Único
Me dolía la cabeza
Estaba volviendo a casa tras un duro día de prácticas, era de noche y yo me encontraba exhausto. Por si fuera poco, sentía como una fiebre comenzaba a inundar mi cuerpo lentamente
Me apresuré al tener un mal presentimiento, respiré aliviado una vez que estuve en el interior de mi solitario apartamento. Mis padres se negaban a ayudarme económicamente, habían estado en contra de que siguiera mi sueño y me acabaron apartando de la familia
Mis piernas temblaron y un pequeño jadeo se escapó por mi boca. No sabía lo que pasaba, estuve abrazándome a mi mismo por varios minutos intentando disminuir esta sensación. Si antes me dolía la cabeza, ahora sentía que me iba a estallar
En mi mente se repitió varias veces el nombre del menor, de quien llevaba enamorado desde que le conocí. Por alguna extraña razón necesitaba con locura verle
Cogí el teléfono dispuesto a llamarlo, tal vez él sabía lo que me pasaba
- ¿Hyung? - preguntó según cogió el aparato -
Mi cuerpo volvió a temblar de solo escuchar su voz y mi rostro se sonrojó con intensidad, no lo entendía
- Kai - suspiré - Necesito tu ayuda
Escuché un pequeño ruido al otro lado de la línea
- Por supuesto - dijo con rapidez - ¿Qué pasa?
- Últimamente mi cabeza ha estado doliendo muchísimo - comencé a relatar - Mi cuerpo tiembla sin explicación ninguna y siento como si tuviera demasiada fiebre
- ¿Quieres que vaya para allá? - escuché un tono preocupado - Al parecer tienes un resfriado algo grave y supongo que no tienes a nadie que te cuide
Sonreí al escucharle decir eso
- Por supuesto - caí al suelo, mis piernas habían dejado de soportar mi peso - P-pero sería mejor si te apuras un poco
- Estoy en menos de cinco minutos - colgó -
Afortunadamente él vivía realmente cerca por lo que no me tendría que preocupar mucho por el tiempo de espera. Volví a jadear, intentaba ponerme de pie mas era inútil ya que volvía al suelo
Mi corazón empezó a latir como loco y yo solo pude removerme en mi sitio, cada vez se escapaban más jadeos de mi boca y yo no sabía como detenerlo. Olí un delicioso aroma a chocolate y menta lo que me hizo mirar a mi alrededor. No había nada en casa que hubiera podido desprender ese olor
Volví a abrazarme a mi mismo y me puse de rodillas en otro intento de levantarme aunque, antes incluso de que pudiera hacer el intento, caí de lleno nuevamente quedando así con el trasero pegado al suelo y mis piernas a mis costados
Salté internamente de felicidad al escuchar como tocaban la puerta y, después, el sonido de unas llaves se hacía presente. Sabía quien era, le había dado unas llaves de repuesto hace tiempo al menor por si algo pasaba y yo no estaba o por si simplemente quería venir y etsar un rato conmigo en el departamento
Mi expresión cambió de una adolorida a una de alivio, al parecer, el maravilloso aroma que me había cautivado con anterioridad le pertenecía a él
- H-hyung... - tartamudeó al verme, cerró la puerta para luego acercarse a mi - ¿Ese olor eres tú?
- ¿Qué olor? - ladeé la cabeza confundido -
El pelinegro aprovechó para enterrar su nariz en mi cuello, esta vez, mi cuerpo tembló aún más y un gemido hizo acto de presencia. El hecho de que estuviera oliéndome me provocaba un extraño sentimiento de felicidad
- Oh, dios - murmuró al separarse. Apoyó ambas manos en mis hombros provocando en mi la misma reacción de hace unos segundos, cerré mis ojos al sentir el placer inundarme - Hyung, no es un resfriado lo que tienes
- ¿E-entonces, qué es? - le miré con pena -
- Es el celo - murmuró - Te estás presentado como omega
Mi mente se quedó en blanco por unos segundos
- ¿O-omega? - repetí - Imposible, eso no puede...
Me interrumpí a mi mismo al notar un líquido resbalar por mi entrada. Agaché la cabeza ante su atenta mirada
- No hay nada malo en ser omega - sonrió - Es más, me siento orgulloso de que lo seas
Hice un puchero
- Más importante - agarró mi mentón y lo alzó - ¿Tienes supresores? Porqué ambos tendremos problemas si no los tienes
- ¿Por qué?
- Bueno, soy un alfa y tú un omega - respondió como si fuera obvio - Me está costando mucho contenerme, hyung
Me sacudí nuevamente ante una nueva oleada de placer
- No tengo - declaré - Y esto me está matando... Me voy a volver loco. Hueningkai, necesito que me ayudes
Se relamió los labios
- Sabes el significado de lo que estás diciendo, ¿Verdad?
- Claro que lo sé - jadeé - Pero no puedo más con esta sensación, necesito... Necesito que alivies mi celo, por favor... Desde que llegó no he podido dejar de pensar en ti, te necesito a ti
Unió nuestros labios en un suave y tierno beso
- ¿Estás realmente seguro? - asentí - Vamos a tu habitación entonces, estaremos más cómodos allí
Volví a ponerme de pie para caer al suelo nuevamente, reí al ver al menor y alcé mis brazos
- Eres un caso perdido - rió conmigo - Súbete a mi espalda, no creo tener la fuerza necesaria para cargarte en mis brazos
Se sentó en el suelo para que pudiera hacer lo anteriormente propuesto. Una vez estuve bien agarrado a él se levantó y comenzó a caminar hacia mi cuarto. Se me escapó un pequeño gemido al notar como acariciaba mis muslos de forma sutil
Fue cuando soltó un pequeño jadeo que me di cuenta de mi movimiento de caderas, no sabía cuanto tiempo llevaba restregándome contra el más bajo pero se sentía increíble
Al llegar me bajó con cuidado y se sentó a mi lado para seguir besándome. Me dejé llevar completamente siendo ahora que yo estaba acostado con Kai encima
Pasé mis brazos cuidadosamente por su cuello en orden de traerle más cerca
- Kai... - suspiré al notar como sus manos se colaban por debajo de mi camisa -
Nuestros labios se juntaron nuevamente, esta vez me creía incapaz de poder dejarle ir. Menos cuando noté nuestras manos entrelazadas y sus caderas moviéndose contras las mías
Nos desvistió a ambos sin muchos problemas, yo estaba impaciente por volver a sentir su cuerpo por lo que, con desesperación, le abracé
- Hyung... - murmuró para luego sonreír - Me hace tan feliz saber que puedo pasar un momento así contigo
- No seas cursi - dije estando avergonzado - Y-ya sabes que puedes estar conmigo de la forma que quieras
Devolvió el abrazo con más fuerza aún. Volvió a la acción, esta vez, acariciaba mis rosados botones que resultaban ser uno de mis puntos débiles. Enloquecí cuando los lamió mientras se rozaba contra mi miembro
Con el tiempo, abandonó aquella parte de mi y comenzó con un camino de besos que terminó en mi vientre. Temblé al ver su boca acercarse a aquella zona íntima y solté un gemido cuando por fin comenzó a prestarle atención
Agarré con cuidado las hebras de su cabello mientras él se encargaba de lamer mi pene
- Dios... hueles genial - nuestras miradas coincidieron - Me estás volviendo loco
- ¡Kai...! - gemí cuando un dígito se coló por mi entrada -
- ¿Se siente bien?
Asentí
- M-muy bien...
Rápidamente - y por petición mía - tuve cuatro dedos en mi interior, aún así, deseaba más. Deseaba al menor, deseaba a mi alfa. No quería más preliminares, quería sentirle a él
Como si me hubiese leído la mente, volví a tener su rostro enfrente mía, besándome a la vez que su miembro jugaba con mi entrada
- ¿Puedo? - susurró en mi oído -
Me aferré a su espalda y - sin poder evitarlo - arañé un poco la zona
- S-sí - respondí con el mismo tono que había utilizado - A-alfa... Kai... Por favor...
Gemí con satisfacción en cuanto - con lentitud - se introdujo en mi. Debía admitir que dolía un poco, yo era virgen hasta hace escasos segundos, al igual que el menor
Comenzó a moverse con suavidad, mis ojos se cerraron, nuestros labios y pieles se encontraron sin cesar y los gemidos y jadeos eran lo único sonoro que llenaba la habitación. Mi cuerpo temblaba y con dificultad mis piernas se encontraban alzadas y abiertas mas lo disfrutaba, disfrutaba como me embestía, disfrutaba como me besaba y tomaba. Estaba viviendo una experiencia fantástica, de eso no había duda
Ambos gruñimos en cuanto la velocidad fue aumentada y yo grité cuando encontró mi punto dulce
- ¡A-ahí! - mordí mis labios aprovechando que el contrario se había alejado para verme - ¡K-Kai...M-más ahí...!
Ladeé mi cuello en un movimiento inconsciente. El menor enterró su nariz, provocándome más escalofríos
- Dios, hyung... - aumentó el ritmo de las embestidas - S-se siente tan bien...
Abrí mis ojos nuevamente tan solo para ver su expresión, quedando encantado enseguida con lo que mi mirada se encontró moví mi cadera y bajé ambos brazos. Hueningkai aprovechó la oportunidad para entrelazar manos
Un cosquilleo se hizo presente en la zona baja de mi vientre
- Estoy cerca... - jadeé - Muy cerca...
- Yo también - contestó sin separar la mirada de la mía en ningún momento - Y-Yeonjun hyung...
- Te quiero - confesé entre gemidos cuando dio fuerte en mi punto débil una vez más - T-te quiero Kai...
Me besó
- Te quiero, Yeonjun - acercó su boca a mi cuello - Más de lo que te puedas imaginar
Y fue cuando me mordió que pude correrme, gritando su nombre con voz aguda, sintiendo su nudo formarse al él venirse murmurando mi nombre con suavidad y cariño
Nuestros pechos subían y bajaban con rapidez. El menor se dejó caer encima mía - sin aplastarme del todo - con una sonrisa satisfecha
Nos miramos una vez más. Las palabras no fueron necesarias
Apoyó su frente contra la mía y me besó, suave, dulce y lento
Juraría que este era el mejor día de mi vida
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top