CAP 23
Me encontraba en el parque leyendo un libro que pedí en la biblioteca, estaba tan concentrada en él que no me di cuenta de cuánto tiempo había estado allí, una gota de agua que cayó en mi cabeza me tomó por sorpresa, mire hacia el cielo y pude observar el cielo abochornado, así que me puse la capucha, cerré el libro y caminé a paso rápido hacia mi hogar. Al llegar habían dos radio patrullas y un auto de la FBI, despertando mi curiosidad y preocupación
—espero que no le haya pasado nada a mi madre—murmuré para mí misma
dicho eso entre a la casa, el primer piso estaba vacío, sólo se escuchaban murmullos que provenían de la segunda planta, fruncí el entrecejo y subí, varios oficiales sacaban fotos al pasillo y habitaciones, unos tomaban apuntes de lo que veían y otros conversaban entre sí
—lo lamento mucho Crystal—escuché la voz de William desde mi habitación
—era mi pequeña, ¿qué clase de persona le hace esto a un ser humano? —preguntó mi madre entre sollozos
eso me alarmó, caminé hacía mi habitación evitando tocar a los oficiales a paso rápido, al entrar le pregunté a Crystal—¿qué pasó? ¿por qué lloras?
ni ella y ni William me respondió, causándome cierto enojo
—Sheriff Mccurdy—llamaron a William desde el marco de mi habitación
el ojiazul relamió sus labios y observó al oficial, acercándose a él—¿si?
—se acaban de llevar el cuerpo—le respondió con normalidad
apenas mamá oyó la frase del hombre rompió el llanto por completo, Mccurdy volvió a mirar al oficial molesto, este susurró un lo siento y bajo a la primera planta, dejándonos a los tres solos en la habitación
—Crystal, cariño no llores—dijo acercándose a ella, y al hacerlo traspasó por completo mi ser, atemorizándome totalmente
al prestarle atención a mi alrededor sentí que mi lengua se recogía y me ardía por el temor que estaba experimentando; mi cama estaba ensangrentada, se podía ver como la sangre fresca caía lentamente hacia el suelo , las paredes con las mismas marcas de rituales diabólicos que habían en el cuarto de la cabaña y el suelo se encontraba con una pequeña botella vacía, alrededor de ella había una pequeña posa azul. Mi cuerpo temblaba, volví a observar a mi madre y al sheriff y grité
—¡¿Qué ocurrió aquí?!—no tuve respuesta de ellos, ni siquiera me miraron, desesperándome más—. ¡¿Por qué me ignoran?! ¡Dejen de ignorarme, ahora!
Sentí un líquido tibio que recorría en mis antebrazos, los cuales me ardían, al mirarlos pude ver las palabras cortadas: Ellos no te escuchan (T/N), terminé tu biografía cariño, ahora sólo eres un fantasma que pasará la eternidad viendo el sufrimiento de tus familiares.
○○○
Desperté gritando "no" y poniéndome de pie de casi un brinco, captando la atención de mis madre y William que estaban frente mío, estos me miraban asustados mientras yo jadeaba intentando recuperar el aire
—(T/N), ¿nos vas a decir que fue eso?—preguntó Crystal poniéndose de pie lentamente y acercándose a mi
fruncí levemente el entrecejo y pregunté—¿qué cosa?
—el grito que acabas de dar, casi nos matas del susto—me respondió el sheriff medio molesto
observé mi alrededor, me encontraba en la sala de estar, tenía mi cuaderno de dibujo y mis lápices tirados en el suelo, eso me hizo recordar que mi madre me había levantado el castigo y me había permitido realizar mi trabajo de artes en la sala de estar, exhalé recuperando la calma y le respondí
—sólo fue una pesadilla, ahora, ¿podemos cenar?—pregunté cambiando el tema.
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