España, Madrid./ 15 de Mayo.

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Melany Brown.

Me encuentro con en la sala devorando con avides mis panqueques. Tratando de olvidar todo lo sucedido en la fiesta. Al igual que he hecho todo lo posible por evitar a mi hermanastro lo cuál no ha Sido nada fácil.

Pero tampoco me parecía algo imposible.

-¿Porque de los errores se aprende?,¿no?.

Sobretodo cuando estos terminan en desastres o caos.

Al igual que los rumores que corren sobre tí. En los cuales te juzgan sin saber la realidad o por cosas sin sentido que dicen los demás. Y bueno también gracias al idiota de Gareth Russo que me metió en todo éste problema.

Todo el mundo creé que soy su novia
Nada más por decirme su chica delante de los invitados de la fiesta de su mejor amigo. Se que suena un poco posesivo, ¡pero por Dios!, ¿Qué tiene que ver eso?.

Acaso estamos en un mundo donde siempre nos van a materializar.

¿En qué desastre de mundo vivimos?.

Pues en uno donde hagas las cosas bien o mal ,las personas te criticarán, dónde seas bueno o malo, de nada te servirá, y en dónde las personas buenas sufre consecuencias que no deberían pagar.

Pero lastimosamente debemos seguir siendo esa persona diferente que talvez sola no cambie al mundo. Pero que almenos sí pueda hacer una  gran diferencia en este mundo indescifrable en el que vivimos.

Es muy absurdo lo sé, pero es la única respuesta lógica que tengo. Soy culpable de liarme con Gareth y tengo que asumir esa responsabilidad. Pero que derecho tienen otras personas de criticar mi vida o dejarse llevar por rumores sin saben la verdad o que en realidad pasó.

Sin embargo lamentablemente el único objetivo de todo esto es dejar mal a alguien que es inocente.

Talves no lo suficiente inocente, pero si lo suficientemente humano para no sufrir las consecuencias de tales actos.

—¿Qué tal la fiesta de Denver?.—Me pregunta con esa sonrisa deslumbrante. El señor Russo.

Levanto la mirada y mis ojos conectan con sus iris azulados.

—Fue maravillosa . —Miento descaradamente regálandole la mejor de mis sonrisas.

Decido tomar un sorbo de jugo de naranja para no tener que decir más nada.

—Sabia que te gustaría.— Dice con tranquilidad.—Espero que tengas buen provecho y si me disculpas debo retirarme.

—No te preocupes.— Le digo con sinceridad.

El señor Russo se marcha a trabajar y yo me quedo sola terminando de ingerir mis alimentos. Trato de devorarlo lo más rápido posible para no tener que topar mi camino con el idiota de mi hermanastro.

Al culminar me levanto a llevar los trastes a la cocina para lavarlos. Pero una de las empleadas de la mansión me insistió tanto que no tuve más opción que dejar que los lavara.

Salgo de la cocina rumbo a mi recamara y al cruzar el pasillo chocó con el amigo de Gareth.

—Lo lamento.—Le digo con honestidad.—Te encuentras bien.— Pregunto preocupada de haberle dado un mal golpe.

—No te preocupes Melany, estoy bien.
— Me asegura con una sonrisa.

Yo asiento, y sin más le doy la espalda para continuar mi camino.

—Melany espera.

Me volteo y lo miro anotada al no entender a que se debe su llamado.

—Necesitas algo.— Inquiero dudosa.

—No necesito absolutamente nada Melany.— Asegura tranquilamente.— Sólo quería saber que tal estuvo tu noche.

—No pudo ser peor.— Me limitó a responder.

—Me supongo que con eso te refieres a que Gareth dejó bien claro que eres su chica. —Dice esté un poco cortante en busca de una repuesta que ni yo misma podría darle.—Y como si fuera poco lo comprobaron al irse juntos. ¿Quién sabe a dónde?.

—No es lo que crees. —Me defiendo.

Este chico se estaba metiendo donde no lo estaban llamando. Y no era muy y agradable éso que digamos.

—Pues lo sé.—Dice con tranquilidad.— A diferencia de otras personas no me dejó llevar por los rumores.

—Claro.— Le digo con sarcasmo.— Así como también sabes la clase de persona que puede llegar hacer Gareth.

El no dice nada pero luego me sonríe con superioridad.

—Si conozco el tipo de chico qué puede llegar hacer .— Dice finalmente.— Por eso te recomiendo que te alejes de él

—Acaso es una orden.— Le reclamo.

—Es solo un consejo.— Dice con seriedad.— Depende de tí si quieres ser una conquista de solo una noche.

—No soy una niña a la qué le tienes que decir lo bueno o lo malo. —Le digo molesta.

—Entonces no será un problema alejarte de él.— Me mira esperando una respuesta de mi parte

—Claro que no lo será. —Le digo muy confiada en mi misma.— Si me disculpas tengo otras prioridades.

—Es lo mejor para ambos.—Dice lo último a mis espaldas.

Sin embargo, no le respondo a su comentario y sigo mi camino.

Pero apesar de todo si tengo algo muy claro de todo esto. Y es que Gareth Russo jamás será mi tipo de chico.

Lo que me preocupa es cuánto tiempo seré capaz de estar lejos de él.

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Me levanto súper temprano para evitar a la misma persona que he estado evitando por semanas.Y siendo sincera conmigo misma, ha sido lo mejor.

Me siento en el comedor donde me traen mi ricos huevos revueltos con tostada. Dónde llevo un bocado a mi boca.

Minutos más tarde mi mamá ingresa al comedor donde inmediatamente le traen su comida.

—Cariño he notado que últimamente tu y Gareth se están ignorando.— Me dice calmadamente esperando que comenten algo al respecto.

—No es algo que deba sorprenderte madre.— Le digo hastiada.—Es obvio que nos odiamos.—. Hago énfasis en lo último para luego encogerme de hombros.

—Melany necesito que arreglen sus diferencias.— Me informa para que entre en razón.—Alfred tiene una cena con socios importante.

—Y que tiene que ver una cena con mis problemas con Gareth.— La interrumpo molesta por su comentario.

—Cielo se que la noticia sonará un poco precipitada.— Dice alegremente.—Pero Alfred y yo nos casamos hace un para de meses y queremos ir a California a pasar nuestra luna de miel.

La noticia me sorprende, técnicamente quedé en shock. Mi propia madre me oculto su matrimonio y me arrastro a esta casa solo por su felicidad. Pero obviamente se olvidó de la mía.

—Por lo cuál Gareth y tú asistirán a la cena juntos.— Finaliza con alegría como si lo que hubiera dicho fuera la mejor noticia.

—¡No!.— Digo inmediatamente.—Me niego a ir con él.

—Ya estoy cansada de tu actitud Melany.—Me reprende molesta.— Soy tu madre.

—Haber eres la madre que se ha preocupado por mí o la misma persona que me oculto su matrimonio y me arrastro a este lugar apesar de que no era mi deseo.— Le pregunto.

Ella no comenta nada. así que sin esperar una repuesta de su parte.

Me levanto para dirigirme a mi recamara donde me deshago de la ropa y me coloco un bikini rojo intenso. Voy a mi tocador dónde hay unos gafas de sol negras que decido usar, y sin más me dirijo al jardín.

Me encamino entré las flores hasta llegar al área de la piscina donde se encuentra una reposera. En la cuál me recuesto, para después colocarme los lentes negros.

Dejo que el sol broncee mi piel y con la soledad de este lugar mi día dejara de ser tan caótico. Y quizás con un poco de suerte olvidó la gran mentira de mi madre.

Sin embargo siento la mirada penetrante de alguien sobre mí. Al visualizar mi entorno logro ver al causante. Es mi hermanastro el cuál está escondido entre las flores.

Creo qué el destino de verdad me detestaba.

—Del rey de una preparatoria a un acosador. No es un gran logro.— Le comento sarcásticamente.

Mi hermanastro frustrado resopla y sin más opción sale de su escondite al área de la piscina y se encamina en mi dirección.

—Mira quién habla.— Me dice burlón.— La que cambió de chica perfecta, a chica desastre.

Su comentario me molesta. Así que me levanto de la reposera y me quito los lentes para fulminarlo con la mirada.

—Tu Gareth Russo eres el mayor de los idiotas.— Le digo furiosa.

El sonrió con superioridad y volteó sus ojos.

—Oh vamos Melany, hay más insultos que ese.— Me lo dice con una sonrisa cínica que provoca borrarla de un golpe. Sin embargo me quedo callada.

—Pero como a tí te gusta lo clásico. Te recuerdo que soy tu idiota.— Dice con egocentrismo.

—Primero estoy muerta antes de que eso pase.— Le aseguró.

—Claro así como le dijiste a Denver que nunca hibas a liarte conmigo.— Me dice con ironía.—¿Y que paso minutos después Melany?.— Lo miró con rabia pero me mantengo en silencio.

—Tranquila yo te lo recuerdo.— Habla nuevamente.

No espero a que termine su comentario y le doy la espalda para marcharme. Pero antes de que lo logré. Me agarro de la cintura y me pego a su cuerpo.

— Aúnque te lo prometiste a ti misma que nunca pasaría, caiste en mis redes.—Me susurra cerca del oído, lo que ocasiona que mi cuerpo tiemble.

—No todas las chicas babean por tí.— Le recuerdo con mi orgullo intacto.

—¿Y quién te dijo que quiero que todas lo hagan?.—Me dice riéndose de mi comentario.— Solo quiero que una babee por mí. Y esa eres tu.— Me asegura.

Y aunque siempre se que decir el muy pendejo me dejó sin argumento.

—Suéltame imbécil.—Le digo enfurecida.

—A sus órdenes, Nyingdu-la.— Me dice una frase en un idioma que no entiendo. Para luego cagarme en sus brazos.

—Ni se te ocurra Gareth Russo.—Le digo aterrada.

Pero eso no lo detuvo se encamino conmigo a la piscina. Y yo en el trayecto le di golpes para que me bajará. Algo que no sucedió.

Al llegar al borde de la piscina. Estaba aterrada y mis ojos estaban aguados. No quería que me lanzada, no sabía nadar y me daba miedo el hecho de tener que hacerlo.

—Por favor Gareth, te lo suplico no lo hagas.— Le rogué temblando para que no lo hiciera. Pero no sirvió de nada.

—Bueno hermanita me pediste que te soltara.— Dice al fin.

Y sin más me soltó.

Caí al agua y sentía como mi cuerpo pesaba mientras se hundía. Y por más que intentaba nadar o almenos intentarlo no lograba salir a la superficie.

Ya no podía respirar y lo acepte moriría y nadie lo Hiba a evitar. Pero antes de cerrar mis ojos por completo escuché a alguien lanzarse por mí.

Sólo me preguntó si llegaría a tiempo para salvarme.

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Empiezo a expulsar el agua que ingerí. Gracias a que Gareth me dió respiración boca a boca.

Al haber expulsado toda el agua ingerida. Al fin pude respirar con normalidad. En ése instante mi hermanastro trata de acercarse a mí pero me aparté.

—Estas bien.— Me pregunta preocupado.

— Solo déjame en paz Gareth Russo.—Le digo con tristeza y miedo.

El no comento nada al respecto. Y
Así que me levanto e ingreso a la mansión.

Subo a la segunda planta y me encamino a mi recamara donde me recuesto de la ventana a llorar descontroladamente. Sin importarme más nada.

—Melany, por favor no llores.—Dice la voz que menos deseo escuchar.

—Largo de mi habitación.— Le gritó histérica.—Limpiándome las lágrimas con rapidez.

—No puedo.— Dice con sinceridad.— Se que soy el mayor de los imbéciles. Pero no puedo verte llorar y no hacer nada para evitarlo.

—Pues no podrás evitar lo que provocaste.— Contraataque.

—Lo lamento. No tenía idea de que no sabías nadar.— Me Confiesa.

—Solo alejate de mí.— Le digo mirándolo con seriedad.

—Eres así de complicada.— Dice enfurecido.— Porque siempre tienes que huir.— Me dice hastiado.

—Porque estar cerca de tí, es un peligro para mí .— Le digo con rabia sin medir la magnitud de mis palabras.

—Si tienes razón.— Dice sin más.— Soy un peligro para todos, pero nunca podré serlo para tí. Porque te recuerdo que yo te salvé sin pensarlo dos veces.

—No te pedí que lo hicieras.— Le recuerdo.

—Que querías que te dejará morir.— Me dice incrédulo.

Y yo solo me encogí de hombros.

—Hubiese Sido un alivio para los dos.— Le afirmo con desdén.

—¡Por Dios Melany!, Yo...— Se corta.

—¿Tú qué Gareth?.— Inquiero molesta. El abre y cierra la boca sin saber que decir.

—Nada Melany.— Dice finalmente.

—Entonces porque me salvaste si tú me odias.— Le pregunta directamente.

—Solo olvidemos lo que pasó.— Me dice con sinceridad.— Pero ten algo presente, por muy hijo de put* que sea Jamás te lastimaría.— Dice eso último para luego marcharse de mi habitación.

Dejando mil dudas en mi cabeza.

Así como sentimientos incontrolables en cada parte de mi ser.

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—Mely.—Me llama mi mejor amiga para que le preste atención.

Está en mi cama sentada, contándome entusiasmadamente su fantástica noche con su novio. Algo que no me interesa porque odio el romance.

—Hola a ti también.—Le digo en broma desviando el tema.

—Nada de hola.— Se queja ella de brazos cruzados.—Me tienes que contar lo que pasó con Gareth en la fiesta.

—No me digas —Le digo sarcásticamente.

—Deja el sarcasmo Melany.— Dice Dayana molesta.—Como es posible que eres novia de Gareth y yo tú mejor amiga no sabía nada.

Y bueno señores hay vamos con su dramatismo.

—Dayana entiende que Gareth y yo no somos nada.—Le digo antes de que haga conclusiones que no son.

—Esta bien.—Me asegura calmada.

Y yo la miró anotada. De verdad que está chica sufre de bipolaridad.

—Cuéntamelo todo.—Dice ella nuevamente interesara.

Dejo de prestarle atención a sus cambios tan repentinos ya que solo me confunden mas.

Me recuesto en la cama tratando de tapar mi rostro como si eso fuera a quitarme la vergüenza. Y sin más empiezo a contarle a mi amiga lo sucedido.

—Al principio nos divertimos como amigos. Pero luego el ambiente cambio y se puso intenso...— Me cortó las mejillas rojas de vergüenza.

—Mely.—Presiona un poco Dayana al ver mi estado.

—Nos besamos.—Le confieso algo fin.

—¿Encerio?.—Inquiere ella animada y yo asiento.—Cuentame los detalles.— Se recuesta a mi lado y me mira a los ojos esperando una respuesta.

—Prefiero reservarlos.—Le digo muy apenada.

—Bueno pero te voy hacer preguntas y me vas a responder. —Dice ella
demasiado convencida. Y luego me señalá acusatoriamente

—Me parece gusto.—Le digo encogiéndome de hombros

—¿Te gustó el beso?.—Dana hace la primera pregunta. Mirándome con atención.

—Me encantó.— Le digo con sinceridad, tapándome mi rostro sonrojado.

—¿Cómo besa Gareth?.—Inquiere ella.

—No besa mal, de hecho besa como los dioses el muy idiota.—Le confieso y ambas nos reímos a carcajadas.

—¿Te gusta Gareth?.— Pregunta directamente.

Es una pregunta que me he hecho  a mi misma más de una vez. Y solo puedo decir que Gareth Russo tiene una fama que no se va a borrar de la noche a la mañana.

Lo que siento por él, es más atracción física. Pero al mismo tiempo mis temores en el amor hacen que esa atracción desaparezca.

Y no me quejo de eso,  porque el y yo somos demasiados diferentes.

—No me gusta Dayana, sólo siento un poco de atracción física hacía él.—Le aseguro.

—Te entiendo Mely, pero estás segura. —Inquiere ella un poco dudosa.

—Muy segura.—Le digo confiada.

—Bueno sabes que pase lo que pase estaré para ti siempre.—Me anima.

—Y yo para tí.— Le menciono.— Eso no lo dudes.

—No podría dudarlo,¿Mejores Amigas?.—Me pregunta ella.

—Siempre.—Le respondo con una sonrisa.

Y ambas nos envolvemos en un fuerte abrazo.

Muchas personas sólo piensan en el amor verdadero. Pero no saben los afortunados que pueden ser al tener a alguien a su lado que les sonría, que esté con ellos siempre, que los anime y haga de ellos mejores personas.

Porque sin duda la amistad verdadera va más allá del amor , mucho más allá.

Ya que no es solo la confianza, sino la conexión, y mi conexión con ella no tiene comparación.

Porque Sin duda alguna Dayana Desteht.

Es mi mejor amiga, en esta vida y en mil más.

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Nota de la autora: Hola mis queridos lectores. Perdonen la tardanza ya saben mis razones de verdad trato en lo posible de complacerlos.

Este capítulo y el anterior los realicé para que pudieran ver un poco de los pensamientos de Gareth y Melany después de lo ocurrido en la fiesta.

Así como también conocimos partes de sus pensamientos y temores.

Espero que la hayas gustado.

Muak los quiero 💘.