Vigésima cuarta Alma
『❝¿Cuando aprenderé que no debo confiar en nadie?❞』
El primer pensamiento de JiMin fue que en definitiva, los autos eran geniales. O al menos, en el que él estaba montado, lo era. El cuero de los asientos hacía que el artefacto luciese caro, y, ¿Cómo no iba a lucir de tal manera? Si era nada más y nada menos que el auto de la familia Min en el que estaba montado.
El alfa, por otro lado, desde su lugar solamente observaba como JiMin actuaba como si fuese un niño pequeño sin conocimiento, aunque de cierta lastimosa manera, él era como un niño pequeño. Observaba el área desconocida de manera meticulosa y casi imperceptible, pensando que el alfa era ajeno a lo que estaba haciendo.
Cada detalle abarcaba su eufórica mente, que estaba maravillada por la nueva información que estaba recibiendo, y eso para YoonGi, era tierno. Era increíble como no había tenido idea de lo mentalmente atrofiado que estaba aquel omega hasta que, de alguna manera, había logrado vivirlo en carne propia, y no sabía si la experiencia era grata para él o no.
Recostado sobre su cómodo asiento, contorneó disimuladamente la figura de JiMin. No había mentido cuando le había dicho al omega que lucía bonito, era por lejos, alguien maravilloso, y cualquier alfa era exiguo para él. No sabía cómo el omega no se daba cuenta de esto, pero tampoco era quien para ahondar en el tema.
Su ávida mirada ésta vez fue a parar al frente, en donde podía ver el vidrio transparente que sin ningún problema le mostraba el camino que dentro de poco sería pisado con aquellas ruedas caras que JiMin estaba seguro, eran tan fuertes que podrían atravesar inclusive un cráneo.
Por otro lado, YoonGi estaba tomando el camino más largo para evitar llegar a la base militar con rapidez. De alguna manera, se sentía intimidado por el hecho de estar en frente de tanta gente presentando al omega como su pareja. No porque JiMin no fuera digno de serlo, aún cuando él no sentía nada por el omega, sino más bien por la opinión pública.
Él y JiMin serían atacados y juzgados por la manada, y principalmente él, pues después de tan poco tiempo de la muerte de MinJi ya presentaría a otra persona como su pareja. Bien sabía él que la gente no perdonaba, y que miraban los defectos, errores u otras cosas sin conocer, sin fijarse en lo propio.
─¿Falta mucho para llegar, alfa Min? ─Preguntó JiMin desde su lugar como copiloto, relajado. Poco a poco YoonGi notaba que JiMin iba tomando más confianza, y no sabía si eso le agradaba o no. ─Supongo que no ─Respondió, atiborrado de seguridad─. Llevamos un buen rato en el auto, así que creo que llegaremos dentro de poco ─Omitiendo aquel pequeño detalle de que no quería llegar, YoonGi estaba, de alguna manera, diciendo un poco de la verdad.
Y por supuesto, el JiMin ingenuo que estaba en su asiento no se imaginaba aquello, y YoonGi tampoco se lo diría por temor a herir sus sentimientos, ya que existía la posibilidad de que el omega se lo tomase de mala manera.
─¿Por qué no estamos demorando? ─Volvió a preguntar el omega, en voz baja a tal punto de que era casi ininteligible. Era obvio que era una pregunta retórica, pero sin embargo, YoonGi no se contuvo y le respondió de igual manera.
─Hace mucho que no manejo auto, no suelo hacerlo. Voy despacio para no ocasionar un accidente.
─Esmeralda no tiene mucho tránsito.
─De igual manera, algunas carreteras no están del todo bien, además de que, como puedes ver, siguen mojadas por las constantes lluvias ─Comprobando lo que el alfa le había dicho, JiMin miró por la ventana, viendo que efectivamente el pavimento que cubría la carretera estaba de un color oscuro.
─Pero aún así, usted se va todos los días en auto, alfa... ─Es por eso que llego tan tarde ─Conforme avanzaba la conversación, YoonGi se iba sintiendo cada vez más incómodo, pues temía que terminase como él estaba pensando.
─¿No tiene un chofer? ─La indómita curiosidad del omega atacó de nuevo, haciendo que poco a poco YoonGi se irritase cada vez más.
─Hace tiempo que yo no manejo, y es todo lo que deberías saber. Deja de hacer preguntas ─El tono mordaz con el que YoonGi le respondió no pasó desapercibido por el omega, quien acató la orden sumisamete.
Había tocado un nervio sensible, y no tenía ni idea de cuál era. YoonGi se dio cuenta de lo que había ocasionado, pero no quiso arreglarlo. De alguna manera, se sentía mejor de que las cosas fueran así, y eso era malo.
YoonGi era muy irascible y quizá, para su mala suerte, impulsivo, y JiMin había notado eso, por lo que el resto del viaje se hizo extremadamente largo e incómodo para él. Cuando por fin pararon, JiMin bajó lo más rápido posible del auto, huyendo del alfa que con una mirada escéptica lo estaba siguiendo.
Un fuerte abrazo recibió al tierno omega una vez la puerta del auto fue cerrada, y éste se asustó por ello. Su primera reacción fue huír de la muestra de cariño, abrumado, pero cuando se dio cuenta de quién se trataba se quedó quieto, esperando simplemente recibir todo lo que ésta quisiera darle.
─Noona ─Había una sonrisa en la voz de JiMin. Rain sonrió y apretó sus mejillas, la mujer alfa estaba fascinada de ver al omega después de lo que habían parecido décadas.
─Mi Minnie, ¿Cómo estás? ─Conforme la alfa hablaba, el pequeño lobo de JiMin se levantaba perezosamente para saludar a la loba.
De alguna manera, la cercanía de Rain era bien recibida. No entendía el porqué de ello, pero simplemente Rain le transmitía una confianza inexplicable, confianza que, por supuesto, ella estaba feliz de tener.
─Yo, uh... ─Su mirada dubitativa se paseó por ella y por el carro, sin saber qué decir concretamente.
Sabía que la alfa estaría molesta si sabía que YoonGi lo había hecho sentir mal, pero también sabía que él tenía parte de la culpa por saturar a YoonGi con preguntas aún conociendo la actitud del alfa, y que por supuesto, no eran cercanos ni tenían ningún tipo de confianza como para confiarse ese tipo de cosas.
─¿YoonGi te hizo algo, acaso? ─Cuestionó con una peligrosa calma que no engañó a JiMin.
─¡No, Noona! Él se ha portado muy bien conmigo. Simplemente a veces no sé cuándo cerrar la boca.
─Hmmm... ─Rain lo pensó por un momento─, simplemente dale tiempo. Él no es una persona muy sociable y no te conoce. Probablemente se siente amenazado y fuera de su zona de confort. Es como si un lobo cayera en una manada desconocida, él no sabe qué hacer. Es como un niño. Un niño muy estúpido. ─¿Hablando de mí? ─Gruñó el mayor, saliendo del auto para encarar a la alfa que sin miedo, se paró y escondió a JiMin detrás de ella.
─Yo me quedaré con JiMin. Vete, el concejo te espera. Una vez termines de hablar con ellos, eres libre de llevarte a mi JiMin ─Ignorando totalmente sus palabras, Rain no le puso demasiada atención, concentrada en examinar a JiMin de pies a cabeza.
El omega no sabía cómo reaccionar, pero tampoco quiso hacerlo. En momentos como esos, prefería simplemente mantenerse al margen, sin estar muy seguro de cómo actuar.
Gruñendo, YoonGi acató la orden, sabiendo que pelear con Rain era tiempo perdido, sobre todo porque su atención no estaba en él, sino en JiMin. Le parecía bastante curioso la cercanía y especie de conexión que tenían Rain y JiMin, sin embargo, no se atrevía a preguntar, ni tampoco tenía porqué hacerlo, así que sin decir nada más, caminó hasta llegar dentro de la base militar.
Lo primero que lo recibió fueron bastantes reverencias a modo de saludo, pues estaban recibiendo al jefe de los centinelas, que era quien se encargaba y coordinaba la protección que recibía Esmeralda.
No tardó mucho tiempo para darse cuenta de en dónde era que estaban los hombres del concejo. Simplemente tuvo que adentrarse a su oficina, un lugar amplio, limpio, ordenado y lleno de papeles, para verse con la no grata presencia de ellos.
─¡Señor Min! Veo que ha llegado...
─¿Para qué me necesita? ─Preguntó, yendo directamente al grano─ Se supone que hoy debía presentar a JiMin, ustedes no tienen porqué estar aquí.
─Venimos a supervisar cómo lo hará, claro ─YoungBae meneó su té desde donde estaba─, y también a arreglar algunos asuntos que tenemos respecto a la llegada de Zafiro en la luna de sangre.
El alfa les dedicó una mirada escéptica que estos notaron, y evitó soltar una risa sardónica. Él sabía que si ellos estaban allí, definitivamente algo malo, extraño o por lo menos, bochornoso iba a ocurrir.
─Además no somos los únicos que estamos aquí ─Sonrió, observando la puerta por la cual tan solo unos segundos espués entró YoonA, siendo secundada por SiWon.
─¡YoonGi! Cuánto me alegra verte ─La omega, con una sonrisa de oreja a oreja, se acercó al menor con la intención de abrazarlo, pero éste rechazó bruscamente su intento de afecto.
─Al parecer...
─¡Rain, veo que tú también vas llegando! ─YoungBae sonrió aún más observando la puerta, y luego, con un ademán ordenó a la alfa que la cerrase.
─¿Y JiMin? ─Preguntó YoonGi al verla sola, recibiendo un bufido molesto de parte de YoonA.
─Está afuera. Él no sabe nada de esto, así que no sabía si sería oportuno traerlo o no.
─Hiciste lo correcto, Rain ─YoungBae aseguró, pidiéndole silenciosamente que tomase asiento.
Algo estaba mal y YoonGi no sabía qué era exactamente.
» Ella...
» Sí.
『❝Yo no soy una mala persona. Sólo soy una persona que ha sufrido demasiado y que quiere dejar de hacerlo❞』
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