001
Con Hermione a mi lado, nos servíamos algo de comida. Finalmente, estábamos sentadas en el Gran Comedor, tras un largo y agotador viaje a Hogwarts. La idea de regresar a este lugar se retorcía en mi cabeza como una espina. Odiaba este sitio.
Dejo ese pensamiento atrás y comienzo a comer la ensalada que me había servido. Pero, claro, no puedo dar ni un mordisco cuando escucho esa desagradable voz llamándome.
—¡Potter!
Me giro bruscamente, encontrándome cara a cara con el rubio que tanto detestaba.
—¿Qué quieres, Malfoy? —pregunto, esforzándome por mantener la paciencia. Siempre he sido impulsiva y, a la mínima, pierdo los nervios.
—¿Oíste las noticias, no? —se burla, mientras algunos de sus amigos ríen por detrás y sueltan un "uuu". Frunzo el ceño, sin tener idea de qué está hablando.
—¿De qué narices hablas ahora? —pregunto exasperada. Este chico era como una piedra en el zapato, siempre apareciendo en el momento menos oportuno.
¿Cómo podía alguien ser tan molesto?
Él iba a contestar, pero la voz de Dumbledore lo interrumpe y él me regala una última sonrisa arrogante. Simplemente me giro, rodando los ojos con desdén.
Observo la charla de inicio que siempre ofrece Dumbledore. Los niños de primer año entran al Gran Comedor, la mayoría de ellos con una sonrisa radiante. Hacen la selección de casas, y la gran mayoría termina en Gryffindor.
Pero, cuando creíamos que el discurso había terminado, él habla:
—Dos personas ingresarán nuevas, pero no a primer año, sino a quinto año. Adelante, Tom y Mattheo Riddle —anuncia, y todos quedamos sorprendidos, girándonos para mirar la puerta por la que entrarían a continuación.
No podía ser. Tom Riddle y Mattheo Riddle. Los hijos de Voldemort. Esto no era una buena señal; era más que obvio.
—¿Pero qué...? —susurro hacia Hermione, quien me mira con una expresión preocupada. Fijo la mirada en las dos figuras que entran al Gran Comedor. Parecen estar buscando a alguien con su mirada. El que parece ser el mayor se queda observando fijamente a mi hermano antes de darle un codazo a su hermano menor para llamar su atención. Este último lo mira y le devuelve una sonrisa.
Frunzo el ceño y le pregunto a Hermione: —¿Viste eso?
—Sí, lo vi. Ambos miraron a Harry —dice Hermione, clavando su mirada en los dos chicos. Era evidente que no pensaba nada bueno al respecto. Por supuesto, los dos chicos terminaron en Slytherin.
Harry y yo nos miramos desde nuestros lugares separados por unas cuantas mesas. Él me hace un gesto intrigado y me indica con señas que hablaríamos luego. Asiento con la cabeza, accediendo, y decido levantarme de la mesa.
—Me voy, Hermione —me despido de ella, y ella me sonríe en señal de despedida.
—¿Ya tienes miedo, Potter? —se burla Draco entre risas cuando paso a su lado. Suspiro cansada y me giro hacia él.
—¿No tienes nada mejor que hacer? —pregunto, cruzándome de brazos. Él simplemente me repasa el cuerpo con la mirada y vuelve a reír.
—Me apuesto 100 galeones a que te lanzarías sobre uno de esos dos —dice, señalando a los recién llegados Riddle, que aún no se habían percatado del revuelo.
Mi paciencia se había agotado por completo. Avancé hacia él, enfadada, y sin pensarlo dos veces, le di un buen puñetazo en la nariz. Un grito de dolor escapó de sus labios mientras se llevaba las manos a la cara, la sangre brotaba de su nariz.
—¡Mi padre se enterará de esto! —gritó, mientras tomaba papel para detener la sangre. Yo simplemente me reí en su cara.
Pero mi risa fue corta, ya que el profesor Snape se acercó a la mesa.
—Estás castigada, Potter —dijo, observando la escena de Draco con la nariz ensangrentada.
—¿Y qué? ¿Ahora nos quitarás más puntos? —pregunté, furiosa. Este hombre me sacaba de mis casillas. Siempre me castigaba a mí, todos los años. A mí, y solo a mí.
—Menos diez puntos para Gryffindor por tratar así a sus superiores —dice Snape, visiblemente enojado, y yo simplemente resoplo con fastidio.
—Como si usted fuera mi superior —replico mientras me doy la vuelta, dando por concluida mi estadía en el comedor, consciente de que todas las miradas se posaban en nosotros.
—¿Cómo dice? —pregunta su voz desde atrás.
—Nada —respondo, girando la cabeza y esbozando una pequeña sonrisa burlona. Decido salir del Gran Comedor, pero antes de llegar a la puerta, escucho a Harry gritar mi nombre.
—¡Kate! —exclama, su voz llena de preocupación. Me giro y lo espero hasta que me alcanza.
—¿Qué? —pregunto, mientras seguimos caminando juntos, con Harry a mi lado.
—Nada bueno va a pasar con ellos aquí —dice Harry en voz baja, su mirada llena de preocupación. Asiento, compartiendo su inquietud mientras avanzamos por el pasillo.
Ambos sabíamos que con los Riddle en Hogwarts, el peligro era inmenso.
—Tengamos en cuenta que el año pasado volvió Voldemort —dice Harry, y yo le doy un codazo.
—No digas su nombre —le advierto en un susurro. El tan solo dice "perdon" en un susurro.
—Y recuerda que mató a Cedric —recalca mi hermano. Asiento, recordando lo bien que Cedric y yo nos llevábamos y lo trágico que fue perderlo.
—Pero, Harry, tú y yo estamos en un inmenso peligro. Podrían matarnos —digo, mi preocupación creciendo con la llegada de los Riddle.
—Oh, vamos. Si alguien quisiera matarnos, sería su padre, no ellos —responde Harry, intentando restarle importancia.
—No me fío ni un pelo, Harry. De verdad, tenemos que tener mucho cuidado. Algo en su mirada me dijo que eran malvados. Y uno más que el otro. Ten cuidado con el alto —añado rápidamente, tras haberlos observado detenidamente en el comedor.
—¿Tom? Sí, yo también creo que está más loco aún. Pero Mattheo me sigue dando el mismo miedo —responde Harry, compartiendo mi inquietud.
—Kate, tal vez podríamos hablar con Dumbledore —dice mi hermano, deteniéndose en seco. Yo solo me río irónicamente.
—Sí, claro. Le diremos, "Los Riddle nos quieren matar". Es una acusación grave, Harry. No podemos hacer eso. Y menos decírselo a Dumbledore; él es quien decide quién viene a este colegio. Si ellos han sido aceptados, es porque Dumbledore confía en ellos —respondo, mi voz cargada de frustración y angustia.
—Cierto. Pero nunca estaría de más hablar con él —dice Harry, con un atisbo de esperanza en su voz.
—¿Y decirle qué, Harry? No tendría sentido —respondo, frustrada. Al llegar a la sala común, suspiro—. Me voy a dormir —anuncio, antes de subir rápidamente a mi cuarto, dejando a Harry con sus pensamientos.
(...)
Hola bebes!! Primer capítulo. Espero que os guste!!
No olvidéis votar y comentar la historia!!
Como es el primero lo hice cortito!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top