Jungkook abrió los ojos con pereza, encontrándose con la atenta mirada de su esposo entre sus brazos.
Una sonrisa inundó su rostro al instante, haciendo que el castaño lo imite en silencio.

–Buen día– Susurró Yoongi.

–¿Estoy soñando?– Preguntó incrédulo, haciéndolo reír y negar. –No puedo creer que me hayas esperado–

–Me pareció necesario luego de lo de ayer– Explicó dejando que el azabache juntara sus labios suavemente.  –¿Cómo te sientes?–

–Me duele un poco la cabeza– Susurró pegando al castaño a su cuerpo. –Pero no es nada que no pueda ignorar–

–Salió el sol– Dijo haciendolo notar la falta de ruido del agua cayendo en las tejas. –Así que si puedes ignorar tu resaca, podríamos ir a aprovechar el día–

–Me parece bien– Asintió juntando sus labios nuevamente, siendo gratamente correspondido por su esposo.

–¿Quieres que vayamos al lago?– Preguntó Jungkook viendo a su esposo sentado frente a él aún en pijama.

–¿Quieres ir?– Preguntó ilusionado.

Jungkook asintió, alzando los hombros y ganando un abrazo del castaño frente a él, que se sentó en sus piernas para poder juntar sus labios en un suave beso.

–Te amo– Susurró Yoongi.

–Y yo a ti– Respondió antes de volver a besarlo.

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Yoongi vio a Jungkook cargando al gato en sus brazos y sonrió mientras caminaban entre los árboles, mientras hablaban de cualquier cosa sin importancia alguna.

–¿Puedo decirte algo?– Preguntó el castaño.

Jungkook no tardó en borrar su sonrisa y tragar duro. Su tono pesado había sido suficiente indico de que clase de conversación esperaba tener.

Asintió en silencio y dejó al gato en el suelo para que se adelante a ellos.

–Lamento haberte echado de casa– Susurró bajando la mirada. –Era de madrugada y no tenías donde ir–

Jungkook asintió, entrelazando sus manos para que sepa que no estaba realmente molesto por ello.

Aún podía recordar lo que se sintió juntar sus cosas del pasillo sucio del edificio y caminar por la ciudad descalzo hasta la casa de Jimin.
Realmente, en lo único que podía pensar en ese momento era la palabra "Divorcio" retumbando en su mente.

Poco y nada le importaba que lo haya echado. Lo que realmente le lastimó fue eso, que le haya pedido el divorcio a los gritos, que no le haya dado señales de vida en tres meses, que no lo haya dejado volver a buscar el resto de sus cosas...

Se había sentido tan mal, tan dejado de lado, tan traicionado por el hecho de que no había podido tener una opinion sin haber terminado en la calle.

No iba a tener un bebé si no quería hacerlo.
Siempre había puesto a Yoongi por sobre él y no se arrepentía. Lo amaba, lo amaba más de lo que se amaba a él, o al menos lo hacía hasta la discusión.  Pero no podía poner a Yoongi por sobre su hipotético hijo, no acabaría bien.

–Debería haberte pedido que te vayas con Jimin y regresaras al otro día– Susurró viéndolo de reojo. –Podría haber llevado mejor las cosas–

–La cagamos– Dijo Jungkook acariciando el dorso de su mano con su pulgar. –En algún momento tenía que pasar–

–Supongo que si– Murmuró Yoongi apoyando su cabeza en su hombro.

Se detuvieron al ver el largo frente a ellos, separándose cuando Yoongi comenzó a quitarse la ropa con cuidado.

–¿Seguro que no quieres?– Preguntó Yoongi.

Jungkook vio a su esposo quedar desnudo por completo frente a él y tragó duro antes de quitarse la camisa.

Yoongi sonrió emocionado, haciéndolo reír entre dientes mientras se quitaba los zapatos y lo seguía hasta la orilla del lago.

–No entraré desnudo – Sentenció Jungkook.

–De acuerdo– Aclaró Yoongi dejando un raído beso en sus labios antes de tomarlo de las manos y arrastrarlo dentro del lago.

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