Almas en guerra (Parte 1/2)

En el corazón de un mundo dividido, dos especies reinaban en constante conflicto: los Arcarianos, seres de luz pura que habitaban los cielos, y los Néflidos, criaturas de sombras que se escondían bajo la tierra. Por generaciones, su odio había marcado los cielos con relámpagos y la tierra con grietas profundas. Ninguna paz, ningún tratado había sido posible. Las diferencias entre ellos eran insalvables, o al menos, eso se creía.

Aelion, príncipe de los Arcarianos, fue criado con la convicción de que los Néflidos eran la esencia misma del mal, corruptores de todo lo bueno en el mundo. Desde el momento en que podía volar, le enseñaron a odiar, a desconfiar y a destruir cualquier cosa que llevara la marca oscura de sus enemigos. Su madre, la reina de los cielos, le había mostrado las cicatrices que los Néflidos habían dejado en su reino.

Mientras tanto, Lyara, hija del líder de los Néflidos, fue moldeada en la oscuridad, aprendiendo a moverse entre las sombras. Con la misma devoción con la que Aelion aprendía sobre la luz, Lyara conocía los secretos de las sombras, los cantos antiguos de los suyos, que hablaban de cómo los Arcarianos los habían condenado a vivir bajo la tierra, lejos de la superficie y la libertad. El rencor de su especie fluía por sus venas.

El destino de ambos parecía sellado por el odio, hasta que una noche oscura, mientras Aelion patrullaba las montañas cercanas a los territorios Néflidos, se encontraron. Una tormenta se desató sobre ellos, y en medio de los relámpagos, ambos se vieron atrapados en una cueva, sin posibilidad de huir. Aelion estaba herido, su ala rota, incapaz de volar. Lyara, que se escondía de la tormenta, no podía dejar de observar al enemigo que había caído ante ella.

La lucha que esperaban nunca llegó. En lugar de atacarse, una extraña curiosidad los envolvió. Había algo en los ojos de Aelion que Lyara no había visto en ningún otro Arcariano. Y Aelion, por primera vez, no veía a un Néflido como una amenaza, sino como un ser que, al igual que él, había sido moldeado por las circunstancias. En esa cueva, entre el retumbar de los truenos, nació una chispa que ninguno de los dos podía ignorar.

Días después, cuando la tormenta pasó, Aelion y Lyara se separaron, pero sus corazones ya estaban enredados en una batalla mucho más profunda. Comenzaron a encontrarse en secreto, desafiando las leyes de sus mundos. Bajo cielos estrellados y en cuevas ocultas por las montañas, el amor entre ellos floreció, aunque sabían que era imposible. Cada encuentro los acercaba más a un destino que no podían evitar: la tragedia.

El odio entre sus especies no tardó en descubrir su traición. Los rumores de una alianza secreta entre un Arcariano y una Néflida se extendieron rápidamente. Los cielos se oscurecieron con tormentas de venganza, y la tierra tembló con los ejércitos listos para la guerra. Aelion y Lyara intentaron huir, pero no había escape. Fueron atrapados en medio de la batalla más brutal que su mundo había conocido.

Continuara...

No se como se me estan ocurriendo estas historias.....pero me encanta: D.

Siento mucha inspiracion ...o talvez es el aburrimiento que me esta matando y por eso ando actualizando...jaja

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