I. The Hogwarts Express

Era de mañana, Lydie hacia una pequeña maleta para el viaje, si bien la magia era su amiga en los mejores momentos.

Reviso el reloj en su muñeca, aun tenia tiempo de empacar antes de que George tocara a su puerta, en la maleta coloco sus ultimas prendas abrigadoras, si bien el invierno era su estación favorita del año en esos momentos era su mayor enemiga, el frio ya no era agradable como tiempos atrás, ahora el único frio era su corazón.

La puerta sonó y eso solo significo una cosa. Lydie se dirigió a la entrada y abrió la puerta, una cabellera pelirroja con un gorro de lana roja y una mochila a sus espaldas apareció en su campo de visión y al verla le sonrió.

—Hola

—Hola —Lys le devolvió la sonrisa y lo dejo entrar

George entro y la puerta se serró detrás de él.

—Supongo que ya tienes todo listo

—Si —ella asintió—. La maleta está en la habitación

—Bien, iré por ella, tú abrígate, el aire esta fresco

—Gracias por estar aquí

—Él hubiera querido que estuviera aquí para ti —la nostalgia se noto en la mirada de ambos

Los dos subieron las escaleras hasta llegar a la habitación, Lydie abrió el armario buscando un abrigo largo bastante abrigador, lo descolgó y se lo puso, se acerco a la mesa de noche tomando su varita y guardándola en uno de los bolsos de su abrigo, miro su mano notando el resplandor del zafiro.

Una lagrima salió y con la manga del abrigo se la quito, dio un suspiro, dio media vuelta mirando a George, ella le sonrió.

—¿Y Charlie?

—No pudo venir, ya sabes, su trabajo en el santuario lo tiene ocupado, pero —metió su mano en uno de los bolsillos y saco una carta—. Te mando esto

Ella tomo la carta y la abrió

Lamento no poder acompañarlos, pero estaré ahí cuando regresen

Con cariño Charlie

Lydie esbozo una sonrisa, echaba de menos al draconologista, ambos tenían algo en común, las criaturas mágicas fue lo que los hizo ser amigos, el tiempo que venía a Inglaterra ella realmente lo apreciaba y eso le recordaba que cierto pelirrojo se ponía celoso por aquello.

Dejo la carta sobre la mesa de noche.
—Lo extraño

—También yo —George tomo la maleta en mano—. Pero estará aquí antes de lo que crees

—Lo se

Ambos bajaron al vestíbulo principal y salieron de la casa para dirigirse a la estación King's Cross.

La estación de King's Cross le traía recuerdos felices de su niñez, se veía a si misma de pequeña cruzando el muro entre los andenes nueve y diez con sus padres acompañándola.

Lydie y George cruzaron el muro llegando al andén nueve y tres cuartos, ella miro el lugar con mucha nostalgia llegando consigo a su mente aquel momento en que ella se encontraba despidiéndose de sus padres, la primera vez que estaría lejos de ellos.

—Y recuerda que te veremos en navidad la pequeña Lydie de once años abrazo a su padre

Tendrás amigos y no estarás tan sola su madre la abrazo—. Estaremos solo a una carta de distancia

Lydie miro a su padre Y no importa la casa en la que estes, siempre estaremos orgullosos de ti

La pequeña de once años abrazo a sus padres
Yo quiero estar en la misma casa que ustedes

"Una inteligencia sin límites es el mayor tesoro de los hombres" su padre cito la frase que resume el espíritu de la casa—. Serías una excepcional Ravenclaw

Su padre le sonrió al igual que su madre.

Además el azul resaltaría tus ojos menciono su madre—. Ahora es momento de subir al tren

Lydie dejo un beso en la mejilla de su padre y de su madre, subió al tren y dio un ultimo vistazo a sus padres antes de que este se pusiera en movimiento.

Un toque en su hombro la hizo regresar a la realidad, parpadeo un par de veces y dirigió su mirada a George que la miraba algo preocupado.

—¿Estas bien?

—Solo recordé a mis padres —agacho la mirada

George la abrazo en forma de consuelo
—Deberíamos subir y buscar un vagón

Ella asintió como respuesta y ambos subieron al tren, cuando este estuvo en movimiento, caminaron por el pasillo hasta llegar a un vagón en específico. Al llegar a dicho vagón ambos ingresaron, los dos se sentaron uno frente al otro, Lydie dirigió su mirada a la entrada del vagón, ella y George se vieron a si mismos recordando su rencuentro en aquel vagón.

La pequeña Lydie de once años abrió la puerta del vagón y al hacerlo vio a dos pelirrojos que anteriormente había visto en el callejón Diagon, los gemelos la reconocieron de inmediato y ambos le sonrieron.

Hola dijo la pequeña tímidamente

Lydie, hola la saludo George. Entra

La pequeña Lydie entro al vagón serrando la puerta de tras de ella, tomando asiento a lado de la ventana con los gemelos frente a ella.

Lydie les sonrió tímidamente y después dirigió su mirada a la ventana.

También es su primer año

Si dijeron los gemelos

No me presente como es debido, soy Beaufort, Lydie Beaufort

Nosotros somos Weasley menciono Fred

Ella sonrió Un gusto conocerlos, Fred y George los señalo mientras los nombraba, pero después dudo—. George y Fred

Los gemelos se burlaron de ella y George respondió:

—Él es Fred —señalo a su hermano que estaba cerca de la ventana y después se señalo así mismo—. Y yo soy George

Tendré que aprender a diferenciarlos

—Con el tiempo nos diferenciaras menciono Fred—. Aunque el segundo intento fue el correcto

—Si —los tres se rieron entre si

La risa de George ceso al ver algo grabado en la pared donde Lydie se encontraba —Vieron

—¿Qué? —dijo Lydie y Fred y ella dirigieron su mirada a donde George señalaba

—Lunático, Colagusano, Canuto y Cornamenta —dijeron los tres al unisonó

—¿Quiénes creen que sean? —Fred pregunto

—Tendremos que averiguarlo —respondió Lydie con una sonrisa

El resto del camino hacia el castillo los gemelos y ella la pasaron riendo, desde ese momento los tres crearon su amistad.

Lydie y George regresaron en sí, en ambos se encontraba esa sensación de tristeza y nostalgia, los dos miraron donde se encontraban los cuatro nombres grabados y al lado de estos se encontraban los nombres de los gemelos y el de ella, al lado del nombre de Lydie y el de Fred se encontraba un apodo que solo entre los dos se decían: el águila de ojos azules y el león de melena pelirroja

George se levanto y se sentó a lado de su amiga la rodeo con sus brazos dándole un abrazo reconfortante que ambos necesitaban.


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