Hay momentos en que todo va bien, no te asustes pero no duran mucho.

                      Jules Renard (escritor francés)

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Estaba en mi habitación, ya no dibujaba, ya no reía, ya casi no hablaba; desde ese día en el que le había dicho a Lucas que se fuera, ya no lo veía casi nada, a veces nos encontrábamos en el pasillo, yo bajaba la mirada para no ver sus ojos; esos ojos que me habían enamorado, no volvimos a hablar desde ese día, el doctor Michael se hizo cargo de mi caso por petición de Lucas y aunque me dolió enterarme de eso, siento que fue lo mejor, estábamos involucrando sentimientos y la única lastimada iba a ser yo.

Baje drásticamente de peso, pesaba 28 kilos, mi vida ya estaba en riesgo y los médicos me habían dado un ultimátum, si bajaba un kilo más, me colocarían una sonda alimenticia, tenía miedo de que cumplieran con su amenaza pero aun así, no pensaba dejar de hacer lo que hacía.

Los médicos me dijeron que tenía arritmia cardiaca, me había dañado el corazón, mi caso era critico; tenia lanudo por todo el cuerpo, los doctores me había explicado de que era la forma en la que mi cuerpo se defendía del frío que sentir, pero no me importaba nada, solo ser perfecta.

Ya no comía nada, siempre estaba cansada, me dolía respirar, no podía pensar con claridad y cada vez que me levantaba de algún sitio, me mareaba, me estaba muriendo poco a poco.

Perdí toda la confianza y beneficios que había ganado, las enfermeras me miraban algunas con compasión y otras con desprecio porque yo hacía su trabajo más difícil. 

Los doctores siempre estaban discutiendo mi situación y aunque yo sabía que Lucas estaba presente en esas juntas, él no decía nada; lo único que mi mente podía pensar es que todo lo que él me dijo de ayudarme a salir adelante era mentira, yo no le importaba en lo más mínimo.

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Ahí estaba ella, mirando al vacío como cuando la conocí, sus ojos reflejaban una tristeza inimaginable, la extrañaba; extrañaba sus sonrisas, su risa, sus ojos que brillaban al verme, la extrañaba a ella pero si estábamos juntos solo nos dañábamos.

Trate de interceder por ella sin que nadie lo supiera, note que ella había bajado mucho de peso, si vida peligraba, su corazón estaba dañado, podía morir y yo no podía permitir que eso sucediera.

Ya había pasado mucho desde que me había alejado de ella y me había dado cuenta que ella me importaba, ella era a quien quería, la quería junto a mí, la amaba y haría todo lo posible y más para salvarla, costara lo que costara.

La amaba y sabía queella sentía lo mismo; no sé cómo pude enamorarme tan rápido, ella era lapaciente, debía curarla pero sin querer en el camino me enamore de sus ojos, desu sonrisa, de quien ella era y trataba de ocultar; quería que ella viviera yfuera feliz como siempre debió serlo; pero no podía acercarme, ella estabagrave y antes de confundirla con sentimientos, tenía que esperar a que mejoraray aunque ella no lo supiera, yo la ayudaría.