☽Treason☾ Chapter 11


James en multimedia.

Canción: Emerge/Ruelle.


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  Hay puñales en las sonrisas de los hombres; cuanto más cercanos son, más sangrientos/William Shakespeare.

  ☽Capítulo 11☾ 


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—Naiara... psss... Naiara... —me despierto atolondrada y veo a Freddie a los pies del sillón, sonriendo.

—¡Freddie! —exclamo comenzando a llorar por la emoción y me lanzo a su cuello, abrazándolo con fuerza —. ¡Cuánto te he echado de menos!

—Yo también a ti, princesa —estruja mi cintura risueño y yo no puedo dejar de sollozar.

—¿Dónde está Leyre? ¿Y Bianca? ¿Raúl? ¿Dónde están los demás? —no paro de hablar por alegría de verle.

—Están bien... — sonríe acariciando mi mejilla —. Están a salvo...

—¿Has venido por mí? —cuestiono sollozando.

—No, aún no —me dice sonriendo, con tristeza

—¿Por qué no? —niego dolida mirándole.

—Aún no puedo llevarte conmigo Naia —mis lágrimas y quejidos salen con fuerza de mi interior.

—Pero Freddie —imploro entre dientes.

—Pronto estaremos juntos mi pequeño melocotón —agarra mi rostro entre sus manos —. Muy pronto, te lo prometo...

—No quiero estar aquí ni un solo segundo más —mi voz se desgarra en mi garganta.

—No lo estarás por mucho más, princesa —una lágrima rueda por mi mejilla —. Estate tranquila, te vigilan bien por mí... —sonríe con tristeza mientras se levanta de mi lado.

—¡No! ¡No te vayas Freddie! ¡Llévame contigo! ¡No me dejes aquí! —exclamo llorando intentando incorporarme.

—Nos veremos muy pronto Naia... Sé fuerte y no confíes en nadie, solo en ti misma y en tu corazón. Eres mucho más fuerte de lo que crees —aprieta fuertemente mis manos antes de soltarlas.

—Freddie...

—Nos vemos muy pronto melocotón —se inclina y besa mi frente, provocando que cierre mis ojos para contener el recuerdo.

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Me despierto exaltada llevándome una mano en mi pecho, notando como el sudor corre por él. Paso mi mano por la nuca y este, limpiando todo rastro del incómodo sudor que se ha formado en mi cuerpo.

¿Por qué no paro de soñar desde que estoy por aquí? ¿Por qué tenía que soñar precisamente con Frederick?

Cómo lo echo de menos... Cómo los echo a todos de menos...

—¡Basta ya, Aric! —escucho gritar a Keyla.

—¡¿En serio te vas a poner de su parte?! ¡Eres mi prometida! —habla con furia y me pongo en pie con dificultad, caminando poco a poco hasta la entrada de la tienda, para escucharles mejor.

—Por eso mismo, mi deber es decirte que te estás equivocando... —gruñe desesperada.

—No me equivoco. Solo te pones de su parte... ¿acaso te gusta? ¿Quieres follártelo? Seguro que sí... seguro que lo deseas, por eso no has consentido que te toque aún —veo a través de una rendija como Aric coge su muñeca con fuerza y esta aprieta los labios indignada.

—¡Sabes que eso no es verdad! —exclama con rabia.

—Sí lo es. No has dejado que te toque de que estás aquí, ¿qué clase de Luna eres tú? —no alcanzo ver más allá de la espalda de Aric.

—¡Somos mates por el amor de los Dioses! ¡Nos vamos a casar! — las mejillas de Keyla se sonrojan por la impotencia.

—¡Eso no se nota cuando estés deseosa de meterte en la cama de otro! ¡De complacer a otro!

—¡Eso no es verdad Aric! —se suelta de su agarre encarándole.

—Yo te deseo Keyla —veo el rostro de Aric al fin, empapado por las lágrimas —. Deseo amarte y enredarme entre tus sábanas... ¿por qué tú no me deseas a mí? ¿Por qué no me amas?

—Aric mi amor... yo te quiero... —alza la mano para acariciar su rostro, pero esta lo aparta de su alcance.

—Pero no me deseas... y si no me deseas, tampoco me amas... —llora mirándole.

—Si te ve espiandoles, empalará tu cabeza en un poste —entra James de repente.

—¡Maldita sea James! —exclamo en un susurro—. Me asustaste...

—Vine a traerte el desayuno ya que Keyla está ocupada... — muestra un plato hondo de madera con lo que parece ser una especie de gachas blancas.

—De acuerdo... —me agarra del brazo y me ayuda a llegar al sillón.

»¿Que está ocurriendo allí afuera? —pregunto sentándome.

—¿Hablas de esos dos? —no, de mi abuela, que en paz descanse.

—Sí, James. Hablo de Aric y Keyla —ruedo los ojos y ríe, pasándome el plato de mi desayuno.

—Nervios previos a la boda... no te preocupes —rebusca en la mesa.

»¿Te gusta la canela? —encuentra un frasquito de barro y se gira mirándome.

—Sí... ¿ qué es esto, por cierto? —señalo asqueada con mi dedo el plato.

—Una de nuestras cabras acaba de parir. Son sus calostros, te ayudará a reponer fuerzas —se acerca con el bote hasta mí.

—¿Requesones? Esto parece de todo menos requesón —levanto el labio haciendo una mueca de asco y se encoge de hombros riendo.

—No controlo muy bien el fuego y los deje algo más blandos antes de hacer un mazacote incomible —espolvorea canela por encima —. A ver, pruébalos.

—Okay... —me meto una cucharada en la boca y me quedo mirándole fijamente.

—¿Y bien? —sonríe tan abiertamente que parece el gato de Alicia en el País de las Maravillas.

—Qué están sosos de cojones —trago y paladeo intentando quitarme el sabor —. ¿Hay azúcar o miel? —James siente y me muestra dos tarritos de barro que hay en la mesa.

—¿Qué quieres? —levanta uno y baja otro con sus manos, para que me decida.

—Trae esos dos aquí —lo aliento con mi mano y se acerca riendo.

—Avisa cuando quieras que pare —comienza a echar el azúcar y levanto la mano al rato para pararlo. Enarco una ceja y asiento para que prosiga, con la miel. Me hace caso y comienza a echar esa delicia dorada por encima, cada vez más y más —. Nara, esto es la misma fórmula; cuando quieras que pare... —dice con el carro y la cuchara en la mano y le corto con mi mano y una mirada amenazante.

—Tú lo has dicho. Cuando quiera que "yo", pares. ¿Tú me has oído decir algo? —él niega frenéticamente sorprendido —Pues, ¿a qué estás esperando pedazo de holgazán? —entrecierro mis ojos acusándole y él levanta las manos, con los utensilios, a modo de paz.

»¡¿Pero a qué esperas?! —da un brinco del susto y sigue vertiendo miel sobre los requesones, hasta que lo veo conveniente.

—Tú no estás comiendo requesones con miel. Tú comes miel con requesón —habla asqueado y sonrío a boca cerrada con las mejillas llenas de comida, a lo hámster.

—A mí me gusta así —cargo una cucharada de nuevo.

—Vas a acabar empachada —me reprende cruzándose de brazos.

—Me da igual — contestó tan feliz, comiendo.

—Te acabará doliendo la barriga —persiste, no sabe que está dando con hueso.

—Habrá merecido la pena... —digo satisfecha, comiendo y le escucho suspirar.

—Qué se le va a hacer... —se siente en el sillón junto a mis piernas —. Al menos come pan, que eso baje de alguna manera —me tira una hogaza de pan al plato, dándose por vencido y río con la boca llena.

Juego con la comida, preocupada por lo que acabo de ver hace un rato.

—¿No te gusta la comida o es que acaso te has empachado ya? —una media sonrisa burlona, aparece en el rostro de James, que se hace hacia delante juntando sus manos sobre sus piernas abiertas.

—No. No es eso... —muevo de un lado a otro la cuchara, en el plato.

—¿Segura?

—Sí. Está bueno. Algo líquidos, pero buenos...

—Siento eso. No controlo muy bien el fuego —sonríe que me dio lado.

—¿El fuego o la comida? —me burlo y entrecierra los ojos en mi dirección.

—Ambas —admite —. Yo solo sirvo para comer. Son las mujeres, en especial Keyla, la que se encarga de la comida. Einar también tiene maña, pero tampoco estaba disponible para hacer el desayuno —es tentador preguntar por Einar, pero en este instante la que más me preocupa es Keyla.

—¿Te mando Keyla traerme el desayuno? — inquiero para sacarle algo de información.

—Sí... —suspira, sabe por dónde le voy a salir.

—¿Qué ocurría hace un momento con ella y Aric? —voy directa al grano, mi preocupación no está para andar con rodeos.

—Nara, no es...

—No es de mi incumbencia —le corto —. Lo sé, créeme que lo sé. Solo estoy preocupada por Keyla... se ha portado muy bien desde que me trajisteis aquí —hace una mueca de angustia cuando hablo.

¿Le duele el haberme traído aquí?

—Si Aric se entera de que tan solo me lo estás preguntando, clavaría nuestras cabezas en una pica. A ti, por preguntar y a mí, por dejarte que te regodees en ello —me mira seriamente y una bola de saliva arremolinea en mi garganta; pero no voy a tragar, no voy a dejar que vea mi miedo.

—Yo no me regodeo ni mucho menos. Es algo cruel y enfermizo disfrutar con el dolor de los demás. Tal vez deberías cuestionarte quien se regodea aquí —su semblante es frío y parece no querer ni parpadear, pero no me achanto —. Te prometo que si me lo dices, no saldrán de estas cuatro paredes; pero tú decides si hacerlo no.

—Come —me ordena y muy a mi pesar sigo sus órdenes.

Maldita sea. Lo único que he conseguido es incrementar mis preocupaciones y ni siquiera conseguir algo que pueda sacarme de aquí.

»Esta mañana recibimos el aviso de intrusos en las periferias del poblado —levanto la mirada al ver que está dispuesto a hablar—. Sigue comiendo —asiento nerviosa y obedezco —. Pensaron que tenía que ver contigo y con tu rescate, así que no le dieron mayor importancia; al menos no, a la defensa de este lugar. Más tarde recibimos noticias de unos supuestos infiltrados en el clan... y Aric explotó sobre un supuesto ataque al poblado y una inminente invasión... Nadie lo creyó posible porque somos el centro vital del resto de asentamientos de Irlanda —espera, ¿ centro de asentamientos?

—¿Hay más poblados cómo esté? —la pregunta sale de mi boca sin avisar y James me fulmina con la mirada, por haberle interrumpido —. Perdón.

El clan se ha alborotado por miedo a la invasión en cuanto se han enterado y Aric no ha contribuido a relajar los ánimos sobre una sospecha infundada por cuatro brujas que le rezan al viento —chista negando. ¿Brujas? —. Es más, ha dado soluciones, cruentas y sanguinarias, qué harían temerle a cualquiera —niega de nuevo.

¿Tortura? ¿Está dispuesto a torturar solo por meras sospechas?

—¿Qué tiene que ver eso con Keyla? —me atrevo a preguntar interrumpiendo lo de nuevo, aún sabiendo que me convertirá en piedra, como medusa.

—Einar le ha dicho que quería cometer una barbarie y le ha tachado de sádico. Aric por su parte, le ha respondido que si no acataba sus órdenes sería juzgado por acto de traición y Einar lo único que ha hecho, es decirle que él no seguía órdenes de un Alfa descontrolado por la sed de sangre —suspira.

—Y se ha armado la de Dios, supongo... pero...

—Se ha armado una buena sí, y más cuando Keyla se ha metido por medio de estos dos. Keyla ha defendido los ideales de Einar y ha acusado a Aric de estar desviándose de su camino y de sus creencias, al punto de trastornarse. Una luna jamás, puede hacer eso. Nunca debe apoyar las ideas de nadie más. Sí opina debe callarse. Y si cree que se equivoca debe comentarlo con su mate a solas o infundirle la idea correcta sin que este se dé cuenta —la sola idea del machismo tan brutal que hay aquí me hace enfermar.

—Esto es destornillante —respondo incrédula.

—Es nuestra ley —advierte James.

—¿Vuestra ley es que nosotras, las mujeres, debamos seguiros como perritos falderos? ¿Ahora debemos haceros de madre y estar a la sombra indicando el camino para que el niño grande no se cabree?

—Yo no he dicho eso Nara...

—¿Ah, no? Pues repítemelo. Porque es exactamente lo que has dicho — exclamo furiosa.

—Pronto serán un matrimonio. Se deben respeto tanto el uno como el otro. Un gesto así solo daña al opuesto... —bufa.

—Ella intentaba hacer un bien...

—De la manera equivocada —me corta.

—¿Y eso qué más da? —no doy mi brazo a torcer aunque me maten.

—Mucho. Son mates, una sola palabra o lo que el otro pueda considerar un mal gesto puede ser mil cuchillos hincados en el pecho del herido —defiende a Aric.

Vaya. Me pensaba que eras de otra manera James.

Einar tenía razón, no debo fiarme de nadie. Aunque esté está más desaparecido que el sol en este momento.

—¿Y Keyla no puede herirse con las palabras de él? —comento indignada.

—Totalmente. Más cuando la ha acusado junto a su mano derecha, de traición y de adulterio —un puño se incrusta en mi estómago y un click suena en mi cabeza, en este mismo instante.

—¿Ha acusado a Einar y Keyla de estar poniéndole los cuernos? —cuestiono paralizada y James asiente.

—Sí.

—¿Y tú crees que eso pueda ser posible? —las palabras se atoran en mi garganta.

—¿Qué se hayan acostado? —asiento —. No.

—¿Cómo puedes estar tan seguro? —dejo mis manos, junto con el plato, apoyada en mis piernas para que James no note mi temblor.

—Keyla y Aric son mates —zanja levantándose.

—Aquí mucha importancia a esa palabra — acuso con tristeza.

—No puedes comprender lo que no sabes o no has sentido en tus propias carnes —responde más para él, que para mí.

—¡James! —exclamo antes de que se vaya y este gira la cabeza para verme, justo en la puerta.

»¿Verás a Einar más tarde? —este asiente.

—Probablemente —habla con seriedad.

—¿Podrías decirle que necesito hablar con él? —vuelve a asentir.

—Descuida —sale sin más y largo un suspiro de frustración.

Dejo a un lado del sofá el plato, con todo lo que he oído se me ha ido el apetito a los talones. ¿Cómo pueden vivir en chapados a la antigua? Entiendo que por temas de educación, pueda cabrearse, ¿pero llegar a ese punto? ¿Acusar a tu prometida de traición?

Antes de que me di cuenta una avalancha de pelo castaño se tira sobre mí y me abraza con fuerza.

—Nara... —solloza con fuerza en mi cuello.

—¿Keyla? —arropo su cuerpo con mis brazos mientras llora.

—La he fastidiado —llora con fuerza y rabia —. Lo he fastidiado. Yo y mi boca de mierda, lo hemos pasado todo — si se acude por el llanto sin piedad. 

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Hola de nuevo! Lo sé, lo sé me estoy retrasando con los horarios pero es que entre el trabajo y el estar pasando a ordenador todo esto y haciendo vuestros regalos de reyes no doy a basto! Os prometo que mañana sin falta, en la mañana tendréis el siguiente cap del maratón!

Os dejo unas preguntillas:

-¿Os ha gustado el cap?

-¿Por qué Naia tiene tanto sueños desde que llegó a Irlanda?

-¿Creeis que significan algo?

-¿Qué pensais de la pelea de Key y Aric?

-¿Habrá consecuencias?

-¿Einar y Keyla están enrrollados?

-¿Dice James la verdad? ¿Es de fiar?

-¿Por qué Naia se siente mal en esta situación?

-¿Qué habrá pasado al final con la pelea?


♥Espero vuestras respuestas, ya sabeis que son muy importantes para mí. Necesito que interactueis con la nove para guiarme un poco con que hacer.

♥No te olvides seguirme  para enterarte sobre todo las novedades de la nove y votar y comentar la novela.

♥Seguir el perfil para estar atentos a las novedades. Además, más adelante ciertos capítulos contarán con contenido adulto, por lo que por seguridad, los publicaré en privado y solo podrán leerlos mis seguidore.

 ♥Mañana nos vemos.

Y aquí os dejo los regalitos ♥

Para mis queridos lectores, sin vosotros no sería nada. Sé que no es mucho pero he creado dos marca páginas de mi novela con todo el amor del mundo para vosotros:

Están todos hechos por mí, paso a paso... Por lo cual podéis entender que no haya llegado a tiempo con la tercera entrega del maratón. Están listos para imprimirse en un papel o cartulina gruesa o en papel y luego plastificarlo para que no se estropeen. Espero que os gusten pese a ser algo simples... Pero era lo primero que hacía por este estilo... el del lobo con las letras y todo le he echado más de 2 horas jajajajaj

El segundo regalo de mis lectores, es que voy a crear una página en face solo para ellos y para las novelas. Con novedades exclusivas, imágenes promocionales, algún que otro meme y para interactuar los unos con los otros.

Mañana os daré más información sobre esta.

Capítulo dedicado a @SaraNacar, que ha estado junto a mí desde el principio ♥

En fin, me toca dejaros. Espero que hayais pasado una feliz noche de reyes y un gran día. Un besazo enorme!!! Nhoa! ♥

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