Capítulo 44

"Y moriré en la casa en la que crecí, estoy nostálgico, nostálgico. Me iría si solo pudiera encontrar una razón."

—Homesick
(Noah Kahan)


El apartamento que Yunho compartía con el humano era tan normal que a Hoseok le parecía casi una broma, eso que veían sus ojos no tenía nada que ver con el lugar en el que nacieron.

El lugar constaba de un simple pasillo con dos habitaciones y un cuarto de baño. La cocina igual de pequeña que el resto de zonas se encontraba unida al recibidor y la sala de estar en la que ahora los dos niños se sentaban delante de un televisor mientras sorbían un cuenco de fideos y un gato naranja de cola peluda al que Yunho se había referido como Clementine se les rozaba por las piernas. Todas las paredes parecían haber sido pintadas por alguno de los miembros de la pareja o tal vez por una persona con poca experiencia previa en el ámbito de la tarea, pues los ojos de Hoseok no tardaron en apreciar las pequeñas gotas de pintura seca sobre los zócalos decorativos de color blanco. El rastro de azul cobalto destacaría incluso para aquellos que no fuesen lobos.

—Insisto en que os quedéis.

—En realidad, no tenemos mucho tiempo. No es una exageración. —Jungkook sonrió y negó con la cabeza a la petición del policía.

Quizás la única parte buena de aquel sitio tan comprimido fuese la terraza y las amplias ventanas que llegaban hasta el suelo en forma de puertas, porque eso aportaba una perspectiva de la ciudad nocturna que ninguno de los lobos que había allí presentes podría llegar a tener fácilmente, a excepción del mayor de los Jung. Desde luego que Hoseok solo recordaba haber visto tantas luces brillando juntas al mirar hacia el cielo durante las noches del solsticio de verano.

Y todavía se le sumaban las decoraciones navideñas que recorrían la barandilla de la terraza y parpadeaban alrededor de las plantas altas de tallos gruesos con hojas grandes. Algo le decía que habían sido caras, por extraño que resultase sentía que la mayoría de cosas en ese pequeño lugar lo eran.

—¿Estáis seguros de que no queréis sentaros para cenar algo?

El humano de Yunho revisó varias veces las bolsas posadas sobre la mesa de la cocina. Casi parecía decepcionado por tener que echar a perder su compra precipitada.

—Te dije que probablemente tendrían que irse, Jong.

—He comprado un poco de todo… Esperaba convencer al menos a tu hermano.

La mano de Yunho envolvió la nuca de su pareja y masajeó la piel de este con tranquilidad. El aura y el olor de su parte animal se habían vuelto naturalmente tranquilas desde el instante en el que entraron por la puerta del apartamento.

Hoseok debía reconocer una cosa al menos, su hermano mayor no mentía al decir que el mundo humano era un hogar para él.

—Ya habrá otra ocasión, todo puede ser.

—Por supuesto que la habrá. Hemos dado el paso más importante, ¿no es así, Hoseok?

El menor de los Jung estaba a punto de negar de nuevo cuando Yoongi decidió comenzar a olisquear el aire y se adelantó un paso. Maldita sea, tenía que estar bromeando.

A ese estúpido chico le gustaba llevarle la contraria todo el tiempo. Era la única manera explicación posible.

”Yoongi.”

”Huele bien.”

”Tú también y no estoy desnudándote delante de esta gente. Manten la mente fría.”

”Podrías hacerlo, sigo sin entender porqué los lobos de la Unión se comportan tanto como humanos pero en cambio hablan sobre ellos como si fuesen lejanos. Cuando un lobo en las tribus siente que necesita algo, simplemente va y lo hace. Y yo necesito comer algo. No va a retrasarnos demasiado.”

”Eres…”

”Besugo.”

”¡Venga ya! Aprovechas cada momento para usar ese insulto. Perderá el sentido tarde o temprano.”

La comida humana no podía estar haciéndolo caer con tanta facilidad de todos modos, ¿cierto?.

—¿Q.. qué es? —finalmente, preguntó.

—¿Lo de las bolsas? —el policía sonrió un poco, todavía llevaba esa identificación colgando de su cuello con una fotografía y datos personales—. Hay algunas cajas de comida china picante, fideos instantáneos, wraps de pollo, pasta vegana y ensalada César. Podéis elegir lo que sea que prefiráis. No sabía nada acerca de vuestros gustos y a pesar de que intenté que Yunho me ayudase, la respuesta a mis mensajes fue un “lo que sea estará bien”. Definitivamente está echándome un pulso para dormir en el sofá esta noche.

Yoongi giró su mirada hacia Hoseok, como pidiéndole permiso. Y mierda, un lobo como Yoongi no tenía que pedir permiso. Nunca. Ellos dos lo sabían. Si lo miraba de esa forma era porque estaba comenzando a respetarlo como superior en su trabajo. En la guardia. Una situación plenamente nueva y plenamente agradable por raro que le resultase al guardián reconocerlo.

Hizo que el corazón de Hoseok se disparase varios latidos. Y estuvo seguro de que todos pudieron escucharlo cuando vió a Jungkook y a Yunho reírse.

—Bien. Cenemos algo rápidamente y después regresemos a casa.

San y Wooyoung finalmente hablaron después de un par de horas.

Y al decir que finalmente hablaron Hoseok se refería a algo así como una conversación decente sin tener que sacarles las palabras con preguntas absurdas del modo en el que lo había hecho el humano de Yunho durante toda la cena. El pobre policía realmente pensaba que esos dos niños estaban traumatizados por los motivos equivocados, así que los había mimado y alentado a hablar con gestos dulces durante la última hora. Por supuesto, no se imaginaba que el motivo real por el cuál no abrían demasiado el hocico se debía a que no confiaban plenamente en los guardianes que los vigilaban.

—Nos encontrarán, puede que tarden un poco más si estamos en un lugar que no se esperan pero de todos modos van a hacerlo si quieren —San jugueteó con sus dedos sobre la mesa. Los tatuajes de tinta violeta cubrían la extensión de estos, formas tribales que indicaban el aquelarre en el que nació—. Solo tienen que encontrar algún objeto que nos hayamos olvidado o quizás utilizar un péndulo lo suficiente cargado de energía. Será tan fácil como un parpadeo. Los brujos experimentados no pueden ser engañados con mi tipo de magia. Incluso si intento proteger con barreras este apartamento, hay muchas cosas que no he aprendido y mucho que pueden hacer para romper mis encantamientos.

Hoseok llevó su mirada hacía la terraza de la casa, donde Yunho mantenía entretenido al humano con la excusa de tener que rociar las plantas con agua.

Si Jongho era atacado por el aquelarre y salía malherido, Yunho probablemente jamás se perdonaría a sí mismo.

—¿Qué hay del humano? ¿Correrá peligro?

Wooyoun negó desde su posición, los ojos atentos a las manos de San sobre la mesa.

—Probablemente no, aunque no podría afirmarlo con certeza. Los cazadores nunca dañarían a un humano si está en sus manos evitarlo, pero no sé hasta dónde puede llevarlos la codicia de obtener los Pétalos. Puede que hayan cambiado completamente su forma de ver las cosas. La mayoría están en contra de lo que ocurre pero se encuentran ligados a un yugo de magia negra que los ata a aquello que los brujos ordenan. Si chasquean los dedos, los cazadores que consideran volubles hincan las rodillas como esclavos.

Todos se mantuvieron en silencio por un instante. Nadie necesitaba hablar para entender que el asunto era mucho más complicado de resolver de lo que quizás se habrían esperado inicialmente.

La magia de los lobos no provenía del mismo lugar que la de los brujos, mucho menos cuando se trataba de hechicería oscura.

—¿Por qué exactamente querrían recuperarlos? —Jungkook dejó a un lado sus fideos y apoyó una mano sobre la mesa antes de mirar de los niños hacia Hoseok y Yoongi, para finalmente regresar la mirada a los dos muchachos de nuevo—. No me malinterpretéis, estoy seguro de que a vuestros padres les preocupa que sus hijos hayan desaparecido pero a no ser que seáis de especial importancia a parte de a ellos, el resto de personas implicadas en toda esta cosa probablemente tengan mucho más en lo que centrarse. Dudo que quieran mover el culo para obligar a dos niños rebeldes a regresar a casa. Estarán centrados en algo importante cómo por ejemplo buscar una manera de robar por fin esos pétalos.

—Pasamos a ser importantes en el instante en el que conocemos una información que nunca debería salir de nuestro círculo. Las nuevas normas que ha instaurado el aquelarre son claras, la única forma de salir es a través de la muerte o la eliminación de memoria. Para que no seamos considerados criminales deberíamos permitir que urguen en nuestra cabeza y recuerdos, que se aseguren de que no hemos cometido nada que ellos consideren como delito y entonces que borren todo aquello que crean necesario. Solo de esa manera podríamos ser libres.

—Esa es la teoría —San miró a Wooyoung—. Pero la realidad es que consideran delito el simple detalle de querer largarse. Nunca dejarían que nos fuésemos. Simplemente decidirían meternos en vena alguna pócima de plata y antes de parpadear tres veces estaríamos envenenados y completamente quemados por dentro. Lo hemos visto tantas veces que ni siquiera podemos tener la maldita esperanza de confiar en nuestros padres.

Hoseok y Yoongi se miraron. Fue instantáneo.

—¿Pócimas de plata? ¿Cómo funciona eso?

El guardián altiorem posó la mano sobre el regazo de Yoongi. Lo sintió levantándose en su mente antes incluso de verlo moverse.

”Respira”.

Yoongi tembló a su izquierda.

”Lo intento”.

La montaña y la cima habían estado repletas de plata durante los ataques que sufrieron. Las balas usadas cubrían cada zona la primera vez que Hoseok puso sus pies sobre aquel territorio, el polvo lo quemaba todo desde Casiopea hasta el sur y destrozaba las oportunidades de vivir con tranquilidad en las tierras que siempre habían estado libres de ese veneno. Pero quizás lo más curioso es que en su última visita a las cuevas, alguno de los túneles parecía oler a plata.

Era diferente a todo lo demás porque generalmente les quemaba las patas o el hocico pero tardaban en olisquear su composición, en cambio aquella vez había apestado. Como si esta de alguna manera hubiera sido suspendida en el aire por estúpido que sonase.

Había parecido tan absurdo que de hecho Hoseok y Yoongi adjudicaron el aroma a los sentimientos de muerte y dolor que residían todavía en las cuevas de la cima. Muchas familias habían perdido la vida allí después de que sus cuerpos fuesen perforados hasta la saciedad con fogeo de plata. Pensaron que el olor debía ser simplemente una residencia de aquello que sabían que había sucedido. Un trauma.

Sin embargo, si existían pócimas… Si estás debían crearse y luego derramarse para que su efecto funcionase, tal vez…

—Aja —San se encogió de hombros—. Pócimas de castigo. Generalmente la plata no daña a un brujo como a un lobo, pero si va en una de esas pócimas lo puede cocinar en cuestión de segundos. Y no solo a un brujo, a todo lo que toque. Son como cócteles molotov estallando.

Jongho insistió en que volviesen más a menudo.

Hoseok dijo que no.

Yunho afirmó que tal vez.

Jungkook fue la voz de la razón y aclaró que en realidad tendrían que hablar con San y Wooyoung de vez en cuando para asegurarse de que todo iba bien.

En cuanto a Yoongi, él se mantuvo en silencio hasta el mismísimo instante en el que atravesaron la tienda de campaña del campamento de guardianes y cuando por fin habló solo lo hizo para pedirle a Hoseok que lo llevase hasta sus cachorros de nuevo.

—¿Realmente no puedes esperar unos días? La situación en el campamento es complicada ahora y el consejo territorial planea marcharse mañana…

—M..me gustaría verlos hoy mismo.

Silencio.

Un par de parpadeos.

Y un asentimiento por parte del guardián.

—Bien. Bueno, supongo que es lo que un padre hace por sus hijos. Deja que arregle las cosas con los chicos que están haciendo la guardia esta noche. Saldremos cuando la Luna esté en lo más alto.

Yoongi escondió las manos en los bolsillos traseros de su pantalón de trabajo. Era algo que le había visto hacer a varias personas. Entonces se balanceo sobre sus pies y meneó la cabeza como asentimiento a la petición de Hoseok.

—Gracias, esperaré.

—Una frase entera. Supongo que eso merece un premio.

Una sonrisa.

—S..supongo que sí.

—Más tarde entonces.

Otra sonrisa.

—Más t..tarde.


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Hiiii!!!
Perdonad la tardanza, esta semana ha sido inesperadamente estresante. La vida adulta es aggggg.

Espero que os haya gustado.

Un beso,
os amo
Mel
💜

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