- Amber... Amber, espera... -

- Te dije que no podía hacerlo... ellos me odian y eso jamás cambiará - Traté de controlar mis sollozos pero la rabia y frustración me complicaban todo.

- Lo sé... y no volveré a decirte que vuelvas a acercarte a ellos. Si quieres, los ignoramos y hacemos como si no existen y ya... yo no tengo problema... -

- ¡Pero yo si! - Me detuve y lo volteé a ver - Son tu familia, no tienes que darles la espalda por mi, no quiero que hagas eso... porque a fin de cuentas... ellos solo buscan lo mejor para ti... -

- Pero lo mejor para mi eres tú, y ellos tienen que entender eso -

Me abracé a mi misma retrocediendo para alejarme.

- ¿Y si... en realidad no lo soy? -

- ¿Qué dices? -

- Ay, por favor, Zane. No niegues que en algún momento de esta noche me comparaste con esa tal Rebeca... estoy segura que lo hiciste y te diste cuenta de que... -

- ¿De qué? ¿Que no me importa? ¿Que ella no tiene nada que me importe a mi? -

- Eso no puedes creerlo ni tú - Me di vuelta y seguí caminando pero él agarra mi mano y me jala.

- ¿Por qué crees que te cambiaría tan fácil? Rebeca no me importa, ella no es la mujer que amo, tú si... Amber... tú eres lo mejor que me pasó en la vida, lo eres todo para mí y no pienso perderte por nadie más, ni siquiera por los comentarios de mi familia -

- Me sentí tan fuera de lugar... yo no encajo en tu familia, Zane... - Solté un sollozo que no pude contener, él acuna mi rostro en sus manos.

- Claro que no. Porque para encajar debes ser como ellos y no quiero que lo seas, tú eres mejor que ellos y quiero que sigas así, eres perfecta... Amber -

Limpia mis lágrimas con sus pulgares pero yo lo abracé, me aferré a él y traté de aguantar mi llanto por las personas, que aunque son pocas, nos estaban mirando.

- ¡Zane! - Escuchamos la voz de Beta de su padre y los demás gritos del resto de su familia mientras se acercaban.

- Vámonos, Ma mademoiselle... -

Asentí un par de veces ya que... sabía que si hablaban ahora lo más que iban a hacer es gritarse, así que irse ahora era lo mejor... Sentí como se transformaba y se agachaba un poco para indicarme que me suba en su lomo, no dudé y así lo hice.

- ¡Zane, no te atrevas a ignorarnos! - Dice su padre.

Zane se da vuelta para verlos a todos de pie tras nosotros unos cuantos metros apartados. Me limpié las lágrimas a pesar de que estas seguían cayendo y miré a Zane, atenta a su respuesta.

- Hablaremos luego -

- ¡Zane! -

El nombrado da vuelta y se hecha a correr, yo me sujeté a él y me agaché para abrazarlo mientras escondía mi rostro en su pelaje y seguía tratando de aguantar el llanto.

Zane se aleja a gran velocidad de su familia, noté que salimos de los territorios de la manada y seguimos de largo. Nuevamente no sabía a dónde me llevaba pero solo confié en él. Apreté un poco su pelaje y suspiré pero otro sollozo escapó de mis labios, él me miró de reojo por un momento pero entonces bajó la velocidad hasta que se detuvo justo frente a una cascada pequeña.

Miré el lugar pero Zane siguió hasta meterse a una cueva escondida tras la cascada, era pequeña pero tranquila... se agacha para que pueda bajar y cuando lo hice él volvió a su forma humana.

- Aquí no tienes de que preocuparte por las miradas o las críticas... solo somos tú y yo, ma dame -

Acaricia mis mejillas pero entonces no pude contenerme y rompí en llanto frente a él, me acercó y me abrazó rápidamente, hace que nos sentemos y él me deja entre sus piernas apoyada contra su pecho y él recostando su espalda en la pared de la cueva.

- Te amo Amber... no voy a abandonarte... - Susurrar y yo me aferré a él.

- No lo hagas nunca... por favor... te necesito, Zane... -

Escuché sus latidos comenzando a acelerarse pero él me abraza más fuerte pero sin hacerme daño.

- Lo prometo, Amber... estaré contigo y para ti... siempre... -