☽My the end☾ Chapter 5
Bianca en Multimedia
Canción: Deep End/Ruelle.
AVISO AL FINAL DEL CAPÍTULO!
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—Llevábamos mucho tiempo esperándote mi pequeña Naiara —una mujer de piel pálida acuna mi rostro y me sonríe con dulzura.
—¿Quién eres? ¿Qué hago aquí? —miro a los lados observando el bosque en la oscuridad de la noche.
—Tranquila mi niña. Todo vendrá con el tiempo y cada cosa caerá por su propio peso— sarga y rojiza cabellera ondulada, se agita con el viento.
—No sé de qué me hablas... —digo asustada mirando directamente a su ojos grises.
—Muy pronto lo sabrás —acaricia mi pelo con suavidad —. Lamentablemente...
—¿Qué? ¿Qué quieres de mí? —doy un paso atrás, pero impide que me aleje.
—Quiero que cumplas con tu deber. Pero lamentablemente tu cargo no permitirá que puedas fiarte de nadie —su ojos se tiñen de rojo y comienza a derramar lágrimas de sangre.
—Una Banshee... —doy un respingo intento huir.
—No debes de fiarte de nadie mi pequeña niña. El amor puede llegar a traicionarnos —me retiene apretando su agarre, haciendo que caiga de rodillas.
—¡No sé de qué me hablas! ¡Suéltame! —chillo y a un lado aparece Einar, acercándose a mí.
—Naia —susurra intentando alcanzarme.
—Dejadme —pataleo llorando y Einar hace a un lado la banshee, para cogerme en brazos y salir corriendo de allí.
—¡Eres la luz de la luna Naiara! ¡No lo olvides nunca! —grita antes de soltar un gemido glutural y escalofriante que lleva mi sangre por completo. Observo como su figura se desvanece con la distancia alcanzada, por los pasos de Einar.
Miro su rostro contraído por la preocupación y su respiración agitada por la velocidad de sus pasos mientras me carga.
—Ein...
—Estamos juntos en esto Naiara. No lo olvides —suspira mirándome a los ojos. Un destello dorado sale de los suyos y acaricia mi frente con la suya para después, seguir corriendo.
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—¡Ah! —me despierto gritando y agitada. Paso la mano por mi nuca comprobando que se encuentra chorreando de sudor.
»No vuelvo a escuchar ninguna historia de Fred nunca más —suspiro y me levanto a por un poco de agua. Son las seis, así que no tardará mucho en salir el sol.
Camino alrededor de la cama con cuidado de no despertar a Leyre y me detengo extrañada, al lado de la ventana. Veo una luz en el fondo del bosque. Alguien estará haciendo acampada, me imagino. Miro al cielo y sonrío, nunca había visto un cielo tan estrellado y una luna tan enorme.
Vuelvo a reanudar el paso a la cocina y enciendo la luz, topandome con alguien sentado frente a la alacena. Ambas chillamos.
—¡Por Dios Naiara! ¡Qué susto! —exclama Bianca llevando una mano en su pecho.
—Eso mismo podría decir yo, ¿no crees? —respiro con dificultad y avanzo hasta un taburete y me siento junto a ella, en la presidencia —. ¿Qué comes?
—Chocolate — me lo muestra —. ¿Quieres un poco?
—Sí, claro —extiendo la mano y me parte una onza de chocolate —¿Problemas para dormir?
—Sí, bueno... No sé —suspira.
—Te conozco... a ti te preocupa algo —la señalo con el trozo de chocolate —. Ya puedes estar contándomelo...
—Lo de Frederick y mío... lo de ya sabes... acostarnos y demás... —absorbe la nariz preocupada.
—Hey Bi, no se lo tomes en cuenta... ya sabes cómo es ella con respecto al sexo —me bajo del taburete y me pongo en otro, a su otro lado para estar más cerca.
—Ya, pero me ha dado en qué pensar —habla con voz chillona —Aún no lo hemos hecho y...
—¿Quieres hacerlo con él? —alcanzo su mano y le entrelazo con la mía.
—Sí, pero... —solloza.
—No estás preparada todavía —zanjo sonriendo.
—No... y eso es lo que me preocupa —limpia sus mejillas en dejar de llorar.
—¿Por qué? ¿Acaso crees que Frederick te presionara? Pero si hoy te has defendido... —intento calmarla lo mejor que puedo.
—Tengo miedo de que se aburra de mí. De una niña como yo que no puede... —llora y se tapa el rostro.
—Hey, Ni se te ocurra decir ese asalto de tonterías. No eres ninguna niña pequeña por no sentirte capacitada para mantener relaciones sexuales todavía. Es una cuestión de confianza y seguridad, no de madurez, así que ni se te ocurra pensarlo —destapo su rostro sonrojado por el llanto —. No se va a aburrir de ti por no mantener relaciones si te quiere de verdad y creeme, dudo mucho que no lo haga después de todo el tiempo que lleva detrás de ti ... —sonrío.
—Olvidas a las otras chicas con las que...
—¿Qué tiene que ver cuatro polvos pasajeros con esto? —pregunto extrañada.
—¿Y si busca lo qué yo no le doy en otras? —me mira angustiada y niego.
—Sería un completo idiota si hiciera eso. Antes buscaba a todas las chicas porque el muy imbécil no se daba cuenta de que sentías lo mismo que él y ambos sufriais con eso. Pero ahora estáis juntos, ¿no? —asiente —. Pues entonces no es algo que te deba preocupar. Me cabrea muchísimo que por culpa de lo que dijera Leyre te hayas puesto así, a veces es excesiva en estos temas y me cabrea muchísimo...
—Ya estaba preocupada con ese tema, ella solo...
—Ella solo lo ha agravado —suspiro cortándola —Pero piensa en esto. Ella comenzó su relación con Raúl porque ambos se emborracharon en el cumpleaños de María y se metieron en una habitación, en la que dudo mucho que se acuerden de poco más que aparecer desnudos a la mañana siguiente. Antes se gustaban, pero no tuvieron las narices de afrontarlo hasta que se vieron envueltos en la vergüenza de la mañana siguiente a su desmadre. Pasaron semanas de no hablarse y de tenernos de mandados a todos; evitándose cada vez que podían, hasta que Frederick los enfrentó en mi cocina y ambos tuvieron que dar la cara a lo que había pasado. Ahora son inseparables, pero, ¿sabes lo mal que tuvieron que pasarlo? ¿El bochorno que sintieron por hacer lo que hicieron? ¿ O el simple hecho de pensar que se habían perdido, como temían perderse anteriormente y por eso no habían llegado a decirse nada? —le cojo las manos para que me mire —. ¿Eso es lo que quieres para ti y para Fred?
—No... —niega.
—¿Quieres que os precipiteis tanto que la situación se complique y alguno de los dos se sienta mal y os de vergüenza admitirlo? ¿Quieres que se complique y que por una estupidez la relación se acabe contento cómo empezó? —vuelve a negar.
—No, claro que no Naia... —llora.
—Pues entonces para de pensar estupideces y hacerle caso a los demás en algo que solo te concierne a ti misma. Eres una gran chica y estoy segura que eres capaz de tomar tus propias decisiones, grandes decisiones y no importa si te equivocas, porque somos personas y merecemos equivocarnos sin que nos juzguen, pero nunca sabrás eso si no comienzas a hacerlo por ti misma; y sobre todo eres tú quien no debe juzgarse... —acuno su rostro en mis manos y limpio sus lágrimas.
—Está bien... —asiente con voz chillona.
—Y habla con Frederick, Bianca...
—Pero él... —niego con la cabeza.
—Él, nada. Te hará bien hablar con él sobre esto. Y además sabrás su opinión.Seguro que te dice algo parecido a lo que te he dicho yo y te tranquilizará. Además, merece saber lo que piensas sobre eso. Él es la otra parte afectada y encima estás sacando conclusiones precipitadas... —sonrío viendo como asiente —. Cómete eso y vete a la cama, mañana será otro día. O dentro de un par de horas, al menos —reímos.
»Yo me voy ya también... —me levanto del taburete.
—Enseguida voy —sonríe a boca cerrada y asiento marchándome de la cocina.
Atraviesa el comedor cuando la puerta del jardín se abre, entrando un Frederick sin camiseta y algo sudado.
—¿Te has dado un chapuzón o las leyendas de anoche también te han afectado? —sonrío y me sonríe de vuelta, cerrando el ventanal.
—Estaba en el baño y salí a dar una vuelta por el jardín, la verdad es que yo mismo me asusté de mis propios cuentos — ríe—. ¿Vas a alguna parte?
—No. Me desvelé y fui a por un vaso de agua. Estaba hablando con Bianca en la cocina —sonrío mirándole.
—¿Está despierta? —mira por encima de mi hombro.
—Sí, deberías hablar con ella...
—¿Está bien? —se preocupa y niego.
—No. Tranquilo. Solo está algo preocupada, pero será mejor que vayas —suspiro —. Es un tema que te concierne a ti también...
—Está bien, voy enseguida —avanza un par de pasos y se detiene a mirarme —. ¿Vuelves a la cama?
—Claro — sonrío —. ¿Dónde iba a ir si no? Sabes que antes de las nueve y cuarto no soy persona.
—Sí. todavía me acuerdo de tu cara de zombie en el instituto... —bromea.
—Deja de incordiar y me tranquiliza tu novia antes de que huya de tu lado —reniego y ríe por lo bajo.
—De acuerdo... —me sonríe —. Descansa. Nos vemos en unas horas...
— ¿Me llevaras a ver los acantilados de los que me hablaste? — sonrío ilusionada.
—Por la caprichosilla de mi hermanita pequeña, soy capaz de hacer dos hora y media de coche cuando ella quiera... —besa mi frente con ternura.
—No lo digas muy en alto. No queremos que nuestra Bi se ponga celosa... —me cachondeo y me empuja por los hombros cariñosamente.
—A ella le tengo una sorpresa especial esperando —me guiña un ojo.
—¡Oh por Dios! —exclamó en un susurro tapando mi boca con ambas manos —. Eso me lo vas a tener que contar galán... —le señalo.
—Pero mañana, a una hora prudencial. ¿Te parece? —ríe levemente y asiento.
—Te tomo la palabra. En el desayuno me cuentas todo —asiente sonriendo —. Y ahora ve con tu chica; le hará bien hablar contigo...
—Está bien... hasta luego... —besa mi mejilla y se va a la cocina.
Sonrío levemente viendo cómo se marcha. Voy a mi habitación cuando veo un pequeño destello por el rabillo de mi ojo, viniendo del bosque.
Qué raro. ¿Qué será eso?
Quiero irme a dormir, pero la curiosidad me puede. Cojo una linterna de la mesa de la entrada y salgo fuera. Total, no me hará mucha falta, ya se puede ver una línea rojiza vislumbrar por el horizonte bajo el gran manto negro del cielo.
Voy a bajar el escalón de madera cuando vea las huellas de los pies formadas por barro. ¿Acaso el idiota este, salió descalzo a la calle a pasear? No quiero saber cómo estaba el suelo de la casa, ni mucho menos lo que Leyre le hará a su bonito cuello, con lo maniática de la limpieza que está hecha.
Camino un poco hacia el lago. Hace un poco de fresco, pero merece la pena. Está precioso estas horas, alumbrado con los últimos rayos de luz de la luna llena. Sonrío ante tan hermosa imagen. Sobo mis brazos por el frío y reacomodo el fular de lana sobre estos, para cubrirlos.
A mí derecha vuelvo a visualizar la luz que había visto antes desde el ventanal. Parece el reflejo de algo, como de un espejo o algún cristal.
¿Se habrá perdido algún excursionista y estará intentando reclamar un poco de ayuda?
La sola idea de que haya podido ser así, me enferma. Avanzo a grandes zancadas hasta el bosque, siguiendo el destello parpadeante, que pareciera que cada vez se hiciera más pequeño. ¿Acaso está más lejos? Escucho el crujir de las hojas.
—¿Hola? ¿Hay alguien aquí? —no obtengo respuesta alguna, tan solo un silencio sepulcral —¿Necesita ayuda? ¡Estoy en una casa a la orilla del lago!
De repente lo veo. Hay un cuerpo tirado de medio lado y de espaldas a mí a unos metros.
—¡Oiga! ¡¿Se encuentra usted bien?! ¡Voy a llamar a una ambulancia! ¡Espere un momento! —voy a girarme cuando una brisa helada se levanta, azotando con fuerza las ramas de los árboles y silbando de manera aulladora.
—Mierda —castañeteo los dientes y me arropo, echando una última mirada al chico que hay en el suelo, o mejor dicho, que había —¡¿Oiga?!
»¡¿Está usted bien?! ¡No se preocupe, por favor! ¡Voy a ir por ayuda! —. ¿Dónde mierda se ha metido? —¿Acaso se ha asustado de mí?
De repente, escucho unos chillidos desesperados.
¿Banshees? No. No puede ser, eso tan solo son leyendas.
Retrocedo asustada, volviendo a oírlos.
No, no son chillidos. Son aullidos. Son lobos. Jadeo asustado volviendo retroceder, ¿acaso son ellos los que atacaron al muchacho? ¿Acaso se lo han llevado hasta su guarida para despedazarlo y comérselo entre todos?
Contengo un sollozo y me tapo la boca para evitar que me escuchen. Tengo que volver lo antes posible con los chicos. Y entonces, escucho la respuesta de uno de ellos, justo detrás de mí.
Me giro lentamente y ahí está, grande y poderoso, con la luz de la luna creando destellos en su pelo plateado y con sus enormes ojos amarillos puestos en mí, intimidándome. Es realmente precioso, pero eso no hace que le tema menos, porqué hasta la muerte puede resultar bella a veces. Él es la misma cara de la muerte. Y yo no estoy dispuesta a morir.
Retrocedo para huir hacia el bosque e intentar despistarle, pero comienza a gruñir y avanza rápidamente esquivándome, por donde yo me iba a marchar.
¿Acaso quiere que voy a por donde he venido?
Se agacha y vuelve a gruñir, asustándome. Mi corazón se salta un latido y comienzo a correr como una loca, con la bestia pisándome los talones. Lloro mientras corro. Estoy realmente asustada.
¿ Por qué he tenido que salir? ¿ Qué le ha pasado a que el chico?
Y como si de un ángel se tratara, veo a lo lejos como las luces del porche de la casa se encienden. Sonrío levemente, mientras soy yo y corro lo más rápido que puedo.
—¡Socorro! ¡Chicos! —grito y escucho al animal gruñir tras de mí —. ¡Frederick! ¡Ayuda, por favor! — sollozo, tropezando con varias ramas y piedras pero sin dejar de correr.
El lobo que hay detrás de mí emite un aullido agudo y sonoro y alcanza uno de mis pies con su mano. Chillo sorprendida y pateo hacia atrás, a punto de perder el equilibrio por el movimiento y por el dolor.
Avanzo rápidamente, sacando las fuerzas de donde no las tengo, aumentando la velocidad. El lobo vuelve a aullar, esta vez sin descanso, desesperado y corriendo como una gacela trás de mis talones. Y entonces lo escucho.
—¡Naiara! — Frederick grita a lo lejos desde la casa.
—¡Frederick! ¡Socorro! —chillo con terror —. ¡Lobos!
—¡Naia! —repite y puedo notar la angustia en su voz —. ¡Ven! ¡Corre!
— ¡Fred...
Mis gritos se acallados por sus aullidos. La manada se está acercando. Noto como sus aullidos y pisadas se hacen cada vez más cercanos.
Aumento la velocidad, tropezando nuevamente, cortándome en el muslo profundamente; pero me levanto y sigo corriendo. La bestia de detrás aulla con más fuerza y noto como el resto de su manada se va aproximando. Estoy perdida. Este es mi fin.
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Bueno, hasta aquí ha llegado el capítulo de hoy. ¿Qué os ha parecido? Espero que os vaya gustando la historia, los primeros capítulos iran más lentos en cuanto a la trama, pero es necesario para que esta se desarrolle completamente... ya descubrireis el porqué.
Quería avisaros de que varias personas eligieron para la subida de capítulo, los martes y sábados, por lo cual por ello estoy aquí en estos instantes, no obstante dejaré que la votación siga hasta el sábado que viene, para aquellos que no hayan podido votar el día que más le gustaría que subiera capítulo. También pediros mil disculpas por subirlo a estas horas, pero he estado de viaje por médicos y he estado en la carretera más de ocho horas, más la consulta... así que se me ha complicado algo la cosa... pero en fin, aquí teneis el cap!! Y espero de todo corazón que os haya gustado.
Os dejo unas preguntillas:
-¿Qué os ha parecido el cap?
-¿Cuál ha sido vuestro momento favorito?
-¿Qué opinais sobre el sueño de Naiara?
-¿Qué opinais del consejo que le ha dado Naia a Bianca?
-¿Quien era el chico que estaba tirado en el suelo? ¿Estará bien?
-¿Logrará Naia salir del aprieto en el que se ha metido?
-¿Qué creeis que pasará en el siguiente capítulo?
Bueno, eso es todo por hoy! Pasar buena semana, nos vemos aquí el sábado que viene!! Soñar con los angelitos, os quiero mucho mis pequeños lobit@s ♥ Nhoa♥
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