•01:"Paciente Kuroba"


"Mi mente está girada
Ya he tenido suficiente
Siento como si estuviera quemando las llamas se elevan
Y no puedo decir lo que viene después
Siente que la vida es como un juego de ruleta

El que necesito
Ayúdame a ver más allá de la superficie
Mi propósito"

No es fan de la música, tan sólo es una canción que llegó a sus oídos cuando uno de sus colegas quitó los auriculares sin antes ponerle pausa a lo que está escuchando. Más debe admitir que el ritmo lento de la melodía y su significado del inglés al japonés es por el momento, interesante. Más no lo suficiente como para acercarse a la persona y preguntarle cómo se llama la canción para así después, escucharla completo. Tenía tan fuerte el volumen que incluso pudo escucharla a varios metros de la persona.

Entró a su oficina después de haber asistido a la pequeña y rápida fiesta que le hicieron entre varios del hospital.

Se percató de la hora en el reloj digital colgado en su pared, cuarto para la una (00:45)

Afuera está oscuro, puede observar por la ventana, ni siquiera los faroles que alumbran en la calle son suficientes, más si las luces de los autos pasar y una que otro ambulancia. Que suerte que tiene auto y a esas horas no siempre suele haber tanto tráfico. Al menos no por dónde vive.

Al terminar de comer su pedazo de pastel que muy amablemente sus compañeros de trabajo y el propio director del hospital le invitaron, estaba decidido a marcharse para recibir muy gratamente el regalo que su superior le dio. A pesar de que amará su trabajo, tampoco iba a rechazar el obsequio.

El pastel que compraron es de tres leches; si bien no es fanático de los postres, tampoco iba a ser malagradecido y rechazar la tarta decorada con merengue, crema blanca dando detalles de flores para hacerlo más bonito.

Veinticuatro horas libre de trabajo. Eso es mucho pedir, y lo hace más especial siendo su cumpleaños número veintiocho. Realmente le agradece por tan bonito gesto, aunque sabe que también lo hace al ser un conocido de sus padres. Lo irónico es que su hora de nacimiento hace varios años fue justo a las 00:00 horas de aquel cuatro de mayo.

Apenas llegara a su casa se echaría a dormir profundamente, por varias horas. Suenan bien unas doce. Y regresaría al trabajo hasta la media noche para hacer turno completo. Nada nuevo en realidad.

Despidiéndose de sus compañeros quien regresaron rápidamente a su trabajo que se veía lleno como siempre, más no excesivamente como en otros días que ha tenido, guardó y recogió sus cosas para después salir de su zona laboral.

Recorrió un par de pasillos, observando que la sala de espera no esta llena, más los doctores realmente parecen muy ocupados. Giró su cabeza hasta donde está la recepcionista. Una mujer de más de treinta años, beta de cabellos oscuros y ojos café. Ella a la vez que veía las cámaras de vigilancia de afuera, también veía las noticias en el televisor enfrente suyo, que también servía para entretener a quienes están en la sala de espera que son muy escasos. Quizás sólo están ahí por alguna cita o esperando a alguien que ya esté en urgencias. Queriendo saber noticias de su familiar. O alguna visita. Realmente no se pone a pensar demasiado en eso.

—¿Cumpleaños?— dijo ella mirando como en una bolsa parecía guardar algo de comida. Un pedazo de pastel, seguramente. Desviando por unos segundos su mirada del televisor y unos papeles en una carpeta a su derecha.

—Ya sabes cómo es el director, Felicia. — respondió encogido de hombros. Su amistad con ella no es tan buena ni tan mala, son más o menos cercanos. Pero si la considera más que alguien que solo conoce por el trabajo. Siempre la ve durante el día o noche.— ¿Qué hay en las noticias?

—Ya sabes, un nuevo asesinato. — respondió ella suspirando. — No es que este a favor del misterioso asesino o asesina, pero hace justicia por su propia mano. — agregó al notar la expresión de sumo desagrado del contrario.

Kudou Shinichi es un Omega de veintiocho años recién cumplidos que ha pasado por muchas cosas, no todas trágicas. La más reciente el fallecimiento de alguien muy importante y cercano a él. Se sabe que antes de dedicarse a estudiar a la medicina, iba a irle con todo a criminalogia. Sin embargo cambió su elección de carrera justo en el momento. Hasta el momento está soltero pero porque está viudo, más pretendientes no le han faltado. Sólo que por el momento, no le interesa relacionarse en cosas del amor. Y más cuando tiene mucho trabajo por hacer.

Hace varios meses que terminó su especialidad de neurología y traumatología. Tres años largos para él, sin mencionar que desde mucho antes hacia su servicio con lo que ya sabía en sus siete años de estudios de la carrera en general. Se le consideró uno de los mejores de su generación, aparte de joven para llevar no sólo dicha carrera, también ambas especialidades. Y eso que todavía le faltaba perfeccionar con los años, ganar más experiencia. Aún así, se le considera uno de los mejores doctores jóvenes de todo el hospital. En especial en su zona de confort.

—Un asesino, es un asesino. Sin importar sus razones para cometer tal delito no se justifican sus acciones.— comentó cruzándose de brazos.La contraria al ser Beta no percibía tanto su mal humor que está impregnado  en su aroma. Pero su ceño fruncido lo decía todo. Shinichi no suele aparentar la edad que tiene en realidad, se ve mucho más joven de lo que es.— Es increíble que la policía todavía no lo encuentre. Ya lleva más de dos años que comenzó.

El asesino efectivamente ya lleva tiempo con estos asesinatos, espera cada cierto tiempo —semanas, a veces meses— en cometer una o dos muertes. Se le reconoce por su forma de dejar a sus víctimas y el escenario que usa. Sin mencionar que todos aquellos que ha asesinado suelen ser corruptos, criminales en fuga o que salieron por finanzas, violadores, pederastas, entre otros. Suele ser gente mala, podrida. Que la policía por alguna razón dejó libre o no atrapó por no tener pruebas suficientes.

Nadie tiene pista del misterioso asesino, o siquiera saben si realmente trabaja solo o en compañía. Pero se rumorea que debe tener muchos años de experiencia. Así como que incluso el FBI va detrás de él y tampoco han conseguido atraparlo. Es demasiado cuidadoso. A veces encuentran los cuerpos ya cuando llevan días, incluso semanas en descomposición. Un olor putrefacto y saliendo de ellos una especie de líquido asqueroso que no es precisamente sangre.

Cómo mostró en el televisor, efectivamente otra muerte acreditada a él. Según dicen, el cuerpo fue encontrado en un callejón colgado de las dos extremidades de las paredes estrechas, sostenido por ganchos. Y murió seis horas antes de que alguien lo encontrase.

—¿Tú lo harías mejor?

—Apuesto a qué sí.— afirmó con cierta arrogancia. Aunque la verdad, es que no sabría si lo haría mejor. A veces extraña un poco el pensar que estuvo a punto de cambiar, tal vez toda su rutina en vida.

No todas las víctimas del supuesto asesino fueron encontrás muertas. Shinichi le tocó ayudar en un caso de una mujer. Que por alguna extraña razón consiguió salvarse y huir de sus garras. Lo cuál es raro considerando que la dejó ciega. Ésto ya hace tres meses, fue el catorce de Febrero. Según dijo aquella mujer pelirroja, el plan del asesino en un principio había sido sacarle el corazón y sabrá Dios que iba a ser después.

O quizás la dejó escapar. Pensó. Realmente no tiene ni idea de cómo piensa un psicópata exactamente. No entendería porque algunos lo hacen por mero placer, pero sabía que esté asesino de más de dos años, lo hace para hacer "justicia", una muy retorcida. Aunque varios están de acuerdo con las atrocidades que comete, como si fuese un justiciero. Cuando no lo es. Él castiga a las personas de manera incorrecta.

El sonido de la ambulancia no dejó que se despidiera bien de la recepcionista apenas se sacó el mismo de sus pensamientos.

Los paramédicos decían la gravedad que resulta el asunto, y que con urgencia necesita un doctor que pueda ejercer inmediatamente en ello.

Shinichi estaba apunto de marcharse apenas la camilla con la persona inconsciente paso de largo, a su lado mirándolo tan sólo por unos segundos. Dificultad para respirar, párpados cerrados y moretones en su rostro, cuello y brazos. No pudo continuar su camino al escuchar la gravedad del asunto y el problema del hombre.

Necesitan a un doctor especializado en neurología. Para su desgracia, sabe que todos están ocupados con casos igual de graves y críticos. Y su jefe acaba de salir para un compromiso de trabajo, duda que vuelva pronto. Y necesitan a uno rápido.

Literalmente él está libre.

—¿¡En serio no hay nadie!?— Exclamó uno de ellos. Preguntando a las enfermeras y asistentes. Ninguna de ellas puedo darle una respuesta de su agrado.

Silencio. Shinichi se sintió mal, realmente quería ese descanso, pero no podía evitar no ayudar cuando puede hacerlo, es urgente y él es la única salvación de aquel hombre.

Necesita atención urgente.

—A urgencias, ahora. — dijo Shinichi dejándole sus cosas a Felicia y llevándolos a su sala de urgencias. Poniéndose serio y profesional. Mientras se ponía su bata, cubre bocas y guantes y con ayuda de algunas personas libres que sólo estarán para darle lo que necesite.

Adentro del quirófano; Kudou escuchó lo que uno de los paramédicos le dice sobre el hombre inconsciente. Lo poco que rescataron de él que fuese de utilidad fue su identificación. Perfecto.

Su móvil había salido disparado, roto e inservible por el momento para contactar con alguien. Pero la identificación sirve, pueden buscarlo por internet y sus conocidos. No habría problema con ello.

—Tiene una gran hemorragia en la parte inferior e interna de su cabeza. — dijo el paramédico que parecía ser el que tomo el liderazgo de sus otros dos compañeros.

—¿Es traumatismo craneoencefálico?— preguntó a pesar de estar más que seguro de su respuesta. Le pusieron la mascarilla de oxígeno, el Omega traía ya sus guantes puestos y un cubre boca.

No iba a ser una sencilla operación donde su deber es más que parar la sangre, algo en su cabeza habrá salido afectado y su deber es arreglarlo lo mejor posible. Ni siquiera observó bien los rasgos del hombre inconsciente y en estado crítico, la máquina conectada a su pulso cardíaco muestra por muy debajo del setenta. No olía a nada más que sangre y tierra.

Lo primero por obvias razones es su cabeza en lo que se debe concentrar, una vez saliera de peligro esa zona se centraría en currar mejor sus demás heridas en el cuerpo, lesiones y demás. Si es que las tiene, necesita el diagnóstico del paramédico para saber mejor que más puede traer.

— Posiblemente, un choque en su motocicleta provocó un golpe violento en esa parte de su cabeza. También tiene otras heridas menores y torceduras en su pierna derecha.— explicó. Kudou supo de inmediato que tal vez debería enyesar le la pierna apenas sea tratada. — Por su identificación de estudiante, es Universitario. — agregó, aunque con aquel dato no fue de mucha importancia para el doctor.

Esa información que se la de a alguien más para contactar a los familiares del joven chico. Él solo tiene una misión. Un trabajo que hacer.

Ha tenido varias prácticas antes, nada que deba temer. Pero se sentirá más seguro y menos nervioso al terminar. Pero esté es su primer trabajo hasta ahora, que es muy riesgoso y complejo.

—Iba a llegar muy tarde a un lugar.— comentó comenzando la cirugía. Tardaría pocas horas. Quizás.— En el mejor de los casos, sólo tendrá secuelas que afecten a su memoria. Tiene una contusión como lesión principal.

—¿Y cómo en lesión secundaria?

—Hemorragia y aumento de presión en el cerebro.— respondió para así, proseguir a qué reine largos silencios que sólo serían cortados cuando necesite alguna herramienta o ayuda en algo más.

Si o sí, le salvaría su vida. Alcanzó a murmurar, sin estar seguro que alguien de ahí lo haya escuchado.

X

Shinichi pudo suspirar aliviado, apenas salió del quirófano al terminar su trabajo y ver qué las cosas mejorarán. Fue hacia al baño privado para lavarse correctamente sus manos con el jabón neutral.

El reloj está vez de manecilla colgado en una de las paredes de espera, indicaba ser las cuatro de la madrugada.

Había tardado alrededor de tres horas, ahora mismo ponían a su paciente en una habitación más cómoda para su estadía. Había firmado unas papeles donde se hacía responsable y juraba ser el doctor quien no sólo se hizo responsable de él, también le práctico la cirugía y le salvó la vida. Aunque casi a mitad de la operación varios de los paramédicos tuvieron que salirse dejándolo sólo con uno de ellos quién fue el que le habló del estado del hombre.

—¿Fue muy duro?— dijo su amigo y compañero del hospital. Aunque estuviesen en diferentes especialidades se conocían desde secundaria.

Hattori Heiji, Alpha de su misma edad. De piel morena y ojos verdes. Se especializa en medicina Forense.

Las ojeras en ambos ya era tan común desde que comenzaron a estudiar la especialidad.

—Lo Salve si es lo que preguntas.— aclaró sonriendo de medio lado.— ¿Dónde estabas?

—Trabajando. Fui al escenario del accidente de tu paciente.— comentó, causando cierta sorpresa en el Omega quién se permitió seguir escuchando atentamente.— Analice las pruebas. Entre otras cosas. ¿Sabías que hubo una bala perdida?— arqueó su ceja, mirando expectante al azabache.

Pocos sabían, y menos el despistado de Kudou, pero Heiji tenía una muy fuerte atracción por él Omega de bellos ojos azules. Cómo el océano y el cielo juntos. Pero aquel dato es algo de suma irrelevancia, por el ahora.

—¿Bala perdida?

—Creo que tú paciente estaba huyendo de algo. O Quizás alguien lo seguía, desde un techo en lo alto lo tenían en la mira un francotirador. Por suerte solo rozo alguna parte de su cuerpo, pero si consiguió darle a una de sus llantas que causó que perdiera el control por unos segundos llendo a otra dirección justo en el camino de un gran camión.— explicó al haber confirmado su teoría con la policía. Serio y seguro de lo que dice.

—Esos segundos fueron suficientes para hacerlo chocar e impactar con el gran camión y saliera volando de la motocicleta.— retomó, hasta darse cuenta de algo. — Espera, ¿No traía un casco?

—Si, pero se lo quito en un momento. Quizás para atender alguna llamada. El semáforo estaba en rojo, y no tuvo tiempo de ponérselo otra vez cuando sintió que le rozo el disparo o se le olvidó. Cualquiera de las dos, tuvo un trágico final.— dijo notando la mirada pensativa y preocupado del contrario.— Pero Hey, lo salvaste. — lo rodeó de los hombros sonriendo le con ánimo. Mirando con atención el rostro pensativo del Omega.

—¿Quién haría eso?

—La policía lo investiga. Ah, y hablando de ellos, te buscan.— dijo señalando a lo lejos a dos personas, uno vestido de oficial.

—¿Pero quienes son?— se dijo así mismo mientras se acercaba a ellos.

—¿Usted es el doctor que atendió al paciente Kuroba Kaito?— habló uno de ellos. Ambos Betas de cabellos oscuros.

—¿Kuroba Kaito?— cuestión confundido. Aunque rápidamente se hizo la idea.

—El del accidente en la motocicleta, en la madrugada.— recordó el otro.

Shinichi no sabía ni el nombre del paciente al que le salvó la vida. No le prestó atención a eso cuando estuvo en cirugía. Solo recordaba algo de que es un estudiante universitario.

—Oh si, el universitario, aún sigue en reposo.— agregó para que vean que no está tan desorientado. Carraspeo un poco antes de proseguir.—La cirugía fue exitosa pero, yo realmente esperaba ver algún familiar en la sala de espera. O su pareja por lo menos. ¿Avisaron a su familia?— preguntó curioso. Si su amigo y colega Hattori estaba en lo cierto de que le querían disparar, entonces podía comprender mejor porque la policía está ahí.

—Según investigamos, su padre falleció hace años. No tiene registro de algún abuelo o tío.— respondió el que vestía con un saco y poseía sus cabellos cortos ondulados hasta la mitad del cuello.

—¿Hermanos?

—Hijo único.— respondió está vez el de vestimenta de policía.

—¿Su madre?

—No se sabe nada de ella.

—¿No tiene ni una pareja o vecino?¿Algún amigo cercano?— Preguntó el doctor, no puede ser que el joven esté solo. Con un accidente terrible como aquel, cerca de morir.

— Por su identificación sabemos la Universidad en la que estudia. Y facultad. Pero sería contactar con todos sus compañeros que seguramente estarán dormidos o muy lejos. — explicó brevemente.— Acabamos de ir a la dirección en donde vive y los vecinos dicen que vive solo. Y no podemos entrar sin una orden para investigar más sobre algún conocido que se haga cargo de él.— terminó de decir.

—Bien. Y ustedes caballeros, ¿En qué puedo ayudarles?— sonrió amable, pues dudaba que sólo estuviesen ahí para saber del estado del estudiante.

—Se que es un hombre cansado y ocupado. Pero de lo que le vamos hablar, es delicado. Cómo ya le habrán comentado. — hizo una pausa mirando hacia atrás, donde seguía Hattori observandolos entre preocupado y serio.— Hubo una bala perdida.

X

—¿Dicen que puede que haya descubierto al asesino?— cuestionó Kudou procesando toda la información.

Ahora se encontraban en la cafetería del hospital donde los doctores se dan su merecido receso. Shinichi había pedido un café cargado con poca azúcar y sin crema ni leche. Debía alejar el sueño para seguir escuchando a los hombres quienes le habían contado gran parte de la historia que rodea al tal Kuroba Kaito.

—Kuroba es un estudiante en criminalogia.— dijo quien resultó ser no sólo parte de la policía, también detective. Más joven que el otro señor.—
Ha ayudado un par de veces a la policía en ciertas cosas. Se dice que fue a investigar y encontrar al asesino más conocido en Japón, ya sabe a quien me refiero.

—Si, veo las noticias.— suspiró recordando que antes de la cirugía había hablado con Felicia de eso mismo.

—Quizás encontró alguna prueba o evidencia que revelaría algo muy importante sobre el misterioso asesino.

—Y es probable que éste accidente fuera planeado. Quizás el asesino supo de él y lo planeo. Luego de su reciente víctima seis horas antes del accidente, fue detrás del estudiante más lo hizo improvisado y no salió tan perfecto ya que usted lo salvó.— comentó el de mayor edad.

—Lo que queremos es hablar con él apenas se recupere. Y además pondremos vigilancia. El asesino puede enterarse de que sigue con vida y que puede delatarlo. ¿Si entiende lo que le estamos diciendo?— cuestionó el más joven con expresión seria y precavida, dejando varios segundos de silencio para hacerlo pensar.

—Corre un gran peligro.— murmuró Kudou terminando su primera taza de café.

Nunca pensó que salvar a alguien podría conducir lo a un gran lío. Y algo le dice, que no podrá salirse del asunto.

¿Quién demonios eres en realidad, Kuroba? ¿Por qué te metiste en un gran problema?

Ahora no podía dejar de pensar que alguien está detrás de la cabeza de su paciente. Al que le salvó la vida.


Palabras: 3,255
Fecha de publicación: jueves 16 de enero del 2020
Escritor: JaquiiAleWorld
Au: Omegaverse
Historia: "Alpha"
Nota del escritor:

(Estas notas fueron escritas en la fecha de arriba xd, ahora recuerden que estoy volviendo a publicar la historia después de un año)

Después de cinco días por fin les traigo el primer capítulo.

Mi idea era traerselos el martes, pero cosas pasaron y no tuve un buen tiempo para hacerlo.

Ayer terminé la serie de "Lucifer" después de varias pausas que le llegue a poner. De echo; el inicio del capítulo comenzó con le letra de una canción que me gustó mucho de la serie.

Cuando Amenadiel se lleva a Charlotte a "casa" :"(

Espero que hayan leído las advertencias.
Habrá diferencia de edad, me super investigue sobre la condición y el estado de Kaito respecto al accidente.

El segundo capítulo prometo que habrá un poco más de Kaishin, solo que realmente necesita aclarar muchas cosas aquí. Y eso que le corté varias cosas para no hacer el capítulo super cargado de información.

Espero les haya gustado :3

Hasta la próxima!

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