Capítulo 48
"Ví el final cuando empezamos a salir, porque no podrías amar de la misma manera que yo. Intenté negociar con las estrellas por más de la mitad de tu corazón pero tienes más pedazos de mí que el desierto teniendo arena y tengo menos pedazos de tí de los que puedo sostener en mi mano. "
—Sand
(Dove Cameron)
☽
En otra época Yunho y Hoseok se habrían reído y hubiesen bromeado acerca del detalle de que las brujas realmente usaban escobas para volar.
Quizás todavía lo habrían hecho, pensó Hoseok. Si su hermano mayor no estuviese tirado sobre la cubierta de la fachada del museo con uno de los oídos repleto de sangre y los ojos casi cerrados mientras Jungkook tiraba de este hacia una zona en la que sus cuerpos quedasen a salvo de cualquier posible nuevo ataque.
Jung tardó en responder tanto que prácticamente Elia fue la responsable de lograr que la nueva bola de magia no lo destrozase de la misma forma que casi había sucedido con su hermano.
—¡Tienes que romper el cristal! —la omega gritó—. ¡Todavía tienes que romperlo o de lo contrario nada de esto servirá en lo absoluto!
Hoseok no sabía hacia dónde mirar exactamente y mucho menos lo qué hacer. No tenía idea de si responder a la petición de Elia o al agarre fuerte que quemaba contra su brazo mientras Yoongi se empujaba y encaramaba hacia la zona de la cristalera en la que él se encontraba apoyado.
—Ha..hagámoslo juntos.
Fueron segundos pero podrían haber supuesto la maldita eternidad en medio de la batalla. A lo lejos las nubes de magia continuaban volando sin piedad y los gritos de guerra del aquelarre comenzaban a mezclarse con las maldiciones de sus compañeros y los humanos que estaban llegando a la zona. Los árboles que les habían servido de refugio a lo largo del camino en el jardín que rodeaba el museo, ahora ardían y el olor de la leña prendiéndose sin descanso se filtraba en sus pulmones de la misma manera en la que lo había hecho el incendio de Casiopea. Olía a polvo de plata, a magia y a un tipo de gasolina que distaba mucho de aquella que usaban los vehículos y máquinas para funcionar. Odio, miedo y ansia de venganza suspendida en cada partícula de viento de la noche.
Iba contra cualquier tipo de ideología que los cazadores podrían haber llegado a tener en el pasado. Lo que estaban haciendo exponía hacia los humanos un mundo que estos nunca deberían haber llegado a conocer más allá de leyendas y susurros en voz baja.
Las sirenas de la policía sonaron a lo lejos y las luces azules se percibieron desde lo alto de la cúpula mientras la mano de Yoongi apretó los dedos de Jung Hoseok hasta obligarlo a reaccionar. Maldita sea, sin duda los servicios de emergencias estaban acudiendo a lo que parecía sin ningún tipo de cuestión un ataque contra el museo de la ciudad en toda regla. Aquello era un enorme desastre del que difícilmente lograrían salir con vida.
—¡Hoseok! ¡Hagámoslo juntos, los tres!
Había hablado con tanta claridad... Y sin embargo el guardián altiorem no podía pensar en el hecho del disfrute que algo así le provocaba, el avance que Min Yoongi mostraba después de tantos meses viviendo entre ellos a pesar de ser un lobo de las tribus estaba siendo cubierto por una nube de pavor demasiado espesa. Todo en lo que él lograba pensar era en el pitido que la conexión familiar con su hermano había dejado en el interior de su cabeza. Como si este se estuviera escabullendo del hilo que los mantenía unidos desde el instante en el que él nació y sus padres los presentaron.
Los recuerdos se resbalaban entre sus manos como el agua. Yunho, tan cerca y lejos a la vez.
—¡Maldita sea, entrenador! —Elia azuzó a Hoseok sin éxito. Después se estiró, llevando sus manos hacía el alféizar que rodeaba la cristalera central para flexionar sus brazos y core. Apoyó las palmas de su mano contra la repisa y alzó el cuerpo completo hasta encontrarse segura—. Bien. Entonces lo haré yo misma. Maldita sea. No me van a detener algunas brujas.
Ojos cerrados, mente vacía. Hoseok trató de escuchar la tierra y las raíces pero todo a su alrededor sonaba diferente a la montaña conocida. Las plantas de esa ciudad estaban encerradas bajo el asfalto y las cercanas se quemaban con dolor bajo el fuego abrasador de la magia oscura.
—Elia... —susurró, tratando de detener la idea precipitada de la muchacha.
La omega sureña lo ignoró y dejó que todo aquello que el guardián le había enseñado fluyese a través de sus venas mientras la luz de Luna se filtraba a través de las nubes del cielo. Incluso si no había encontrado un poder y ese día necesitaban que usase la tierra a su favor, aquello que tiraba de ella con naturalidad siempre había tenido el nombre de fuego. Si las brujas querían jugar, ella también podría hacerlo. Así que lo dejó salir como una enorme bola que desprendió toda su fuerza contra el fuerte cristal verdoso de la bóveda.
—¡Elia!
Decir que su cuerpo quedó suspendido en el aire cuando la cristalera se partió bajo sus manos sería quedarse corto. Min Yoongi estaba sosteniendo todo su peso mientras hacía que el aire la rodease como una cuna esponjosa.
Y ahí fue cuando finalmente Jung pudo reaccionar del todo. Incluso si la tierra lloraba y le pedía clemencia, la obligaba a responder.
—Llevala hacia la estaca. No era el plan inicial pero será mucho más rápido y eso es lo que necesitamos en este momento. Me encargaré de romper las cuerdas de metal para que la alcance sin problemas mientras tanto.
Min observó a Hoseok. En aquella mirada hubo un "¿Estás bien?" , un "Puedo ocuparme de esto" y un "No tienes que ser fuerte si estás sufriendo". Hoseok agradeció cada parte de aquello.
—Estoy bien. Hagámoslo juntos, como dijiste.
Ninguno de los tres miró hacia atrás. Incluso si los estallidos, gritos, sirenas de coches de policía acercándose y voces conocidas, los tentaban a hacerlo.
Se centraron única y exclusivamente en obtener la estaca lo más rápido posible. Porque si un aquelarre había acudido ante la amenaza de perder esa estaca, entonces tenía que ser tremendamente importante.
—¡Ahora! ¡Llévame hacia esa maldita estaca y veamos porqué es tan importante! —Elia gritó, todavía suspendida en las alturas de la bóveda. Aún sabiendo que si alguien hería a Yoongi ella podría caer en picado al instante, decidió confiar—. ¡Hazlo!
Mientras Hoseok estiraba las raíces alrededor de las cuerdas de metal apretandolas hasta que su propia respiración se volvió dificultosa, a la vez que Yoongi empujaba a Elia hacia la estaca colgante, la nube de poder brillante que generalmente se formaría cuando un surco conecta de la forma más intensa posible, apareció. Justo para explotar con fuerza en el momento en el que Elia prendió con fuego las raíces casi agotadas para ayudarlas a desprender la estaca.
Cuando el arma llegó a las manos de la omega, el surco entre los tres lobos se activó a la par y la luz azul los envolvió, permitiéndoles respirar con calma en medio del caos.
(***)
Jungkook y Taehyung arrastraron a Yunho hacía el jardín del museo, donde los dos niños esperaban escondidos cerca de una esquina que les permitía agacharse hasta hacerse pequeñitos. Mas no invisibles.
La pared les proporcionaba cierto cobijo, uno del que gozaban probablemente gracias a que el aquelarre se los podría imaginar en cualquier lugar menos entre lobos.
—Tenemos que salir de aquí. —Taehyung miró al brujo y al cazador mientras acomodaba uno de los brazos del cuerpo semiconsciente de Yunho alrededor de sus hombros.
Las estelas de magia continuaban volando a su alrededor y en más de una ocasión habían estado a punto de tropezar directamente contra ellos cuando las brujas del aquelarre trataron de acercarse y terminaron aterrizando de cara con alguno de los árboles del jardín. Solo los estaba salvando su buen uso de la conexión con la Luna, de lo contrario cualquier intento por escapar mientras permitían que el fuego y el agua surgieran desde sus manos y dedos, hubiese implicado un fallo estrepitoso desde el primer instante.
—He intentado conectar mentalmente con los lobos del campamento pero la distancia es demasiado grande y mi vínculo familiar parece un tanto débil después de este año. Nadie podría escucharme aunque hiciese el mejor de mis esfuerzos, la conexión parece plenamente silenciosa. Salir de aquí tal y como están las cosas, en el mejor de los casos, será un suicidio. Puedes intentar llamar a tus padres si quieres, yo no me movería de aquí sin refuerzos. Si aceptas la humilde opinión de un ex guardián al servicio de la Unión, deberíamos continuar usando nuestra magia contra la suya desde el suelo. Si hemos logrado interceptar a unas cuantas brujas durante la bajada de la bóveda, quizás podamos encargarnos de otras tantas ahora que estamos en contacto con la tierra del suelo. Escapar será mucho más complicado que mejorar la situación para quién sea que pueda llegar tras nosotros, allanemos el terreno.
Taehyung llevó sus ojos hacia aquello que los rodeaba. Un jardín lleno de fuego en su frente y un aquelarre de brujas en las alturas que solo habían logrado esquivar temporalmente. Durante la bajada se toparon con una joven bruja que sostenía entre sus manos la magia que fluía desde su propio cuerpo, había bastado con llenar su garganta de agua y soplar fuego contra su piel. La grotesca imagen que les regaló solo fue superada por la ira de aquellas brujas que decidieron perseguirlos tras descubrir lo que le habían hecho a la primera. Se trataba de una facción joven en general, probablemente inexperta si ellos fueron capaces de vencer a más de un par mientras se tambaleaban en la bajada del muro llevando a Yunho prácticamente a cuestas.
Tener que repetir un proceso como aquel hizo que sus lobos se sintieran agotados y heridos. Ni siquiera durante la Guerra de las Lunas llegaron tan lejos. Pero esas brujas... Maldita sea, ellas estaban lanzando cada una de las estelas de magia que creaban, y cada una de estas con la intención de matarlos. Finalmente, cinco de ellas murieron calcinadas entre las ramas de los árboles que su magia había incendiado mientras las llamas de la fuerza lunar de Jungkook avivaron un combustible inexistente.
—Piénsalo bien, Tae. No podríamos escapar de aquí aunque lo intentaramos. Ha sido cuestión de suerte que hayamos podido con esas brujas, ahora nuestros lobos están cansados y nuestra conexión con la naturaleza está atontada. Tú me lo dijiste una vez, a la Diosa Luna no le gusta que sus hijos usen mal el poder que se le concede.
Por supuesto que la palabra de Jungkook era ley para él, había luchado en una guerra al lado de este y los dos lograron protegerse mutuamente de una manera que Taehyung todavía no se explicaba del todo. Lo que su pareja dijese, estaría bien. Sin embargo, eso no aminoraba su sensación de miedo y la ansiedad de que estaban condenados a repetir el pasado.
Y quizás esa vez no lograsen tener la misma suerte. Dos veces tal vez era demasiado, la Diosa ya los había salvado en una ocasión sin pedir nada a cambio.
—Sé que mis padres bajarán de la montaña en cuanto sientan tambalearse el vínculo pero puedes estar seguro de que ha sido un error no haber creado un plan B en caso de que nos encontrásemos con algo más complicado de lo esperado. Como por ejemplo esto mismo.
Jungkook tan solo pudo asentir.
—Lo sé bien.
—En cuanto a ese aquelarre, dejarán la ventaja que les proporciona la altura en cuanto presientan que planeamos irnos y más si ven a San aquí. Saben que hemos dañado a sus hermanas de forma irreparable —reconoció Kim—. ¿Qué se supone que debemos hacer además de esperar a que alguien nos salve el culo? Si los lobos de la Unión no vienen estaremos condenados a luchar una batalla en la que las probabilidades de ganar son muy escasas.
—Los servicios de emergencia están llegando, sus sirenas se escuchan cada vez más cerca —Wooyoung habló, sin apartarse de su escondite en la esquina de la pared mientras sus pequeños brazos rodeaban a un asustado San. Los ojos del pequeño cazador brillaban con las pupilas dilatadas y llenas de emoción triste—. Los cazadores nunca estarían de acuerdo con lastimarlos, por muchas promesas de gloria que los brujos le hayan regalado. Quizás eso sea un escape... Quiero pensar que hay algo de humanidad en su interior todavía.
Los dos guardianes se observaron, en silencio.
—"Odio estar pasando por esto de nuevo". —pensó Taehyung.
—"Deberíamos habernos quedado en nuestra pequeña cueva para lograr tener a ese cachorro". — Jungkook negó con la cabeza, sus ganas de bromear se habían extinguido por completo.
La tos seca de Yunho y el tembleque del cuerpo de este los invitó a moverse hacia el mismo escondrijo que habían decidido ocupar los niños. Quizás la idea de Wooyoung era arriesgada y se basaba es una teoría que podría suponer la muerte de todos ellos si salía mal, pero en realidad ya estaban un poco acabados contra un aquelarre que los superaba por mucho en número.
—Hei, Yunho. Vas a ponerte bien, hombre. Apuesto a que tu chico está viniendo con esas unidades de policía —Jungkook trató de despertar con sus palabras al hermano de Hoseok, quién no podía evitar cerrar los ojos una y otra y otra vez—. Si logra disparar algunas balas contra esas brujas te juro que patearé el culo de Hoseok por meterse tanto con él. Quizás pueda traer a algunos de sus amigos. ¿Son de los buenos?
Yunho se revolvió contra el suelo, acomodándose y cabeceando. La sangre continuaba resbalando de su oído y sus gestos parecían repletos de dolor.
—S..si s..sal..imos d..de e..esta te en..enseñaré l..lo b..bue..bueno que es. Aho..ahora, p..por f..favor, habla p...por mí y d..dile qu..que nece..necesito ayu..ayuda. N..necesitamos a sus r..refuerzos.
Jungkook y Taehyung volvieron a mirarse, entonces decidieron tomarse de las manos y mirar hacia el cielo, donde la Diosa Luna brillaba con intensidad entre las nubes mientras Yunho hacía un último esfuerzo por retirar el teléfono de su bolsillo y marcar los dígitos conocidos. Su espalda golpeó la pared y los tonos comenzaron a sonar.
—Hemos salido de cosas peores. —susurró Taehyung cuando los ojos del mayor de los Jung se cerraron nuevamente.
Entonces Jongho respondió y ellos hablaron.
(***)
Las sirenas a lo lejos comenzaron a acercarse y las luces azules iluminaron el museo para cuando Elia, Hoseok y Yoongi apoyaron sus pies en el suelo del amplio edificio con la estaca en su poder. Ahora el lugar se encontraba plenamente vacío. No quedaban guardias de seguridad en el interior y la alarma insistente resultaba poco importante al lado de todo lo que estaba sucediendo en el exterior.
—"Maldita sea, tenéis que salir a ver esto. Las brujas van a perder." —Jungkook usó la conexión mental para llamarlos.
Las brujas no se fueron sin embargo, pero alguien más además de la policía llegó aquella madrugada desastrosa. Una familia con los dientes afilados escoltada por los animales más bellos. La manada de la Unión estaba accediendo al jardín que se veía desde la acristalada sala de armas del museo.
Y por alguna razón llegaban con vampiros como refuerzo.
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Hiiiiii!!!
Nuevo miércoles y nuevo cap aunque se me hayan perdido de nuevo los separadores, que desastre de persona soy ais.
Espero que os haya gustado y que la narración no resulte demasiado tediosa de leer.
Un beso,
os amo
Mel
💜
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