第21章

esa misma noche el rubio no pudo pegar un ojo en toda la madrugada. dentro de la comodidad de sus sábanas mantenía la mirada fija en el techo. el silencio en la recámara y los suaves sonidos de los autos en el exterior hacían que sus pensamientos le hicieran compañía.

no sabía exactamente la razón de su insomnio. y ése era el hecho que más lo frustraba.

tal vez era su comportamiento incompresible. tal vez era la falta de entusiasmo. tal vez era el vacío de sentimientos que vio en su mirada. tal vez era la extraña sospecha de que algo malo pasaría.

así que a pies descalzos salió de su recámara, el reloj marcando las dos con cuarenta. de puntillas mientras se despeinaba y se apegaba hacia el muro del pasillo con el fin de no disturbar la paz de la noche, arribó a la habitación del teñido.

giró cautelosamente la perilla y cerró la puerta. al girarse en la oscuridad juntó el entrecejo cuando la tenue luz de la luna alumbraba la cama tendida. las sábanas estaban intactas dejándolo todo claro. él no había pasado ahí la noche.

entonces, el pánico abordó los cincos sentidos del rubio. trotó hacia la cama y buscó alguna pista que fuera útil para dar con el paradero del muchacho. en la mesa de noche no encontró nada. debajo de la cama, colchón, tampoco nada. nada. nada.

¿dónde estaba michael?

trató de mantener la calma y no lanzarse a graves suposiciones. pero por más que lo meditaba las evidencias apuntaban hacia cosas desastrosas. cosas que luke no quería siquiera imaginar. él quería convencerse de que la paranoia se estaba divirtiendo al ver cómo caía en su juego. uno de muy mal gusto había que resaltar.

fue entonces en ese momento en el que oyó unos ahogados sonidos provenientes del baño. corrió sin importarle con lo que podría encontrarse, ya que a este punto lo único que quería encontrar era a él.

y lo hizo. abrió abruptamente la puerta encendiendo las luces y lo hizo. lo encontró.

desplomado en el suelo con un bote de pastillas al lado.

"¡michael!" vociferó arrodillándose y tocó su cuerpo tembloroso, su cabeza escondida entre el espacio de sus brazos.

"no pude. no pude hacerlo." levantándose poco a poco, sin embargo débilmente; sollozó. "soy un completo inepto."

luke negó con la cabeza violentamente. tenía muchas cosas que decir pero su cuerpo tan sólo le permitió hacer eso. tomó el bote de pastillas y leyó la etiqueta, las píldoras conteniendo una alta dosis de neurolépticos que podrían matar a cualquiera.

"¿por qué, michael? ¿por qué harías estoー?"

"¿por qué?" el teñido alzó completamente su rostro. los ojos azules se encontraron con los verdes, lagrimosos, destrozados, vacíos. "¡estoy enfermo, luke! ¡ése es el porqué! me quedan tan sólo unos meses, semanas o incluso días, maldita sea. ¿qué diferencia habría si partiera ahora mismo? ¡eh, dime! no sabes lo que es abrir tus ojos a diario y pensar que tal vez ese día sea el último en el que los puedas abrir. no sabes lo que es desear ser alguien más cuando por fin consigues un amigo y quieres hacer lo que toda persona ordinaria haría. ir al cine, jugar videojuegos, mirar el fútbol. ¿para qué seguir viviendo si sé que eso nunca pasará."

el rubio mordió el interior de sus mejillas viendo el deplorable estado del otro. quería recriminarlo, decirle que lo que había dicho era falso. hacerle saber que debía conservar un poco de fe y que todo lo mencionado ocurriría algún día. que verían una mala comedia en el cine y reirían de lo estúpida que era. que jugarían videojuegos y lo culparía de tramposo por ser siempre un mal perdedor. que mirarían juntos el fútbol y juzgarían a los jugadores mientras tomaban su quinta cerveza.

quería decirle que todo estaría bien. pero no podía. él no sería capaz de cometer la gran atrocidad de mentirle.

"ésta no es la salida, michael. no puedes simplemente acabar con tu vida." habló tocando su mano, pero éste la quitó toscamente al instante.

"nadie se suicida por eso." espetó formando un fuerte puño con su palma, el cual presionaba contra el suelo. "yo no quería acabar con mi vida. sólo quería matar el dolor."

ésta era la faceta más vulnerable del muchacho. la más frágil, la más verdadera. sentía cómo las cuerdas internas se rompían, quebrándose, sin tener el suficiente poder de reanudarlas de nuevo. ya no le restaba las pocas fuerzas que guardaba consigo, pues a medida que transcurrían los años, estos se gastaban acabando el recorrido.

"no puedo creer que seas tan egoísta." un nuevo sentimiento atestado de ira comenzó a emerger en el pecho del rubio. rechinó sus dientes entre sí y plasmó un duro semblante. "¡eres un jodido egoísta, michael!"

el teñido se sobresaltó cuando luke tomó repentinamente el bote de pastillas y la estrelló contra la blanquecina pared. las píldoras se dispersaron por todo el lugar, michael agrandó los ojos viendo los del otro, llenos de furia.

"¿egoísta? ¿por qué demonios sería yo un egoísta? le estaría haciendo un favor a todos. una ladilla menos en el planeta. ¿por quién tendría que seguir viviendo si mis propios padres me detestan? ¿por quién?"

"por mí." el rubio contestó sosteniéndole la adolorida mirada. "no dejaré que saltes del tejado o que te mates con medicinas. incluso sería capaz de arrastrar afuera tu trasero si decides ahogarte en el océano. escúchame, michael, no dejaré que mueras pensando que nadie te quiere porque eso es pura mierda. tal vez aquí yo sea el egoísta, porque quiero que tan sólo sigas viviendo por mí."

lágrimas brotaban sin pausa de sus ojos esmeralda y soltó los sonoros sollozos que contenía cuando luke lo revistió entre sus brazos. estrujó en un puño la tela de su camiseta mientras lloraba empapando el material en el proceso. el rubio lo abrazaba de una manera protectora, pero sabía muy bien que el daño estaba hecho. ni un hilo y aguja, o un mágico pegamento podrían curar su irremediable enfermedad u roto corazón.

"prométeme algo, michael." susurró cuando el silencio se esparció en el ambiente, los sollozos siendo reemplazados por suspiros de cansancio. "no te atrevas a dejarme por ahora, por favor."

y mientras que el eco de sus respiraciones retumbaban dentro del cúbico del baño, el teñido silenciosamente asintió.

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*cries in 50 languages*

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