第4章
"bien, esto será todo por hoy." billy declaró juntando ambas palmas. de inmediato los pacientes emprendieron rumbo a marcharse entre murmullos.
luke se puso de pie indolentemente bufando, estas reuniones grupales que de milagro llegaron a su fin lo aborrecían como nada.
"espera un momento, luke." el hombre habló deteniendo al muchacho, impidiéndole volver directo a su refugio. en otras palabras, su habitación. "¿puedo hablar contigo por un segundo?"
el rubio se aproximó rodando los ojos disimuladamente, esperando a que el hombre no notara su maleducado desaire. pero aquello era imposible. billy tenía años de experiencia con su trabajo, se daba cuenta de cosas insignificantes, y más aún de las actitudes insolentes de los adolescentes con los que acostumbraba tratar cada día.
"no estás poniendo de tu parte, luke." dijo de una manera serena cruzándose de brazos.
"no sé a lo que se refiere." masculló. no se había dado a la fuga todavía. ¿acaso aquello no era ya suficiente?
"no has progresado en nada." reprobó con la cabeza. "te niegas a expresarte y lo único que reiteras es lo tanto que quieres salir de aquí."
"no pienso hacerlo delante de tanto público." apenas el grupo consistía de diez personas pero a él le parecía ridículo. muchos se ahogaban en su propio llanto o hablaban acerca de cosas indiscutiblemente personales y a luke le daba vergüenza ajena. no estaba dispuesto a acarrear tal idea. además, ¿qué demonios diría? ya había señalado lo que sentía hacia su intolerable actual situación.
"entonces puedes confiar en mí." billy puso una palma en su hombro. el rubio retrocedió.
"no se ofenda pero . . ." se frotó la barbilla esquivando su mirada. "no creo que eso pueda ser posible." rió de costado. sin duda tener un psicólogo como amigo en sus cincuenta sonaba algo extraño. no estaba tan desesperado como para llegar a ese patético punto.
"entonces haz amigos." ahora el tono de billy sonaba severo. "consigue aunque sea uno. un confidente al que le puedas decir tus desdichas y en sí, tus pensamientos."
"¿pero quién se cree para decirme lo que tengo que hacer? ¿mi madre?" luke se quejó por sus adentros.
"lo tendré en cuenta, ¿ya me puedo retirar?" eventualmente el muchacho dijo, fatigado. billy asintió.
el rubio hizo su camino hacia su recámara a zancadas, mascullando blasfemias en el trayecto. se lanzó de un brinco aterrizando en la cama, aunque en el interior cómo deseaba lanzarse desde el más alto de los precipicios.
"maldita clínica. maldito calvo. maldita vida." renegó asfixiando su rostro en la superficie de la almohada.
permaneció en aquella posición hasta que sintió la falta de aire y se giró boca arriba. exhaló profundamente. ¿qué estarían haciendo sus amigos en este momento? de seguro algunos con resaca y otros intentando recordar si usaron protección con la desafortunada chica de la noche anterior. o probablemente ambos.
luke tomó su ipod e insertó los audífonos en sus oídos. quería olvidarlo todo. subió el volumen al máximo hasta que sus tímpanos dolían, vociferando la canción con la que irónicamente se sentía identificado.
"they said all the teenagers scare the living shit out of me. they could care less as long as someone'll bleed. so darken your clothes or strike a violent pose. maybe they'll leave alone but not me."
☪ ☪ ☪
al cabo de oír su lista favorita de canciones en repetición, y había que dar a considerar que eran demasiadas; el rubio sintió la tristeza regir dentro de él. la soledad le molestaba como ninguna otra cosa y había caído en el vacío del olvido lo que era charlar con alguien. no cualquiera. un amigo.
suspiró. tal vez . . . no. no tal vez.
billy estaba en lo cierto. él necesitaba con urgencia un confidente y poder desahogarse. pues eso que dicen que confesarle tus problemas a un terapeuta te alivia, debería ser casi lo mismo maldecir tus reproches con una persona común y corriente. bueno, no tan común ni mucho menos corriente. ¿a quién iba a engañar? el muchacho se encontraba en una clínica llena de enfermos y lunáticos, sobrellevando problemas físicos y mentales.
sin embargo, eso no le impediría realizar su cometido. haría un amigo. dentro de toda la multitud meritaba haber alguien no tan fuera de sus cabales, y luke tenía facilidad de caerle bien a las personas cuando él se lo proponía.
encontraría sí o sí a una persona que lo escuchara, aunque ésta tuviera que ser el pájaro que se posaba en uno de los nidos del árbol del jardín.
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