El fin de semana siguiente, Jimin y Yoongi se encontraban de regreso en la habitación que ya parecía su pequeño nido de amor.
A pesar de que Jimin le proporcionaba un servicio por el cual Yoongi pagaba, no se sentía como tal. Era tan diferente en toda la extensión de la palabra y de las acciones de Jimin. Su mimos eran dados con verdadero cariño, sus sonrisas contenían alegría genuina, y sus besos transmitían todo el amor que no se podía decir en palabras. De momento.
Y Yoongi no podía estar más feliz por todo lo que Jimin le daba y que llenaba su corazón más de lo que nadie nunca podría. Ningún Omega podría ser nunca como el precioso chico que tenía entre sus brazos.
Yoongi suspiró feliz, recargando suavemente su cabeza en el hombro de Jimin mientras éste cortaba verduras mientras tarareaba una suave melodía, sin inmutarse en lo más mínimo por el alfa que tenía pegado a su espalda.
El crujido y chisporroteo de la comida haciéndose, el delicioso aroma en el aire, el golpeteo constante del cuchillo contra la madera y los vegetales siendo cortados, así mismo como la dulce y melodiosa voz de Jimin que flotaba en el ambiente y se enroscaba al rededor de su corazón, crearon la burbuja perfecta de cotidianidad.
No sabía lo que muchos alfas deseaban, pero sin duda éste era el sueño de Yoongi. Tener momentos dulces y cotidianos con su omega después del trabajo. Llegar a casa a unos brazos amorosos que le darían todo el apoyo que necesitaba para seguir adelante y que le mantendrían estable en los momentos de crísis. Alguien que sería su pilar, su apoyo incondicional y su puerto seguro.
No quería nada extravagante. Solo ser capaz a abrazar a su omega cada noche y saber que su cálido cuerpo le daría siempre la bienvenida con amor. Y que él, siempre, sin importar nada amaría, protegería y velaría que todas las necesidades de su omega siempre estuviesen cubiertas.
Y después de un tiempo, agregar un cachorro o dos a su amorosa manada. Cachorros que amaría y que tendrían los preciosos ojos azules de su omega o sus preciosos cabellos rubios.
Sí, Yoongi era ambicioso en su trabajo, pero en lo personal. Solo quería una vida simple con un Omega que lo amara tanto como él lo amaría.
Y ese rostro borroso sin nombre y sin voz de sus deseos, por primera vez tenían un rostro, la voz más bonita de todas y un nombre tan hermoso como el Omega.
Park Jimin.
Yoongi apretó un poco más fuerte y posesivo los brazos al rededor del Omega y gruñó, besando su cuello, justo donde quería poner una bonita marca. Su marca.
Jimin se removió, sintiendo el cambio en Yoongi y antes de tener tiempo, Yoongi le quitó el cuchillo, haciéndolo a un lado para que no se lastimara, y en un movimiento un tanto brusco, le dio la vuelta, lo levantó del suelo con sus poderosos brazos y lo sentó sobre la encimera, colocadose entre sus muslos.
Yoongi vió las pupilas de Jimin dilatarse ante su muestra de poder y el aroma en el aire cambio a uno más sensual, cargado de las feromonas que estaba liberando el Omega.
Yoongi le vio separar ligeramente los labios, para después pasar su pequeña y rosada lengua sensualmente por los esponjosos belfos, poniéndolos brillantes con su saliva, pidiendo silenciosamente ser besado por el alfa.
Yoongi sintió su pene endurecerse dentro de sus pantalones, ahorcándole en las ajustadas costuras que sentía reventarían en cualquier momento si éste no era liberado de su confinamiento.
Yoongi pegó todo su cuerpo al de Jimin, enterrandose bien entre sus jugosos muslos, dejándole sentir su deseo por él. En todas sus sesiones anteriores nunca le había mostrado ningún interés sexual a Jimin, pero eso no quería decir que no los tuviera. No quería decir que no lo deseara o que no deseara que en lugar de estar en el spa, estuviesen en su departamento y en su cama en este momento, y más preferiblemente desnudos mientras Yoongi se tomaba su tiempo demostrandole a Jimin cuanto lo quería con su cuerpo y su boca.
——A-alfa... Yoongi.
Gimió Jimin enredando sus pequeños dedos en el suave cabello plateado de Yoongi mientras cerraba los ojos, totalmente embriagado y perdido en las feromonas del alfa. Cuando Jimin abrió los ojos, éstos refulgieron en un azul diferente al cálido azul de un cielo despejado de verano que normalmente tenían. Eran más de un azul eléctrico, primitivo y brillaban con ardiente picardía.
——¿Te pone verme cocinar para tí, alfa? Tal vez debería hacerlo más seguido.
Yoongi sonrió con coquetería. Sabía que estaba hablando con el Omega de Jimin y este le estaba incitando, jugando con él. Las caderas de Jimin se movieron sensualmente, restregando su firme trasero sobre el duro eje de Yoongi.
——No cariño, todo tú me pone duro. Cuando me miras con esos preciosos ojos, cuando me hablas con esa dulce voz y cuando me tocas con esas amorosas manos tuyas. Deseo cada pequeña cosa de tí, incluso las que tu mismo no quieres y te haré amarlas tanto como lo hago yo.
El azul eléctrico se apagó dándole paso al azul cielo de Jimin que le miraba con amor. Esta mirada era justamente la que quería cada día por el resto de su vida y la quería de éste Omega. Y Yoongi se juró tenerla a toda costa. Siempre.
Jimin se movió otra vez, una rotación lenta de caderas que hizo que Yoongi cerrara los ojos por unos segundos. El placer corriendo por sus venas hasta llegar a su endurecido pene. Sus ojos brillaron dorados con su alfa gruñendo excitado muy cerca de la superficie.
——No podemos hacerlo aquí, alfa. Lo sabes, son parte de las reglas.
Yoongi gruñó otra vez, esta vez un poco molesto. Tomó a Jimin entre sus brazos y apagó la estufa para evitar un incendio en el lugar. El único incendio que quería provocar era en el cuerpo de Jimin. Y lo haría, de una forma u otra.
——Lo sé. Eso no quiere decir que no puedo hacer sentir bien a mi Omega dentro de esos límites.
Y Yoongi tampoco quería hacerlo en el Spa. No quería follarse a Jimin, quería hacerle el amor, duro, pero hacerle el amor. Y en este lugar jamás lo haría. No mancharía la primera vez con su omega en un lugar donde no significaría nada más que una transacción comercial. Y la Diosa Luna sabía bien que eso no era lo que pasaba entre ellos.
Yoongi recostó a Jimin sobre la cama con cuidado, colocándose entre sus piernas, frotando sus penes cubiertos por sus ropas con lentitud mientras dejaba un camino de besos y suaves mordiscos por su cuello hasta llegar al lóbulo de su oreja. Yoongi lo sintió temblar debajo de él y sonrió.
Yoongi aumentó la presión y el ritmo de sus caderas, haciendo gemir a Jimin con más fuerza que se abandonaba completamente a los besos y caricias del alfa sobre su piel sin rastro de inhibiciones, abriendo la boca solo para pedir por más o para besar apasionadamente a Yoongi, moviendo sus caderas al ritmo cada vez más frenético del alfa.
Yoongi miró complacido a su omega. Porque Jimin ya era su omega sin importar como hubiesen comenzado las cosas. Jimin se veía perfecto sobre la cama, con la espalda bellamente arqueada, los rubios cabellos desordenados sobre las mantas, las mejillas rojas y los hinchados labios por los besos separados en un mudo gemido.
Era la vista más erótica que Yoongi había visto nunca. Y quería atesorar cada parte de esa vista en su memoria.
Yoongi introdujo una pálida y venosa mano por dentro de la camisa de Jimin, acariciando la piel con suavidad hasta llegar al erecto pezón de Jimin donde lo tomó entre sus dedos índice y pulgar, retorciendolo, pellizcandolo y liberandolo, una y otra vez.
——Correte para mí, mi amor.
Susurró Yoongi con voz ronca sobre el oído de Jimin, acariciando la dura erección del rubio sobre los pantalones con la otra mano al mismo tiempo que giraba sus caderas más duro.
Jimin se tensó, éxtasis total brillo en sus ojos azules, corriéndose dentro de sus bóxers mientas Yoongi le comía la boca, tragando sus altos gemidos con avidez. Y con un movimiento de caderas más, Yoongi se corrió con él, entre besos viciosos cargados de lujuria y amor y gruñidos satisfechos.
Yoongi rodó hacia un lado, fuera de entre los dulces muslos de su omega para después atraerlo entre sus brazos, sintiendo como ambos corazones corrían agitados.
——¿Jiminie?
Jimin hizo un ruidito sin aliento, con la respiración aún agitada y Yoongi lo acarició desde el plano estómago hasta el pecho repetidamente, tratando de ayudarlo a normalizar la respiración. Yoongi sabía que Jimin le estaba escuchando atentamente, por lo que continuó.
——Jiminie, amor. Sal conmigo, dejame cortejarte como se debe. Quiero que en un futuro cercano, seas mi Omega.
~•~•~•~
¿A que no se esperaban este capítulo? :v
Capítulo extra largo porque me quedé dormida anoche xD
Solo quiero decir que... Drama is coming. Mujajajajaja.
Ya vamos por la mitad del fic. ¿Cómo se sienten?
También noté que perdí lectores debido a los ships secundarios.
Oh, well... No se puede complacer a todos y tampoco lo voy a intentar. Ésta historia es lo que es y no la voy a cambiar para agradar a nadie. Quienes han estado conmigo y con mis historias por algo de tiempo ya sabran que las lecturas es lo que menos me importa. Si a solo uno de ustedes les gusta este fanfic y se queda conmigo hasta el final, yo me quedaré contenta.
Lo que si me interesa son los comentarios, eso siempre me anima a hacer más y mejores capítulos.
Para los que siguen adelante con esta historia y conmigo... Gracias. Son mi más. ❤
-Kim
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top