumático para los humanos...
—Monstruo.
Sungjae negó levemente, una sonrisa entristecida sobre sus labios mientras seguía con la mirada el surco de sangre que decoraba el cuello del cazador de ojos azules.
—Lo soy. Un monstruo del que siempre has tenido envidía, si no fuese de ese modo jamás habrías entrado en nuestra montaña buscando una planta que creías poder destrozar para obtener de ella aquel poder que durante siglos has jurado querer borrar del mundo. Monstruo y todo —los dedos de Sungjae acariciaron la piel ensangrentada del muchacho, ahora era solo un humano asustado con la respiración acelerada—. Está en mis manos quitar tu dolor y me ofrezco a ello, siempre que yo sobreviva prometo que tendrás un sitio en esta manada. Como castigo y premio a la par.
Por eso lo mordieron lo justo y suficiente para marcar, saborear y sembrar. No para matar, sino para enseñarle la verdad de eso que decía perseguir con total orgullo.
—No quiero ser parte de una manada —el humano se encogió, el poder de la sangre licántropa comenzando a sustituir cada gota de aquella con la que había convivido durante una vida entera—. No voy a convertirme en un sucio perro.
Pero el líder Yook volvió a sonreír con tristeza y con la mano envolviendo el largo cabello de la loba que no se apartaba de su lado, decidió sostener la barbilla del cazador para obligarlo a mirar el brillo de sus pupilas iluminadas.
—Vosotros iniciasteis esta guerra, es culpa de los tuyos tanto como de los míos. No sé si es justo o no, pero al menos espero que te ayude a comprender. Ahora, respira.
Y por alguna razón que el cazador no llegó a comprender, su cuerpo entero pareció reaccionar a esa orden. La voz del líder Yook se coló en el interior de su mismísimo organismo y en menos de un segundo sus pulmones respiraron sin dolor y cabeza se inclinó contra la mano que había estado sosteniendo su barbilla.
El instinto animal era...
Olía a manzanas rojas, a lavanda y a... Melocotones.
(***)
Yoongi no dejaba de decirse a sí mismo cuán sencillo sería lograr hacer caer a esas mujeres que surcaban sus cabezas con enorme facilidad y velocidad sin tan siquiera ser tocadas por uno solo de sus ataques. En lo fácil que lo sería si tuviese a sus surcos a un lado magnificando la fuerza con la que enviaba cada rafaga de viento.
Incluso si todavía no estaba seguro acerca de su conexión con Helia, al menos sí sabía que Hoseok lograba sacar la fuerza oculta que su lobo herido se empeñaba en mantener bien escondida. Él de alguna forma era capaz de motivarlo a seguir luchando, ya fuese por una montaña, una manada o simplemente un futuro en común donde no tuviesen que tener miedo a enfrentarse a una guerra cada día de su existencia.
—"Presta atención."
Seokjin estaba cubriendo su frente, algo había chocado contra su pata delantera y ahora lo hacía cojear a través del campamento de guardianes mientras corrían en dirección al arenal junto a un grupo de al menos diez lobos entre los cuales se encontraban sorprendentemente las hermanas Lae y la pareja de una de estas.
—"Lo hago, pero mi lesión me impide moverme con mejor precisión. No le he pedido a nadie que me acompañe en el camino, sigue adelante."
—"No se supone que un lobo abandone a otro. Somos una manada y también un grupo de trabajo, si queremos encontrar a la reina dentro del aquelarre, entonces necesitamos movernos a la par."
—"He dicho que no puedo..."
—"Y yo he pedido que prestes atención. No necesitamos que corras, bastará con que te levantes si te caes."
Yoongi no sabía si el sanador intentaba ayudarlo o si simplemente estaba hablando a través de la rabia que lideraba los movimientos de una persona que no podía ir directamente hacia el lugar en el que con casi total seguridad su hijo y su pareja estaban siendo masacrados. Pero fuese cual fuese el motivo, decidió que no era un mal consejo. Y prestó atención a cada paso hasta que su horizonte brilló en medio de la oscuridad.
—"¿Qué es eso?"
Algunos de los lobos frenaron su carrera, solo cinco en total siguieron moviendose sin pausa hacia la masa espesa de color negro que parecía cernirse sobre el cielo del arenal como una nube de tormenta fantasmagorica.
—"No tengo la menor idea, pero si yo fuese la jefa de un aquelarre sin duda ese sería el tipo de truquito que me encantaría enseñar" —Yugyeom avanzaba a la par que Vianea—. "No he desarrollado ningún poder con agilidad suficiente como muestra de respeto a la familia de mi pareja, pero si es necesario que muerda entonces morderé."
—"¿Morder? Necesitaremos algo un poco más importante que eso."
Yugyeom había sido uno de esos guardianes que decidieron entrar en los entrenamientos llevados a cabo tras la firma de la Unión decidiendo limitarse a conocer el contacto con los elementos de la naturaleza sin llegar a encontrar un elemento para sí mismo ni para su uso posterior. Un desperdicio de poder que sin duda ahora entenderían tanto la familia de su pareja como él mismo.
Yoongi miró hacia atrás.
—"¿Qué opciones tenemos? De nuestro grupo, tan solo nosotros estamos avanzando a pesar de las posibles consecuencias. Estamos solos en esto, lo que implica que Seok y yo debemos hacer la mayor parte del trabajo."
Confiando en que este sea terminado por personas que odian lo que la figura de al menos uno de ellos dos implica. Yoongi no lo dijo pero por supuesto lo pensó.
—"Si lográis traer a esa zorra..." —Vianea por fin abrió su mente para ellos y lo que los recibió fue un corazón lleno de perdición, ansia de venganza y dolor—. "Yo misma me encargaré de rematarla, sin importar lo que deba hacer para mantener a los míos lejos del peligro. Solo traedmela, maldita sea."
Seokjin y Yoongi se miraron por un instante.
—"No tenemos mucho tiempo para decidir." —el sanador miró al lobo de viento.
—"Entonces une tu poder al mío, y que esa inexistente Diosa Luna me haga cambiar de opinión sobre su divinidad si es que acaso puede."
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Hiiii!!!
Mil perdones por la tardanza, me ha pillado una ola de calor y una enorme cantidad de trabajo en el hotel. Así que las tardes me las he pasado durmiendo muerta de cansancio, espero que podais entenderlo aunque sé que es un asco cuando las actualizaciones se vuelven tan tardías.
Aún con todo, espero que os haya gustado el capítulo.
Os amo,
un beso
Mel
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