Séptima Alma

『❝Algo triste fue pensar que tú me gustabas❞』

Los sollozos fuera del hospital eran casi que lo único que se podía escuchar. Los integrantes de la manada Esmeralda estaban sintiendo como una persona preciada para todos ellos partía, su aura, su aroma y su alma dejó de sentirse en todo el lugar para darle paso a una fría soledad que hizo que todos se congelaran y deshicieran en aullidos a modo de reproche a la Luna por haberles arrebatado a tan hermoso ser de manera tan extraña y rápida.

JiMin, mientras tanto, estaba en el bosque aún al lado de Rain que mantenía una expresión totalmente neutra mientras miraba hacia el hospital con la cabeza ladeada, con sus oscuros ojos reflejando su alma vacía, haciéndolo sentir cada vez más incómodo pero extrañamente, conforme.

Aún si los aullidos llegaban a sus oídos, él no podía sentir pena por su hermano, y se sentía una mala persona por ello. Su omega, a diferencia de él, no sentía absolutamente nada y sólo estaba concentrado en intentar dormir y cuando no podía hacerlo, rodar o dar vueltas. Su prioridad, definitivamente no era MinJi.

JiMin había leído en los libros villanos horripilantes, que se ganaban el odio de los lectores con tan solo algunas palabras. ¿MinJi sería un villano? Porque en todo caso, sería uno de esos villanos que no pueden ser odiados por cómo son, pues su actitud es realmente linda por naturaleza y hacen las cosas sin saber. ¿El verdadero villano sería JiMin?

¿Quién era el antagonista en Esa historia, si ellos dos eran gemelos?

Un suspiro lo sacó de su ensoñación y su mirada nuevamente se dirigió a Rain que estaba soltando el aire que no sabía que había contenido en sus pulmones, que al parecer, por el vapor que salía de su boca sin detenerse, era mucho, y luego se dio cuenta de que ella se estaba moviendo lentamente hacia su dirección, hasta que finalmente terminó mirándolo.

Decir que no lo perturbó, sería una mentira. Sobre todo porque cuando ella sonrió, una contracción extraña hizo acto de presencia, sacándole un leve gemido impresionado, pues eso no paró por un buen tiempo, y luego, él cayó al piso cuando sintió que su cuerpo se estaba poniendo caliente y no podía respirar.

La expresión de Rain cambió de una normal a una preocupada y la mujer se precipitó a agachase al lado del omega que tosía, dispuesta a asistirlo si era necesario.

─¿Estás bien, JiMin? ─Dijo, dando suaves palmaditas en su espalda mientras que él seguía tosiendo cual alérgico.

─N-No... R-Realm...mente ─Decía a la par que intentaba respirar correctamente, pero era altamente inútil, puesto que no podía controlarse.

─¿Tú no tienes asma, ansiedad, o alguna de esas cosas, verdad? ─Preguntó alarmada.

JiMin negó inmediatamente, sintiendo como el calor repentino que lo había invadido era reemplazado por una sensación extraña hasta que finalmente su cuerpo se enfrió y él volvió a la normalidad, pudiendo estar ya más tranquilo.

─MinJi... ─Susurró con voz débil─, ¿Él murió? ─Rain asintió, un poco vacilante.

─Puede ser. Supongo que por eso están aullando tantas personas, ¿No? ─Dándole la razón, JiMin asintió pausadamente.

La alfa inmediatamente se levantó y extendió una mano a JiMin, que la recibió dubitativo. Fue halado de un tirón y se sintió algo raro puesto que no podía mantener su equilibrio correctamente, pero no hizo comentario alguno al respecto, y solamente, se animó a estirar su cuerpo que hacía tiempo, aunque no se había dado cuenta, no había movido.

─¿Quieres ir a ver cómo están tus padres? ─Preguntó la alfa, intentando reconfortar a JiMin con la leve sospecha de que estaba verdaderamente afectado.

JiMin asintió inmediatamente, y entonces, la alfa asistiéndolo, lo guió entre la multitud cautelosamente.

¿Por qué tenía la sensación de que cosas malas se avecinaban?

『❝Algo aún más triste, fue pensar que los demás podrían aceptarlo❞』

Esmeralda estaba ubicada en un lugar hermoso. Estaba ubicado en una montaña que era rodeada por otras dos aún más grandes, dándole el aspecto de un hermoso valle bastante extenso que gozaba de abundante flora y fauna.

Especialmente, Esmeralda se caracterizaba porque en Esa zona, las únicas flores que crecían eran lirios totalmente blancos; nunca había sido encontrada en ese lugar alguna flor de familia diferente, o teñida de algún color.

Todas carecían de éste y eso era lo que hacía destacar a Esmeralda como lugar especial. Y haciendo uso de aquellas flores tan hermosas y adoradas por la manada, el lago en el que iba a ser llevado a cabo el funeral de MinJi estaba repleto de éstas, al igual que el barco que iba a ser su lugar de descanso eterno.

Aquella manada tenía una tradición: Cada vez que alguien moría, éste era lanzado al río principal de la manada en una pequeña canoa, y se tenía la creencia que al hacer esto, el alma de la persona viajaría hasta el más allá y de esa manera, encontraría el descanso eterno.

El único detalle era que, el funeral de MinJi, había sido el único en décadas en ser tan asistido y al mismo tiempo, tan decorado. Los adornos no faltaron, y todos eran de color blanco, simbolizando la pureza del omega que había muerto por causas desconocidas. ─Mi bebé... Mi bebé... ─Sollozaba YoonA con la voz rota, escondida en los brazos de SiWon que también tenía los ojos llenos de lágrimas silenciosas que dejaban largos caminos húmedos en sus mejillas.

Sus dos padres estaban sufriendo demasiado, y por consiguiente, JiMin también estaba sufriendo, pero no podía, no sabía cómo mostrarlo. No tenía la confianza suficiente como para poder acercarse, ni mucho menos decir algo.

Como persona introvertida, era algo imposible para él, por lo que simplemente decidió callar y bajar la mirada para ocultarse de la mirada de las personas que de repente estaban encima suyo, comparándolo con su hermano por su apariencia física.

Mordió sus labios y apretó sus puños, enojado ante la idea, queriendo gritarles que apartaran la mirada, pero sus palabras se ahogaban en su garganta antes de poder hacer nada.

─Ahí viene... ─Murmuró una joven omega, mirando hacia la entrada que había sido decorada con piedras blancas cuidadosamente pulidas.

Todos voltearon a ver y quedaron boquiabiertos al ver que dos personas venían cargando a MinJi en una cama hecha exclusivamente de hojas, flores y demás cosas que JiMin en ese momento no estaba distinguiendo.

Estaba vestido con el traje que se suponía, iba a ser el de su boda, su sonrisa, había sido cuidadosamente diseñada, y su maquillaje era impecable. Parecía casi durmiendo, de no ser porque los latidos de su corazón no se escuchaban, él podría jurar que estaba vivo.

Pero lastimosamente, no era el caso.

─Se ve tan hermoso... ─Comenzó a decir una chica, dando pie a varios murmullos sobre la apariencia del arreglado cadáver.

«Es tan lindo»

«Tan puro...»

«Él no merecía morir»

«Debió haber sido alguien más...»

Entre otros balbuceos que se perdían en el aire y no eran reconocidos. Las personas pasaron en frente de YoonA, que no se atrevió a enfrentar a la realidad, al cuerpo inerte de su hijo ubicado en aquella cama cuidadosamente diseñada.

Todo era una acumulación de gente alrededor del cuerpo, queriendo observarlo, pues éste causaba un increíble e irrespetuoso morbo a la gente que estaba ahí, presenciando lo que sería el ritual para ayudar a que su alma llegase sana y salva al otro mundo.

Impresionantemente, antes de que el alfa que estaba encargado de hacer los rezos y cantos, pudiera comenzar, la multitud volvió a dividirse en dos grupos casi iguales, dejando a la vista a un alfa que hizo que el corazón de JiMin saltara y su omega se alertara.

Sus puros ojos negros llenos de audacia felina a pesar de ser un lobo, brillaban por las lágrimas contenidas que querían salir, pero que no podían hacerlo, y el alfa estaba apretando sus puños, observando desde la lejanía el cuerpo inerte de la única persona que había llegado a amar.

También llevaba un traje de boda, el mismo que había utilizado el día que ocurrió la tragedia, y ese hecho hizo que JiMin bajara la cabeza, apenado, sintiéndose de nuevo, alguien totalmente ajeno a la situación.

─MinJi... ─Murmuró, no pudiendo ocultar el dolor en su voz.

Pasó por en medio de las personas, ignorando a todo mundo, menos a JiMin que sólo miró por dos segundos antes de apartar la mirada nuevamente. El corazón del tierno cachetón se aceleró de nuevo, al igual que su omega que saltó emocionado.

Su caminar era imponente y decidido, pero al mismo tiempo, tembloroso y miedoso, temiendo derrumbarse en frente de la manada y de los centinelas de rango inferior que estaban acompañándolo en sus penas.

Se acercó al cuerpo que había sido depositado en el piso y acarició su frente delicadamente, no queriendo alejarse de él, queriendo morir con él. Pero no podía hacerlo, porque estaba seguro de que eso no era lo que MinJi hubiera querido.

Las lágrimas salieron sin poder evitarlo de sus ojos, pero se apresuró a limpiarlas, tomando aire para recomponerse. Le dirigió una última mirada antes de inclinarse y dejar un casto beso en su mejilla, susurrando unas palabras que nunca olvidaría y que tendría presentes siempre.

«Te amo. Te amaré por siempre, porque a pesar de que la luna nos separe y te convierta en polvo de estrella, nosotros formaremos una muy pronto. Te lo prometo»

─Puede proseguir ─Indicó al hombre, que inmediatamente, acató la orden.

YoonGi se posó entre los padres de los gemelos, al lado de JiMin, bajando la mirada y rezando porque el alma de su amor descansase en paz. La persona comenzó a recitar las palabras típicas de los entierros en esmeralda y luego comenzaron a hacer sonar los tambores, mientras el hombre comenzaba a hablar dándole la bendición a éste para su nueva vida.

Finalmente, el cuerpo fue depositado en la balsa, que soltaron segundos después de haberlo dejado allí en una buena posición. Entre tres personas, empujaron la balsa para que tuviera suficiente impulso para seguir su camino siendo guiada por la corriente del lago que desembocaba en un gran río que lo llevaría a su destino.

Las lágrimas de las personas eran abundantes, especialmente las de los padres que heridos, observaban como uno de sus retoños, se iba de su lado para siempre.

El centinela YoonGi, con su corazón herido, miró hacia el cielo con tristeza y rabia, aullando lastimeramente, rogando por una cura para aquello que había destruido todas sus ilusiones, y a él en general.

Esa noche, la luna brilló como nunca lo había hecho.

» ¿Algo cambió?

» Sí. Y no sólo para él.

『❝Lo más triste, fue pensar que tú podrías llegar a amarme❞

』  

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