CAPITULO 11

Llegué a casa pero me puse sobre alerta, el aroma del licántropo recién convertido invadía los alrededores. Me bajé de la motocicleta y le di la vuelta a la redonda, enormes pisadas estaban dibujadas en el barro, no era aún luna llena ¿Cómo es que podía convertirse? Se debía tener un control extremo para lograrlo. Las huellas terminaron en la puerta de atrás y palidecí al ver a Abigail arrinconada contra la pared con aquella criatura observándola.

-Abigail. –Le grité. –Ella me miró temerosa. –No te muevas. -Le advertí.

Asintió e intenté acercarme recibiendo gruñidos de advertencia ¿Por qué no la atacaba? se volteó en mi dirección, mostrando sus pronunciados colmillos, al fin lo conocía, no podía convertirse en un hombre lobo completo hasta la próxima luna llena.

-Señora Wolf, no haga ningún movimiento brusco. –Le indico.

No podía cambiar en frente de ella. Me encontraba en una encrucijada. Sin pensarlo mucho se abalanzó sobre mí, sintiendo pronto sus filosos colmillos en mi hombro, pude escuchar a Abigail gritar horrorizada. Lo tomé por la cintura y lo lancé lo más lejos posible de mí, cayendo de cuclillas, iba a embestirme de nuevo cuando se oyó el aullido del alfa, su progenitor lo llamaba. Sus ojos se clavaron en mí y hechó a correr bosque adentro.

-James. –La señora Wolf llega donde estoy, revisando mi herida.

-Estoy bien. –Miento, me está doliendo y bastante.

-Vamos adentro.

Ingresamos y me ayuda a sentarme en una de las sillas del juego de comedor.

-Quítate la camisa. –Me pide, y lo hago.

La veo alejarse, regresando a los pocos instantes con un botiquín. Lo abre y saca alcohol, algodón, gaza, tijeras y otros implementos.

-¿Cómo se te ocurrió enfrentarlo? ¡Oh Dios! Mira la profundidad de la mordida, creo que deberíamos ir al hospital.

Llamó mi atención que no mencionara mis heridas anteriores, pero no indagué al respecto.

-No, por favor, usted puede hacerlo. –Sabía de antemano que para mañana estaría curado.

-¿Estás seguro? Sangra mucho.

-Señora Wolf, estoy muy seguro.

-De acuerdo, pero mañana lo revisaremos, si luce mal, yo misma te llevaré al hospital.

¡Demonios! Esto se ponía mejor, para mañana solo sería una cicatriz rosa pálido.

Tomó una toalla, abrió el grifo de la cocina y la mojó con agua caliente, con cuidado, se encargó de limpiar la herida, quitando todo rastro de sangre, luego la desinfectó con alcohol, ardió como un demonio. Me puso una crema y me vendó.

-Listo, pero aún soy del pensamiento que te debería ver un médico.

-Y yo que no es necesario.

-Muchacho testarudo.

-Gracias. –Le sonrío. -¿Qué hacía afuera?

-Escuché la voz de mi James llamándome. –Se sienta en la silla próxima a mí.

-Llamándola. –Repito.

-Sí, mi mente me juega bromas, a veces se me olvida que él está muerto. Pero cuando salí me encontré a este, no sé ni cómo describirlo. Estaba aterrada, pero solo se quedó mirándome, te parecerá una locura, pero en mi interior, supe que no me lastimaría y lo más insano de todo, es que creí ver a mi James en él.

Me quedé meditando sus palabras, una loca sospecha comenzó a aflorar en mi pensamiento.

-¿Qué sucede James?

-No, no es nada, me voy a descansar.

-No sé si reportarlo con el comisario, ¿Qué era esa cosa? -Me consulta.

-Estoy tan confundido como usted, mañana veremos cómo procedemos. Y por favor, no salga si yo no estoy con usted.

-Es muy dulce de tu parte, pero creo que estando tú o no, haga una diferencia, hoy resultaste herido.

-Me sentiría más tranquilo ¿Me lo promete Abigail?

-Si eso deseas, está bien, pero creo que exageras.

-Y cierre todas las puertas y ventanas con seguro.

-Lo haré, me alegro que estés conmigo.

-Me alegro estar aquí.

Bajo al sótano y llamo a Thompson.

-De verdad que no puedes vivir sin mí. –Me contesta.

-No sé cómo te soporto. –Respondo poniendo los ojos en blanco.

-Porque no tienes alternativa. ¿Qué pasó? Tienes algún dato nuevo.

-Sí, cuando llegué a casa, él estaba aquí.

-Él ¿Cuál de los dos?

-El beta.

-¿Qué hacía allí? ¿Te buscaba?

-Ese fue mi primer pensamiento pero creo que encontré algo más interesante que eso.

-Al punto chico.

-No estoy por completo seguro, es solo una conjetura sobre quién puede ser el convertido, lo que explicaría por qué no hemos captado su esencia.

-Presiento que me harás una gran revelación.

-No tienes idea.

-Soy todo oídos.

-Como te comenté, al llegar sentí su aroma, lo seguí y lo encontré en frente de Abigail Wolf.

-La anciana a quién le alquilas.

-Así es.

-¿Está muerta?

-No, eso es lo más extraño, no la lastimó y créeme, tuvo oportunidad de hacerlo.

-¿Por qué no lo hizo?

-La pregunta del millón.

-Ya dime chico, el suspenso no va conmigo.

-Abigail tuvo un hijo, que supuestamente murió en la guerra.

-Aja ¿Y mencionas eso por?

-No recuperaron el cuerpo, se enterró un ataúd vacía.

-Sigo sin comprender. -Me responde.

-Hay un 50% de probabilidad, que James Wolf sea nuestro hombre.

-No sé puede descartar esa posibilidad. ¿Y qué hiciste al encontrarlo? -Inquirió.

-Me atacó, no podía cambiar delante de ella. Tengo una hermosa seña de su dentadura en mi hombro. Sobre eso, es extraño porque Abigail me curó y no mencionó nada sobre mis otras heridas.

-Ah eso es simple, le borré la memoria.

-¿Qué hiciste qué? -Espeto sorprendido.

-Cuando estabas en el trabajo la visité, le di de la pócima del olvido de Madame Russó, traía un frasco conmigo, llámame precavido. De nada por cierto.

-Ahora comprendo. -Reí sin ganas, era mejor que lo hiciera.

-Bueno, sígueme contando ¿Y qué sucedió luego? Sin convertirte no eres mucho rival.

-Lo llamó su alfa.

-Espera, aún no es luna llena ¿Cómo demonios se transformó?

-También me cuestioné eso, alguien ha estado practicando.

-Entonces James Wolf eh, tenía que llamarse igual que tú para que de problemas. -Añadió Thompson esbozando una sonrisa.

Ignoré su último comentario para luego agregar: -Abigail escuchó que la llamaban antes de salir, dijo que era la voz de James.

-Ummm, eso no me gusta.
–Tocan a la puerta de la habitación de Thompson. -Dame un minuto.
–Me pide, escucho con claridad lo que se desarrolla al otro lado de la línea.

-Señora Johansson, vaya sorpresa ¿En qué puedo ayudarla?

Apenas soy capaz de contener la risa.

-Ohhh les traigo toallas limpias ¿Se encuentra su amigo?

-Muchas gracias, que amable, no él no está, le dejaré dicho que vino a buscarlo.

-¿Bajarán a cenar hoy? No los he visto en el comedor.

-Sí bueno, nuestra dieta es delicada.

-¿Son vegetarianos? Les puedo preparar algo especial solo para ustedes.

-No es necesario, estoy en medio de una conversación, me disculpa.

-Ohhh sí, sí, que pena, que pase buenas noches.

-Igual.-El golpe de la puerta cerrándose me indica que se ha ido.

-Te juro chico que esta me la vas a pagar.

-¿Por qué lo dices? Es el mejor hotel del pueblo.

-Esta mujer es una molestia con mayúscula. Me imagino que lo estarás disfrutando.

-Sí mucho.

-Ja-ja. –Dice sin una gota de gracia. –Veremos que nos informa Royner. Casi desearía haberme quedado en el bosque con él.

Sonreí para luego agregar: -Estoy de verdad preocupado, este licántropo es antiguo y muy fuerte, está manipulando a su pupilo, lo enseña a matar, no se rige bajo ninguna ley.

-Lo encontraremos James, para eso estamos aquí, y lo haremos pagar por su osadía.

Dejo salir un suspiro, me gustaría tener su misma confianza.

-Señor Thompson. –Lo llaman mientras tocan a la puerta otra vez.

Dime que no es cierto! –Exclama Thom con desesperación, casi puedo verlo poniendo los ojos en blanco. –Nos hablamos al rato chico. –Me responde en voz baja, imagino que para que ella no lo advierta.

-Está bien, mantenme informado de cualquier novedad.

-Lo haré.

Extrañaba a Abba, quería con desesperación verla, tomé mi celular y marqué su número pero me salió la contestadora, de seguro estaría en su trabajo. Me recosté y cerré los ojos, agudicé mi oído y canalicé los sonidos que provenían de afuera, los árboles siendo mecidos por el arrullo del viento, los búhos ululando, incluso pequeños roedores y otros animales que merodeaban las cercanías, me fui relajando, me servía de distracción para olvidar el penetrante dolor. Funcionó porque a los pocos minutos logré mi cometido, me quedé dormido.

La insistente melodía del celular me despertó justo en el momento en que la chica saltaba al precipicio. El brusco movimiento al incorporarme hizo que gimiera del dolor. Me toqué el hombro por inercia, traté de calmar mi acelerada respiración. Cogí el teléfono eran las 10:00 p.m. el nombre Abba vislumbró la pantalla.

-Hola. –Contesto aún con rastros de sueño.

-Hola, ¿Te desperté?

-No claro que no. –Miento.

-No sabes mentir, sí dormías.

-Sí lo hacía, pero no importa, vale la pena despertar para escuchar tu voz.

La escucho sonreír del otro lado.

-Vi tu llamada perdida, lo lamento, no nos dejan usar el celular en horas laborales.

-Lo imaginé, no te disculpes.

-¿Está todo bien? –Inquiere

-De maravilla. –Respondo notando que he manchado de sangre la camiseta.

-James ¿A quién tratas de engañar? Sé que algo ocurrió.

-Abigail habló contigo.

-No, es solo un presentimiento, no lo sé explicar, solo lo sé. Hace un rato, atendía una mesa y de pronto, supe que estabas en peligro, y me invadió una angustia, pero no podía llamarte, y luego mi estúpido teléfono se descargó y tuve que esperar a llegar a casa para asegurarme que estabas de una pieza.

-Es por nuestra unión, no quise preocuparte.

-Me vas a contar.

Me quedé meditando los hechos, si el convertido resultaba ser quién sospechaba, él y Abba tuvieron una historia. Sentí unos celos monumentales, y decidí contarle la verdad a medias.

-James, papá me dijo que vinieron unos amigos tuyos, a ayudarte a rastrear al hombre lobo, ¿Lo encontraron?

-No, pero sí la guarida del convertido y hoy cuando regresé, él estaba aquí.

-¿Estás de broma? ¡Oh por Dios! ¿Lo enfrentaste? ¿Te hizo daño?

-No, solo me mordió.

-¿Te mordió? Cuéntame todos los detalles.

-Abba es tarde y estoy cansado, te prometo que mañana hablaremos, te recojo después del trabajo ¿Te parece?

-Pero quiero saberlo ya.

-Y lo sabrás, no comas ansias pequeño saltamontes.

-¿Pequeño saltamontes?

-¿Nunca viste Kung Fu?

-No ¿Debería?

-Fue una serie de los años setenta, muy famosa.

-Creo que la vi en el Centro de Vídeo ¿Qué piensas si el fin de semana la alquilamos?

En realidad la serie me resultaba aburrida, pero con tal de compartir tiempo con Abba lo aceptaría.

-Bien. -Agregué

- ¿En tu casa o en la mía?
-Preguntó.

-En la tuya, recuerda que aquí no hay televisor.

-Oh eso es cierto, mejor postergarlo, no quiero a mi madre asechándote, ni a papá con malas caras, antes le caías bien, y de repente eres el enemigo público número uno.

-Debes comprenderlos, es por lo que soy.

-No me interesa, estoy contigo y deben respetarlo, les guste o no.

-Esa es mi chica.

-Es en serio James, prométeme que no permitirás que nadie ni nada nos separe.

-Lo prometo. –De verdad estaba decidido a cumplirlo.

-Te extraño.-Me confiesa.

-Yo también, no sabes cuánto.

-No más que yo, y no te atrevas a contradecirme.

-Entendido.-Sonrío como un tonto. –Hasta mañana Abba.

-Hasta mañana y cuídate esa herida.

-Pronto sanaré, la ventaja de ser un híbrido.

-Quiero ser como tú.

-¿Qué? –Consulto confundido.

-Nada, descansa, buenas noches.

Pero tenía muy claro lo que escuché, y las palabras de Aldana volvieron a mi mente, que Abba debía convertirse ya sea en vampiro o licántropo para poder estar conmigo, y yo podía transformarla en cualquiera de las dos formas. Sin embargo, la idea no me agradó, me considero un monstruo, ella en cambio, es humana, que merece una vida normal. Alejé de mí estos pensamientos, intenté volver a conciliar el sueño pero se me dificultó. ¿Cómo desearía que el abuelo estuviera vivo? Los años y las experiencias lo hicieron sabio y prudente, añoraba su consejo, jamás me sentí tan solo, aunque esté rodeado de gente. ¿Qué futuro podía ofrecerle a Abba? Pero ¿Acaso no merecía yo ser feliz, enamorarme, formar mi propia familia? No es mi culpa ser lo que soy, y no puedo cambiarlo.

-¡Demonios! –Golpeo tan fuerte la pared que no mido mi fuerza y la agrieto, dejando mi puño repintando sobre el concreto.
-¡Maldición James! -Exclamo con enojo.

Tengo una mezcla de sentimientos encontrados, al menos Annia es ahora vampiro y está con uno de su clase ¿Pero qué soy yo? ¿De verdad una abominación? No me afectaba tanto que ella fuera mitad vampiro, por lo menos era híbrida como yo, pero Abba es diferente. Sin embargo, su madre es una bruja, un ser sobrenatural, nació con dones, aunque su hija no los desarrolló.

"Quiero ser como tú" no lo escuché mal, ella profirió estas palabras. Cuando esta locura pase y las aguas vuelvan a su cauce, tendré una larga y tendida charla con mi novia, debe saber los pro y los contra de su solicitud. Pensando en esto, me quedé dormido.

*********
Pobre James como que no le está yendo muy bien con los suegros y todo apunta que de verdad el licántropo es James Wolf. Poco a poco se irán resolviendo las cosas.

Saludos.

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