Capítulo 13
"Sigo pensando que tal vez si me dejas volver a entrar podremos hacerlo mejor, rompiendo todos los hábitos. Recupérate, podrías ver cómo sucede. Deja que suceda, deja que suceda."
—Mess It Up
(Gracie Abrams)
☽
Yoongi mantuvo la mirada sobre el guardián mientras este se movía de un lado a otro de la casa, parecía tener prisa mientras metía un recambio en su mochila de trabajo y al menos un par de botellas de agua.
Un simple olisqueo le permitió saber que Hoseok no solo estaba nervioso sino que también sentía miedo de alguna forma.
—¿Qué o..ocurre?
Aunque hablar todavía era complicado, había una notable mejora en su uso de las palabras desde que Jimin decidió pasar las mañanas a su lado entrenando y regalándole clases de literatura. Golpear un saco de arena mientras recitaba el abecedario era extraño pero era lo que hacía últimamente, también le resultaba inesperadamente entretenido.
Esa prisión en forma de casa casi parecía un hogar propio teniendo en cuenta que la persona que debería vigilarlo aparecía un par de horas para cenar con los cachorros y él antes de irse a la cama para después comenzar nuevamente un día exactamente idéntico al anterior. A veces Yoongi lo escuchaba entrenar, haciendo resonar el suelo de madera a través de las estancias y paredes. En otras ocasiones era consciente de sus susurros nerviosos y con frecuencia incluso podía oír su forma de dar golpecitos sobre la mesa de madera del escritorio cuando algo lo molestaba o mantenía con insomnio.
Hoseok se iba con la salida del sol, solo unos minutos antes de que Jimin llegase. Regresaba cuando la Luna brillaba en el firmamento nocturno. No tenía nada de lo que preocuparse, sobre todo teniendo en cuenta que algunos lobos se movían cerca de la casa constantemente. Algo que a él no le habían dicho pero que sus entrenamientos con Jimin en el jardín trasero de alguna manera le habían mostrado.
Eran más de dos o tres las veces en las que accidentalmente había lanzado su vara lejos de la valla del jardín y más de dos o tres las veces en las que un lobo se la había regresado a ellos, sin tan siquiera necesitar hablar para explicarlo. Cuando ocurría, Jimin se limitaba a sonreír de forma incómoda antes de rodar los ojos, cerrar los dedos de las manos en un puño y voltearse hacia Yoongi fingiendo que nada extraño sucedía.
—"Vaya casualidad." —solía decir el omega de manera incómoda. Su tono, su aroma y su forma de rodar los ojos lo delataban. Algunos guardias los vigiliban y aunque fuesen silenciosos su presencia podía ser notada con cierta facilidad para un lobo acostumbrado a mantener la vigilancia constantemente activa.
Siempre los observaban. De lejos, pero todavía lo hacían. Y él no tenía problema con eso si en consecuencia sus cachorros estaban a salvo.
—Tendré una excursión al poblado de los humanos hoy, concretamente a la aldea de cazadores.
Sorpresivamente Hoseok estaba informándolo acerca de ello. Así que Yoongi cerró sus labios, dispuesto a escuchar todo lo que este estuviera dispuesto a decir.
—Sé que te prometí que podrías unirte pero creo que no es el momento más adecuado. Dejaremos que termines tu entrenamiento inicial antes de que te toque enfrentarte a ese tipo de peleas. ¿Bien?
Aunque Yoongi frunció el ceño, Hoseok pareció ignorar su malestar.
—Creeme, no sabemos la situación real en la que nos encontraremos. No es buena idea que vengas hoy pero si quieres ayudarnos de alguna forma… Puedo llevarte a la casa de los líderes para que sepas un poco más acerca de lo que está sucediendo. Algunos voluntarios revisarán todas las amenazas que hemos recibido hasta este momento. No sólo hay escritura sino también armas que nos han hecho llegar junto a esas notas que empiezan a parecer un juego macabro. Nuestra manada está en peligro, una vez más y es importante que no dejemos crecer el problema. Ya no solo son papeles anónimos, sea quien sea el responsable ha habido fuegos provocados dentro de nuestro territorio y la responsabilidad nos obliga a capturar al culpable lo antes posible
Hoseok no lo decía pero Yoongi sabía que este se sentía responsable. La guardia había estado actuando con lentitud desde la batalla entre Lunas, demasiado ocupados con los prisioneros de guerra, los juicios y la necesidad de evitar revueltas.
—Bien. En..entonces iré a la casa de los l..líderes. Intentaré ayudar. S..si la manada está en p.. peligro, mis cachorros también lo están. Vivimos en tu t.. territorio.
—Lo hacéis pero bajo mi protección no debería sucederos nada en absoluto. La casa está rodeada de guardianes y protegida en todos los sentidos de cualquier amenaza, interna o externa.
—Sé eso. Tus g..guardias no se han molestado demasiado en esconderse.
Hoseok sonrió levemente, alzando su mirada hacia Yoongi tras ponerse la mochila en la espalda. La ropa que el guardián llevaba era oscura y el suéter que usaba se adhería a su cuerpo, había un chaleco que le rodeaba el torso por encima de este y por la forma en la que lo aseguraba una y otra vez, parecía una protección importante para la misión que lo esperaba esa tarde. Yoongi no había visto algo igual antes pero deseaba que aquello sirviese de algo. No quería ver a más personas morir y mucho menos a ese alfa, sin importar que fuese el responsable de su aprisionamiento.
—Es un chaleco antibalas —Hoseok puso los ojos sobre Yoongi, la curiosidad de este estaba llenando la estancia—. Si los cazadores humanos tienen algo que ver con el ataque a las tribus, o si deciden usar balas contra nosotros… Estos chalecos podrán protegernos de tales ataques. Principalmente si son de plata. Un lobo puede curarse ante una bala normal pero...
—La plata es d..diferente, lo sé. ¿Una pr..prenda de ropa puede hacer e..eso? ¿Puede protegeros?
—Bueno, generalmente no lo usaríamos porque solemos movernos en forma de lobo a través de la montaña pero sí, en cierta manera puede ayudarnos a sobrevivir ante un ataque inesperado. En nuestra forma humana principalmente. Esto es algo que no lleva demasiado tiempo en la guardia, supongo que aprendimos a luchar contra los humanos con sus propios medios —Hoseok se acercó a Yoongi—. Por eso es importante que los licántropos puedan salir de la montaña para estudiar en universidades humanas. A veces eso nos permite evolucionar.
—Y..yo no veo evolución en ese tipo de mundo. Además, los humanos no son vuestros enemigos. Lo s..son los cazadores.
Hoseok asintió levemente.
—Tienen cosas buenas y también cosas malas, por supuesto no todos los humanos nos han perseguido a lo largo de los años pero la mayoría de poblaciones cercana a esta montaña son antiguos asentamientos de cazadores que hasta el año pasado estaban bastante envejecidos —Hoseok dejó la mochila a un lado para acercarse a Yoongi—. Su mundo parece distinto del nuestro pero hay muchas cosas allí que atraen mi atención. Así que si me preguntas, yo jamás abandonaría la montaña pero puedo entender el motivo que lleva a muchos lobos a hacerlo. Así como entiendo el porqué algunos no vuelven… Cada vez menos lo hacen. Hay humanos buenos ahí fuera, principalmente lejos de la frontera.
—Debe existir un m..motivo por el que un lobo no regresa a la n..naturaleza que le proporciona vida. Si se siente cómodo entre los humanos, eso es e..esperanzador pero creo que el motivo podría s..ser otro. Para no regresar a su casa cualquier p..persona necesita alguna razón de peso.
El guardián rodeó con una de sus manos la chaqueta de Yoongi, comprobando con los ojos la talla de chaleco que este podría llegar a necesitar si algún día fuese necesario arrastrarlo hasta el poblado de cazadores más allá de su montaña. Aunque el animal que formaba al lobo de viento era enorme, como persona el chico no parecía más grande que él. En realidad incluso era un poco más bajo. Pequeño en comparación al gran animal que llevaba dentro.
—Allí hay muchas más comodidades que aquí, incluso si hemos adquirido innumerable cantidad de costumbres humanas. Estamos lejos de lo que algunos considerarían civilización.
Yoongi no dijo nada. Sabía que su forma de ver esa situación era muy diferente a la de Hoseok. Al fin y al cabo los dos habían nacido y vivido en ambientes distintos.
Dejó que el guardián lo inspeccionase, permitiendo que los ojos de este recorrieran su torso. El escalofrío que sintió en consecuencia de aquello casi lo hizo estremecerse. Había algo en cómo Hoseok trataba a las personas con cierta delicadeza, algo que se apartaba de ese guardián ansioso y lleno de rabia que él conocía.
Tal vez conocía la forma de tocar a un prisionero sin hacerlo sentirse incómodo o quizás fuese parte de su personalidad el resultar delicado cuando todo en su cuerpo parecía rudo y elemental.
—No sé mucho s..sobre los humanos p..pero papá solía decir que la ambición los ha matado en vida.
—Bueno, creo que tu padre tiene razón. La ambición no solo mata a humanos, sino a todo aquel que se hunda en ella con demasiada intensidad.
—Es curioso. Tú h..hueles a ambición constantemente.
Hoseok detuvo sus movimientos. La cercanía que habían adquirido Yoongi y él era casi extraña pero no se sentía del todo incómoda, parecía algo natural y eso de alguna manera lo asustaba. De hecho parecía ser extrañamente agradable mantenerse cerca de la piel fresca del chico cuando sus dedos tibios buscaban algo que poder sostener.
Las palmas de las manos de Hoseok se posaron sobre la chaqueta suave del chico. Fue solo por un instante, tan solo uno antes de dejar que estas cayesen a través del cuerpo del muchacho para a continuación alejarse. Un paso, dos y hasta tres atrás, sus hombros se tensaron y la postura de su cuerpo se hundió levemente. Que Yoongi hubiera olido ambición en su aroma natural era preocupante pero él no podría negarlo ni aunque se esforzara en hacerlo. Había una ambición desquiciante que lo obligaba a mantener la cabeza fría, sucedía desde que no pudo hacer absolutamente nada para defender a su padre. Comenzó a hacerse mucho más intensa cuando sus hermanos pequeños tuvieron que crecer sin la persona que le había enseñado a él todo aquello que sabía en ese instante. Explotó en la guerra entre Lunas, en el momento en el que el miedo desfiguró su interior.
Su familia no era lo mismo desde aquella pérdida y él tampoco. Antes de la muerte de su progenitor, solía escabullirse de los entrenamientos para bañarse en el lago Crystallo con sus amigos, le gustaba corretear entre los bosques y tumbarse por horas en la lavanda sin hacer nada a parte de observar a los pájaros cantar y moverse entre las ramas de los abedules. Pero ahora que sus hermanos mayores habían dejado la casa de su infancia para formar sus propias familias, ahora que él debía soportar el peso de un hostal que acogía a más personas que nunca tras los ataques sufridos en los últimos años… La ambición era más fuerte que nunca.
—Soy ambicioso, eso es cierto. Lo soy porque quiero que allá dónde esté mi padre pueda sentirse orgulloso de su hijo. También lo soy porque no quiero que mis hermanos crezcan en una manada dividido o en un territorio peligroso. Si tengo que arrancarle la yugular a un cazador lo haré y si tengo que luchar en una nueva batalla también lo haré. Nadie va a lastimar a quien amo.
Yoongi sabía que racionalmente no debería sentir las palabras de Hoseok como un alivio. Sin embargo su corazón no pudo evitar calentarse ante el hecho de que la ambición de ese muchacho fuese más allá de simple poder. Aunque era preocupante que Hoseok hablase de esa manera tan vehemente, él se sentía identificado con los objetivos del guardián.
Porque él también sabía lo que era ansiar proteger a quien amaba, ansiarlo a toda costa y sobre cualquiera de los obstáculos que se cruzasen en su camino.
—Tú… —Yoongi dudó antes de hablar—. Eres diferente de lo que esperaba.
—¿Puedo saber que esperabas?
Sus miradas no se apartaron la una de la otra. Hoseok sentía una curiosidad alarmante cuando se trataba de las opiniones de ese muchacho. Sucedía desde el mismísimo inicio, desde que se encontraron por primera vez en medio del bosque y los dos se enzarzaron en una pelea que solo terminó porque Min había sido herido por otros guardias de su equipo de trabajo, a punto de desangrarse hasta perder la conciencia por completo. Jung sabía bien que en otras circunstancias ese enorme lobo lo habría desgarrado de un solo mordisco sin esfuerzo alguno, tuvo la suerte de verlo en su puro estado animal y la dicha de haber sobrevivido para contarlo. Haberse aprovechado de sus heridas y dolor continuaba pulsando contra su conciencia a diario.
Incluso entonces, en aquel momento, a pesar de que ni siquiera conocía la forma humana de este o la manera en la que era, no pudo parar de pensar en aquello que el lobo de viento sentía y necesitaba. Se trató de su aroma afectado, de sus iris iluminados con un color que parecía parpadear a juego con las fuerzas de este y del tembleque de las frágiles manos envueltas por cuerdas a modo de esposa. Cuando eran solo dos alfas enfrentados por las circunstancias de sus destinos, prisionero y captor, sospechoso y guardián, culpable e inocente, se ocupó de alimentarlo y curar las cicatrices que le rodeaban la piel. Hoseok hizo todo lo posible por darle algo para mantenerlo respirando y sano, nunca lo quiso ver sufrir y sin embargo ahora que sus ojos se encontraban lo odiaba con intensidad porque hacía que su lobo percibiese clemencia y necesidad, algo que llevaba mucho tiempo evitando sentir hacia cualquier persona ajena a su familia o manada.
Las circunstancias que envolvían sus pensamientos eran extrañas, absurdas y parecían una maldita jugarreta de la Diosa Luna pero incluso con ambición y todo de por medio, a él no le gustaba pensar en el lobo de viento siendo herido de nuevo. No quería imaginar lo que pasaría si fuese considerado culpable en un juicio llevado a cabo por los líderes. Los cachorros de este, Winter y Drako, no eran culpables de absolutamente nada y en cambio pagarían con soledad la pérdida de dos de sus padres si Yoongi llegase a ser apresado de veras. Porque aunque esa casa no se parecía en nada a un hogar, era muchísimo mejor que una celda hecha con barrotes de metal y plata. No deseaba ver a esos niños creciendo solos y teniendo que conocer al único de sus progenitores vivos con una prisión de por medio.
—Otra c..cosa —respondió finalmente el lobo de viento—. Creí que serías otra cosa, guardián.
—¿Otra cosa? No estás siendo del todo descriptivo al respecto. ¿Creías que sería un idiota cruel contigo por el simple hecho de ser un prisionero?
—Tú me encerraste y a..ataste para evitar que escapase.
—Y yo te curé las heridas abiertas, te alimenté con mis propias manos y limpié el sudor de tu frente. ¿Qué hacía tu manada con aquellos que osaban lastimar a su pueblo?
Yoongi gruñó y esa fue la única respuesta que Hoseok necesitó.
—Entonces no juzgues aquello que yo soy capaz de hacer para proteger a los míos. Ambicioso o no, esto es lo que me mantiene vivo.
—"Yo no juzgo, tan solo he hablado de aquello que tú me has mostrado. Si esa ambición por aquellos que amas es tan real, ¿por qué eres tú quién escapa de su madre a cada instante en lugar de escucharla? Yo he perdido a mis padres, sé lo que significa ese dolor y si quieres mi consejo te diría que la escuches mientras ella quiera hablar contigo. No necesitas estar de acuerdo con sus palabras, solo escúchala. "
—No entres en mi cabeza mientras discutimos.
Yoongi bufó y entonces cruzó los brazos alrededor de su torso y se dejó caer sobre uno de los mullidos sofás de la sala de estar. Tenía que reconocer que esas cosas eran cómodas una vez el cuerpo se acostumbraba a ellas.
—Lo s..siento. La mente de un l..lobo es un asunto p..personal.
Hoseok negó y se sentó a un lado del chico. Desde su posición podía ver a Winter y a Drako, una vez más su padre había generado un nido para estos con prendas de ropa. Probablemente Yoongi estaba buscando la forma de controlar los aromas que se pegaban a la piel de los pequeños.
—No. Yo lo siento. A veces olvido que la única razón por la que atacaste a mi manada fue el hecho de que tuviste que ver como asesinaban a cada lobo de la tuya. Creo que te lo he dicho antes, pero solo en caso de que no lo haya hecho… Yo hubiese actuado igual o peor. Hubiese desgarrado la yugular de cada lobo culpable, probablemente me habría vuelto loco. El dolor por el que has tenido que pasar ha debido ser horrible.
—No lo h..hice por eso. Yo quería s..saber más. Quería b..buscar al verdadero culpable pero me encontré rodeado y t.. tuve que atacar. No usé el v..viento, no llame a la Luna. Ataqué en igualdad de condiciones a p..pesar de ser cinco lobos contra uno.
Hoseok observó al chico a su lado como si nunca antes lo hubiera hecho.
—Pero llevabas días pululando alrededor de nuestras tierras. Creímos que…
—Y solo ataqué cuando olisquee en el aire el mismo aroma que esa noche llenó las tribus.
—Atacaste a un guardián.
—Lo hice.
—¿Por qué has tardado tanto en decirlo? Es un dato importante.
—Yo era un prisionero y un alfa rabioso que apestaba a venganza. ¿Me habrías creído a mí o a uno de tus guardias?
Si el maldito walkie talkie de Hoseok no hubiese sonado en ese instante, tal vez podría haberle preguntado más al respecto a Yoongi pero el deber lo llamaba y eso era algo que no podía retrasar. Incluso si ansiaba poder mantenerse al lado del lobo de viento para intentar saber más al respecto.
—Vamos a hablar de nuevo sobre esto. ¿De acuerdo? No lo voy a dejar en el aire como he dejado tantas cosas durante mucho tiempo —Hoseok tragó saliva—. Tengo que ir. Esta misión es importante y mi equipo me espera pero cuando regrese prometo que si hay la mínima posibilidad de que en el norte hayas olido en algún momento algo referente a lo que sufrió tu manada… Haré lo posible por volver sobre nuestros pasos e intentar solucionar aquello en lo que fallamos. Incluso si es muy tarde e incluso si para ello necesito hacer pasar por un interrogatorio con cóctel de la verdad al guardia que atacaste ese día.
Hoseok se marchó después de dejarlo en la casa de líderes junto a un Jimin que no parecía para nada ilusionado por encontrarse en ese lugar y unos cachorros que luchaban por no lloriquear debido a la diferencia de olores que los rodeaba.
Había rastros de lavanda, albaricoque, acequias y frambuesas en el aire. Pero también los había de laurel, castañas, menta y otoño. Él suponía que aquello quizás se debiese a que era el hogar de dos lobos que vivieron durante gran parte de su vida en territorios diferentes de la montaña. Sur y norte podían ser olisqueados en el aire. Yoongi conocía la diferencia porque la casa de Hoseok estaba en el extremo norteño de la Unión territorial y el bosque que la rodeaba le recordaba a muchos de los aromas que solían encontrarse con frecuencia en su hogar.
Mientras curioseaba alrededor de las armas que los guardias de Joy y Sungjae habían dispuesto en la zona central de la enorme biblioteca, el omega se acomodó al lado de Taemin y estiró los brazos por completo sobre la mesa de forma perezosa. Con la barbilla acomodada también en el mueble de madera y la expresión enrabietada, casi parecía un niño pequeño. Sus mejillas se habían llenado de un leve color rosado debido a lo cerca que decidieron acomodarse de la gran chimenea y en el exterior la niebla invernal comenzaba a cubrir los manzanos que se podían ver a través de las enormes cristaleras de forma arqueada.
—¿To..todo esto son amenazas? ¿Cuánto t..tiempo ha podido pasar desde la p.. primera? Hay demasiadas.
La pareja del omega asintió desde su asiento, mantenía el brazo alrededor de la silla de Jimin y Yoongi no pudo evitar pensar en que Adahan y él probablemente hubiesen mostrado un aspecto similar al de esos dos en el pasado. Familiar y cómplice.
Adahan habría alucinado con la cantidad de libros encerrados en aquella estanterías. Habría deseado saber cómo leer cada uno de ellos, del mismo modo en el que le ocurría ahora al alfa de viento.
—Lo son. Junto con las notas que las acompañan.
—¿Y con t..todo esto…?
—Con todo esto las investigaciones han estado paradas hasta hace muy poco tiempo. Por desgracia no hay muchas formas de llevar a cabo una investigación cuando todo el mundo se siente irritado por una posible acusación. Creeme, yo tampoco puedo entenderlo pero el consejo territorial ha pedido calma.
—Una calma agobiante. —añadió el omega.
—¿P..por qué?
Jimin bostezó con pereza y suspiró mientras estiraba los brazos para acomodarse todavía más cerca de su pareja.
—Los rastros de humor han sido casi imperceptibles, incluso el mejor rastreador dudaría. Enfrentarse a cazadores humanos sin pruebas es arriesgado porque podría causar una guerra y señalar a las Lunas Rojas de una nueva revuelta encubierta también. A estas alturas lo sería casi cualquier acusación mientras que la Unión no se asienta del todo. No es sólo una cuestión de los guardias, esta vez se trata de diplomacia, pactos y política. La situación general de la montaña provoca que todo parezca moverse con lentitud. La cosa es que se están tomando decisiones de forma especialmente delicada porque la Unión de dos manadas que han estado en guerra por siglos necesita sobre todo mucha paciencia.
Yoongi asintió y se giró de nuevo hacia las vitrinas repletas de armas y notas escritas. No eran ellos los únicos que habían acudido a la cita convocada por los líderes. Hoseok le mencionó durante el trayecto en coche que a pesar de que hasta ese momento la amenaza que suponía una nueva generación de cazadores había sido llevada con cierta discreción, la biblioteca se abriría para todos los lobos que desearan ayudar. La decisión había sido tomada como una medida desesperada en multitud de sentidos. Ansiaban conocer la opinión de los ancianos que recordaban cómo eran las cosas con los cazadores humanos antes de que los pactos se firmasen.
—Hei.
El oído de Yoongi se agudizó sin apartar todavía los ojos de aquello que había estado observando con atención. No formaba parte de las amenazas pero entre los objetos expuestos había logrado percibir esas balas de plata que fueron responsables de la masacre que su familia sufrió la noche de inicio de verano en la que él habría sido nombrado nuevo cabeza del clan del viento si las cosas hubieran ido del modo adecuado. Un papel narraba algo bajo estas pero él no conseguía enlazar las letras con los sonidos del idioma que hablaban. Aunque conocía el sonido del abecedario que Jimin le estaba enseñando, las letras parecían no quedarse en su memoria y esos trazos… No se parecían en nada a los símbolos que solían usar en su tribu.
—¿Es él?
…
—Me gustaría acercarme a saludar.
…
—Podría sentirse acorralado si lo haces de forma precipitada. Deja que sea él quién decida primero. Puedo preguntarle.
…
—Solo diré hola y me presentaré, no voy a hablarle de su pasado. Todos tenemos uno y he aprendido a no juzgar a primera vista.
…
—Okay, pero si lo haces intenta mostrarte totalmente tranquilo. Parece reticente a dejar que las personas desconocidas se acerquen demasiado mientras sus cachorros están cerca.
…
—¿Recuerdas que siempre he querido un hermano pequeño? Bueno, tal vez es el momento para practicar, ahora por fin tendré uno.
….
—No son el tipo de cachorros con los que puedas practicar nada. Quizás su padre ni siquiera te quiera cerca. Tienes que ir con cuidado, por ellos y por tí mismo. No quiero ver lastimado a mi amigo de ninguna forma.
La conversación a sus espaldas sucedía en susurros porque alguien les había mencionado que en la biblioteca se debía mantener la tranquilidad, especialmente ahora que había lobos tratando de sacar hasta el más mínimo dato posible de aquello que veían. Sin embargo, esos que hablaban eran conscientes de que él podía escucharlo todo, quizás con mucha más agilidad que los lobos de esa montaña.
—Es el mismo lobo que casi te mata aunque no quieras tener en cuenta el pasado. Podría molestarle tu presencia incluso más que la de los demás. La última vez que lo viste, Hoseok estaba a su lado —Jimin sonrió levemente y Yoongi pudo sentir como el omega apartaba la silla de la mesa en la que se había acomodado—. Es mucho más amigable y tranquilo de lo que uno puede llegar a pensar desde la distancia. Dale una oportunidad de explicarse, Tae.
Tae… Yoongi había escuchado ese apodo hace unos días. Cuando dos lobos regresaron después de un tiempo y Hoseok, junto con muchos más, los recibieron como lo haría una familia. Una manada unida a pesar del dolor y la desgracia que asolaba la montaña que habitaban.
Incluso antes de que ese chico le respondiese a Jimin, el lobo de viento tomó la decisión de apartar la mirada de aquellas balas que le hacían arder el pecho. Se giró y posó los ojos directamente sobre el alfa de cabello brillante como la nieve. Sus miradas se cruzaron, en un parpadeo Yoongi pudo verse a sí mismo en aquel lugar húmedo y cerrado en el que lo habían encerrado un año atrás. Pudo verse atacando al muchacho ante sus ojos, olió de nuevo el terror que desprendió el cuerpo de este y de alguna manera se avergonzó por ello. Por su ira incontrolada y su sed de venganza. Porque también podía ver aquello y porque cuando se encontraron días atrás, ese lobo se había mostrado amable y racional.
Notó el dolor en sus piernas. El recuerdo del modo en el que la pareja de Kim Taehyung se había lanzado a sus tobillos hasta destrozarlos lo asustaba en cierta manera. Sin los curanderos y los cuidados de la señora Jung, difícilmente habría logrado volver a caminar. Ahora su lobo estaba debilitado y la Luna parecía más lejos que nunca en el firmamento.
Así que avanzó hacia él, los pasos que los separaban eran pocos y sin embargo parecieron malditamente eternos.
—Q..quisiera pedir d..disculpas. Mi mente estaba p..perdida cuando nos c..conocimos. Te ofrezco mi pesar aunque sé que es una e..excusa absurda. Tendría que h..haberme disculpado cuando nos vimos en esta c..casa con anterioridad.
Yoongi había imaginado muchas respuestas. Pensó que tal vez ese alfa podría lanzar un puñetazo contra su cara, morderle o incluso empujarlo lejos. Sin embargo, Taehyung sonrió y estiró una de sus manos hacia él como si nada hubiera sucedido en el pasado entre los dos. Como si nunca hubiese estado a punto de matarlo.
—Me alegra conocerte. Mi padre me ha mencionado que te unirás al grupo de guardias que actualmente está investigando el ataque que sufrió tu hogar. Espero, de verás, que el culpable aparezca y pague por todo el dolor que causó. Mi pareja estará en tu misma unidad y le he pedido encarecidamente que no te muestre rencor alguno. Ha prometido cuidar tus espaldas si os encontráis en peligro —Kim Taehyung sacudió la mano en el aire, percibiendo el rostro confundido del lobo de viento—. No importa el pasado, sino el presente. Soy Taehyung pero puedes llamarme Tae. Espero que podamos llevarnos bien.
Yoongi luchó con las palabras y sintió ganas de maldecir ante los pocos recursos de vocabulario que sabía que tenía. O que no tenía. Hablar en voz alta era tan complicado…
—Yo también qu..quisiera eso. Soy M..Min Yoongi. Heredero y alfa p..principal del clan del viento.
—Encantado de conocerte, Min Yoongi. Heredero y alfa principal del clan del viento —Taehyung estrechó su mano—. Mi pareja y yo hemos estado viviendo durante el último año en la zona más cercana a la cima de la montaña. Conocemos vuestras cuevas y nos han ayudado a refugiarnos en las épocas de lluvia y heladas. Los dos estamos de acuerdo en que nos habría gustado ver el funcionamiento de las tribus cuando estaban llenas de vida. Lo que os sucedió fue sencillamente…
—Doloroso —Yoongi terminó la frase—. Tanto como una p..puñalada. Y aún con todo lo sucedido, d..desearía poder volver a mi hogar.
—Lo harás —Taehyung metió las manos en los bolsillos traseros de pantalón—. Rezaré a la Diosa Luna para que las tribus vuelvan a vivir y si tengo un poco de suerte te pediré que permitas que mi alfa y yo nos unamos a vosotros.
Aunque Yoongi no estaba seguro acerca de aquello que le decía el chico, al menos le sirvió para sonreír un poco. Las tribus no podrían regresar de la misma forma en la que se perdieron, pero tal vez fuese capaz de crear una nueva manada en la cima de la montaña. Una que no quisiera escapar de la naturaleza, sino permanecer en esta.
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Hiii!!
Lo que me ha costado subir este capítulo hoy no es normal pero al fin está aquí y espero que os haya gustado.
Adoro leer vuestras opiniones, así que no dudéis en dejarme comentarios con vuestras reacciones. Contestaré lo más rápido que me sea posible.
Un beso,
os amo
Mel
💜
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