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Yoongi caminó por el pasillo hasta que Jungkook se aomó por la puerta de esta, pero no lo había volteado a ver.

-¡Bebé, ven!- Gritó emocionado.

-Aquí estoy- Dijo Yoongi haciendo que el mayor se volteara y lo vea a unos escasos metros de él.

-Mira esto- Dijo arrebatandole una maleta como si no pesara nada, haciendo que el menor pueda suspirar aliviado.

El castaño lo siguio hasta dentro del cuarto y dejó la maleta a los pies de la cama, para pider seguir a su esposo que se había acercado hasta el ventanal y permanecía de pie viendo por este.

-Mira- Dijo señalando hacia abajo.

Yoongi abrió la boca cuando vió un pequeño columpio de madera en un árbol medianamente alejado se la casa, sonriendo suavemente y apoyando su cabeza en el hombro de su esposo.

-Siempre has querido un columpio- Susurró Jungkook viéndolo de reojo.

Yoongi asintió y entrelazó sus manos sin quitar la vista de aquél lugar rodeado de plantas y hierba.

-¿Por qué no descansamos un poco y bajamos un rato?- Preguntó Yoongi y su esposo asintió antes de dejar un suave beso en sus labios.

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El descanso se había tornado algo más a los pocos minutos en los que se quitaron los pantalones para adentrarse bajo las mantas.

El sol era cegador y entraba en todas direcciones, pero ero no impidió los besos y las caricias en la forma más pasional y erótica posible.

Yoongi jadeaba sobre sus labios y arqueaba la espalda mientras sentía como el mayor acariciaba cada rincón de su cuerpo hasta llevarlo a la locura; Mientras Jungkook no podía dejar de ver cada mínima reacción del cuerpo caliente de su esposo bajo él.

Cuando las embestidas llegaron, Yoongi tenía sus dedos entrelazados con los azabaches cabellos de el mayor, haciendo contacto visual mientras gemían por el otro en sus labios, y dejando que sus cuerpos se sincronizan en un baile que tenían ensayado a la perfección. 

No hubo palabras, cualquiera hubiese arruinado el momento, solo había suspiros con sus nombres adornando el sonido de la cama y de sus cuerpos chocando bajo las sábanas blancas.

Al acabar, respiraron agitados y sonrojados, soltandose para permitirle a Jungkook desplomarse a su lado y limpiar su frente sudada.

Yoongi suspiró y se puso de pie, saliendo de la habitación para encerrarse en el baño ante la mirada inexpresiva del contrario.

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