Capítulo 8

- Nos volvemos a ver Mayka... - Me agarra del cabello y levanta mi cabeza - ¿Creías que huyendo no te encontraríamos? -

- Pues tenía que intentar, después de todo... ¿Quién querría estar con un anciano como tú? Por eso ella te engañó... - Dije sonriendo y le escupí en el rostro.

Él se enoja bastante así que me da un golpe en la mejilla que me deja de nuevo en el suelo y con un sabor metálico a sangre en la boca.

Pero entonces se escucha un rugido gutural arriba y al voltear pudimos ver a Alek gruñiendo en su forma lobuna hacia el hombre frente a mi. Alek estaba por bajar y matarlo pero el hombre me apunta con su pistola en la cabeza, entonces Alek se detuvo.

- Ah... Mayka, conque el Alpha es tu compañero ¿Eh? - Me susurra en el oído cuando me levanta por el cabello.

- ¿Cómo lo... ? - Pregunté sorprendida.

- Querida Mayka, soy un cazador y ese Alphita es mi siguiente víctima - Abrí los ojos de par en par - A no ser que lo dejes y vengas conmigo de nuevo... Así lo dejaré. Tú eliges -

Apreté los dientes pero me relajé para pensar mejor en una solución.

- Dame tiempo, y luego te avisaré - Dije.

- Tienes hasta mañana o él... muere -

Me lanza al suelo y se aleja caminando. Alek corre hacia mi y me cubre con su cuerpo mientras gruñe hacia él quien se ríe y desaparece por el bosque.

Alek me mira preocupado y pasa su cabeza por mi pecho.

- ¿Estas bien? - Solo asentí.

Me levanté y Alek se echa al suelo para que me suba su lomo, yo lo hice sin rechistar y se echó a correr.

***

***

- ¿Quién era ese tipo, Mayka? - Pregunta una vez cerró la puerta de la habitación.

Yo me abracé a mi misma y cerré los ojos los cuales estaban cubiertos de lágrimas que él notó.

- ¿Recuerdas... que te dije que no sabías todo sobre mi? - Pregunté viéndolo a los ojos, él solo asiente - Esta es una de esas cosas... -

- ¿Me dirás quién era ese tipo? -

Suspiré.

- Su nombre es George Meyer, es... mi padre... - Dije en un susurro, miré a otro lado, hasta sentir sus brazos rodeandome.

- ¿Puedes contarme? Quiero saber todo de ti y quiero ayudarte -

Suspiré y asentí con la cabeza para luego sentarnos en la cama suspirando.

- Todo lo malo comenzó cuando mi madre le fue infiel a mi padre... -

《 Tiempo atrás

- Margaret ¡¿Cómo pudiste?! - Gritaba mi padre realmente molesto y dolido.

- ¿Qué? ¿Nunca te diste cuenta? Jamás te amé - Dice mi madre y luego me mira sonriendo - Y esa cosa ni siquiera estoy segura que sea tuya... - Comienza a reír con burla.

Pero no contó con que mi padre agarre su pistola que tiene bajo su chaqueta y dispara al amante de mi madre y luego a ella. A mi me mira como si fuera alguien más y no su hija...

- ¿P..Papi... ? -

- ¡No me digas así maldita bastarda! - Se acerca a mi y me golpea.

Yo lloraba y lloraba, mientras él seguía golpeandome hasta dejarme inconsciente.

Desde ese día, mi infierno había comenzado... Todos los días él me trataba como su sirvienta, me golpeaba y maltrataba psicológicamente.

Me recordaba que era una bastarda, un error, y que nunca debí de haber nacido... Pero lo extraño era... que nunca me mató. Jamás me intento matar.

No lo entiendo.

Pero mi vida seguía, yo crecía y cuando tenía diecisiete años conocí a un chico... que con el tiempo se convirtió en mi novio.

Hasta ese día...

- Amor ¿De qué querías habl... ? - Crucé hacia el callejón donde me dijo que lo encontrara. Y lo que vi me destruyó el corazón - ¡¿Matt, Serena?! ¡Eres mi mejor amiga! ¡¿Por qué?! - Pregunte con lágrimas en los ojos.

- O niña, solo fui tu amiga para ligarme a tu novio, jamás me interesaste -

- ¿Matt? - Pregunté con la voz temblorosa.

- Tú solo eres un error, y yo no salgo con errores - Dijo sonriendo. Miré furiosa a Serena.

- ¡¿Le contaste?! ¡Eso nadie tenía que saberlo! -

- Si y por eso lo hice, se lo conté a él y al resto ¿Y sabes que? Se burlaron de ti al igual que nosotros ¿Te das cuenta ya? A nadie le importas -

Ellos se rieron y se volvieron a besar, yo en cambio me fui corriendo a casa. Donde ahí mi padre me esperaba.

- ¡¿Dónde mierda estabas, maldita bastarda?! - Me tomó del cuello y le lanzó contra la pared.

Ahí me volvió a golpear y a gritar mis verdades. Esa noche terminé con tres costillas rotas y con un disparo en la pierna y más heridas.

Realidad

- Odiaba mi vida con todo lo que tengo... y por eso decidí huir, intenté suicidarme incontables veces pero nunca sirvió, tenía miedo aún así. Hasta que subí a ese autobús y tú me sacaste en el accidente -

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