"No camines detrás de mí, puedo no guiarte. No andes delante de mí, puedo no seguirte. Simplemente camina a mi lado y sé mi amigo" - Albert Camus

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Pasé varios meses visitando a Alicia en el hospital, le contaba todo acerca de lo que, sucedida en los entrenamientos, le traía libros, revistas, música y todo lo que ella necesitara; vi con el paso del tiempo que Alicia subía de peso, hasta que llego el día en que la dieron de alta; todos estábamos muy contentos, su familia y yo organizamos una celebración para Alicia y cuando llegamos a su casa fuimos directamente a su habitación.

Alicia cerró la puerta de su habitación y comenzó a sacar peso que traía en su ropa, al inicio me sorprendió, pero luego comprendí que lo había hecho para salir del hospital y me aseguré de que la puerta estuviera cerrada.

Alicia se vistió y ambas bajamos a celebrar junto a sus padres, pasamos una maravillosa tarde y llame a mi padre para decirles que me quedaría a dormir en casa de mi amiga, él aceptó gustoso ya que mi madre y mi hermano habían viajado a una competencia de artes marciales que tenía mi hermano.

Me quede en casa de Alicia, vimos una película en su recamara cuando decidimos apagar las luces para hablar a gusto; sus padres ya se habían ido a descansar y ambas prendimos la computadora.

- Por fin podemos conversar en paz – dijo Alicia riendo

- Sí, hay tantas cosas que no podíamos hablar mientras estabas internada, pero ¿Cómo hiciste exactamente para salir?

- No fue sencillo, tuve que aumentar de peso un poco y después de eso utilice unas cosas para pesar más cuando subiera a la báscula, tomaba litros de agua antes de pesarme y muchas otras cosas, así fue como conseguí escapar de esa cárcel – dijo sonriendo

- Estoy muy feliz de que hayas podido salir

- Yo también, no sabes cuánto y ahora volveré con más voluntad y fuerza, quiero llegar a mi meta

- ¿No crees que te volverán a internar?

- Tendré más cuidado esta vez

- Está bien – dije y la abrace

Ella coloco música en su celular y me pasó un audífono, era música muy triste y que me hacía reflexionar mucho.

Ambas nos quedamos dormidas escuchando la música y por primera vez desde hace mucho tiempo, dormí tranquila y en paz.

Al día siguiente me levante temprano me bañe y desperté a Alicia, bajamos a desayunar y note como la sonrisa de Alicia se volvía una mueca, su madre nos dejó la comida preparada y apenas se marchó, Alicia arrojo nuestros platos en el tacho de basura de su casa; subimos nuevamente a su recamara y yo le pregunte si regresaría a entrenar, pero ella me dijo que por el momento no quería regresar. Me despedí de ella y me encamine a mi casa lentamente, pensativa y cansada, cuando vi mi reloj me di cuenta que ya era bastante tarde así que me apresure para llegar a mi entrenamiento.

Cuando llegue a mi entrenamiento me di cuenta que había una chica nueva, deje mis cosas en mi casillero y mientras me peinaba, fui a conversar con ella.

- Hola, Eres nueva, ¿no?, ¿Cómo te llamas?

- Me llamo Camila y sí, soy nueva

- ¿Después de entrenar quieres ir a por un café? – le dije después de presentarme y hablar un rato con ella

- Claro que sí, gracias por invitarme, como soy nueva, nadie se me acerca

- Por lo menos ya tienes una amiga

- Eres increíble

Entrenamos arduamente por dos horas y media, junto a Camila fuimos al vestuario para ducharnos, cambiarnos y luego ir a la plaza por un café.

Cuando llegamos al establecimiento y pedimos nuestros cafés, note que Camila tenía demasiadas pulseras en sus muñecas, ella era muy extraña y algo tímida, conversamos bastante tiempo hasta que por curiosidad toque su brazo y separe un poco las pulseras, me di cuenta que eran cortes y le pregunte qué había pasado, ella me miro con los ojos cristalizados y me dijo que había sido su gato pero yo no era tonta, un gato no hace cortes paralelos, simétricos, un gato no pudo haberle hecho todos esos cortes y aunque ella me dijera esa mentira, yo no le creía.