20
Capítulo dedicado a Veladonna, que su idea fue la ganadora en mi tablero (y la más apoyada también), incluída en esta historia.
Gracias bebé, me divertí mucho escribiéndolo.
Yoongi acarició la tersa piel de la desnuda espalda de Jimin en pequeños círculos ociosos. Un ligero toque con las puntas de los dedos mientras su omega descansaba plácidamente sobre su pecho igualmente desnudo, respirando con suavidad sobre su cuello, profundamente dormido.
Yoongi sonrió, orgulloso por la confianza que habían logrado construir juntos a lo largo del mes, y feliz por la profundidad de sus sentimientos por el hermoso omega sobre él. Porque sabía que era correspondido y que lo que había empezado con él, cansado, estresado y deseoso de mimos, había terminado con él profundamente enamorado de la persona que le dió esos mimos y que terminó por darle mucho más que contención temporal. Mucho más que solo un poco de felicidad momentánea. Le dió una razón para sonreír todos los días, para ser mejor, para esforzarse... Para vivir. Le dió una persona para cuidar, proteger y amar. Y tal vez, solo tal vez, en el futuro le daría pequeños cachorritos que harían una manada para los dos. Que harían de sus días ruidosos, entretenidos y felices. Ningún día sería como el anterior ni aburrido, porque tendría a Jimin y a sus futuros hijos para hacer de su vida una aventura diaria.
La sonrisa en el rostro de Yoongi se hizo incluso más grande. Porque nada se sentía como tener a Jimin en su apartamento, en su cama, arropado en sus sabanas que tenían su aroma a alfa y que envolvían a su omega llenandolo de calidez y seguridad, así como lo hacía al sostenerlo entre sus cálidos brazos.
Desafortunadamente éste era el único momento en el que podían estar juntos durante la semana que no incluía su visita al Spa el fin de semana o cuando acompañaba a Jimin al hospital los miércoles para ver a la pequeña SaeMin. Yoongi había aprendido a querer a la pequeña cachorra con rapidez. Desde el primer momento en que la vió ese día, un mes atrás en el hospital.
Los ojitos de la pequeña SaeMin, idénticos a los de su hermano mayor habían brillado con genuina felicidad, sus aniñadas facciones resplandeciendo al ver a su hermano mayor aparecer por la puerta.
——¡Jiminie oppa, viniste, estás aquí!
——Por supuesto que sí, pequeña pulgosa hermosa. Nunca me perdería mi visita a mi persona favorita en el mundo.
La pequeña cachorra era casi una copia exacta de su hermano mayor. El cabello rubio, idéntico al de Jimin le caía largo, en ondas hasta desparramarse a su cintura. La carita ovalada, infantil, la nariz pequeñita, un botoncito adorable como el de su hermano, los labios un poco más finos y rosados para terminar en una sonrisa de medias lunas idéntica a la de su hermano omega. Era preciosa. Una cachorrita versión femenina de su Jimin. Internamente, Yoongi esperaba que sus bebés se vieran justo así. Los ojos del alfa se ablandaron, enternecido con la imagen de Jimin haciéndole arrumacos a su hermanita. Besando su pequeña nariz, haciéndola reír.
La pequeña SaeMin desvío su mirada de su hermano a la siguiente persona que entró por la puerta, al alfa que acompañaba su hermano y sus ojitos brillaron con curiosidad, poniendo a Yoongi nervioso bajo la atenta mirada de la pequeña. Quería agradarle a la hermanita de Jimin. Que lo aprobara y aprobara su relación con él. Serían familia muy pronto, después de todo. Quería que confiara en él, que le diera la oportunidad de cuidar de ella también. Algo en su suave voz, sus ojos y la similitud tan grande con su hermano le decía que ella también sería una omega. Y un buen alfa siempre cuidaba a los omegas bajo su cargo. Incluso si resultaba que no se presentara como omega y lo hacía como beta o alfa, Yoongi quería estar para ella también. Porque era una parte fundamental de la vida de Jimin y también lo sería en la vida de Yoongi.
——¿Mochi, quién es él?
Yoongi se dió cuenta en ese momento, al ver que la niña levanta la mano derecha con dificultad, que ella no era capaz de mover gran parte de su cuerpo, como le había dicho Jimin antes de entrar y eso lo entristeció. Hizo una nota mental para hablar después con un médico amigo suyo. Tal vez había algo en lo que la podría ayudar, la cachorra era joven aún.
——¿Él? Él es Min Yoongi, mi novio. ¿Está bien que venga conmigo?
Yoongi sintió que se le hinchada el pecho de felicidad y orgullo. Jimin lo había presentando como su novio. Podría haberlo hecho como un amigo o cualquier otra cosa, pero no. Lo presentó como su novio. El alfa dentro de él comenzó a saltar arriba y abajo para después perseguir su cola a toda velocidad y detenerse abruptamente para aullar de felicidad. Yoongi se sentía igual que su lobo, pero lo único que dejó entrever fue una pequeña sonrisa amable. Jimin lo volteó a ver con una sonrisita burlona y un brillo travieso en sus ojitos azules. ¿Estaba a caso delatándose a sí mismo? ¿Estaba liberando hormonas con tanta obviedad, como lobato adolescente?
Los ojitos de la pequeña SaeMin se estrecharon, mirándolo con seriedad. Se veía adorable a los ojos de Yoongi pero de igual forma se tomó en serio su desconfianza.
——¿A qué se dedica, señor alfa Min? ¿Puede cuidar de mi hermano? ¿Le quiere?
Yoongi boqueó como pescado fuera del agua ante la lluvia de preguntas repentinas y volteó a ver a Jimin con terror, solo para darse cuenta de que su omega estaba tratando de aguantar la risa, cubriendo su boquita con sus manitas y los ojos en medias lunas por la sonrisa. Sí, su omega no le ayudaría en lo más mínimo. Se giró para ver a la niña otra vez, las cejas juntas, mostrando su ansiedad.
——Y-yo... S-soy productor musical y...
——¿Y es bueno en eso?
——S-supongo que si...
——¿Quiere a mi hermano? ¿Cuidará bien de él?
Yoongi tomó una bocanada de aire, tratando de tranquilizar sus nervios. Era solo una niña. No debería estar nervioso. Pero ese era el problema, estaba nervioso a más no poder, hasta su lobo estaba nervioso de una niña. Entonces miró a Jimin. ¿Que si le quería y lo cuidaría? Diablos, sí. Yoongi lo quería más que al aire, la comida o a sus figuritas y peluches de Kumamon. Y Jimin pareció entender lo que le dijo sin palabras, porque una sonrisa suave y amorosa se pintó en sus perfectos labios y sus ojitos tenían un brillo de entendimiento que lo decía todo.
——No, no quiero a tu hermano. Lo amo. Lo amo más de lo que jamás podré decir en palabras, pero me aseguraré de que mis acciones hablen por mi. Y no sólo quiero cuidar de tu hermano. También de tí, si me lo permites.
Yoongi creyó ver a Jimin apartar una lágrima, pero no estaba del todo seguro, demasiado concentrado en la pequeña SaeMin y en recibir su aprobación que no apartó la mirada del infantil rostro, serio.
Una risita cantarina remplazó la mirada seria y una sonrisa de medias lunas, idéntica a la de Jimin se instaló en su rostro, para después mirar a su hermano mayor.
——Él parece tan lindo y bueno, ¿nos lo podemos quedar? ¿Sí, sí?
La risa inundó la habitación del hospital, instalandose en sus rostros y corazones por el resto de la visita. Cuando salieron, Jimin le dió un pequeño beso en los labios y vocalizo un "también te amo", para seguir caminando como si nada. Como si no hubiese sacudido todo en el mundo de Yoongi.
Yoongi sonrió soñoliento por los recuerdos, y atrajo el semi desnudo cuerpo de su omega más hacia su cuerpo, hociqueando con la nariz en el cuello de Jimin, dejando un besito en esa zona. Añorando el momento en el que finalmente pondría su marca ahí. Jimin prácticamente vivía con él desde entonces. Las noches, antes de dormir eran prácticamente el único momento en el que podían verse, a demás de las mañanas. En las cuales, algunas veces Yoongi despertaba para preparar el desayuno y otras Jimin. Robándose dulces besos aquí y allá antes de irse al trabajo cada uno.
Yoongi mentiría si no dijera que el trabajo de Jimin le molestaba a su alfa y un poco a él, pero no diría nada de momento. Aguardaría al momento adecuado para darle su propuesta a Jimin. Solo esperaba que no se ofendiera y aceptara lo que tenía en mente o si quería hacer algo más, también estaba bien.
Los ojos de Yoongi se cerraron lentamente, arrullado por el movimiento de sus dedos en la piel de Jimin y la acompasada respiración de éste, dándole la bienvenida a las finas arenas de Morfeo, cayendo suave y apaciblemente en el dulce mundo de los sueños, dónde soñó con bolitas de pelo de ojitos azules y negros.
Yoongi despertó abrazado a una bolita de pelos dorada que le miraba tranquilamente desde debajo de su brazo. Los preciosos ojos del color de los zafiros le devolvió la mirada con diversión y una suave, rosada y húmeda lengua se paseó por toda su mejilla, haciéndole cosquillas.
——¿A quién tenemos aquí hoy, mmh? ¿Mi precioso Omega despertó juguetón? ¿Quieres mimitos?
Yoongi acarició detrás de la orejita peluda de Jimin, haciéndole aullar y gruñir con satisfacción. Su colita se movía a un ritmo veloz, azotando las mantas con su entusiasmo. Yoongi río feliz y besó el peludo hocico del animal. La versión lobuna de Jimin era una cosita adorable, mucho más pequeñito que el enorme lobo gris de Yoongi. Entonces se le ocurrió una brillante idea.
Yoongi se quitó los pantalones de pijama y los calzoncillos. El Lobito de Jimin hizo un sonido mitad gruñido, mitad ladrido y Yoongi soltó una risotada al ver al animal apartar la vista.
——¿Ahora estás tímido, bebé? Nada que no será tuyo después, mi amor.
Yoongi transmutó en su lobo. El enorme lobo gris apareció donde antes estaba Yoongi. La enorme bestia empujó su hocico contra el cuello del omega, lamiendo detrás de las orejitas para después darle un pequeño lametazo en la cara y la boca. El lobo gris lo empujó otra vez con su hocico, tratando de llamar la atención del lobito dorado. Comparados uno al lado del otro, la diferencia de tamaños era enorme. Fácilmente el lobo de Yoongi era dos veces más grande que el omega de Jimin. Y aún a pesar de eso, el enorme lobo gris se aplanó sobre sus patas delanteras mientras su cola se meneaba alta en el aire, una invitación clara para jugar. Dos ladridos seguidos de un gimoteo terminaron por hacer que el lobito omega de Jimin levantara la cabeza.
¡Minnie jugar, Minnie jugar con Gigi!
Le dijo el alfa de Yoongi en ladridos bajos al omega. La colita seguía moviéndose agitada al compás de la excitación del alfa, desesperado por atraer al omega, los ojitos ámbar brillando de emoción. Casi parecía un cachorro otra vez. Si no fuese por el enorme tamaño, claro.
El lobito de Jimin se levantó sobre la cama y se sacudió, presumiendo su pelaje dorado y sedoso que brillaba como hilos de oro fundido a la luz del sol que entraba por la ventanas y movió la colita, inclinándose en sus patas delanteras, aceptando la invitación a jugar del alfa de Yoongi. Y cómo no hacerlo, si había sido tan dulce al usar su voz lobuna para pedirlo.
Minnie jugar con Gigi, Minnie querer mimitos.
Respondió el omega, lamiendo el hocico del alfa, dejándose caer en la cama otra vez, mostrándole la pancita al otro lobo mientras meneaba la colita juguetón. El lobo de Yoongi no desaprovechó la muestra de confianza y sumisión dada por el omega y al instante se puso sobre el lobo más pequeño, olfateando y marcando al otro lobo con su aroma para segundos después terminar rodando sobre la cama y terminar cayendo al suelo entre mordiscos juguetones y lametazos cariñosos.
Un vez se cansaron de perseguirse el uno al otro por todo el apartamento, se echaron juntos sobre el sillón, el alfa apoyando su enorme cabeza sobre la del omega, cerrando los ojos. En algún momento mientras descansaban, ambos lobitos se quedaron dormidos.
Yoongi despertó más tarde sintiendo un ligero peso sobre él que le daba calidez. El desnudo cuerpo de Jimin estaba extendido sobre su cuerpo como una manta. La manta más hermosa y cálida que había tenido alguna vez. Sonrió. Todo su aroma estaba sobre Jimin y eso le hacía feliz como nada más lo hacía.
Yoongi tomó una manta del respaldo de su sillón y con cuidado cubrió la desnudez del su omega. Por más que le gustara ver su precioso cuerpo, no quería que Jimin pasara frío o se sintiera cohibido por su desnudez cuando despertara. Aunque ya no era tan temprano, Yoongi no lo despertó, por el contrario, se acurrucó mejor para seguir durmiendo con el menor.
Un día que llegasen tarde no mataría a nadie. Se merecía tener una mañana tranquila en compañia de su omega. Y Jimin... Jimin merecía dormir más y mejor. Y con esos pensamientos, Yoongi cerró sus ojos otra vez.
Wattpad anda mamón :c
Ustedes imaginen que el otro lobo es gris y no negro xD
Yo me pongo romántica y el wey se pone mamón. Y sí, wattpad es hombre y no cualquiera. Es el típico hombre tóxico que quiere que le de atención y fidelidad pero siempre la está cagando y luego ni se disculpa el pendejo. >:v
Ya perdón, me alteré. Ya, ya estoy bien. ❤
¿Alguna vez pensaron en cómo me imagino al Jimin de mi historia? ¿No? Bueno, pues así pero sin los lentes.
Tarde pero sin sueño. :3
¿Qué tal el capítulo, si era lo que esperaban? ¿No? Bueno... :c
Nos leemos después mis preciosas Kimchis. ❤
-Kim
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