V.

Ryoken no pudo evitar sentirse un tanto apartado de todas aquellas personas, hablaban con normalidad, sonreían y soltaban carcajadas, incluso la que se puede considerar como su alma gemela. Se veía relajada, hacia pequeñas bromas y era capaz de soltar grandes carcajadas que no pudo evitar sentir como le invadían los celos. ¿Acaso era aquello lo que a él le faltaba? No pudo evitar sentirse como un completo extraño, se sentía tan apartado que su única excusa, eran aquellos ojos de diferente color, aquella maldición en lugar de una bendición como su madre le hizo creer como aquella única culpable de que no pueda disfrutar de la misma manera que todos esos sujetos. Todos eran capaces de sonreír, todos eran capaces de soltar carcajadas y ser felices a su modo, incluso, aquella chica a su lado, se veía bastante tranquila, se veía que realmente, disfrutaba de todo. Las almas gemelas, tienen aquella mitad de lo que a ellos les falta. Pudo sentirlo en ese momento y era realmente un asco ser solo la mitad de una persona porque todo depende de la que se encuentra a su lado.

Soltó un pesado suspiro antes de dejar el dinero en la mesa y levantarse para alejarse de ellos. Metiendo sus manos a sus bolsillos, sin siquiera prestar atención por donde caminaba.

No paso por desapercibido en Yusaku. Incluso, todos guardaron silencio al momento que este se alejo, la chica suspiro, sonrió un poco antes de hacer una pequeña reverencia, disculpándose con todos sus amigos, tomar sus cosas que dejo sobre la mesa y empezar a dar pasos largos y rápidos para poder llegar hasta donde este se encontraba. No sabía el porqué pero sentía algo dentro de su pecho, una pequeña espina que le quitaba la respiración, dolía un poco aunque estaba también ese presentimiento que siempre le dice que es lo que va bien o mal y este, este nunca fallaba. Lo encontró algunos metros adelante, fumando un cigarrillo, mirando sin interés alguno a unos pequeños jugar en los juegos infantiles. Fue en ese momento que pudo tomar un poco de aire para tranquilizarse. No sabía que podía llegar a sentirse de esa manera.

-Si los miras por mucho tiempo, puede que no sea bueno para ti –Menciono Yusaku. Acercándose lentamente a él.

-¿Por qué sabia que vendrías? -Murmuro el de cabellos blancos.- Estúpido sentido -Soltó un suspiro y dejando salir el aire del cigarrillo.- ¿Por qué eres feliz? ¿Cómo es que conseguiste serlo sin necesitar a tu alma gemela? -La miro.- ¿Cómo es que conseguiste hacer eso?

-Supongo que pasaron muchas cosas en mi vida -Alzo los hombros desinteresada.- Se burlaban de mi cuando era pequeña, sufrí mucho así como supongo, tú también lo sufriste, me peleaba con mis compañeros de escuela y les aplicaba algunas llaves que había aprendido de mi padre -Subió su mano a su ojo.- Comprendí que no podía ser feliz si no estabas a mi lado, mis padres me mintieron y lo creí por mucho tiempo, fue aquella pequeña curiosidad que se formo en mi ¿Por qué necesito a mi alma gemela? ¿En serio es tan necesaria en mi vida como para ser feliz? Había muchas cosas que no comprendía -Bajo la mano de su ojo.- Decidí ver la verdad con mis ojos, saber que no podía ser feliz sin mi alma gemela, era completamente absurdo -Sonrió, lo miro con atención.- Cuando comprendí la razón de sus mentiras, mis padres tomaron la decisión de ser feliz sin ti, me enseñaron que puedo sonreír, que puedo reír con mis amigos y amar a otra persona que no seas tú, exactamente

-¿Cómo puedes hacer eso? -Hablo un tanto desganado.- ¿Acaso puede ser posible ser feliz de esa manera?

-Dejo de importarme lo que las personas opinaban de mí, que si soy una persona incompleta ¿Y que si lo soy? -Alzo los hombros infantilmente.- Yo sé quién soy, yo sé que puedo seguir mis sueños, puedo ser feliz sin la necesidad de alguien -Sonrió.- Porque así me han enseñado a vivir, así es como he vivido -Subió su mano a su pecho.- En esta vida, todo es válido ¿No lo crees?

Fue un corto silencio que invadió a Ryoken, miro a la mujer de reojo y volvió a mirar frente a él. Concentrándose en su cigarrillo y soltando el humo que este soltaba.

-Supongo que tienes razón -Admitió.- Pero ¿Cómo puedo ser feliz si nunca me han enseñado a serlo a menos de que sea a tu lado?

-Yo te puedo enseñar, es más fácil de lo que crees -Sonrió, el de cabellos blancos la miro un tanto confundido.- Ambos sabemos que tú y yo, no podremos enamorarnos, ambos necesitamos tener una vida normal, lo más lejos del otro así que te propongo un trato -Alzo su mano.- Ninguno de los dos se enamorara, mientras más tiempo pasemos al lado del otro, nuestros ojos cambiaran de color por si solos y cuando eso suceda, terminaremos con toda esta farsa para poder ser felices con los que queremos ¿Te gusta la idea?

-Están hablando de engañar a nuestros padres ¿Cierto?

-Ellos piensan que nos vamos a enamorar pero yo no creo eso y sé que tu menos -Soltó una risita.- Si nos enamoramos, perderemos todo ¿Te parece?

Ryoken lo medito un poco. Miro los ojos de la chica pero muy dentro de él, sabía que no había mentiras en la misma, ella decía la verdad aunque no pudo evitar sentir algo de decepción en él. Aplasto el cigarrillo en el cenicero arriba del bote de la basura y sonrió. Cosa que provoco un pequeño escalofrió en Yusaku. Al momento que sus manos se tocaron, sintieron aquella pequeña electricidad que les provoco nerviosismo en su interior, que olvidaran las palabras que querían decir. Que sus ojos se apreciaran con atención, ignorando aquel color que les pertenecía y viendo con verdaderos sentimientos a la persona frente a ellos.

Fue la pelota de un niño que los hizo salir de su sueño. El pequeño se acerco un tanto tímido porque había llegado hasta los pies de los adultos que solo lo tomo con cuidado y se alejo rápido.

-Acepto el trato -Hablo Ryoken después de aquella interrupción.- ¿Cómo empezaremos por este camino a mi propia felicidad?

Ella sonrió un tanto maliciosa, aun sin soltar sus manos, es que empezó a caminar a un lugar completamente desconocido.

-Empezaremos por algo sencillo

.o.

Spectre no pudo evitar soltar carcajadas al momento que escucho como es que al final, Ryoken fue arrastrado a un parque de diversiones por su estúpida alma gemela que al parecer, se le hizo divertido arrastrarlo y subirse a todos esos juegos extremos que a él, solo le causo un poco de nauseas y querer gritar por su padre como todo niño pequeño que también se encontraba en el parque de diversiones pero que estaba en un juego más tranquilo como los caballitos. Lloraba dramáticamente mientras se recargaba en la mesa de la cocina de su casa mientras el par de tazas de café se encontraban frente a ellos. ¿Se veía patético? Oh si y realmente lo estaba disfrutando que sería como un recordatorio para la eternidad.

-Por favor, no te burles

-Creo que debí advertirte de eso -Hablo Spectre después de tranquilizarse.- Es, diferente a las demás chicas

-Ya me di cuenta –Soltó Ryoken un tanto molesto.- Creí que iba a morir -Se estiro un poco al sentir como tronaban los huesos de su espalda.- Pero debo de admitir que es una chica que me causa curiosidad -Le dio un golpe juguetón.- ¿Por qué no me dijiste que encontraste mi alma gemela?

-No tenía el porqué -Alzo los hombros desinteresado.- Se supone que debes encontrarla tú, no por influencia de terceros -Tomo su taza de café y tomo un poco de su contenido.- Entonces, te pareció curiosa ¿Qué más tienes que decir de ella?

Un pequeño silencio se formo. Ryoken soltó un pequeño suspiro, soplo un poco a su taza y tomo un poco del contenido de la misma. Separo la taza de si, la puso con cuidado en la mesa y miro a su amigo.

-No sé cómo decirlo pero -Señalo su pecho.- Algo me dice que ella es diferente, es especial ¿Cómo es capaz de sonreír sin mí?

-Bueno, no todos tienen que vivir de manera amargada -Hablo desinteresado su amigo.- Ella aprendió, la he visto cuando trabajo con su padre, es diferente y llama la atención de todas las personas hasta que se dan cuenta que está incompleta, cosa que le molesta ¿Te enamoraras de ella?

-No puedo, lo prometimos, si nos enamoramos, perderemos todo y a todos -Soltó un pequeño grito frustrado.- Solo me va a enseñar a vivir sin ella y cuando el tiempo llegue, nuestros ojos cambiaran pero ¿Realmente se podrá vivir de esa manera?

-Todo se vale para poder vivir -Menciono Spectre.- Aunque debo decirte, al igual que tú, ella si tiene un interés romántico con una persona -Alzo la mirada para ver a su amigo.- Lo conociste aquella vez en su casa, su nombre es Homura Takeru, un idiota con el que peleo cuando era una niña pero -Dudo un poco.- Digamos que son algo más en el presente, los he visto varias veces y creo que esa es una razón por la que ella quiere terminar con todo esto

La molestia en el rostro de Ryoken fue demasiado visible que para Spectre, era la primera vez que lo veía de esa manera. Como se esperaba, era demasiado importante para él de lo que cree. Su mismo corazón le indicaba, como las almas de sus antepasados que no pudieron ser felices, ahora que encontró a la chica, no quería dejarla ir porque de ella dependía aquella felicidad, porque de aquella chica es que podrían tener un futuro digno. Prefirió ya no decir nada.

Realmente rezaría porque ellos dos terminaran de una vez con todo lo que dejaron pendiente en su pasado.

.o.

Homura Takeru suspiro un poco al caminar en la fría noche por aquellas calles que conoce a la perfección, mirando que ningún rival se acerque a su territorio y temiendo que algún conocido de su abuela, no lo viera en ese momento o realmente temería por su vida, de todas las personas que es capaz de temer, era a su abuela y su puntería al momento de lanzar algo contra su cabeza. Alzo el rostro para mirar las estrellas, aquella noche tan despejada que es algo raro de ver pero cuando aquella contaminación se iba, es que se podía apreciar aquel bonito espectáculo.

No pudo evitar soltar una pequeña risita. Pediría a Yusaku que saliera por un momento de su casa para que fueran a caminar juntos como siempre lo hacen. Sus pies empezaron a caminar hacia una dirección que le gustaba ir, donde los arboles se ven más frondosos y el aroma a flores era capaz de perfumar a cualquiera que camine por ese lugar. Todo mundo que pasaba por ahí, se maravillaban por tan hermoso espectáculo que varios de ellos, eran capaces de tomar una foto o pedir que les enseñaran a cuidar plantas para que se vieran igual de hermosas como los que habitan en esa casa. Se detuvo para ver a un árbol que en cierta temporada, es un árbol de cerezos, aquellos pétalos que caen en esa temporada, siempre le recuerda el día en que perdió a sus padres. Salió corriendo del funeral, no quería ver a nadie hasta que tropezó, estaba cansado de levantarse, estaba harto de ello que solo se quedo llorando hasta que sintió como algo caía en su cabeza. Al momento de levantar la mirada, fue cuando la encontró. Aquellos ojos bicolor, aquellos pequeños pétalos que caían a su alrededor y los rayos de sol que eran capaces de sentirse. Era esa misma chiquilla con la que perdió, la que en ese momento, le tendió su mano para ayudarle a levantar.

-Podrás levantarte las veces que sean necesarias -Murmuro la menor.- Puedes caer y llorar, no es malo pero siempre existirá una persona que te ayudara, que te brindara una mano y un corazón

Fueron aquellas palabras que provoco que la mirara con más interés de lo que ya hacía desde que la conoció. Que olvidara que era una niña incompleta, olvidando todo tipo de prejuicios, sintiendo como era su corazón el que latía acelerado por ella. Tal vez era aquella señal que sus padres le brindaban para que dejara de sentirse solo y que podría tener a alguien a su lado.

Tal vez fue en ese momento que Takeru se enamoro de ella.

Detuvo su andar en el momento que vio al hombre de cabellos blancos salir de la casa de la chica mientras se despedía con una pequeña sonrisa. Observo como Yusaku lo acompañaba en el auto, se notaba tranquila, se notaba bastante feliz, lo podía confirmar por la manera en la que bromeaba con el mismo.

No pudo evitar sentir un poco de celos, ver que había alguien más a quien le sonreía, ese hombre no tenía ese derecho cuando sabia, iba a desechar a Yusaku cuando consiguieran su propósito, solo la dejaría a un lado y le volvería a romper el corazón como de seguro, hizo en todas sus vidas pasadas. No lo permitiría, protegería a su rayo de luz, a la razón de su sonrisa y al amor que se mostraba frente a él. Porque él la amo primero sin importar que fuera una persona incompleta, no permitiría que alguien más se interpusiera entre ellos.

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