Capítulo 19
Gavi sintió un olor delicioso llenar cada parte de él.
Abrió sus ojos viendo a un Pedri preocupado, es raro ¿No se supone que debería estar con Ferran? Robert aún sigue suelto.
Robert...
Los recuerdos...
-¿Dónde estamos?
Emiliano ya se estaba desesperado, su pequeño no volvía, y no podía ir a buscarlo, porque tiene a los amigos de Pedro con él, y tampoco puede llevárselos.
—Seguimos en el bosque—murmuró, dejándole una última lamida a la marca y mirando su trabajo satisfecho.
—¿Crees que puedes levantarte? Tenemos que volver donde la cabaña. Seguro y ya están más que preocupados por nosotros, cachorro.
Pedri habló en un tono suave y bajo para no agobiar más al menor de lo que ya estaba.
Se incorporó con cuidado, tratando de no mostrar ninguna mueca de dolor a la vez que ayudaba a Gavi a levantarse. Tomó al castaño de la mano, con miedo de que este vuelva a perderse en su espiral o acabe asustado por cualquier motivo.
¿Le lamió el cuello?
¿Cachorro?
-¿Qué soy?-No es tonto, sabe que ya no es normal, sabe lo que es, pero quiere escucharlo del mayor.
-¿Voy a lastimar a las personas? Y-Yo... yo lastime a Emiliano, él, él debe odiarme yo...
Gavi sin saberlo estaba entrando en un ataque de pánico.
Pedro lo tomó de los hombros, lo abrazo y empezó a soltar un exquisito aroma.
-Todo estará bien.
Lejos para que Pedro no pudiera sentirlo, Robert los vigilaba, siguió a Pablo desde que salió de la cabaña.
No se acercó, porque por más que quisiera, el cachorro solo quería a su Alfa....
Una vez más el destino los ponía a prueba.
-Ya habrá tiempo para que hablemos cachorro...
—Vamos, Pablito. Necesitas descansar y comer algo—murmuró, frotando su nariz y mejilla una vez más contra su cuello como muestra de afecto y para que se calmara.
—Nadie te odia ni te odiará, solo deja irnos para que no se preocupen más. ¿Sí?
Se puso en marcha con la mano entrelazada con la del sevillano, suprimiendo cualquier punzada que le atormentaba al hacer un mal movimiento. Trató de pensar nada más que en Pablo, concentrarse en él y su bienestar, ya se ocuparía de sí mismo después.
Al mismo tiempo Ferran y Ansu se encontraban preparando todo para la posible vuelta de sus amigos, sabiendo perfectamente que Pedri seguía siendo el terco de siempre, y no se había dejado cuidar las heridas.
Ferran acabó nuevamente al lado de Emiliano, quién se había vuelto bastante callado éstas últimas horas.
—¿Qué te está comiendo tanto la cabeza?
Emiliano lo miró, Ferran era el mejor amigo de Pedro, siempre lo defendió, hasta cierto punto también llegó a creer que había algo más entre ellos, pero ahora ¿Sería correcto confiar demás en él?
Siente que si no suelta lo que lleva dentro, solo será peor.
-¿Pablo me odiara como lo hace Pedro? Su lobo ya me reconoció como el enemigo, pero Gavi...
El temor de Emiliano era perder al único amigo que tenía, sí puede ser que solo lo conozca hace unos días, pero en el fondo de su corazón sabe que Pablo es el ser más puro y que por eso es su deber cuidar de él.
Siente que no necesita años para quererlo, no cuando ya lo siente parte de su vida ¿Es ha esto a los que los lobos llaman manada?
-Pablo tiene un buen corazón, no lo conozco mucho, pero el se arriesgó al ir contigo esa noche, lo hizo confiando en ti.
-Yo no saldría con un chico que acabo de conocer, en medio de la noche a ver supuestos hombres lobo, Emiliano él te quiere, siempre nos dejo en claro que eras y eres especial e importante para él.
-Esto de que Pablo ahora sea como Pedri, no cambia nada, créeme.
Y Emiliano rogó para que las palabras de Ferran sean ciertas.
Cuando Pedri vio la cabaña a lo lejos soltó un aliviado suspiro. No sabía cuánto tiempo podía seguir avanzando así. Su cuerpo se sentía como si estuviera en llamas y sus piernas temblaban del sobreesfuerzo de las últimas horas.
Pero todo parecía merecer la pena si se trataba de Pablo.
—Si en algún momento sientes que te vuelves a agobiar me avisas, ¿vale?—Trató de recordarle a su compañero.
—Recuerda que nadie está molesto contigo y nadie te hará daño dentro de esa cabaña, estarás bien—fue lo último que le dejó saber antes de acercarse a la cabaña.
Le dio un suave apretón a la mano de Gavi cuando de la nada divisó a Ansu, quién los vio llegar por la ventana, salir de la caseta.
—¡Pedri!, ¡Gavi!—exclamó aliviado y sin pensarlo dos veces se abalanzó sobre ambos para envolverlos en un cálido abrazo.
Pedri soltó un aliviado suspiro, aunque no se estaba seguro como iba a reaccionar Gavi en este momento por lo que mantuvo un ojo encima de él.
Gavi solo observó, Ansu trato de abrazarlo también, pero un agudo gruñido salió de él.
No te fíes del humano.
_"No hagas tonterías, mantente lejos del bosque"_-Ansu no es agradable, para la voz de su cabeza
Esa voz...
Alfa lo quiere, pero es humano.
Vio como Ferran y Emiliano salían a toda prisa de la cabaña, Ansu aún estaba conmocionado.
Ferran se lanza con brazos abiertos hacia su Alfa.
Cuando iba ha hacer lo mismo con el lobo más joven, Gavi soltó un gruñido más fuerte, tanto que recibió otro de parte de Pedri.
Dolió.
Gavi apartó la mirada de el Alfa vio como su amigo estaba indeciso de acercarse.
Emiliano quería ir a abrazarlo, pero si Ansu fue detenido, el resultado para él podría ser peor.
Gavi se apartó de Pedri soltando su mano, después de todo Ferran estaba ahí.
Corrió hacia su amigo, enterrándose en sus brazos.
Manada.
-Emiliano... perdón.-decía llorando, temía que su amigo lo viera como un enemigo más.
-Oh, pequeño no hay nada que perdonar.
Pedri tuvo que suprimir un gruñido bastante posesivo al ver la manera en la que Gavi salía corriendo a saludar a Emiliano. Era hipócrita, lo sabía. Pero era inevitable que sus celos y dudas volvieran a resurgir ante el argentino.
Pedri solamente le dedicó una mirada a sus amigos para que le acompañasen adentro, fiándose de que Emiliano cuidaría de su cachorrito.
Una vez dentro se dejó caer en la cama doble que estaba en uno de los cuartos sin pensárselo dos veces. Ahí fue cuando finalmente se rompió y unas lágrimas se deslizaron por su rostro de todo el dolor que llevaba cargando consigo estos últimos días. Además, estaba cansado y muerto de hambre que provocaba que lentamente el frío subiera por sus extremidades.
—Ey, Pepi, ya está bien...—fue Ferran quien llegó corriendo con el botiquín, sentándose al lado suyo sobre la cama.
Con una mano le apartó con cuidado el cabello de la cara antes de hacerle piojitos.
—Creo que ya es hora de que la sexy enfermera Ferran te atienda. Tristemente me dejé el traje en mi habitación, Pepi, así que siento robarte de la experiencia completa—trató de subirle al menos un poquito el ánimo a su amigo antes de comenzar a atender sus heridas.
Al valenciano le dolía escuchar cada sollozo ahogado y los involuntarios siseós que se escapaban de esos maltratados labios. Pero era lo que debía hacer para que Pedri dejara de sufrir lo antes posible.
Ansu mientras aprovechaba de preparar algo de comer, utilizando alguna que otra lata de conserva que estaban tiradas por ahí. Y mientras dejaba el agua hirviendo se acercó tímidamente a Emilio para preguntarle sobre las medicinas.
—¿No tendrás algo para aliviar el dolor de Pedri? Sé qué utiliza algunas infusiones raras pero no tengo mucho conocimiento de eso. El que sabe es Ferran, y él está ocupado.
-Usa los que son de frascos verdes, están en la alacena.
-Gracias.-Ansu volvió a entrar dejando a los dos amigos solos.
-¿Tú estuviste de acuerdo en esto?-La voz de Pablo sono tranquila.
-Al principio tuve miedo, si tu cuerpo no aceptaba la mordida hubieras muerto, pero si Pedro no te mordía de todas formas ibas a morir, no tuve que pensar mucho.-Emiliano se acomodó en el suelo, Gavi estaba sentado al lado, con su cabeza apoyada en su hombro.
-¿Dejaras de ser mi amigo, ahora que soy un Lobo?
-¿Tú dejaras de serlo porque soy un cazador?
Gavi sonrió negando con la cabeza.
-Bueno ahí tienes tu respuesta, pase lo que pase estaré contigo.
-Gracias...
-Emi, sabes mucho de esto ¿No?
-Algo, ¿tienes dudas?
-Hay una voz en mi cabeza, es como si fuera yo y a la vez no, me dice que tengo que hacer, llamo a Pedri "Alfa" y a ti "manada" y... a Robert también.
-Es tu Lobo, eres tú sin ser tú, él habita en ti, Pedri ahora es tu alfa, el te convirtió así que ahora es tu líder, eres parte de su manada junto a Ansu y Ferran, Robert... Robert es el enemigo no se que le vio tu lobo.
No.
Pablo temblo de repente, y Emi pudo sentirlo.
-¿Hablo no?
-A él no le gusta, no quiere esa manada... tú eres mi manada.
-Pedro es tu Alfa, él es tu manada Pablo.
-No, su manada es Ferran y Ansu, siempre fue así y eso no va a cambiar...
-Sabes que el siente lo mismo por ti ¿No?
-El siente eso por Ferran, me gruñó, y-yo no quería gruñierle a Ferran, pero la voz lo hizo.
-Habla con él, te necesita Pablo él no está bien, necesita de su omega.
-¿Omega?
-Su compañero.
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