Día 4: Cuello
Tony, su recién descubierta alma gemela, tenía la mejilla tibia y con un sonrojo aún presente en ella.
Se veía relativamente débil, su cabeza descansaba en la almohada y entrecerró un poco los ojos cuando le dio un par de caricias muy leves. Tony necesitaba descansar, lo sentía en ese aroma de manzanas marchitas. Quizás también necesitaba un poco de palabras de ánimo, o un "Cuando te den de alta, hay que dar un paseo"
Steve sabía que había muchas maneras de proceder, incluso lo mejor era retirarse para dejarlo dormir... ¿Entonces porqué rayos estaba pensando lo bien que sentiría mordisquear su cuello?
Un enfermo jamás es atractivo, con eso no quería decir que el omega frente a él no lo sea, seguro que si, pero por Dios... las hormonas no lo dejaban pensar bien. Inhalo con fuerza para calmarse. Grave error.
Una rara mezcla entró a su nariz y lo hizo ansiar acercarse más al origen, sabía que era el olor del omega, sus diferentes emociones estaban allí, no sabía como, pero podía identificar todo en la lengua. Trago duro, la saliva iba amontonándose y los colmillos crecieron un poco. Su cuerpo estaba estremecido.
Unos ojos chocolates lo miraban fijo, él lo observó devuelta con sus azules. El mundo dejó de girar.
¿Siempre sería así? ¿Una especie de esclavo frente a sus impulsos?
Quizás no, pensó, quizás solo sea un desorden hormonal, su cuerpo se ajustaba al nuevo sentido. Probablemente eso no lo atacó con tanta fuerza desde el inicio por el estrés y estar lejos de Tony tantas horas.
Degustó el nombre en su mente y esta lo traicionó: quiso lamer ese cuello expuesto así que descendió el toque en su mejilla hasta la extensión bajo la barbilla apreciando la textura de la piel y una barba perfectamente recortada.
Un par de besos sería demasiado, regañó su poca cordura. Uno solo no bastará, susurró su instinto.
—Estoy seguro que con tu área de trabajo sabes que un enfermo no es muy sexy— dijo el omega mostrando una ligera socarronería— No creas que no aprecio haberte conocido, pero agradecería que me mires a los ojos.
Oh, entonces fue muy obvio.
Bueno, ni siquiera estaba intentando fingir así que Tony notaría algo de inmediato.
—Perdón— murmuró apartando la mano con vergüenza.
—Descuida, sé que no estoy tan hermoso en estos momentos pero créeme cuando te digo que soy muy codiciado en mis mejores días. Comprendo que quieras ver a otro lado más llamativo para tu...— Tony señaló su propia nariz.
La verdad es que el castaño solo quería dejar que de sentir la mirada intensa. Con esos ojos azules lo estaba poniendo ansioso de algo más que sus toques delicados.
Definitivamente aquello que quería su instinto omega no era algo para hacer en un hospital con alguien que, si bien era su alma gemela, seguía siendo un desconocido total. No es que Tony respetara las reglas ni se molestara con los acostones de una noche, pero... Diablos, sentía mucho cansancio; además, una parte de él aún quería recriminarle a ese rubio condenadamente ardiente y de olor tan adictivo por llegar tan tarde a su vida.
Otra parte suya quería agradecerle con un beso por haber evitado que se quede tieso en medio de la calle.
Suspiró— Gracias por, ya sabes, salvarme— dijo acurrucándose más en la manta de hospital intentando que el aroma que desprendía el rubio no se impregnara tanto. Aunque tenía tanto calor, sobre todo en el vientre...
Al diablo, quiero acurrucarme en sus brazos, admitió para si. Agradecía que el tal Steve estuviera tan despistado que no se ha dado cuenta que hasta hace muy poco, estaba en trance igual que él, solo deseando el cuerpo ajeno y una mordida suave en el cuello.
—¿Eres doctor? —Cuestionó casi bostezando. Su cuerpo estaba necesitado de atención, pero el quería dormir.
—No, soy paramédico— respondió saliendo de su burbuja de pensamientos. Sacudió su cabeza para intentar entrar en razón. No se había ido porque sentía el cuerpo entumecido, con ganas de acercarse más que alejarse, pero el omega se veía cansado, debía dejarlo— Es mejor que me vaya— dijo firme— no debería estar aquí.
Auch, directo, ¿Osea que ya se dio cuenta que Tony no era la persona soñada de nadie?
—Debes descansar— dice sonriendo amable—, y hormonas, instinto alfa, aromas... nuestros cuerpos se están regulando, es difícil mantener las manos quietas si me quedo— se sinceró. La vergüenza burbujeó en su pecho al decir lo último.
Sonaba como si fuera a aprovecharse del castaño en cualquier momento. Cosa que no haría, pensó algo molesto consigo mismo. Debía aprender a controlarse lo más pronto posible, incluso su trabajo dependía de ello.
—Si, si, está bien— solo estaba preocupado porque duerma, se alivió. Seguro debía verse como una dona remojada— Pero antes déjame tu número ¿No? Digo, más de 30 años... podríamos tomar un café algún día.
Steve soltó la manija y buscó el celular en su bolsillo— Cierto— murmuró— Yo, uh, estoy de vacaciones así que definitivamente estaré libre— buscó papel y lapicero con la mirada para poder escribir.
Tony sacó un reloj debajo de la manta de hospital y luego abrió una pantalla holográfica azul— dime.
Mientras Steve dictaba el número, pensó fugazmente que aunque pusiera todo de sí, no podría comprarse uno de esos, pero sería eficiente tenerlo si es que ese reloj pudiera escanear la condición de una persona y decirte sus signos vitales.
—¿Apago la luz?— preguntó antes de irse
—Ajammm~— murmuró Tony con los ojos entrecerrados.
Steve aspiró el aroma en la habitación y le echó un ultimo vistazo al cuello del moreno.
Finalmente cerró la puerta.
.........................................................................................................................................................
—¡Conociste a tu alma gemela!— gritó Bucky cuando Steve llegó a la cocina después de una corta siesta.
Cocina que su mejor amigo, casi hermano, estaba asaltando como si fuera un mapache sin hogar.
—Si... ¿Puedes dejar de comerte mi comida? Ya he perdido la cuenta de las veces en las que te he encontrado aquí— recriminó quitándole una bolsa de manzanas de las manos. Una bolsa con olor muy familiar...
Oh, era su olor. Entonces su aroma es de manzanas, pero aún falta algo.
—Vamos, punk, se amable, incluso te preparé sopa— dijo palmeándole la espalda. Bucky lo empujo hacia una silla
Steve tomó asiento y un plato fue puesto enfrente— Gracias.
—Para eso están los amigos— dijo con una sonrisa de lado. El castaño apoyó una mano en la mejilla manteniendo la cabeza inclinada— ¿Entonces?
Steve inhaló, un curioso aroma proveniente de Bucky llegó a su nariz. Había tanto que descubrir.
—Entonces, es omega, su nombre es Tony, alérgico a no sé que, castaño y de piel morena, huele a manzanas y algo más que aún no descubro, por último...— dio una media sonrisa— no sé nada de su historia, pero creo que me gustará conocerlo. Tengo un buen presentimiento, de esos que tienes una vez en la vida.
Bucky ensanchó su sonrisa— eso es genial, Steve... Ahora, debes apresurarte, tengo que enseñarte a controlar esos nuevos sentidos— dijo cubriendo su nariz— ahora, por favor, deja de marcar todo. Agradece que soy yo, cualquier otro alfa ya estaría yendo a arrancarte la cabeza.
Steve se mostró apenado sin saber que hacer exactamente con sus feromonas.
.........................................................................................................................................................
—¡¿Qué?!— chilló Pepper
—Si, una locura ¿No? Quién diría que tendría que estar al borde de la muerte por sexta vez para encontrar a mi alma gemela— dijo acomodándose el abrigo— Por cierto, linda, hueles bien. ¿Sabes? Apuesto que olor de auto nuevo huele mejor que un hospital.
—¿¡Y estás bien!?
—Si— dijo Tony mirándola ansioso, quería salir de ahí cuanto antes.
Ella calló
—No te ves muy feliz de que tu querido jefe esté de pie.
—Tony, encontraste a tu alma gemela. ¡Cuando yo lo hice casi me desmayo!
—El señor de bata blanca dice que mi cuerpo ya se está estabilizando, y que la alergia y lo otro hicieron algo. Mira, yo no soy doctor de esto. Mi doctorado es sobre ingeniería— dijo rascándose la nuca, aún tenía la sensación de unos lujuriosos ojos azules atentos a su cuello—. No lo encontré en las condiciones ideales, así que... no sé.
Pepper suspiró, se acercó a él y lo abrazó con fuerza.
—Oh, wow— la rodeó con sus brazos y aspiró el aroma de, lo que suponía, era su perfume junto con... ni idea— ¿Señorita Potts?
—Felicidades, Tony— murmuró dándole palmadas lentas en la espalda— Te dije que lo encontrarías. Lo mejor para el último ¿No?
—Parece que el destino se tomo muy en serio eso— bromeó.
Ella se separó y lo tomó por los hombros.
—¡Hay tantas cosas que hacer! Hay una nueva receta que estuve preparando justo para esta ocasión— dijo apretándole levemente la nariz— La amaras. Y también iremos de compras... cuando tengamos tiempo. Por ahora tienes que terminar la pila de informes en tu oficina.
—Wow wow wow, acabo de evadir la muerte ¿No puedes ser considerada?
—Lo siento, eso es urgente— dijo palmeándole la mejilla— Vamos.
El castaño sonrió divertido por la actitud de hermana mayor que tenía Pepper con él; sin embargo, solo se quedó parado en medio de la habitación. Ella volteó a verlo cuando notó que no lo seguía.
—¿Tony? ¿Pasa algo?
—Nada— negó sacudiendo la cabeza. Metió las manos en los bolsillos y se dirigió a la salida— pensaba qué clase de persona es él. Fue hipnótico y me encanta su sonrisa... Todo en él es simple pero deja una impresión que no es fácil de olvidar— murmuró. Levantó la mirada y se aclaró la garganta cuando notó la cara pícara de Pepper— ¿Por qué seguimos aquí? Vamos por donas.
—Tony, casi te matan— rodó los ojos.
—¡Falso! Las pasas casi me matan, las donas son inocentes. Podemos llevar esto frente a un juzgado, si quieres.
Pepper negó divertida— No importa, de todas formas no te dejare ni tocar el café. Debes consumir algo ligero y saludable.
—¡Pero...!
—No, Tony— sentenció cerrando la puerta después que él la cruzó.
La habitación quedó vacía, dejando atrás la vista del atardecer.
....................................................................................................................................................
¿Publicando 4 días seguidos? La lucha contra la procrastinación va bien.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top