☽The Breath Of Life☾ Chapter 20


Multimedia: Ariadna

Canción: Truth (Extended)/Ramin Djawadi (from Game of Thrones Season 7) (SE RECOMIENDA ESCUCHARLA JUNTO AL CAPÍTULO)

"Nunca se alcanza la verdad total, ni nunca se está totalmente alejado de ella" Aristóteles.

COMUNICADO AL FINAL DEL CAPÍTULO

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☽Capítulo 20☾

Aric

La lluvia truena con fuerza contra el verde pasto, mientras los relámpagos alumbran el cielo y los truenos parecían querer romper el firmamento.

Todo debería estar iluminado por las primeras luces del alba, más el manto gris de las nubes está cerrado entre la inmensa arboleda y solo puede verse como estas tiran agua sobre nuestras cabezas.

Pareciera que los dioses llorarán por Nara y lamentaran su pérdida.

No dejo de caminar entre el barro que se ha formado frente a la tienda de Keyla, de un lado para otro; esperando noticias. Solo escucho el jaleo que producen las mujeres intentando salvarle la vida como ellas pueden, solo me queda rezar porque lo logren o porque el mensajero que he enviado en busca de Einar o de mi madre a Nemeton, les haga llegar a tiempo.

Toda la manada se encuentra desperdigada frente a la tienda, expectante por noticias nuevas.

Algunos pueden que estén temerosos por la represalia de los dioses por matar a una banshee, pero son pocos, la mayoría solo se preocupa por ella... Es irónico pensar que muchos de nosotros nos molestaba su sola presencia y ahora tenemos el alma en vilo por qué se salve.

Echo una mirada al frente, todo mi grupo de cazadores están destrozados, incluso nuestros lobos se encuentran en el suelo con su cabeza entre las patas, con expresión triste y lloriqueando.

Oráculo ya se está recuperando, hay gente velando por él, pero él es inmortal.

Aún no entiendo como Nara pudo subirse en él y escapar.

James está en el suelo, sentado y abrazando sus rodillas, con la espalda apoyada en un roble. Echa su cabeza hacia atrás con lágrimas en los ojos, golpeándose una y otra vez contra el tronco, manchándolo de sangre, salpicando la hierba y su ropa, y sin dejar que la curación se lleve a cabo.

Mis manos tiemblan y lo único que siento son las gotas de agua clavándose como frías cuchillas sobre la piel desnuda de mi torso.

Oh Ariadna, madre mía que me diste la vida, diosa de la luna, guardiana y de compañera de viaje de las almas que buscan llegar en tu barca hasta el paraíso, no montes aún a Nara en tu bote, no te la lleves aún el reino de los muertos.

Junto a mi tienda esta noche encenderé una vela plateada, pero no te lleves el alma de Nara.

Sollozo en medio de mis plegarias.

—¡Sigue haciendo eso! ¡Está regresando! ¡Se mueve! —grita Muriel captando nuestra atención.

Oh Dana madre de dioses, madre de la tierra y del hombres, soberana de los Tuatha de Danann; sabia madre de ríos y vientos, de la prosperidad y la magia... protectora de tu pueblo, escucha mis plegarias.

Oh Dioses, a vosotros mi vida os consagro, mi cereal, cosecha y ganado os ofrezco en sacrificio. Escuchad mis plegarias, no os llevéis a vuestro reino todavía a Nara.

El viento trae su aroma. Están lejos, pero no tardarán en llegar, aunque espero que sea lo suficientemente rápido para que traten a Nara. Einar y mi madre tienen que llegar a tiempo...

—¡Nara!... ¡Nara! —insiste Muriel.

Un grito desgarrador se escucha en la tienda y el aliento abandona mi cuerpo.

Naiara

Todo es oscuro y frío. Apenas veo y mi cuerpo está entumecido. La hierba roza la planta de mis pies, semi congelada, y no me decido a seguir caminando o quedarme parada.

El viento helado acaricia mis hombros desnudos y mece suavemente mi pelo silbando canciones de Irlanda.

Respiro con dificultad y ansiedad y busco alguna fuente de luz que me aporte una mayor claridad. Decido caminar hacia adelante, con cuidado de no pisar algo que me haga resbalar. Como si de un templo se tratara, pequeñas líneas de luz se van filtrando similares a láseres de luz dorada.

Miro a todos lados cuando hay un poco de claridad. La hierba tiene pequeñas mantas de nieve y hielo, eso explica la templanza del ambiente y el viento frío.

Muros de piedra se erigen a mi alrededor, derruidos, como si fueran una antigua muralla. Sobre el pasto, hay hincadas cruces celtas de piedra, algunas más derechas, pero la mayoría, volcadas y torcidas hacia los lados.

¿Acaso estoy en un cementerio?

La sola idea de que sea así, hace que un escalofrío recorra mi cuerpo y ponga mis vellos de punta.

Vuelvo a mirar frente a mí y veo un gran castillo de piedra gris que no había visto antes pese a estar a un par de metros de mí. ¿De dónde narices ha salido?

La maleza y la hiedra cubren sus paredes, tiene grandes ventanas de arcos apuntados con cristales de colores, aunque muchas de ellas están rotas.

Borracha de curiosidad decido dar unos pasos hacia adelante, subiendo el primer escalón de las escaleras de piedra vieja y oscura que emergen del castillo. Miro a mi alrededor curiosa, ¿cuándo he llegado yo aquí? Hace tan solo unos segundos, estaba siendo perseguida por los lobos, huyendo de las inmediaciones del campamento... ¿qué pasó?.. recuerdo de repente, me caí...Oráculo tropezó y fuimos ambos al suelo, mirada nublada y roja por la sangre, aullido fantasmagórico y cálido a la vez... una luz, Aric, sus brazos alrededor de mi cuerpo mientras el suyo se agitaba por el llanto, una sensación cálida, mi pecho oprimiéndose por sus súplicas a dioses paganos, resuenan a lo lejos en mi cabeza, mas no puedo distinguir del todo sus nombres.

Todos esos recuerdos me abruman profundamente, robándome el aliento. ¿Cómo puede invadirme una sensación cálida al recordar a Aric después de todo lo que me ha hecho? ¿Cómo puede mi corazón tan solo saltarse un latido con su recuerdo?

La ansiedad me invade; mi pecho se oprime hasta el punto en el que creo que me dará un infarto y el aire solo ingresa en mí, en pequeñas e irregulares bocanadas. Me inclino hacia delante para tranquilizarme, de modo en el que mi pelo se vence hacia el frente y puedo observar mis pies desnudos y ennegrecidos, ¿cuándo perdí los zapatos? Mi mano viaja hasta el pilar del castillo, buscando el apoyo que me ayude a recomponerme.

Y de repente, una sensación fría como si me hubieran clavado un puñal de hielo en mi pecho, recorre mi cuerpo, desde la punta de los dedos de mis pies hasta las raíces de mi cabello.

Un inmenso olor a sangre atraviesa mis fosas nasales, tan fuerte, que me abruma y provoca que me mareé y me den ganas de vomitar. Una cortina de nubes de humo aparece frente a mis ojos y los escucho, gritos descabellado, llantos ensordecedores, lanzas, espadas; personas amontonadas en el suelo, caballos moribundos, banderines resquebrajados, bestias que solo había visto en libros y películas, aspirando el último de sus alientos.

Una batalla.

Giro mi cabeza buscando una salida y los veo, a mis amigos; con sus preciosos rostros cubiertos de sangre. Pero sobre todo me fijo en una pequeña cabellera de rizos dorados, en un rostro desencajado por el dolor, en unos ojos color esmeralda, vacíos, dejando caer dos gruesas lágrimas color carmesí. Su boca entreabierta por el dolor, sus rodillas, hincadas sobre nieve color ceniza y una lanza atravesando su pecho.

Grito, resquebrajándome por dentro y retiro bruscamente la mano del muro, desvaneciéndose con este gesto la imagen de la batalla.

Mi respiración se agita más de lo que estaba antes.

Tengo que salir cuanto antes de aquí, sacarlos a ellos.

Tengo que arrancarme cuanto antes esta sensación de angustia del pecho.

Subo de dos en dos los enormes escalones de piedra, adentrándome en el castillo.

Mis pies descalzos se van posando paso por paso sobre la fría piedra gris. Atravieso un helado y oscuro pasillo, decorado de telas y banderolas rotas y desgastadas, de las que apenas puedo ver al solo uno que otro trazo de algún dibujo que las decoraba. Unos pasos más adelante veo una medio quemada, pero puedo ver perfectamente la espiral que la adorna.

Junto a ella, a mi izquierda, se encuentra una puerta de madera maciza medio descolgada, cuelga hiedra de su marco. He entrado en busca de ayuda y lo único que puede ayudarme son las telarañas.

Este castillo debe estar abandonado desde hace mucho. Seguro que alguna guerra arrasó con la gente que lo habitaba.

Decido cruzar el umbral de la puerta, curiosa por ver lo que hay al otro lado.

Ya ya que estoy aquí, ¿qué más da que eche un vistazo?

Pongo mi mano sobre el umbral y asomo mi cabeza por este. Todo son ruinas aquí también. Las piedras se han desmoronado de las paredes y del techo, y se agrupan en el suelo junto con peñones de mayor magnitud.

Al fondo de la habitación rectangular, a mi izquierda, se encuentran unos escalones del mismo material, medio derrumbados y encima un montículo de peñones con una forma en la que se intuye un asiento. ¿Un trono? ¿Esto es la sala de un trono? Miro a todos lados.

Aquí no ha vivido nadie en mucho tiempo. Es normal, dudo mucho que hoy en día la gente siga viviendo en estos castillos. Pero, ¿por qué no está vigilado? ¿Por qué no lo restauran?

Observo nostálgica a mi alrededor.Si no fuera porque no es la época, creería que esto ha sido asediado en una batalla hace menos de unos meses.

Doy un paso, para seguir curioseándolo todo, entrando en la sala.

Un viento frío choca contra mí en cuanto entro en ella, haciendo que intente cubrirme con mis delgados brazos. Escucho un graznido de pronto, que retumba en todo el salón haciendo que pegue un repullo.

Miro a mi alrededor y veo como un cuervo vuela a mi derecha, saliendo de un ventanal roto, descendiendo por el aire hasta posarse frente a mí, a unos pocos metros de mis pies.

El animal no para de escrutarme con sus diminutos ojos negros, girando su cabeza de un lado a otro y sin cesar de graznar.

Doy un paso atrás con espeluzno.

—Hola, hija de Ariadna —escucho una voz femenina a mis espaldas de repente y chillo girándome de golpe asustada.

—¡Dios! —exclamo posando una mano en el pecho aturdida, intentando que mis latidos y respiración vuelvan a su ritmo natural.

—Siento haberte asustado —sonríe cálidamente, formándose pequeñas arruguitas a los lados de sus ojos y en las comisuras de su boca.

Es una mujer alta, de cabellos dorados y ondulados, que rozan suavemente sus caderas, de ojos grandes y expresivos, y de un azul tan intenso y eléctrico que pareciera que miro en las profundidades del océano. Tiene las manos juntas hacia delante, con una postura elegante y de forma tan natural, que pareciera fácil mantener todo el rato su postura. Las finas telas de su vestido caen holgadas y sueltas de sus hombros, por sus brazos, se ciñen a su cintura y caen sedodas hasta el suelo, sin que sus pies se muestren pisándolo.

—Yo... siento estar aquí. Me he perdido. No sé cómo he llegado hasta aquí. Lo único que recuerdo... lo último que recuerdo hacer... —las palabras se enredan en mi lengua como si fueran espesas telarañas.

»Siento haber invadido su propiedad. Siento mucho lo ocurrido. No sé quién es usted, pero por favor, ¿podría indicarme el camino al pueblo? Necesito ir con mis amigos, deben estar preocupados por mí, solo quiero ir con ellos, volver a casa... —me invade la desesperación y el dolor palpita en mi pecho al recordarles, incesantemente.

—Es cierto que no sabe nada —sonríe con calidez mientras habla, analizándome observándome con curiosidad.

—Disculpe... ¿qué es lo que no sé? —respondo contrariada y algo angustiada.

Sus dulces y desconcertantes carcajadas invaden la estancia.

—No sabes nada hija de Ariadna... —merodea a mi alrededor, mirando con detenimiento mis facciones y mi cuerpo.

—¿Hija de Ariadna? Mi madre se llama Raquel... yo... —contesto confundida, pero vuelve a reír dejándome con la palabra en la boca.

—Realmente no sabe nada... —se para a mi lado y mira perpleja al fondo de la sala.

Un destello blanco aparece en la oscuridad, y con él, una mujer, de blancos y celestiales ropajes y el pelo plateado como el reflejo de la luna.

—En verdad sabe, pero no recuerdo —se aproxima a nosotras hablando con ternura.

Su voz... ¿de qué me suena su voz?

Una imagen atraviesa mi mente, la persecución, Einar, la tienda, la vela, la ayuda, la luna... es la banshee que me ha estado visitando en sueños, aquella que quiso atrapar me, aquella que me advirtió, aquella que me prestó su ayuda.

—Eres la banshee... —contesto sin aliento, haciendo reír a la otra de nuevo.

—Soy Ariadna. Soy tu madre, no una banshee —sus ojos grises reflejan en mi su seriedad.

—Mi madre es Raquel... No sé dónde estoy y de qué trata esto, pero por favor ayúdenme a volver a mi hogar —imploro pero ambas acallan seriamente sin apartar sus miradas de mí.

El dolor incrementa en mi pecho y la banshee mira fugazmente hasta este para después recomponerse.

—Yo soy tu madre... no una simple niñera —su voz hace eco, como si habláramos por teléfono y hubieran interferencias.

—No entiendo nada... yo... yo solo quiero volver a casa... por favor —sollozo con ansiedad.

Me ignoran y sin embargo, miran mi pecho. Antes de que pueda seguir sus miradas, un golpe seco y doloroso lo atraviesa, haciendo que pierda el equilibrio y caiga de rodillas.

—¿Qué hacen? —pregunta la primera mientras contengo las ganas de gritar.

—Intentan convertirla —responde la otra.

—¿Con-conver-tirme? —cuestiono con dificultad intentando que el aire llegue a mis pulmones.

—No saben que no se puede convertir a lo que ya sé es —informa Ariadna.

Quiero responder, pero la punzada se hunde con más fuerza en mi pecho y la sangre brota de él.

»Es hora de que vuelvas a tu mundo hija mía, ya has pasado demasiado tiempo en este —camina hasta mí y posa su mano en mi rostro, acunando mi mejilla.

—¿Mi mundo? Yo solo quiero volver a casa... —lloro sin fuerzas.

—Irlanda es tu hogar. Tú eres la elegida. Aquella que debe reinar junto a su actual soberano, sobre la gente de Éire. Solo debes recordar quién eres, buscar en lo más profundo de tu alma para hallar la verdad... Tú eres la que guiará a tu pueblo en la tormenta y de tu vientre brotará la luz que nos salve a todos —hace que la mire agarrándome del mentón.

»Eres la hija de Ariadna, besada por Morrigan, protegida de los dioses antiguos y nuevos, de los fundadores y de los Tuatha de Danann. Busca en tu interior para encontrar el recuerdo, para hallar aquello que nos salvará de la oscuridad. Pero por el momento; es hora de despertar —hunde un puñal de plata y piedras preciosas en mi pecho atravesando mi corazón y observando cómo poco a poco mi vitalidad se va consumiendo y como la sangre y el oxígeno abandonan mi cuerpo mientras intento gritar y agarrarme a ella en busca de consuelo.

La silueta de la mujer cuervo aparece a su lado y de golpe me invade la oscuridad.

Keyla.

Nara se agita en plegarias, balbuceando y hablando en irlandés en sueños; y de pronto se para, pese a nuestros intentos en mantenerla viva. Pese a toda la sangre de Aric qué le hemos inyectado. Se ha ido...

Muriel niega y bajamos nuestras cabezas por abatimiento.

Era una de las mejores amigas que he tenido nunca...

La única amiga que he tenido...

Muriel sale a dar la noticia cuando ocurre.

Las velas se apagan, se forman cortinas de humo y nace el silencio.

Y como si los dioses hubieran escuchado nuestras plegarias y Nara hubiera vuelto a nacer, se incorpora sobre la cama en la que se encontraba echada y vuelve a aspirar el aliento de la vida en grandes bocanadas y con las mejillas llenas de lágrimas de sangre que se deslizan de sus ojos color rubí.

///


Hola, hola cariños míos, sé que no he estado mucho por aquí pero como ya sabeis no estan siendo tiempos fáciles para mí. Pero en fin aun sigo sacando huequecitos para darnos a amabas partes un caprichito ;) Por que sí, cuando puedo y tengo ánimos me encanta escribir esta novela para vosotros y pensar si disfrutareis tanto del próximo capítulo como lo he hecho yo.

Esta novela está creciendo mucho en los últimos días, hemos hecho mas de mil y pico lecturas en wattpad sobre pasando las 3.5k de lecturas y en Litnet hemos sobrepasado las 30k y por eso quería agradeceroslo con un pequeño reglito y es el siguiente, el próximo cap será de un maratón de de tres capítulos, como lo oís, haré un pedazo de maratón uno por cada cifra que hemos conseguido (antes de que solteis las gracieta no pieso hacer uno de 30 para litnet, mas que nada si me quereis con vida para seguir con este proyecto). También he pensado hacer un directo en el grupo de face para que me pregunteis cosillas o para charlar, (si aun no sabeis que grupo es, se llama Aullidos de Irlanda y poco a poco somos cada vez más y voy subiendo algunas cosillas, incluso pondré algún adelanto del maratón por allí y avisaré de fechas. Asi que ya sabeis, ¿a qué esperais para ir a verlo y entrar en él?)

Dicho todo esto, espero que hayais disfrutado del especial halloween, porque por si no lo habéis notado me ha salido muchooooo más largo, pero es que este cap necesitaba ser así.

Os dejo unas preguntillas:

-¿Por qué Aric y la manada se siente tan afligidos por Naira?

-¿Qué sentimientos se están despertando en Aric y Naiara? ¿Por qué Aric la protege y quiere que viva, pese a que ha escapado? ¿Por qué a Naia le invade la calidez después de todo?

-¿A dónde a ido Nara en su ensoñación? ¿Estaba muerta?

-¿No se puede convertir a lo que ya se es? ¿Qué es Naira? Porque aun no se ha transformado en nada... ¿no?

-¿Hija de Ariadna? Lo hemos escuchado varias veces, pero cada vez se hace más incapie en ello, ¿quién es Nara?

-¿Ariadna ha dicho qué debía regir sobre Irlanda con el actual regente... qué significa eso?

-Ariadna, Dana, Morrigan.... ¿espías, banshees o seres superiores?

-¿Qué creeis que pasará en el siguiente cap con Nara de regreso y con los demás como Keyla o Aric?

-Si se me ha padado algo de preguntar o no me he fijado, decirmelo... conmetarlo todo lo que os haga sospechar! Quiero suposiciones!

Espero que hayais disfrutado del cap especial Halloween! Os quiero mis lobitos! Nos vemos pronto en un pedazo de maratón! Os amo!!! Nhoa♥

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