Capítulo#7. ✷ Confrontamiento ✷

España, Madrid./ 16 de Mayo.

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Melany Brown.

La mañana transcurrió más rápido de lo que quisiera admitir . No tengo ánimos de levantarme y mucho menos de ir a la preparatoria a escuchar todo lo que otras personas dicen sobre mí.

Es demasiado humillante de cierta manera.

Pero tengo que hacerlo debo levantarme y seguir. Los obstáculos son solo eso algo que nos impide avanzar pero depende de nosotros el que sigamos adelante y logremos librar nuestros caminos.

Siempre lo he dicho no hay que rendirse sino todo lo contrario, seguir adelante con mucho más entusiasmo que antes.

Así que me levanto animada y voy al cuarto de baño. Dónde cepillo mis dientes, me ducho lo más rápido posible, me alistó con el uniforme de la preparatoria, me peino el cabello y después de unos segundos bajo a la sala de mi casa.

Al entrar a la sala veo a mi mamá sentada leyendo el periódico, con su taza de café. El señor Alfred ya tuvo que haberse ido a trabajar y mi hermanastro ya debe estar en la preparatoria. Así que mi única opción de transporte que me queda, es mi madre.

—Buenos días.— Le digo con una pequeña sonrisa.

—Buenos días cariño, se que no quieres hablar conmigo y que quizás esto es mucho para tí. —Dice ella y en cuanto quita la vista del periódico se sorprende al verme vestida.—Vaya al parecer ya te animaste a ir a la preparatoria.

—Supongo que sí. — Le digo con seriedad.— A la final los rumores sobre mí, no definen,¿quién soy?.

—Esa es mi niña. —Me dice orgullosa, se levanta y me da una abrazo que en vez de hacerme sentir cómoda, me hace sentir incomodidad.

No sé desde cuándo la relación con mi madre se derrumbó. Pero dudo que podamos recuperarla.

Luego de desayunar juntas. Salimos de la casa, nos adentramos al carro de mi madre, es un Maserati rojo, es muy bonito, nos adentramos y mientras ella conduce con tranquilidad, yo estoy escuchando música con mi audífonos.

Veo por las ventanas hay algunos niños jugando, otros riéndose entré sí, y la verdad es un ambiente lindo de admirar. Ser niño es una etapa dónde nada te preocupa, ves el mundo tan maravilloso que somos incapaces de ver cuánta maldad puede haber en el mismo. Es por eso que jamás tenemos que dejar morir ese niño interior que vive en nosotros.

Hace tiempo no hacía una locura y cuando Gareth me dijo corre bajo la lluvia, aún con el miedo presente corrí y me divertí tanto. En ese instante entendí que nos preocupamos y nos agobiamos por todo, que en algunas ocasiones no te hace daño salir de tu zona de confort y divertirte un poquito más.

—Melany Ann Brown. —Escucho la voz de mi madre y salgo de mis pensamientos.

—¿Qué pasó madre?. —Pregunto perdida , la miro y ella me sonríe.

—Hija ya estás en la preparatoria, tengo rato tratando de llamar tu atención. —Me comenta ella de manera burlona.

—Lo lamento, estaba pensando algunas cosas.— Le digo para desvíar un poco el tema.

—Estas segura. —Inquiere dudosa.

—Madre estoy bien, de verdad. —Le digo muy segura. Para luego darle un abrazo, y  así bajar del auto.

Cuando estoy dando los primeros pasos , escucho que me llama.

—Melany, le llevas el almuerzo a tu hermano. —Dice mi madre desde su vehículo.

—Tiene qué ser una broma ,¿Verdad?.—Le preguntó incrédula.

—Solo tienes que entregarle su almuerzo.— Dice como si no fuera la gran cosa.

Mierda todas mis semanas evitandolo se irán a la borda.  Ahora que haré.

Agarró el almuerzo del idiota de Gareth sin tener otra alternativa. Y antes de que pueda descripar veo a mi progenitora marcharse en su vehículo rojo.

En estos momentos odio a los Russo con mi vida. Todo gracias a que por mucho que lo evité debo ver a Gareth Russo, ya que debo entregarle su almuerzo.

Al parecer estás situaciones solo me pasan a mí.

Me adentro a la preparatoria y la mayoría de los pasillos están vacíos .Ya que técnicamente solo faltan algunos minutos para que se acabe la primera clase. La cuál no pude asistir, por lo menos sé que Dayana si está viéndola y puedo pedirle sus apuntes. Saco algunos libros y cuadernos para adentrarme a la segunda clase.

Cómo la primera clase aún no ha terminado me dirijo a la biblioteca.

Me adentro a buscar un libro de la guerra mundial, voy revisando en los estándares, ninguna habla sobre el tema y eso no es una buena señal. Voy al área de historia agarró cinco libros que tratan del tema me siento en una mesa y los revisó.

Después de aproximadamente unos minutos, ya tengo el libro y los apuntes que me voy a llevar. Me dirijo en dónde se encuentra la bibliotecaria la cuál está tecleando algo en su ordenador.

—Disculpe quiero pedir prestado este libro. —Le dijo cortésmente.

—Claro señorita,pero necesito algunos datos. —Me dice ella amigablemente.

—Tranquila no hay ningún inconveniente.— Le aseguro con una sonrisa genuina.

—Nombre y apellido.— Inquiere la bibliotecaria. Realizando la primera pregunta.

—Melany Brown.

—Año de estudio.— Pregunta ella nuevamente.

—Penúltimo año.

—Eso es todo señorita que tenga un feliz día. —Dice ella regálandome una sonrisa.

—Gracias e igualmente. —Le digo cortésmente.

Salgo de la biblioteca me adentro a los pasillos en los que ya circulan estudiantes, ya que es la hora del almuerzo. Me acerco a mi casillero y guardo mis libros.

En el momento que me volteo encuentro a Sofia Abbott, la típica chica popular ,de padre adinerados,deseada por muchos y como si fuera poco la que se ha liado más veces con Gareth. Y por esa razón se cree mucho. Ante mí está la chica más ingreida del mundo.

¿Cómo lo sé?, Pues los rumores en este lugar son muy frecuentes.

—¿Qué quieres?.— Le digo cortante, volteando mis ojos.

—Que te alejes de Gareth Russo. —Dice ella molesta, obsevandome de pies a cabeza con superioridad.

Todo el mundo los últimos días me ha pedido lo mismo y la verdad es lo que más he tratado de hacer. Pero al parecer entre más trato de mantener distancia.

El destino gira entorno a qué estemos juntos. Y es muy frustrante.

—Lastima. —Me hago la dolida.
—Porqué yo soy su chica.— Digo con una sonrisa cínica en mi rostro.— Y dudo mucho qué el quiera estar lejos de mí.

—Te crees mucho, por eso no es así.
—Dice ella riéndose en mi cara. —Solo eres un pasatiempo para el niña.
Y los pasatiempos en algún momento aburren.—Me lo advierte, esperando ver cualquier expresión de dolor en mi rostro

Sin embargo lo que ella no sabe. Es que yo estoy muy conciente de ese hecho. Pero aunque me lo está adviertiendo, debería tenerlo en cuenta ella misma. Porque aunque está al tanto de todo, está obsesionada de que él se fije en ella.Algo que estoy segura que no sucederá.

Siento hasta lástima por la chica. Pero al mismo tiempo reemplazo esa lastima por justicia. El hecho de que siempre estuvo acostumbrada a tenerlo todo, no significa que aveces no puedas perderlo también. Y no por ese motivo deber tratar mal a los demás.

Así que decido darle una cuchara de su propia medicina.

—No la verdad no me creo nada.— Digo con seguridad.— Pero al parecer tu sí te crees mucho.

—Tengo razones para hacerlo.— Me asegura, con indiferencia.

—Claro, liarte más veces que otras chicas con un mujeriego. Es una gran razón.—Le digo regálandole una sonrisa arrogante.

—Eres una cínica, ¿Cómo te atreves a decirle así? .—Dice ella prácticamente ofendida.

Defendiendo al chico que ella creé amar. Porque aunque no sé mucho en ese aspecto. No creo que amar sea tan enfermizo y obsesivo.

—Es la verdad.—Le digo sin remordimiento alguno.—Además Sofía. No pienso pelear por un chico y mucho menos por un mujeriego.

Le doy la espalda, y me encamino a los pasillos dejando la conversación que no me interesa para nada, a medias. No obstante antes de poder salir de pasillo ella me sujeta de las muñecas con fuerza.

Y me zafó de su agarré de inmediato. Fulminándola con la mirada.

—Si vuelvo haberte con Gareth.— Dice ella señalándome.— Te juro que no respondo por mis actos.

—Me estás amenazando. —Le digo casi sin poder creerlo.

Esto es lo más ridículo que he visto. Una chica amenazándome por una persona que ni siquiera la toma encerio. Es insólito está actitud hacia mí persona.

—Tomarlo cómo quieras. —Dice ella restándole importancia.

—Tanta es tu obsesión por Gareth. —Le preguntó incrédula.—Por Dios Sofía, haste un favor y no te humilles más porque ya lo escuchaste de su propia boca   —Le digo sonriéndole egocéntricamente.—yo soy su chica.

—Eso jamás lo creeré. —Dice ella convencida.—Sólo fué un rumor.

La verdad no me interesaba seguir discutiendo con está chica. Había agotado mi poca paciencia, la cuál es muy limitada. Y le doy la espalda por segunda ves, pero antes de dar dos paso me detengo para mirar a su dirección.

—No te preocupes por Sofía. Te lo regalo, es todo tuyo.

Sin decir una palabra más , salgo de los pasillos para dirigirme a la cancha de la preparatoria que se encuentra después de atravesar el gimnasio así que voy a pasos apresurado por las áreas recreativas, veo algunos estudiantes de natación en el área de la piscina, otros haciendo obras de artes que detalló más de lo normal, veo al grupo encargado respectivo de esa área y por primera vez me atrevo a inscribirme.

Cómo ya saben amo el arte, el olor a pintura, así como la dedicación y el tiempo gastado en cada obra. Nunca  he mostrado mi habilidad o mi pasión a la pintura en público pero esté es mi momento. Hay cuatro personas aparte de mí, entre ellas una chica rubia, ojos grises,es muy bonita. A su lado está un chico de lentes, con ojos cafés y cabello castaño, está hablando con una chica de piel bronceada, cabello negro alisado, y tiene unos hermosos ojos azulados también es muy hermosa. Y por último visualizo a un chico de cabello rubio y ojos grises , tienen un gran parecido a la otra rubia que se encuentra por lo que deduzco que son hermanos.

Llega un señor un poco mayor, se nota que es el profesor.

—Hola alumnos , para los que no me conocen soy Dorian Líder del grupo de arte.—Dice el amigablemente, y luego agrega.—Pero de todos la única que no me conoce es usted.

Me señala y las miradas de todos los presentes recaen sobre mi persona. Me entra un nerviosismo incontrolable, trato de calmarme y lo logró.

—Hola, me llamó Galia Roos. —Le digo tartamudeando.

—Galia podría compartir con nosotros algo de lo que has pintado. —Pregunta el señor Dorian.

Todos siguen mirándome expectante. Y yo tengo miedo de lo que piensen con respecto a mis dibujos.

—Esta bien. —Digo algo nerviosa.

Todos esperan ansiosos lo que sea que vaya a demostrar y eso me pone mucho más nerviosa. Así que me auto convenzo que todo va a estar bien.

—Está obra se llama Luz. —Les informo a todos los presentes y ellos asiente.

Le muestro una pequeña pintura que realicé en una hoja. La imagen es la representación de dos personas que se perdieron en las miradas del otro, así como por el amor qué compartían. Ya que a la final no existía resplandor mas hermoso que aquel que creaban juntos.
     
Todos quedan anotados, pero segundos después aplauden. Incluso el profesor se quedó algo pensativo con mi presentación.

—Eres muy buena, chica.— Me dice la  rubia de manera amigable. Sonriéndome genuinamente.

—Gracias. —Le digo con honestidad.

El profesor se levanta de su lugar para caminar a mi dirección.

—Bienvenida Melany.—Dice el señor Dorian. Aún sorprendido.—Eso fué maravilloso. Esperó que después de ésto, formes parte de oficialmente de esté grupo.

—Para mi sería un placer. —Le digo con honestidad y emoción. Sonriendo abiertamente.

—Tienes mucho talento. Y tienes que aprovecharlo Melany.

Lo miró encantada con todo lo que me digo. Y sólo asiento en respuesta. Me despido de todos los del grupo y luego salgo de la clase de arte con una sonrisa deslumbrante.

Siempre había querido hacerlo y nunca me atreví. Pero hoy tuve la valentía para intentarlo.

" Solemos ser ciegos a nuestras propias habilidades. Porque no creemos ser capaces de tenerlas".

Sigo caminando por las diversas áreas hasta que por fin llegó al gimnasio. Hay algunos estudiantes ejercitando sus cuerpos, otros levantado pesas y alguno que otro usando las máquinas.

Llegó a la puerta de la cancha y la abro con cuidado. Al ingresar encuentro algunos jugadores del equipo de fútbol entrenando, pero ninguno es Gareth. Me acerco más a los del equipo para poder preguntarle por mi hermanastro.

—Hola una pregunta. —Le digo tocándole el hombro a unos de los tantos chicos del equipo.

Esté me queda mirando más de lo normal . Pero ignoró completamente la intensidad de su mirada.

—Ya la estás haciendo linda. —Dice el chico con una sonrisa arrogante, y una voz áspera , casi terrorífica.

Es un chico muy alto, al parecer es dé último año. Tiene diversos tatuajes en su cuerpo y un pilcis adornando su labio inferior. Y su cabellera rojiza. 

—Otra.— Le digo hastiada.—¿Sabes dónde está Gareth?. —Le pregunto esperanzada de que sepa la respuesta.

—Estas en el cuarto de cambio. —Dicen el señalando los vestidores del gimnasio.

Le agradezco, para luego encaminarme hacia allá. Es un cuarto con varios estantes donde guardan sus cosas de entrenar, del otro lado del lugar está una puerta que conduce a las duchas. En el pequeño pasillo se encuentran algunas bancas y la mayoría de las cosas del lugar están desordenadas. Pues al ser hombres suelen ser muy pocos organizados.

Cómo obviamente no voy a entrar a las duchas. Decido sentarme es unas de las bancas a esperar.

Pero antes de lo esperado escucho esa bendita voz que causa en mí más de lo que no estoy dispuesta a recocer en algún momento.

—¡Vaya que sorpresa!.— Dice mirándome con indiferencia .

—No creas que estoy aquí por qué seas de mi agrado. —Le digo con sarcasmo.—Solo estoy en éste lugar para entregarte ésto.— Le aclaró las cosas rápidamente, extendiendole su almuerzo.

El enarca una ceja,y luego sonríe.

—No he dicho lo contrario, NIÑATA. —Dice con tranquilidad como si fuera un angelito.

Odio que me diga niñata. Es el término más irritante del mundo. Acaso el creé que soy una niña pequeña. Porque ese apodo suena demasiado ridículo , y he de mencionar que he recibido muy pocos apodos a lo largo de mi vida. Pero esté no es una que sea agradable.

—Recordarlo siempre Gareth, eres un imbécil.—Le digo hastiada. Mirándolo de mala manera.

—Lastima qué yo soy tú sueño hecho realidad, NIÑATA. —Me asegura, con superioridad. Creyendo tener dominio sobre mi.

Y yo me río a carcajadas sin poder evitarlo. De verdad que el tenía serios problemas, o se había caído cuando era un bebé. Pero sin dudo no estaba bien de la cabeza.

—¿No?.— Le aseguro, desafiandolo con la mirada.— Eres mi peor pesadilla.

En su rostro se curva una sonrisa cínica. Y luego sé encoge de hombros.

—Pero soy la pesadilla que besaste apasionadamente en medio de la lluvia.— Dice sonriéndome con egocentrismo. Y yo volteo mis ojos, pidiendo paciencia.

—Creeme fue el peor error de mi vida.
—Le digo sin remordimiento alguno.

Y el muy estúpido solo sonríe, mientras se acerca a pasos lentos hacia mí. Yo al desconfiar de sus intenciones, retrocede de inmediato.

Pero se sigue acercando mientras yo me limito a huir como si fuera una  presa, huyendo de su cazador. Si embargo, para mí mala suerte solo termino en un pasillo sin escapatoria.

Él aprovecha esa ventaja a su favor acercándose a la pared, dejándome atrapada y acorralada. Siento su cuerpo cada vez más pagado al mío, mi respiración comienza a fallar y el pulso se me acelera. En estás circunstancias odió qué el tenga este efecto en mí. Cuyo efecto está disfrutando al tenerme acorralada entre su cuerpo y la pared del lugar.

Sus ojos me miran con intensidad. Le Temo un poco a sus intenciones, pero al estar atrapada y con las manos inmovilizadas, no puedo hacer nada. De un momento a otra, empieza con su nariz a acariciar mi cuello ocasionando que el nerviosismo me invada repentinamente. Acerca sus labios a esa zona y el tacto que es accionando por sus labios contra mi la piel es casi frío. Causando qué un escalofrío domine mi cuerpo.
Volviéndonme presa fácil de este gran cazador que se que no me dejara libre.

Mi cuerpo reacciona involuntariamente a su cercanía y caricias. Y como destetó el dominio que tiene en estos momentos sobre mí.

—Mientele a todo el mundo si quieres.
—Me susurra Gareth al oido.—Pero no te atrevas a mentirme. Porque tú pequeño cuerpo te delata.— Dice esté dejándome completamente libre.

Sonríe con superioridad. Mientras yo solo lo fulminó con la mirada.

—Eres y siempre serás el mayor de los idiotas,¿Sabías?. —Le gritó prácticamente histérica de la rabia.

—¿Si lo sé?. —Y vuelve a sonreírme.
Aunque me encanta su sonrisa, sólo quisiera golpearlo y borrarla de su rostro ahora mismo.—Por cierto
Niñata, Soy tu idiota así que no lo olvides.—Dice eso último antes de irse dejándonos sola en los vestidores.

Estar cerca de Gareth, es casi una tentación. Sabe lo que quiere y cuando lo quiere. Y yo no quiero ser parte de este juego de quién conquista a quien.

Salgo de los vestidores con rapidez. Lo último que deseo en estos momentos es encontrarme con el gillipollas de Gareth Russo. Y mucho menos después de aquel encuentro en los vestidores. Sin duda el muy desgraciado jugo conmigo de nuevo y otra vez no hice nada para evitarlo.

¿Qué me pasaba?.

Soy Melany Brown. Siempre tengo todo bajo control.

" Supongo que hay cosas que nunca podremos mantener en orden.

Pero acaso, seremos capaces de soportar el desorden de las misma".

No tenía una respuesta para aquello que me atormentaba.

Pero no era posible que me gustada el idiota de Gareth, no siendo el típico mujeriego del instituto, y mucho menos cuando su egocentrismo era mayor al de un rey.

Y obviamente menor era la posibilidad debido a qué mi hermanastro llegaban hacer insoportable como ninguno

Jamás me podría gustar alguien cómo él. Pero y qué pasabas sí sucedía lo contrario.

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—Los voy a extrañar.— Dice mi madre sin poder contener la nostalgia.

—Chicos, sólo serán un par de semanas.— Nos informa el señor Alfred alegremente.— Pero los hechare de menos.

Su confesión me conmueve no lo niego. Pero el hecho de que me hayan ocultado su matrimonio, al igual que esté viajé. Hace que no sienta ni el mínimo abismo de felicidad hacia ellos

—Espero qué tengas una hermosa velada.— Es lo único que les digo.

Ambos me miran un poco anotados. Sin embargo no dicen nada al respecto.

—La tendremos, Melany.— Me asegura el señor Russo y yo solo asiento en respuesta.

Gareth envuelve a su padre en un fuerte abrazo. Para luego desearle un feliz viaje.

Mi mamá me abraza desprevenida. Y aunque no me gusten las muestras de afecto lo dejo pasar por está ocasión.

—Por cierto chicos, recuerden ir juntos a las cena familiar con los socios nuevos de la empresa.—Nos recuerda Alfred.

Gareth y yo nos miramos con desagrado. Al tener el mismo pensamiento. Esa cena será nuestra mayor tortura.

—Claro que asistiremos señor Russo.— Le digo calmadamente cómo si fuera la primera maravilla del mundo.

—Si padre hay estaremos.— Le aseguro su hijo con simpleza.

Nos despedimos de los recientes casados en el aeropuerto.  Dónde el transporte familiar paso por nosotros y nos trago de vuelta.

Al ingresar a la mansión, se siente completamente vacía. Y el hecho de estar con mi mayor enemigo no es, nada  favorable. Decido dirigirme al  área de la piscina y al llegar solo me siento a observar el paisaje.

Siento como alguien se sienta a mi lado y rápidamente deduzco que es mi hermanastro.

—Esto será una pesadilla.— Asevera él, pasándose sus manos con desesperación por su cabello rubio.

—Comparto el mismo sentimiento.— Le aseguro con frustración.— Pero recuerda que las pesadillas acaban. Y está no será la excepción.

—No estás ayudando.— Dice hastiado.

—¿Quién digo que quiero ayudarte?.— Le menciono molesta.— Solo tenemos que llevar la fiesta en paz.

—¿Y mientras tanto qué?. Seguiremos jugando con fuego.— Me dice con ironía.

— Siempre y cuando estemos dispuesto a quemarnos. Creo que no hay inconvenientes.— Le digo segura en mi misma.

Gareth me mira anotado, y no entiendo el porque. Hasta que coloca la mano en mi cintura y me pega a su cuerpo. Pegando su frente con la mía.

—Entiende que si quieres jugar con fuego. Ambos nos quemaremos en el mismo.— Dice el con tranquilidad.— Pero al mismos tiempos arderemos y nos consumiremos. Y no creo que esté preparada para quedar en cenizas, Melany.

— No necesito quedarme en cenizas. Si puedo arder contigo.— Le digo con seguridad mirándolo con intensidad.

—Entonces juguemos con fuego. Melany Brown .

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Nota de la autora: Hola mis queridos lectores. Lamento mucho la tardanza. Pero ustedes mejor que nadie saben la razón.

Debo de confesar que este capítulo fué tan emotivo, tan significativo, que sin duda disfruté mucho escribiéndolo.

Por lo cual Somos:

#Team MelaGeth por siempre.

Nos vemos es un preximo capitulo, mis amores.

Muak los quiero 💘

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