Capitulo#10. ✷ Desesperación ✷
España, Madrid./ 20 de Mayo.
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Melany Brown.
El fuego quema dejando solo cenizas como evidencia de aquel incendio arrasador.
No puedo describir lo consumidor que fue el tacto de sus dedos, ni siquiera puedo explicar lo excitantes que fueron sus caricias, o lo inmoral de cada una de sus palabras. Pero sentir aquella invasión en mí entrepierna. Ha sido simplemente una de mis mejores experiencias.
Joder... He tenido mi primer orgasmo.
No tengo la menor idea de como Gareth es capaz de encender cualquier fuego retenido que esté en el interior. Sólo puedo asegurar que me cuesta apagarlo.Porque Cada vez que sus ojos azules me miran con esa intensidad. Es difícil no mandar mi parte racional al demonio.
—No deberías obedecerme, Niñata.— Me susurra con esa voz profunda que me pone nerviosa al instante.— Y menos, cuando cada orden que debes cumplir es indebida.
Mierda...
Sus palabras no deberían calentarme, tampoco provocarme, y mucho menos encenderme. Pero era tan inevitable no quemarse con las llamas del fuego, cuando son ellas las que no se cansan de buscarme.
—Contigo lo indebido nunca me ha importado.—Le aseguro con firmeza.— Hoy te concedo el honor de estar a tú completa disposición, Gareth Russo.
Gruñe con desesperación.
Para luego caminar, tan decido como un depredador que anhela comerse a su presa. Sus ojos recorren cada parte de mi cuerpo, el cuál se encuentra expuesto solo para él. Su sonrisa crece inevitablemente, y siento que me ha robado el oxígeno con ella .
—Bien pequeña.— Dice con una sonrisa de satisfacción.— ¿Estás segura de qué quieres quemarte?
Sonreí con superioridad.
—Nunca le he tenido miedo al fuego.
Sin poder decir otra palabra.
Gareth estampa sus labios contra los míos, besándome de una manera tan brusca, que fue casi imposible parar el impulso de saborearnos, y modernos mutuamente.
En una acción desesperada me cargo entre sus brazos y yo de inmediato enrede mis piernas alrededor de su cintura. Sus labios se siguen moviendo sobre los míos con agresividad y posesión, para luego con lentitud comenzar su recorrido chupeteando mi cuello con fuerza.— Estoy más que segura de que eso dejara algunas marcas.—Descediende lentamente, dejando un rastro de saliva con sus besos hasta mis pechos, los cuales posee con ganas, y de manera brusca muerde unos de mis pezones causándome unos estruendosos gemidos.
Mientras con delicadeza acaricia mi clítoris en movimientos circulares, que me hacen arquear mi espalda. De un momento a otro introduce tres de sus dedos mentiendolos y sacandolos. No entiendo cómo es capaz de causarme tanto placer con ese simple acto, pero en unos minutos después de que una corriente se expande por mi cuerpo. Fuí testigo de cómo mi segundo orgasmo hace presencia.
—Mirate.—Dice sacando sus dedos de mi interior mostrándomelos.—Tan deliciosamente mojada.— Y sin esperar una invitación, se lleva los dedos a su boca probando mi sabor.—Ahora pequeña, acuéstate en la cama y mastúrbate para mí.
¡Tengo jodidos problemas mentales!.
Sin embargo, en este momento no me importa absolutamente nada. Así qué, cómo toda una chica obediente camine hacia la extensa cama de la habitación, me acosté, y abrí mis piernas dejando mi intimidad expuesta. De golpe introduje dos dedos en mi entrada mientras jadeaba por la nueva sensación de satisfacción que estoy experimentando.
Gareth sé deleita con la magnifica vista que le propongo, sus ojos me penetran, me marcan, y me visualizan, como sí fuera una mismísima diosa.—Y siendo sincera, me hace sentir como la representación de una.
—No soy alguien que logré ver arrodillado por una persona.—Me asegura con autoridad .—Pero no dudes ni un segundo de que me tienes a tus pies, niñata.
Y sus palabras sólo provocan que me encienda más de lo que ya estoy. Por lo cual muevo mis dedos con agilidad queriendo obtener mi propio placer. Además es un poco difícil no excitarme cuando me estan observando con adoración y vehemencia
—Suficientes de jueguitos.— Dice con una voz ronca y grave.— Hoy te corres en mi boca, Melany Brown.— Me informa con una sonrisa pícara, para luego acercarse a la cama con pasos ágiles.
Cuando corta la distancia entre nosotros. Agarra mis muslos y acerca su rostro a mi feminidad. Deja pequeños besos húmedos en el interior de mis muslos, llegando a mi sexo en cuestión de segundos, deslizando su larga lengua por mi entrepierna.
Joder... Estoy tocando el cielo .
Su lengua se mueve de arriba a abajo en movimientos intensos y largos, provocándome una oleada de placer insaciable. Sus manos están aferradas a mis muslos, los cuales aprieta con fuerza mientras me sigue proporcionando el mayor de los placeres.
De manera brusca ingresa dos dedos en mi entrada, y sin poder contenerme gimo con fuerza. Se mueve rápido, y duró, incrementando la humedad en mi interior. Su lengua sigue lamiendo chupando, y saboreando mis jugos íntimos.
Sin poder controlar el impulso,unas de mis manos viajan por su cabello negro, acariciandolo y hundiendolo con suavidad entre mis piernas. La manera tan arrasadora en la que su lengua se mueve es perfecta... Cómo sí, conociera cada parte de mi cuerpo.
Vuelve a penetrarme con sus dedos, y pierdo la cabeza. Su lengua lame ferozmente, saboreando todo a su paso. Chupa y lame mi clítoris tan repetitivamente que los jadeos escapan de mis labios. El clímax está tan cerca de invandirme...
—Gareth... Voy a...— Intenté expresarme pero fuí incapaz de acabar la frase. Cierro los ojos con fuerza preparándome para el fuerte orgasmo que va a poseerme.
Con sutileza Gareth me acarias las mejillas. Provocando que abra los ojos y me encuentre con aquel azul intensos de los suyos.
—Necesito que me mires, mientras te corres, niñata.— Me ordena dejando un beso sutil en mis labios.— Para que nunca puedas olvidar que solo yo puedo sastifacerte de está manera.—Aquellas palabras junto a sus movimientos penetrantes, fueron más que suficientes para hacerme explotar de placer. Arqueó mis espaldas, y una intensa corriente eléctrica recorre mi cuerpo mientras mis ojos no dejan de mirar a Gareth.
Mis piernas tiemblan ligeramente, los lametazos que recibo intensifican el deseo que siento, la humedad en mis paredes internas incrementan, y como una oleada fuerte, mi tercer orgasmo se libera, y junto a él, un fuerte jadeo que se expande por la habitación. Dándole la liberación al mayor placer que he recibido.
Nunca imaginé recibir un placer tan intenso, pero aún así, no me arrepiento de haberlo experimentado. El sudor corre por mi frente, las mejillas las tengo encendidas, y mi respiración es un completo desastre.
Gareth me mira con orgullo, mientras con la lengua saborea el rastro de mi jugos íntimos.
—Te ha gustado experimentar tú sexualidad.— Inquiere mientras se sienta a mi lado.
—Me ha encantado.— Dije apenada mientras mis mejillas se encienden de un rojo intenso.— Puedo preguntarte algo.
El me miró extrañado. Y luego enarca una ceja.
—Melany, eres la única jodida persona en el mundo, que puede preguntarme cualquier cosa.
Asiento en respuesta. Mientras pienso sí decirlo, o reservarlo.
—Crees que algún otro día...— Me corto queriendo que me trague la tierra por lo que voy a decir.— Podemos... Eje...¿Sabes algo?... ¡Mejor olvídalo!.
Y el muy desgraciado se ría a carcajadas. Mientras no puedo evitar levantarme antes de morir de vergüenza. Pero antes de poder huir el me sienta en sus piernas.
— ¿Volver a repetirlo?.— Pregunta con tranquilidad.
Yo asiento queriendo internamente desaparecer de la faz de la tierra.
— No te avergüences por querer experimentar un poco más tú sexualidad, Melany. —Dice con sinceridad mientras me acaricia mis hebras.—Todos en algún momento, queremos salir de nuestra zona de confort, explorar la vida, y aventurarnos a hacer nuevas cosas.—Me explica.—Jamás olvides que encontrar la forma de salir de nuestras limitaciones, nos hace capaces de descubrir nuestras verdaderas versiones.
—¿Y sí... las personas detestan esa verdadera versión de mí?.
—No importa.— Asegura mientras me mira fijamente.—Lo importante es que tú realmente ames la versión de tí misma.
Resopló con frustración.
— Lo dices cómo sí la aceptación propia fuera fácil.
—¿Y por qué no lo sería?.
— Es complicado.— Dije con honestidad.—Sin importa cuánto te esfuerces en demostrarle a los demás una opinión correcta de tí, ellos siempre elegirán créer lo incorrecto.
Gareth me escuchaba con atención, y por alguna extraña razón me sentía segura al hablar de mis inseguridades con él.
—Los seres humanos estamos llenos de complejidades, miedos, y secretos que no podemos ver a simple vista.—Comenta con seriedad .—Pero sí algún día somos capaces de dejar de lado nuestras máscaras para mostrar nuestras verdadera esencia, y quién realmente somos, no lo haríamos para ser aceptados por los demás, sino para poder aceptarnos nosostros mismos.
» Muchas veces nos pasamos la vida queriendo complacer a todo el mundo. Sobretodo cuando nos adaptamos a sus necesidades, siendo consciente de que nunca nadie se acupara en querer adaptarse a las nuestras .
—Me identifico.—Dije suspirando.— Me he pasado toda la vida sintiendo esa horrible necesidad de querer ayudar a todo el mundo.
Sus ojos azulejos se centran en los míos.
—¡Y eso está bien!.—Me aseguro.— Sin embargo, aunque hayas salvado a miles de personas. ¿Quién se ha preocupado en salvarte a tí?.
Me quedé en silencio asimilando el impacto que aquella pregunta me había dejado.Por qué la triste realidad,era que nunca nadie se habia preocupado en salvarme.
—La repuesta es muy obvia.— Dije sabiendo que no tenía más argumentos.— Pero no puedo ser egoísta con las personas. No, cuando hay tanta maldad en el mundo.
—Eso no minimiza el hecho de que no puedes ir por la vida recibiendo cada golpe sólo con el objetivo de complacer a los demás.
—Pues lamento decepcionarte.—Confese mientras me odiaba por aceptarlo— Ya estoy acostumbrada a ser un sacó de boxeo.
—Y no es tu obligación serlo.—Comentó de forma comprensiva.— No debes soportar los golpes y las heridas que otras personas te infringen. Más bien, mereces a alguien que te proteja, que vele por tí y te defienda, pues tu corazón es demasiado frágil por sí solo.
Aquellas palabras calentaron mi corazón. Jamás imaginé que alguien sería capaz de sentir la necesidad de protegerme. Y mucho menos que esa persona sería, Gareth.
—A veces no eres tan idiota.
El me sonríe ampliamente.
—Y tú no eres tan niñata.
Volteó mis ojos.
—Puedo decir algo un poco inapropiado.— Inquiero con inocencia.
Asintió con la cabeza mientras sus ojos me miraban directamente con la intriga reflejada.
—Creo que aún necesitas ayuda haya abajo.— Dije con las mejillas rojas . Señalando a su amiguito.
—Es difícil no estar duro. Teniéndote desnuda sobre mí.— Se encoge de hombros restándole importancia.
—¿Y no quieres que te devuelva el favor?.— Pregunté demasiado asustada. Porque no estaba lista para hacer lo mismo que él hizo conmigo.
«Entonces porque me obligaba a mi misma.»
«Porque tenía que pensar siempre en las necesidades de los demás.»
«Acaso los demás harían lo mismo por mí»
«Creó que mi defecto era ser buena.»
—Por esa razón jamás te obligaría hacer algo que no quieres—Culmina Gareth.
—¿Eh?.
—No escuchaste nada de lo que he dicho, ¿Cierto?.— Me pregunta. Y yo asiento apenada.—Eres un caso perdido.
Me encogí de hombros.
— Tú me encontraste.
—Sí.—Admitió.— Por tal motivo, voy a protegerte para que no sientas la necesidad de salvar a los demás.
Sonreí sintiendo los frenéticos latidos de mi corazón.
—¿Y eso qué significa?.
—Qué ahora puedes decir con orgullo que alguien está dispuesto a aguantar los golpes por tí.
Sin evitarlo, y siendo consciente que era inapropiado. Lo bese de manera desesperada queriendo que de sus labios brotarán todos aquellos sentimientos que se guardaba para él mismo.Ya que los míos le gritaban todo lo que yo sentía.
Por esa razón, cada vez que nuestros labios se juntaban nos volvíamos una combinación tan maravillosamente adictiva que me costaba parar el impulso de saborearnos. Y eso me aterraba de una forma inigualable.
Porque Gareth, se había convertido en la adicción más fuerte de la que no he podido escapar. ¿Y saben algo?, tampoco quería hacerlo.
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Después de una sección apasionante de besos. Gareth bajo a la primera planta para cocinar algo para la cena. Mientras yo me quedé en la habitación asimilando todo lo que experimentamos ésa tarde.
¿Me arrepentía de lo sucedido?, obviamente "no".
Por primera vez en la vida, sentía que tenía el control sobre mis propias decisiones. Y eso era algo a lo cuál no estaba acostumbrada en lo absoluto.—Sin querer darle más vuelva a lo sucedido.— Me coloqué un shorts corto , acompañado con una camisa de tiras de color lila.
Bajé a la cocina calmadamente mientras recorría los extensos pasillos, al llegar al umbral de la cocina fue imposible no suspirar por el delicioso olor. Lo que sea que estuviera preparando estaba segura que iba a quedar delicioso.— Al levantar mi mirada me encontré a Gareth concentrado revolviendo el guiso.— Y joder... Se veía tan jodidamente sexy.
»¿Cómo podía existir tanta belleza en una sola persona?. »
»En fin... La belleza de aquel chico era demasiado surrealista.— Pensé.»
—Acaso piensas mirarme todo el día como sí fuera tu postre favorito.— Comentó con cierta perversión.
Me encogí de hombros restándole importancia.
—No puedo quejarme de algo que estoy disfrutando.— Dije con inocencia.— ¿ O acaso te molesta que te miré?.
Sus intensos ojos me observaron de forma tan desafiante, tan autoritaria que por un momento sentí que me gritaban una y otra vez, " no me retes".
Apagó el guiso que estaba preparando y caminó a pasos lentos a mi dirección. Su alto cuerpo estaba a centímetros del mío, y sentía cada vez más esa corriente eléctrica que me arrastraba a él.
—Te entregó el poder de hacer lo que quieras conmigo niñata.— Dijo mientras me sostenía de la cintura con fuerza.— Sea cual sea la distancia que me imponga, alcanzas a consumirme de una forma ardiente e inextinguible. Con un beso, me quemas hasta convertirme en ceniza, pero con solo mirarme, logras encender mi pasión y provocar un arrebato en mis latidos.
¿Alguien me puede decir cómo respirar después de haber escuchado algo tan intenso como éso?. Porque estaba completamente sin aliento, mientras sus ojos no dejaban de observarme.
—¿Qué quieres de mí?.
«Absolutamente todo.»
—Nada.— Dije finalmente.— Sólo que me beses.
No necesité repetirlo. Ya sus labios reclamaban los míos, no estaba siendo un beso sutil, tampoco suave. Sino uno consumidor que te quemaba por dentro, dejandote sin capacidad de razonar. La forma tan arrasadora en la que su boca se movía sobre la mía, era feroz, cómo sí marcará cada milímetros de mi labios con su nombre.
Me cargó en sus brazos sin despejar sus labios de los míos, y me sentó en la encimera con facilidad.—Cuando mordió mi labios inferior fue imposible no gemir en su boca.— Sin embargo, eso no evitó que siguiera saboreando mis labios con avidez. Nos estábamos volviendo adictos al otro, y eso no podría ser bueno para ninguno de los dos.
Pero ya estaba cansada de seguir todas las reglas impuestas por la vida. Necesitaba a alguien que rompiera el molde conmigo, aunque supiera que habría que enfrentar las consecuencias de nuestras acciones después .
Cuando no pudimos soportarlo ambos nos separamos por falta de oxígeno, nuestras respiraciones eran un caos, y nuestros latidos estaban tan desbocados que podías escucharlo con facilidad.
—Creo que deberías dejar de distraerme.— Comentó Gareth burlón.— Y en vez de éso, podrías ayudarme a preparar la cena.
Mis mejillas estaban encendidas, con mucha vergüenza, asentí sin poder ocultar lo nerviosa que me encontraba.
—No soy buena en la cocina.— Admití apenada.—Pero puedo intentar.
Me regaló una sonrisa tierna.
—Yo me encargo de la cena entonces, no quiero que causes un incendio.
Lo mire con mala cara.
—¡Idiota!.— Exclamé mientras le sacaba la lengua.
Le dí la espalda furiosa mientras intentaba salir lo más rápido posible de la cocina. Pero antes de lograrlo por completo grito tan fuerte la típica frase que siempre me repetía:
—Solo tuyo, siempre tú idiota.
Le saqué el dedo corazón y sin darme la vuelta continué mi camino. —Mientras reía como boba.— Gareth estaba reviviendo unos sentimientos tan fuertes que ahora me encontraba perdida sin saber cómo detenerlos.
Llegué a la sala principal, y decidí sacar mi block de dibujos. Me tocaba ir al club de arte mañana, así que tenía que realizar algo que enseñarles
—Pero no se me ocurría nada.
Espera la "nada" ya es algo. ¿Verdad?.
Comencé a pintar el fondo de negro creando la ausencia, dibuje un cielo estrellado que deslumbraba la oscuridad que representaba, también dibuje un extenso mar , y un pequeño faro, en el cuál me tomo bastante tiempo hacerle él reflejos de las luces. Con sumo cuidado agregue técnicas de pincelado para darle más realismo.
—Cuando mire el resultado sonreí con orgullo. El cuadro transmitía claramente lo que anhelaba, por eso lo nombre:
"La ausencia y presencia de las cosas".
»Nunca sabrás el valor de alguien al menos que puedas sumergirte en la profundidad del mar.
»Jamás sabrás que colores se esconde en el negro.Sí solo piensas que es ausencia.
»No imaginarás nunca lo mucho que puedes extrañar a alguien hasta que no encuentras su presencia.
Por eso, no esperes, porque esperar ya te convierte en un perdedor.
No soy una chica que escriba muchas frases bonitas, pero hay pinturas tan hermosas, que me hacen sentir y experimentar todas su emociones.
Porque para mí, " El arte es magia, consuelo, y un escapé de tus sentimientos. Son momentos, recuerdos y sensaciones que fueron fragmentos de tus sueños,es todo y nada a la vez. Por eso dónde quiera que esté un artista hay pasión brillando en su ser".
—¡Melany!.— Gritó Gareth. Y yo brinco del susto.
El me mira extrañado. Mientras yo no tengo la menor idea de que decir.
—¿Eh?... Me distraje un poco.
Me sonrie pero no de forma burlona, sino con ternura y nostalgia.«Espera un momento, porque había nostalgia en sus ojitos.»
—Pude notarlo.— Dijo con tranquilidad.— Tienes alrededor de unos cinco minutos viendo aquel cuadro.
Suspiré con frustración.
— Creés que soy buena pintando.
Abre y cierra la boca sin saber que decir.
—No importa lo que yo piensen.—Comentó finalmente.— Pero quiero saber,¿Qué piensas tú?.
Mire el cuadro detalladamente. Desde cada técnica, pincelado, y contraste de colores. Hasta incluso el tiempo y la dedicación del autor. La delicadeza para perfeccionar cada detalle, y el esfuerzo que aplicó para transmitir lo que tanto quería, hace que sea una obra digna de observar.— Y lo mejor de todo es que yo soy la autora.
— Es maravillosa.— Sonreí ampliamente para luego mirarlo a sus ojos intensamente azules.
—Nunca dudes de la pasión con la que haces las cosas.
Su comentario me sorprendió tanto que lo mire con incredulidad. Esté no podía ser el egocéntrico de mi hermanastro, y aún así era él, quién pronunciaba aquellas palabras.
—Intento no dudar de mi propio talento.— Confesé.
—Ya eso es un avance.— Dice mientras observa el lienzo.— ¿Cómo nombraste tú creación?.
Lo mire con desconfianza.
—¿Cómo sabes que tiene un nombre?.
Se encogió de hombros restándole importancia.
—Simplemente lo sé.
Voltee mis ojos. Deseando internamente encontrar la paciencia.
—Ausencia y presencia.
—Un nombre muy interesante.— Me dice calmadamente.—A veces cuando ya no soportas la ausencia de alguien, extrañas su presencia.
«Eso fué una indirecta.»
«Me ha extrañado.»
— Acaso me extrañaste, idiota.— Pregunté en broma. Pero muy interesada en la respuesta.
—Te extrañó siempre, incluso cuando no deberías estar en mi mente. — Asegura mientras se pasa la mano con nerviosismo por su oscuro cabello.— No entiendo que me hiciste niñata, pero te has convertido en mí único pensamiento.
Sus palabras aceleradon los latidos de mi corazón.
—¿Quizás sea porque te conozco realmente?.
—No me conoces, melany.— Dijo serio.
—Si lo hago.— Aseguré.— Le muestras a todos ser seguro, pero ambos sabemos que en realidad eres la persona más insegura.—No me gustaba herirlo pero tampoco me agradaba engañarlo.—Siempre has creído que no mereces a alguien que te quiera, pero no es cierto, sí lo mereces. Sólo que alejas a todas las personas que lo intentan.
»Puedes hacer o decir lo que quieras, Gareth. Pero no puedes mentirme, y lo sabes.
—No lo sabía.— Confesó.— Pero es bueno saberlo.
Y de un momento a otro lo abrace.
Sus cálidos brazos me envolvieron con tanta ternura, que me sentí a salvó de todos mis problemas. No podía describirlo pero en ese preciso momento derritió cada parte de mi frío corazón, entrando en él, sin pedir permiso, sólo invadiendo mis sentidos, y reviviendo sensaciones que ni siquiera sabía que existían.
Cuando nos apartamos supe que algo dentro de nosotros jamás sería igual.
—Volviste a distraerme, pequeña.
Me reí a carcajadas.
—No estaba planeado.
—Ese es el problema.—Suspiro.— Nunca planeas nada, y aún así no soy capaz de apartar mis ojos de tí.
—¿Quieres que me ponga una bolsa?.
Ahora el me miró incrédulo. Mientras reí abiertamente, sus hermosos huyuelos salieron a la luz, y yo quedé como una boba mirándolo.
— Yo siempre te miraré, así uses una simple bolsa.— Me dice de manera sincera mientras acaricia mis mejillas.—¿Quieres ayudarme a armar la mesa?.
Esa pregunta me agrado.
—Me encantaría.
Juntos nos encaminamos a la cocina. yo me encargue de llevar los platos, y cubiertos para la mesa, mientras Gareth se encargo de llevar la lasaña que preparó. Llegamos al extenso comedor, y ambos trabajamos en equipo para acomodar todo antes de que llegaran nuestros padres.
Al culminar nuestro objetivo. Nos dirigimos a la sala donde nos sentamos en el mueble uno al lado del otro.—Gareth paso un brazo por mi espalda mientras me acercaba más a él.
—Puedo hacerte una pregunta.— Inquirió. Yo asentí un poco confundida.— Lo que sea que pase entre nosotros, sigue sin involucrar el amor y los sentimientos.
De todas las preguntas que existen en el mundo porque tuvo que preguntar aquella. Simplemente no sabía que responderle.Nunca he sabido lo que es el amor.—Ni siquiera estoy completamente segura de haberlo experimentado.
Sólo sabía que cuando estaba cerca de este chico.—Mi mundo desaparecía.
Sus ojos me quemaban viva, como sí nadie fuera tan digno de observarme como él, sus labios devoraban los míos de una manera tan consumidora que marcaba su nombre en ellos, las palabras expresadas de su boca te dejaban hipnotizada y cada parte de su anatomía era una tentación, a la cuál no te podías resistir.
Todo, absolutamente todo de él, me tenía fascinada, y aunque intentó romper el hechizo.—No es posible.— Estoy atrapada en el encanto Russo, y no sé, como escapar.
Cuando estaba preparada tanto mental como físicamente para responder la pregunta.—Escuche que nuestros padres nos llamaban.
—¡GARETH Y MELANY!.—Exclamaron ambos al unisoto.
Mi hermanastro y yo nos levantamos del mueble y juntos fuimos hacia la entrada principal donde terminamos en un circulo de abrazos causado por nuestros progenitores.
Todos entramos a la casa con alegría. Y en conjunto, nos sentamos en el comedor donde ya el personal de servicio se estaba encargando de servir un pedazo de lasaña a cada persona presente. Y adicional a éso, traernos nuestros jugos, o en el caso del señor Alfred su famoso vino rojo.
Lleve un trozo de aquella exquisitez.—Y por poco gimo.—Joder... eso estaba tan divino que no podía evitar seguir probando un trazo tras otro.
—Querido la comida está deliciosa.—Comento mi madre con sinceridad.—Sin dudas la cocina es tú talento oculto, Gareth.
En eso estaba de acuerdo.
—Tienes mucha razón esposa.— Afirmó el señor Russo.— Mi hijo tiene muy buena mano con la cocina.
Su hijo sonrió con superioridad.
—No solamente en la cocina, padre. También soy bueno con las manos en otros ámbitos.— Asegura con picardía.
«Por poco me atragantó con la lasaña.»
Maldito pervertido que tenía que sobrepensar todo con dobles intenciones.—Lo mire con mala cara y el me guiño un ojo.
—Y tú cariño que hiciste.— Inquirió mi madre con curiosidad.
« Sí ella supiera todo lo que había hecho, esa tarde. Ya estuviera internada en un convento de monja.»
—Pintar.— Comenté con simpleza.
Mi progenitora asintió y no comento más nada al respecto.— Me sorprendió, obviamente no.— Jamás le agradó la idea de que pintara, de hecho nunca lo acepto. Pero era lo que amaba hacer, y no iba a renunciar a mi pasión solo por sus caprichos.
La cena transcurrió en silencio, y al terminar todos de comer. Cada quien se dirigió a su respectiva recámara para poder dormir y descansar en paz.
Estaba en la extensa habitación mirando por la ventana el cielo estrellado que nos regalaba la naturaleza.—Escuche unos toques en la puerta los cuales me sorprendieron.
—Con la clara señal de confusión abrí la puerta y me encontré con aquellos ojos azules que tanto me fascinaban.
—Te has vuelvo loco.— Le reclamé entre dientes.—¿Que haces aquí?.
—Me vuelves loco desde que te conozco.— Admitió mientras yo me quedaba anotada.— Necesito saber la repuesta.
Lo mire sorprendida sin poderlo creer. —Encerio estaba en medio de la noche tocando mi puerta solo por una respuesta.
—Porque te importa tanto.
—Cualquier cosa que te involucre. Es importante.
Suspiré con nerviosismo.
—No tengo respuestas para aquello que es desconocido para mí. ¿Qué es el amor? No tengo la certeza. No tengo la experiencia ni las palabras adecuadas para describirlo.
Mi respuesta lo sorprendió tanto que su cara es un poema muy gracioso.
—Estoy dispuesto a mostrarte la forma más pura y hermosa en que debe ser amada una mujer.—Me lo aseguro.
— Gareth lo nuestro no puede ser posible.— Trate de ser razonable.
Sus manos tocó mi rostro y con sutileza acaricio mis mejillas.
—Pero tampoco es imposible.
Resople sin poder creer lo que escuchaba.
—¿Qué quieres de mí?.
Sonrió con ternura.
—Nada.— Dijo finalmente.— Sólo que te enamores de mí.
Al pronunciar aquella palabras dejó un gentil beso en mi frente. Para luego marcharse sin mirar atrás.— Yo en cambio me encontraba aturdida y con el corazón desbocados, por la magnitud de la noticia.
¿Pero a quién engañaba?. Ya no podía seguir evitando lo inevitable.
« Muchas veces me negué a aceptar que Gareth se estaba adueñando de mi sentimiento. Y ahora que tiene el control sobre ellos, cómo le digo al corazón que se aleje, sí mí deseo es permanecer juntos a él. »
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Nota de la Autora: Los extrañe y estoy segura que ustedes también me extrañaron. No soy de escribir escenas +18 pero la mayoría de las lectoras querían algo así entre los protagonistas.¿Y quién soy yo para negarme?. JAJAJA ;).
Melany: (No te juzgo mí niña. Pero más control, por favor).
Gareth: (Era enamorarla igualado, no convertirla en una pervertida).
Lector (a): ( Me decepcionan.—De verdad se leyeron esas cochinadas.—Les tenía fé, se los juro).
Autora: Después de escribir estos dos capítulos. Voy a tener que ir a la iglesia a confesar mis pecados, y sí tengo suerte poder purificar mi alma. ( Ustedes también, no crean que se salvaron ).
En fin los quiero mucho💘.
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