Capítulo Veinticuatro
ARIA ESTACIONÓ EN la zona de aparcamiento, en el perímetro externo del territorio, los vehículos comunes sólo podían llegar hasta esa zona, el resto del camino debía hacerse a pie.
Seguía sin poder quitarse la visión de William observándola desde esa acera, quería creer con cada parte de su cerebro que sólo era un espejismo, una imagen falsa causada por todos los problemas que tenía.
Sí, pensó, no tenía razón para preocuparse por una mala jugada de sus nervios.
Antes de salir de su auto, cambió sus zapatos de taco negros por unas zapatillas de deporte, sus pantalones formales por unos informales y cubrió su camisa blanca con un buzo azul.
Corrió el tramo que separaba la zona de aparcamiento de su cabaña, el aire tibio estaba cargado con nuevos olores dulces provenientes de las flores que estaban surgiendo de los arbustos, la temperatura oscilaba como cada primavera. Frío en la mañana, calor en la tarde, para un cambiante como ella, era difícil adaptarse a los cambios.
Al llegar a su hogar, se dirigió directamente al refrigerador para tomar una bebida energética, regresó a la sala de estar y agarró su celular de la mesa de café.
— ¿Aria? —la voz de Liam se escuchó ahogada.
— ¿Es un mal momento?
Risas se escucharon de fondo, ella reconoció a Shelly susurrando algo que prefirió ignorar.
—No, ¿Qué sucede?
—Nada alarmante, no te preocupes, quiero hablar contigo.
—De acuerdo ¿Puede ser en media hora?
Más susurros, escuchó la risa sofocada de Liam.
—Sí, no tengo nada más que hacer.
—Excelente.
La llamada se cortó y quedó en silencio, una sonrisa en su rostro y un rubor en sus mejillas. Ella se alegraba por la nueva vida de su amigo, aunque era incómoda la sensación de soledad que la invadía.
Casi todos los miembros de su clan, a excepción de Tyler y Hailey estaban en parejas. Pronto todo su clan quedaría emparejado, eso era el sueño de todo alfa.
Debería alegrarse por eso, sin embargo se sentía incómoda al ver como todos encontraban su pareja. Algo realmente desconcertante debido a que ella misma tiempo atrás había afirmado que no quería ningún tipo de relación sentimental.
¿Había cambiado de opinión? ¿O las recientes relaciones la estaban volviendo sentimental?
Aria se inclinaba por lo segundo.
Para dejar de pensar, dedicó su tiempo libre a leer los archivos que Tarah le había enviado la noche anterior. La mujer guepardo era una maestra de la informática, lo que encontró fue oro puro.
Hans Kreiger tenía un punto débil.
Un clan al que contribuía generosamente, un grupo bastante mixto, humanos y cambiantes lo conformaban llegando al asombroso número de cuatrocientos setenta miembros. Era más grande que los clanes Moon Fighters y White Claws juntos.
¿Cómo nunca había oído sobre los Black Souls? ¿Por qué Hans figuraba como dueño y no como alfa de ese clan?
Kreiger debía tener una importante razón para mantener a su clan y su relación con su propia persona en un perfil bajo, incluso el clan de Aria era conocido dentro de la base de datos de la ACC. Era extraño que ningún archivo provenga de esa base, se suponía que la Asociación de Clanes Cambiantes controlaba la creación, desintegración y el crecimiento de todos los clanes en el mundo.
Era extraño.
Un par de golpes sonaron en su puerta para cuando leyó los archivos por séptima vez, quería estar segura de no pasar ningún pedazo de información.
Abrió con su computadora portátil aún en mano.
—Hola Liam, pasa por favor.
El hombre avanzó al interior y se dejó caer en uno de sus sillones negros.
— ¿Algún dato importante? —preguntó mirando con atención su computadora.
—Sí, Tarah encontró algo que tal vez nos sea de utilidad.
Le entregó el aparato y lo vio leer en silencio, su cabello marrón oscuro estaba revuelto, sus ojos verdes brillantes con atención reflejaban la pantalla.
—Definitivamente es interesante —dijo, cuando terminó de leer—. Pero estoy seguro de que no me llamaste por esto.
Ingenio y falta de tacto, la sutilidad no era algo propio de su amigo. La conocía tan bien que podía oler sus problemas a larga distancia.
—Sean vino a verme a la oficina.
Liam elevó su mirada y cerró la tapa de la computadora.
—Sólo necesito una sola palabra para ponerlo en su lugar.
—No será necesario.
— ¿Qué es lo que te preocupa?
—Me pidió ayuda para destruir el Cubo de Kreiger.
— ¿Y?
—Acepté.
— ¿Eso es todo? ¿Acaso estás bromeando? ¿Qué problema hay en que le hayas dicho que sí?
Confusión era todo lo que podía ver en el rostro de su lugarteniente.
Por primera vez había tomado una decisión importante sin llamar a una reunión, se sentía bien liberarse de la presión, pero eso solo duró un par de minutos, pues luego empezó a creer que estaba traicionando la confianza de sus protegidos al ocultarle cosas.
Aria estaba volviéndose paranoica.
—Liam yo...
—Ya lo entiendo —le interrumpió—. Rompiste tus propias reglas y ahora te sientes una transgresora ¿Verdad?
—Así es —murmuró sorprendida por la capacidad de comprensión de aquel hombre—. He estado ahogándome en un vaso de agua.
—Te diré lo mismo que te dije después de que me hicieras lugarteniente, y lo que te he repetido mil veces, eres libre de vivir tu vida como quieras, si nos necesitas, ahí estaremos pero no es necesario que dependas del criterio de los demás, eres alfa se supone que puedes decidir por nosotros sólo en lo que es importante.
—No quiero cometer más errores.
Había tenido suficiente, cada mal paso que daba le costaba el sufrimiento y la perdida de inocentes.
—Ninguna persona es perfecta. —Liam entrelazó sus dedos y desvió su mirada al suelo—. Todo lo que has hecho nos ha traído hasta aquí, tenemos un buen sustento, un territorio aceptable, vecinos entrometidos pero tolerables, cuando los problemas se acaben todo quedará en paz y ya no tendremos nada por lo que preocuparnos.
Aria pensó en sus palabras, realmente era una visión diferente, Liam le abrió los ojos.
—Hemos tenido el infortunio de cruzarnos en el camino de alfas sin escrúpulos, humanos ignorantes y clanes desleales —Liam la miró a los ojos—. Sí, perdimos gente por eso, pero no puedes controlarlo todo, ninguno de nosotros espera eso de ti, lo que sea que hagas lo aceptaremos, a donde quiera que vayas te seguiremos, es simple. No tengas miedo de vivir tu vida a tu manera y sabes a lo que me refiero.
Aria sonrió agradecida de tener a ese hombre brutalmente honesto de su lado. Una oleada de alivio inundó su pecho y ella le dio la bienvenida, el felino se estiró en su mente.
—Haré como si no hubiese oído lo último.
—Sabía que dirías eso, si algún día escoges a uno, será porque podrá aceptar tu temperamento y yo estaré feliz con eso. — Sonrió débilmente y se cruzó de brazos—. Ahora ¿Qué quieres que hagamos?
Inspiró profundo y dejó salir el aire en un largo suspiro, necesitaba cambiar de tema e ir a lo importante.
—Mañana nos reuniremos con Sean y algunos de sus pumas en el Claro de Luna, necesito que avises a Hunter, Tarah, Kevin y Shelly, los quiero a todos en la reunión antes del atardecer.
—Bien ¿Tienes idea de qué hablarán?
—Le dije al puma que pensara en algunas ideas para evitar las consecuencias que traería destruir el cubo, quiero que Sean se encargue de eso, nosotros haremos el resto.
Se hizo esa promesa cuando estaba adentro, y ahora que era libre en todos los aspectos de su vida, iba a cumplirla.
El leopardo mostró sus dientes, expectante e impaciente por algo de acción, y la mujer sonrió ansiosa por vengarse de aquel que se había atrevido a encerrarla.
•~•~••~•~•
Gracias por leer
•~•~••~•~•
•~•~••~•~•
¡Hola querido lector! Nuevo capítulo.
Espero que te haya gustado.
No olvides votar o dar tu opinión en comentarios, de verdad que valen mucho 😊
Nos veremos en la siguiente actualización 😘
•~•~••~•~•
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top