☽It's Her☾ Chapter 22

Multimedia: Aric

Canción: Truth (Extended)/Ramin Djawadi

"El mismo lobo tiene momentos de debilidad, en que se pone del lado del cordero y piensa: Ójala que huya/ Adolfo Bioy Casares.

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☽Capítulo 22☾

Naiara.

Permanezco quieta y estática, con el rostro empapado en lágrimas. Me han descubierto. He fallado a Einar. Sus intentos para salvarme no han servido de nada.

—Llama a Aric —exige Muriel a una Keyla noqueada y boquiabierta que no ha movido ni un solo pelo desde que vio la marca.

»¡Keyla! ¡Dile al Alfa que pase a la tienda! —Keyla sale de su adormecimiento y asiente levemente.

—Ayudarme a asearla antes de que el Alfa entré a verla —ordena Muriel acercándose a mí, con una palangana de oro entre sus manos.

Las mujeres se miran, clavadas en el mismo lugar en el que estaban.

»¿Habéis visto su marca? ¡¿Sabéis quién es?! ¡¿Sabéis el poder que tiene y lo que os hará si no obedecéis?! —reclama y todas comienzan a corretear por la tienda cogiendo cosas de aseo.

¿Poder? ¿Hacerles? ¿Avisar a Aric? ¿Asearme? ¡¿Alfa?! ¡Maldita sea! ¡Por un momento había olvidado lo de los lobos!

Intento incorporarme para salir huyendo y que sea lo que Dios quiera, pero la firme mano de Muriel sobre mi hombro me lo impide.

»Tranquila Na... mi señora. No hay de qué temer. Solo vamos a asearle, la caída la ha dejado algo demacrada, pero no es algo que no podamos arreglar —sonríe amablemente comenzando a limpiar la mugre de mi mejilla con un trapo escurrido y húmedo, que extrae de la palangana.

¿Por qué ha pasado de tutearme hablarme de usted?

»Tranquila, su calentura no se trata de fiebre, estará usted bien en breve —me explica volviendo a sonreír.

¿Mi calentura? ¿La fiebre? ¿Por qué ha pasado a un segundo grado, cuando antes corrían despavoridas y preocupadas y hasta decían que deliraba?

Guardan silencio mientras me arreglan y me despojan de los harapos que antes eran mi ropa y me ponen un fino vestido de suave seda color añil que anudan a mi cintura.

Están peinándome y retocándome a su antojo cuando la tienda se abre dejándome ver el rostro desencajado de Aric.

Aric observa sin dar ni un solo paso de dónde está, sujetando el trozo de tela que hace de puerta por encima de su cabeza.

Todas dejan lo que hacían y dan un paso hacia atrás apartándose, excepto Muriel.

»Mi señor... —inclina su cabeza hacia él con respeto y no puedo hacer más que observar la escena callada.

Aric camina a paso lento, pero firme, hacia mí, mientras yo tiro de mi vestido nuevo para cubrir mi pecho. No aparto en ningún momento la mirada de él, pese a que se ha parado con carácter serio y espeluznante a tan solo un par de pasos de mí.

—¿Es cierto? ¿Es ella? —pregunta emocionado y con voz temblorosa, apartando la mirada de mí tras varios minutos.

—Sí, mi señor... —sonríe Muriel a mi costado, inclinando gentilmente la cabeza a modo de asentimiento.

Aric niega incrédulo.

—No puede ser... no puede ser tan fácil. No puede haber estado todo este tiempo aquí y no habernos dado cuenta, nadie... Ni siquiera ha habido atisbo alguno de su poder... pese a su edad... —puntualiza y Muriel niega sonriendo.

—Piénselo bien mi señor, la muchacha se cayó por un precipicio del que un simple ser humano no habría sido capaz de escapar con vida; no usó la curación acelerada, sin embargo, todo su cuerpo se recuperó en cuestión de días.

»Aunque un humano hubiera sido capaz de sobrevivir, habría muerto reventado a las pocas horas... o habría tardado meses en sanar, si embargo, ella necesitó menos de diez días para hacerlo.

—Pudo ser un golpe de suerte o fortaleza —se rehusa a creer Aric —. Además con vuestros cuidados... las hierbas de Keyla, Einar y mi madre...

—Tonterías mi alteza. La muchacha se puso en pie en cuestión de horas al haberse tirado por el cortado —¿cómo saben qué me tiré?

»Además, ¿no se da cuenta? ¿Cuánto hace qué no recibimos una amenaza del clan del cuervo? Más sin embargo, la muchacha fue señalada como lo hace la tribu, al poco de llegar aquí... levantando las sospechas que nos hicieron perder la cabeza todo este tiempo...

—Morrigan... ella solo se aparece a nuestra gente, más no se ha aparecido a uno de los nuestros en años y solo lo hacía a sus hijos y excepcionalmente a sus ahijados; si Nara fuera quien pensamos es Ariadna quien debería velar por ella, no Morrigan... —Aric explica a Muriel mientras yo palidezco y entreabro la boca para tragar un aire que no me llega.

¿Ariadna?

¿He escuchado bien, ha dicho Ariadna?

Eres hija de Ariadna... Se repite una y otra vez en mi cabeza, como si hubiera entrado en bucle.

—Eso demuestra mucho más aún, la grandeza de su poder —sonríe Muriel y Aric la mira dudoso, para después dirigir su mirada hasta mí, junto con la de Muriel.

Me dan un escaneo de arriba a abajo y Aric se aproxima un poco más a mí, preguntando con voz seria:

—¿Conoces a Morrigan o a Ariadna? —silencio, es lo único que obtiene de mí tras su pregunta y me obligo a contener el temblor que arrasa mi cuerpo.

—Respóndeme, ¿conoces a la mujer cuervo y a la dama de blanco? —vuelve a cuestionar, pero no respondo, temo que si lo hago, algo de en mi voz lo haga descubrir que sí.

Suspira y toma asiento frente a mí apoyando una mano en mi rodilla.

—No debes temerme, no importa lo que dijera en el pasado, la preocupación por mi gente me hizo algo irascible y puede que contigo, algo tirano; pero aquí nada debes de temer. Dime aquello que he preguntado —acaricia mi pantorrilla con suavidad y niego comenzando a sollozar.

—Está demasiado asustada señor —interviene Muriel haciendo asentir a Aric.

—¿Cuál es tu verdadero nombre Nara? —cuestiona con amabilidad, más no obtiene respuesta alguna de mi parte que no sea las dos gruesas lágrimas que se deslizan por mis mejillas.

Su mano se alarga hasta mi barbilla, haciendo que devuelva mi vista a el frente, hasta su rostro.

—Mírame —habla con una suavidad felina —. ¿Cuál es tu verdadero nombre?

Niego sin abrir la boca.

»Sé lo que viste en el bosque. Sé que estás asustada. Ni siquiera tu imaginación creía en nuestra existencia, pero aquí estamos, a tan solo unos milímetros de ti; aguardando tu confianza y tu respuesta.

»No me moveré de aquí sin ella...

—No sé nada... —me limito a contestar con la voz quebrada por el llanto.

—Dime cual es tu nombre —trago saliva intentando mantener su mirada.

—Nara...

—Ambos sabemos que ese nombre no significa nada —habla con dureza y no tengo ni idea de que más añadir.

Si hablo algo que él sabe y pudiera desconocer me haría meter la pata.

»Ya sabes lo que somos; ya has escuchado varias veces mi rango, más no tengo poder absoluto sobre ti, no te impone mi presencia y tu voluntad no se subleva hacia la mía. ¿Sabes lo que eso significa?

Me limito a negar de nuevo.

—Significa que tu rango es igual al mío, o incluso superior, significa que eres una bestia como nosotros, como aquellos a los que tanto temes y con razón, significa que no eres una simple humana —una arcada amarga sube por mi garganta en cuento lo dice.

—No... yo... no...

—Cuanto antes me digas tu nombre, antes podré ayudarte con todo lo que te está pasando y aun no comprendes. Dime quien eres y deja de hacernos perder el tiempo —¿yo? ¿una bestia? ¿una persona que se transforma en animal en la oscuridad de la noche como esas historias de terror antiguas?

»Nara —exige una respuesta.

No sé si hago bien. No sé ya en quien creer, solo quiero que esto acabe de una vez por todas, así que accedo finalmente a decirlo:

—Me llamo Naiara, mi verdadero nombre es Naiara —abrazo mis rodillas sollozando.

—Ese nombre... ¿figura dentro de la lista que nos dio la niñera? —pregunta Aric a Muriel y esta asiente sonriente.

—Está dentro de la lista de nombres de Raquel —¿Raquel, acaso..? —en árabe, luz de luna es su nombre.

Aric asiente y hace que me levante del sillón agarrándome de la cintura, haciéndome temblar entre sus grandes manos.

—Ayudarle a mantenerse en pie —traga saliva con el rostro descompuesto y con actitud nerviosa.

Dos mujeres se ponen a mis costados y me sujetan por los brazos.

—¿Qué vas a hacer? —pregunto al verle caminar hasta mi, nervioso y titubeante.

—La primera vez que te vi, te pregunté por una marca igual que la mía —señala su pectoral izquierdo y no es hasta ahora que me fijo en que no lleva puesta camiseta y que su torso se encuentra desnudo y húmedo por la lluvia.

—Me la negaste e intenté descubrirla de malas maneras, si no fuera porque Einar se interpuso habrías estado completamente desnuda frente a mis hombres... —se me seca la garganta al recordar —. Y ahora pregunto, ¿me la negarás de nuevo? —antes de que pueda contestar sus manos han volado a mi cintura y han desecho el nudo de mi vestido, abriéndolo como si fuera una bata y posteriormente dejándolo caer arrugado en el suelo junto a mis pues, mostrando mi desnudez absoluta.

Intento taparme asustada, pero Aric da la orden con un chasquido de dedos; mientras deshace el ovillo en el que me he convertido de un golpe seco y brusco.

—Sujetarla —las mujeres me apresan mientras yo quedo expuesta frente a una alimaña, frente a un lobo que me ha tenido engañada unos minutos.

Nunca quiso ayudarme, ni siquiera cuando me rescató del bosque.

Su mano se alza y acuna mi pecho acariciando la marca con su pulgar, mandando escalofríos a través de mi columna vertebral y vergonzosamente, haciendo que la cumbre de mi pecho responda alegre y excitada a su contacto.

—Eres la luz de la luna que nos guiará en la adversidad y de tu vientre brotará la luz que nos salvará a todos de la oscuridad —repite las palabras que tanto he escuchado mientras acaricia mi seno con gentileza, con los ojos aguados.

—Es tu mate —se escucha de pronto y nos volvemos para observar a Keyla llorando con rabia, atascada en la puerta de la tienda, con los ojos dorados propios de su propia bestia.

»Es tu mate, tu verdadera mate. Tu verdadera luna —escupe con rabia saliendo de la tienda.

—¡Keyla! —grita Aric conmocionado y tras varios segundos, corre tras ella como si el viento lo azotara, dejándome más confundida de lo que lo estaba antes y con mucho más miedo que cuando llegué aquí.

¿Dónde estás Einar?

Te necesito.

Necesito saber que todo esto es una mentira o un mal sueño.



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Hey chicos! ¿Como han estado? Yo muy desaparecida, pero parece que me miró un tuerto como dice por aquí y practicamente se me han ido las ganas y la inspiración por el retrete.

Sé que avise de un maratón por mis redes sociales, más he pensado que después de este tema del coronavirus nos vendría bien un poquito de distracción.

Yo estoy en cuarentena en casa y para los que esteis en riesgo espero que la cumplais y la lleveis bien. De hecho algunos escritores hemos hecho una lista de lectura para hacer estos días de encierro más amenos, asi que, ¿que estais esperando para poneros a leer?

Estaré o por lo menos espero estar escribiendo estos días si Dios quiere y no pasa nada, por lo que si tengo tres caps listos para el 24 de marzo, os prometo un maratón. ¿Qué pasará el 24 para que sea el maratón? jajajaja. Si teno alguno más y veo que me da tiempo lo subiré entre medias para teneros entretenidos.

De nuevo siento la tardanza de este nuevo cap, que espero que hayais disfrutado. No os perdais nada en los siguiente, porque tengo noticias.

Os dejo una preguntillas:

—¿Qué os ha parecido el cap?

—¿Nara es una de ellos en realidad?

—¿Es la verdadera mate de Aric? o:

—¿Dónde se ha metido Einar en realidad? ¿Vendrá a tiempo o a buscarla?

—¿Qué creeis que es todo ese tema de la hija de Ariadna o Morrigan?

Bueno, eso es todo por hoy. Espero que tengais una cuarentena amena dentro de lo que cabe y a los que no tengan esas medidas, espero que hayais pasado un buen fin de semana. Pero enserio, por favor, para parar esto, los españoles y todos los países afectados debemos cumplirla a rajatabla, sed responsables, sumaros al #yomequedoencasa.

Si quereis tener más noticias sobre mí, no olvideis seguirme en instagram @alphadinastíaworld y en el grupo de face, "Aullidos de Irlanda".

Os quiero mis lobitos, buenas noches! Nhoa♥

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